De las
Obras Escogidas de Mao Tsetung
EDICIONES EN LENGUAS EXTRANJERAS
PEKIN
Primera edición 1977
Tomo V, págs. 164-83.
Digitalizado y preparado para el internet: Por el Movimiento
Popular Perú de Alemania, 1993.
Esta edición: Marxists Internet Archive, mayo de 2001.
DISCURSOS PRONUNCIADOS EN UNA CONFERENCIA NACIONAL
DEL PARTIDO COMUNISTA DE CHINA (Marzo de 1955 ) |
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Discurso de apertura |
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Conclusiones |
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I.
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Sobre la evaluación de esta conferencia |
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II.
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Sobre el Primer Plan Quinquenal |
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III.
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Sobre la alianza antipartido de Kao Kang y Yao Shu-shi |
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IV.
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Sobre la situación actual |
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V.
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Luchemos por la exitosa celebración del VIII Congreso
Nacional del
Partido |
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NOTAS |
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DISCURSOS PRONUNCIADOS
EN UNA CONFERENCIA NACIONAL DEL
PARTIDO COMUNISTA DE CHINA
Marzo de 1955
21 de marzo de 1955
Camaradas delegados a la Conferencia Nacional del Partido Comunista de China:
Nuestra Conferencia Nacional tiene en su agenda tres temas: 1) Primer Plan Quinquenal para el Desarrollo de la Economía Nacional e informe sobre este plan; 2) informe sobre la alianza antipartido de Kao Kang y Yao Shu-shi, y 3) creación de la Comisión Central de Control.
A la luz de la doctrina de Lenin sobre el período de transición, el Comité Central sintetizó las experiencias obtenidas desde la fundación de la República Popular China y, en 1952, cuando la etapa de restauración de nuestra economía nacional estaba a punto de terminar, formuló la línea general del Partido para el período de transición. Esta consiste en realizar gradualmente, en un período aproximado de tres planes quinquenales, la industrialización socialista del país y, al mismo tiempo, las transformaciones socialistas de la agricultura, de la artesanía y de la industria y comercio capitalistas, a fin de construir una sociedad socialista en nuestro país. Los hechos han probado que son correctas la línea general del Partido y las importantes políticas y medidas adoptadas para su materialización. Gracias a los esfuerzos de todos los camaradas militantes y de todo el pueblo, hemos logrado grandes éxitos en nuestro trabajo. Pero en éste también ha habido fallas y errores. Muchas de nuestras medidas no pudieron ser trazadas muy adecuadamente en
El Primer Plan Quinquenal para el Desarrollo de la Economía Nacional constituye un importante paso para la materialización de la línea general del Partido. La presente conferencia debe discutir concienzudamente, a la luz de las experiencias prácticas, el proyecto del plan a fin de darle un contenido más adecuado, haciendo de él un plan realmente aplicable.
No es nada fácil construir una sociedad socialista en un país tan grande como el nuestro, de condiciones tan complejas y con una economía nacional desde antes muy atrasada. Nosotros podemos edificar una sociedad socialista en un lapso de tres planes quinquenales, pero construir un poderoso país socialista altamente industrializado requiere varios decenios de duros esfuerzos, digamos cincuenta años, o toda la segunda mitad del presente siglo. Nuestra tarea exige que tratemos de manera apropiada las relaciones en el seno de nuestro pueblo -- en particular, las relaciones entre la clase obrera y el campesinado -- y las existentes entre las diversas nacionalidades de nuestro país, y que, al mismo tiempo, continuemos fomentando exitosamente la estrecha cooperación con la Unión Soviética, grande y avanzado país socialista, así como con las Democracias Populares, y fomentemos la cooperación con todos los países y pueblos del mundo capitalista amantes de la paz.
Nosotros solemos decir que no debemos engreírnos ni presumir de los éxitos logrados en el trabajo, sino mantener una actitud modesta, aprender de los países avanzados y de las masas y promover entre los camaradas el espíritu de aprender unos de otros, a fin de cometer menos errores. Veo que todavía es necesario reiterarlo en esta conferencia. El caso de la alianza antipartido de Kao Kang y Yao Shu-shi demuestra que de hecho subsisten engreimiento y presunción en nuestro Partido y que en algunos camaradas asumen síntomas graves. Si no las superamos, impedirán el cumplimiento de nuestra gran tarea de edificar una sociedad socialista.
