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El señor Proudhon tiene la desgracia de verse incomprendido de singular manera en Europa. En Francia se le reconoce el derecho de ser un mal economista, porque tiene fama de ser un buen filósofo alemán. En Alemania se le reconoce el derecho de ser un mal filósofo, porque tiene fama de ser un economista trances de los más fuertes. En nuestra calidad de alemán y de economista a la vez, hemos querido protestar contra este doble error.
El lector comprenderá que, en esta labor ingrata, hemos tenido que abandonar frecuentemente la crítica del señor Proudhon para dedicarnos a la crítica de la filosofía alemana, y hacer al mismo tiempo algunas observaciones sobre la economía política.
Carlos Marx
Bruselas, 15 de junio de 1847.