Es sabido de todos los camaradas presentes que el surgimiento de la alianza antipartido de Kao Kang y Yao Shu-shi no es algo fortuito, sino una aguda expresión de la encarnizada lucha de clases por la que en la actual etapa atraviesa nuestro país. El objetivo criminal de esta alianza antipartido consistía en escindir a nuestro Partido y usurpar, recurriendo a la conspiración, la dirección suprema del Partido y del Estado, para abrir el camino a la restauración contrarrevolucionaria. Bajo la dirección unificada del Comité Central, nuestro Partido la ha
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aplastado de manera definitiva y, en consecuencia, se ha unido y consolidado aún más. Se trata de una importante victoria en nuestra lucha por la causa del socialismo.
Para nuestro Partido, el caso de Kao Kang y Yao Shu-shi es una importante lección. Toda la militancia debe tomarlo como escarmiento y velar por que no se repita. Kao Kang y Yao Shu-shi conspiraban dentro del Partido, realizaban actividades clandestinas y sembraban la discordia a espaldas de los camaradas, pero, de puertas para afuera, enmascaraban sus actividades. Estas son, ni más ni menos, las mismas depravadas prácticas a que frecuentemente han recurrido en la historia la clase terrateniente y la burguesía. En el Manifiesto del Partido Comunista, Marx y Engels dicen: "Los comunistas consideran indigno ocultar sus ideas y propósitos" Nosotros, como comunistas y, más aún, como cuadros superiores del Partido, debemos ser francos y sinceros en lo político, estar siempre dispuestos a expresar abiertamente nuestros puntos de vista políticos y manifestar nuestra actitud en pro o en contra ante todo problema político de gran importancia; de ninguna manera fraguar intrigas siguiendo el ejemplo de Kao Kang y Yao Shu-shi.
Con el propósito de construir una sociedad socialista, el Comité Central considera necesario crear en este momento, de acuerdo con los Estatutos del Partido, la Comisión Central de Control, en reemplazo de la actual Comisión de Verificación de la Disciplina, buscando con ello que, en este nuevo período de enconada lucha de clases, se refuerce la disciplina del Partido, se intensifique la lucha contra toda violación de la ley y la disciplina y, en particular, se prevenga el resurgimiento de casos como el de la alianza antipartido Kao-Yao, que lesionan seriamente los intereses del Partido.
En virtud de las diversas lecciones del pasado y de que sólo integrándose con la sabiduría colectiva puede la sabiduría individual jugar un mejor papel y permitirnos cometer menos errores en el trabajo, el Comité Central y los comités del Partido a todos los niveles deben atenerse decididamente al principio de dirección colectiva y seguir combatiendo estas dos desviaciones: la dictadura personal y el dispersionismo. Es preciso comprender que la dirección colectiva y la responsabilidad individual no son dos aspectos contrapuestos, sino complementarios. La responsabilidad individual nada tiene que ver con la dictadura personal, que contraría el principio de dirección colectiva.
Las actuales condiciones internacionales son favorables para nuestra causa de construcción del socialismo. El campo socialista, a cuya cabeza se halla la Unión Soviética, es poderoso y está unido, mientras que el campo imperialista es endeble y se ve acosado por múltiples e insuperables contradicciones y crisis. No obstante, debernos ser conscientes de que aún nos encontramos rodeados por las fuerzas imperialistas y de que debemos estar preparados para enfrentar todas las eventualidades. Si el imperialismo desata una guerra en el futuro, es muy probable que lance ataques sorpresivos, como lo hizo en la Segunda Guerra Mundial. Por eso, debemos estar preparados tanto espiritual como materialmente, de modo que ninguna contingencia nos coja desprevenidos. Este es un aspecto de la cuestión. El otro es que, en el país, las fuerzas contrarrevolucionarias remanentes todavía actúan en forma desenfrenada y, por eso, debemos asestarles unos golpes más de manera planificada, diferenciada y con base en hechos, para debilitar, en mayor grado, las fuerzas contrarrevolucionarias ocultas y garantizar así condiciones seguras para nuestra edificación socialista. Si tornamos medidas apropiadas en los dos aspectos arriba mencionados, podremos evitar que los enemigos nos causen graves daños; de otra manera, probablemente incurriremos en errores.
Camaradas, vivimos hoy un nuevo período histórico. Hacer la revolución socialista en un país de Oriente con seiscientos millones de habitantes, esforzándose por cambiar el curso de su historia y transformar su faz, por industrializarlo en lo fundamental y cumplir las transformaciones socialistas de la agricultura, de la artesanía y de la industria y comercio capitalistas en un período aproximado de tres planes quinquenales y por alcanzar o sobrepasar en unos decenios a los países capitalistas más poderosos del mundo, es una empresa que no puede sino tropezar con dificultades, comparables a las que en múltiple cantidad encontramos en el período de la revolución democrática, o quizá todavía más serias. Sin embargo, camaradas, los comunistas somos conocidos por nuestra intrepidez ante las dificultades. Tácticamente, debemos tomarlas todas muy en serio. Ante cada una de las dificultades específicas, debemos adoptar una actitud seria, crear las condiciones necesarias y estudiar con esmero las medidas para superarlas una por una y serie por serie. Como lo indica nuestra experiencia de varios decenios, efectivamente hemos superado todas y cada una de las dificultades que nos han salido al frente. Ante los comunistas, toda dificultad tiene que retroceder. En
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verdad, como reza el dicho, "las montañas se ven obligadas
a bajar la cabeza, y los ríos, a ceder el paso". De todo esto se
deriva una experiencia que nos enseña que podemos despreciar las
dificultades. Esto se refiere a lo estratégico, a la situación
en su conjunto. Por grande que sea una dificultad, basta con una mirada
para que midamos su alcance. No existen dificultades distintas de las que
nos imponen nuestros enemigos, en la sociedad, y la naturaleza. Como todos
sabemos, los imperialistas, los contrarrevolucionarios internos, sus agentes
dentro de nuestro Partido y sus semejantes, no son más que fuerzas
moribundas, mientras que nosotros somos fuerzas nacientes y la verdad está
de nuestra parte. Frente a ellos, siempre hemos sido invencibles. Con una
ojeada que demos a nuestra historia entenderemos esta aseveración.
Recién fundado nuestro Partido en 1921, contaba tan sólo
con varias decenas de personas y era muy insignificante; sin embargo, con
su desarrollo posterior, llegó a derribar al poderoso enemigo interno.
También hay medios para someter a ese otro enemigo que es la naturaleza.
Sea en la naturaleza o en la sociedad, todas las fuerzas nacientes son
por sí mismas invencibles, en tanto que todas las fuerzas viejas,
por colosales que sean numéricamente, están condenadas a
la destrucción. Por lo tanto, no sólo podemos sino que debemos
despreciar toda dificultad que encontremos en el mundo, así sea
muy grande, tomándola como algo indigno del menor respeto. He aquí
nuestro optimismo, que se cimienta en fundamentos científicos. A
condición de que llegue a ser más profundo nuestro conocimiento
del marxismo-leninismo y las ciencias naturales, de que, en una palabra,
logremos una mejor comprensión de las leyes del mundo objetivo y
así sean menos los errores de subjetivismo que cometamos, alcanzaremos
sin duda nuestra meta en la revolución y la construcción.
31 de marzo de 1955
Camaradas:
Han terminado ustedes sus intervenciones. Ahora voy a referirme; en unas cuantas palabras, a los siguientes problemas: la evaluación de
La abrumadora mayoría de los camaradas aquí presentes consideran que esta conferencia ha tenido gran éxito y que ha sido la primera reunión de rectificación del estilo de trabajo desde la campaña de rectificación en Yenán, una reunión en la que se ha desplegado el espíritu democrático y practicado la crítica y autocrítica, permitiéndonos un mejor entendimiento mutuo, una mayor unidad ideológica y una identidad de criterio sobre los problemas. Ya antes existía entre nosotros cierta identidad de criterio, pero nuestras opiniones diferían en torno a algunos problemas; a través de esta conferencia, hemos logrado unificar nuestra comprensión. Sobre esta base -- la identidad de criterio que tenemos en lo ideológico y lo político, así como en cuanto a la serie de políticas --, nuestro Partido podrá estrechar más sus filas. Justamente como lo ha señalado el camarada Chou En-lai, si el VII Congreso del Partido y la campaña de rectificación ideológica y política realizada en todo el Partido durante un tiempo anterior a dicho congreso, sentaron la base para la unidad ideológica de nuestro Partido, base sobre la cual alcanzamos la victoria de la revolución democrática contra el imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático, la presente conferencia, a su vez, nos permitirá conseguir la victoria del socialismo.
Esta conferencia prueba que nuestro Partido ha elevado considerablemente su nivel y dado un gran paso adelante no sólo respecto de la época del VII Congreso, celebrado hace diez años, sino también de los momentos de la II y III Sesiones Plenarias del Comité Central celebradas en 1949 y 1950. Esta es una situación excelente, y el progreso obtenido lo ha demostrado esta conferencia.
Hemos entrado en un nuevo período histórico, un período tal que los asuntos que comprometen nuestros esfuerzos, que ocupan nuestra mente y en los que tratamos de penetrar son la industrialización socialista, las transformaciones socialistas, la modernización de la defensa nacional e incluso la investigación de la energía atómica, ya iniciada. Entre los camaradas de todo el Partido, unos han profundizado más que otros en dichos problemas, e igual puede decirse de los camaradas aquí presentes. Esto es como lo que ocurre con los
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médicos: Unos saben operar y otros no, algunos saben aplicar inyecciones intravenosas y otros sólo saben poner las subcutáneas. Hay también médicos que ni siquiera se atreven a hacer esto y sólo actúan a flor de piel. Si algunos camaradas no han ahondado en las cuestiones arriba mencionadas, la gran mayoría se halla en ese proceso y, por lo visto, muchos se han compenetrado con ellas, valga decir, tienen ya trazas de expertos. Esto, que se ha puesto de manifiesto en la presente conferencia, es una cosa excelente. Ahora, cuando tenemos por delante nuevos problemas como la industrialización socialista, las transformaciones socialistas, la modernización de la defensa nacional y otros nuevos campos de trabajo, nuestra tarea consiste en adaptarnos a la nueva situación y penetrar en ellos para hacernos expertos. En consecuencia, es preciso educar a aquellos que no han profundizado en sus trabajos y se han quedado a flor de piel, para que se conviertan en expertos.
La lucha contra la alianza antipartido de Kao Kang y Yao Shu-shi contribuirá a que nuestro Partido dé un gran paso adelante. Debemos difundir el materialismo dialéctico entre los cinco millones de intelectuales de dentro y de fuera del Partido y entre los cuadros a todos los niveles, a fin de que lo asimilen y combatan el idealismo. Formaremos así un poderoso contingente teórico, del cual tanto precisamos. Esta será otra cosa magnífica.
Debemos elaborar un plan para formar un poderoso contingente teórico, compuesto de millones de personas que estudien los fundamentos teóricos del marxismo -- el materialismo dialéctico y el materialismo histórico -- y combatan todo género de idealismo y de materialismo mecanicista. Contamos ahora con un considerable número de cuadros dedicados al trabajo teórico, pero éstos todavía no alcanzan a conformar un contingente teórico, y menos aún uno poderoso. Sin tal contingente, no irán a ningún lado ni tendrán solución posible la causa de todo nuestro Partido, la industrialización socialista, las transformaciones socialistas, la modernización de la defensa nacional ni la investigación de la energía atómica en nuestro país. Por consiguiente, aconsejo a los camaradas estudien la filosofía. Hay un número bastante grande de personas que carecen de interés por la filosofía y que no han cultivado el hábito de estudiarla. Pueden empezar por leer folletos y artículos cortos a fin de ir despertando su interés, y luego ponerse a leer obras de setenta u ochenta mil caracteres y, más tarde, libros de centenares de miles de caracteres. El marxismo está integrado de las siguientes partes del saber: la filosofía
Los camaradas aquí presentes estiman que en la discusión del plan quinquenal la gran mayoría de las intervenciones han sido buenas, y todos se sienten satisfechos de ellas. Una parte de estas intervenciones son excelentes; los oradores han tratado en forma penetrante los problemas y tienen ya algunas trazas de expertos. Pero una parte de las intervenciones producidas a nombre de los diversos departamentos centrales son bastante flojas en contenido y dejan que desear en materia de análisis y crítica; lo mismo ocurre con una parte de las intervenciones de los camaradas de diversas localidades. Otra cuestión es que, respecto a serios casos de despilfarro y otros errores, algunos camaradas se han limitado en sus intervenciones a exponerlos tal como se han presentado, sin decir nada sobre la manera de enfrentarlos. Hay camaradas que se sienten insatisfechos con tales intervenciones. Creo que su insatisfacción tiene fundamento.
Espero que todos los secretarios de los comités provinciales, municipales y prefecturales, así como los camaradas responsables de los departamentos centrales hagan tesoneros esfuerzos por convertirse, tomando como base la elevación de su nivel marxista-leninista, en expertos que dominen el trabajo político y el económico. Debemos realizar bien tanto el trabajo político e ideológico como la construcción económica. La construcción económica debemos llegar a dominarla realmente.
Respecto a los numerosos problemas que, en el curso de esta conferencia, las localidades han reclamado sean resueltos por las autoridades centrales, hay que solucionar dinámicamente todos aquellos sobre los cuales el Comité Central ha establecido ya las estipulaciones correspondientes. En cuanto a los problemas restantes, el Secretariado de la Conferencia se hará cargo, junto con los camaradas reclamantes, de estudiar las soluciones, y rendirá cuentas al Comité Central para que decida.
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Hay, asimismo, no pocos asuntos en que los departamentos
centrales piden la colaboración de las localidades. Se espera que
los respectivos comités locales del Partido supervisen y ayuden,
sobre todo en lo que concierne al trabajo político e ideológico,
a las empresas que en diversos lugares funcionan bajo la administración
de los departamentos centrales. A esos comités les incumbe ayudar
a dichas empresas en el cumplimiento de sus tareas. Por eso, no sólo
las autoridades locales tienen peticiones que hacer a las autoridades centrales,
sino también a la inversa. El Primer Plan Quinquenal no podrá
llevarse a feliz término a menos que los departamentos centrales
y los comités locales del Partido se esfuercen de consuno y cooperen
mediante una adecuada división del trabajo.
1. Hay gente que pregunta: ¿Existe realmente esta alianza?, o ¿no se tratará de dos reinos independientes, de dos negocios individuales en vez de una alianza? Algunos camaradas dicen que no han visto ningún documento que comprometa a esa gente, que si ellos constituyeran una alianza, debería haber un acuerdo de por medio y que un acuerdo debe ser algo escrito. Efectivamente no existe ningún acuerdo escrito, no se lo ha encontrado en parte alguna. Sin embargo, afirmamos que Kao Kang y Yao Shu-shi conformaban una alianza. ¿De dónde sacamos esta conclusión? Primero, de las actividades que Kao Kang y Yao Shu-shi realizaron mancomunadamente durante la Conferencia sobre el Trabajo Económico-financiero. Segundo, de las actividades antipartido que, en combinación con Chang Siu-shan, llevó a cabo Yao Shu-shi durante la Conferencia sobre el Trabajo de Organización. Tercero, de las palabras pronunciadas por el propio Yao Shu-shi. El dijo: "En adelante, el Departamento de Organización del Comité Central debe tener a Kuo Feng como núcleo". Yao Shu-shi era jefe de este departamento, y Kuo Feng, hombre de confianza de Kao Kang, se iba a constituir en su núcleo. ¡Estupendo ! ¡Qué unidad más estrecha! Cuarto, de la amplia difusión que Kao Kang y Yao Shu-shi dieron a una lista de candidatos al Buró Político confeccionada ilícitamente por An Tsi-wen, a quien por esta causa sancionamos con una amonestación. Kao Kang, Yao Shu-shi y otros difundieron la lista entre todos los asistentes a la Conferencia sobre
Ahora bien, el hecho de que, por la falta de un acuerdo escrito algunos camaradas duden que se trate de una alianza, se debe a que ellos confunden una alianza antipartido formada por conspiradores con una alianza política o económica ordinaria, abierta y formal, considerándolas como una y la misma cosa. ¡A lo que ellos se dedicaron fue a conspirar! ¿Se precisa para ello de un acuerdo escrito? Si la ausencia de un acuerdo escrito significa la inexistencia de la alianza, ¿cómo podrá explicarse que haya dos grupos antipartido encabezados, el uno, por Kao Kang y, el otro, por Yao Shu-shi? ¡Kao Kang no ha firmado convenio alguno con Chang Siu-shan, Chang Ming-yuan, Chao Te-tsun, Ma Jung y Kuo Feng! ¡Nosotros tampoco hemos visto nada escrito! ¡Y pensar que con este argumento se niega la existencia del grupo antipartido de Kao! ¡Tampoco se ha encontrado ningún convenio suscrito por Yao Shu-shi con Siang Ming y Yang Fan! Teniendo en cuenta lo anterior, es erróneo afirmar que no se puede llamar alianza a lo que no está refrendado en un acuerdo escrito.
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2. ¿Cuál debe ser la actitud de aquellos camaradas que han caído bajo la influencia de Kao y Yao y cuál la de los que no? Entre los afectados varía el grado de influencia. Con algunos camaradas, el asunto no es tan grave, pues sólo fueron tocados en un batir de alas; pero otros, que son pocos, fueron bastante influenciados: Hablaron con Kao y Yao de muchos problemas, realizaron ciertas actividades por debajo de cuerda e hicieron para ellos un trabajo de difusión. Hay diferencia entre estos dos sectores de camaradas. Pero, haya sido superficial o profunda la influencia, la gran mayoría de ellos dejaron clara su actitud en esta conferencia. Algunos lo hicieron muy bien y fueron acogidos por todos los presentes. Otros lo hicieron relativamente bien y, aunque sus palabras no estuvieron libres de fallas, fueron acogidos por la mayoría de los camaradas. Otros, que se habían quedado cortos, hoy han pronunciado algunas palabras complementarias. Algunas intervenciones han estado bien en su conjunto, pero contienen ciertas partes inadecuadas. En fin, ya que todos ellos han exteriorizado su actitud, debemos aplaudirlos sin exceptuar a nadie; después de todo, lo que cuenta es que se han manifestado. Los pocos camaradas que pidieron la palabra pero no tuvieron la oportunidad de hablar, pueden presentar informes por escrito al Comité Central. Además, hay otros que no hablaron; no tienen graves problemas, sino que fueron tocados en un aletazo y, aunque saben ciertas cosas, no las revelaron. De los que han hablado, ¿hay o no algunos que todavía guardan algo entre pecho y espalda? Pues bien, decidamos ahora que todos puedan retirar sus intervenciones o informes, sea sobre el plan quinquenal o sobre la alianza antipartido Kao-Yao, para revisarlos palabra por palabra, en un término de cinco días, llenando las lagunas y corrigiendo las partes inadecuadas. No debemos agarrarnos de sus faltas, impidiéndoles levantar la cabeza, simplemente porque hayan dicho algunas cosas inapropiadas en esta conferencia. Todavía pueden introducir cambios en sus intervenciones y la versión revisada será la que cuente.
Para con estos camaradas, debemos adoptar la siguiente actitud: no sólo observar su conducta sino también ayudarlos, con la esperanza de que corrijan sus errores. En otras palabras, no debemos limitarnos a observar si los camaradas se enmiendan, sino ayudarles a lograrlo. Todo el mundo necesita ayuda. Siendo tan bellas las flores de loto, sólo con el verdor de las hojas resalta su hermosura. Así como una cerca precisa el sostén de tres estacas, un valiente necesita la ayuda de otras tres personas. No está bien trabajar solo; la ayuda de otros
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siempre es necesaria, sobre todo cuando se trata de problemas como los arriba mencionados. Es menester observar, ver si la gente se enmienda o no; pero contentarse con observar es una actitud pasiva, pues es indispensable dar ayuda. Respecto a todos aquellos que fueron influenciados por Kao y Yao, independientemente del grado de esa influencia, debemos acoger sus esfuerzos por enmendarse, y ayudarles a ello, en vez de limitarnos a observar su comportamiento. Esta es la actitud dinámica que debemos adoptar para con los camaradas que han cometido errores.
Los camaradas que no han caído bajo su influencia deben guardarse del engreimiento y poner mucho cuidado en evitar contraer enfermedades. Esto es sumamente importante. Algunos de los camaradas arriba mencionados probablemente fueron engañados, mientras que otros se hallan bastante comprometidos. Pero, es posible que, habiendo cometido errores, se pongan en guardia contra su reincidencia. El contraer una enfermedad puede inmunizar a uno contra ella. Vacunarse una vez contra la viruela puede surtir efectos profilácticos. Mas no constituye una garantía completa, y aún hay posibilidades de contraer esa enfermedad. Por eso, lo mejor es que, de aquí a tres o cinco años, se repita la vacunación: otra reunión de este tipo en nuestro caso. En cuanto a los demás camaradas, no deben vanagloriarse sino mantenerse en guardia contra los errores. ¿Por qué no los tocaron Kao Kang y Yao Shu-shi?. Se dan diversos casos. Primero, a unos los consideraban enemigos y, desde luego, no trataron de extenderles su influencia. Segundo, a otros los miraban por encima del hombro, considerándolos como gente insignificante, y no vieron la necesidad de influenciarlos por el momento, pensando que en el futuro, cuando "el país estuviera bajo su control", marcharían tras ellos por sí mismos. Tercero, a otros más no se atrevieron a acercárseles, quizá porque estaban más inmunizados, y de entrada advirtieron que con ellos no había caso. Aunque no los consideraban como enemigos ni como gente de poca monta, no se atrevieron a tocarlos. Cuarto, hubo todavía otros con quienes no se relacionaron por falta de tiempo. Para propagar esta peste se requería tiempo. De haber pasado un año más sin desenmascarar esta alianza, habría sido difícil garantizar que algunos permanecieran intactos. Por eso, no hay que presumir de héroe, diciendo: Fíjense, ¡qué impoluto me he mantenido yo, mientras ustedes están que apestan! Un año más sin proceder al desenmascaramiento, y sin duda otro número nada pequeño de personas habría caído bajo su influencia.
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A mi juicio, todo lo antes dicho debe despertar la atención tanto de los camaradas que han sido influenciados por Kao y Yao como de los que no lo han sido.
3. En la relación entre camaradas, tratándose de problemas de principio, todos debemos velar constantemente por mantener una distancia frente a las palabras y acciones que vayan contra los principios del Partido. Cuando las palabras y acciones de un camarada no concuerdan con los principios del Partido y nos chocan, no debemos identificarnos con él en los problemas y en los casos de que se trate. En cambio, debemos dar, por supuesto, enérgico apoyo a un camarada e identificarnos con él cuando concuerdan con los principios del Partido sus palabras y acciones relacionadas con cualquier problema, digamos el plan quinquenal, la resolución y el informe sobre la alianza antipartido Kao-Yao, las políticas correctas del Partido y sus justas normas y disposiciones. Frente a todo lo que sea incompatible con los principios del Partido, debemos guardar distancia, valga decir, trazar una clara línea de demarcación y asumir en el acto una actitud de rechazo. No debemos borrar esa distancia porque se trate de un viejo amigo, antiguo superior, antiguo subordinado, viejo colega, condiscípulo o paisano. En el presente caso de la alianza antipartido Kao-Yao y en las luchas anteriores entre las dos líneas en el Partido, hemos vivido muchas experiencias en este sentido: Si tú consideras que tu relación con alguien es tan vieja e íntima que te dificulta manifestar tu desacuerdo, guardar una distancia, expresar tu rechazo y trazar una clara línea de demarcación, te hundirás cada vez más hondo y te verás asediado por su "espectro". Por eso, es preciso mantener una actitud clara y adherirse firmemente a los principios.
4. Algunos camaradas dicen: "Sabíamos ciertas cosas sucias de Kao y Yao, pero no alcanzamos a calar su complot." Yo diría que aquí se presentan dos casos distintos: Uno es el de aquellos que oyeron de labios de Kao Kang y Yao Shu-shi muchas expresiones que no concuerdan con los principios del Partido e incluso fueron consultados por ellos sobre ciertas actividades antipartido; éstos deberían haber percibido su complot. El otro es el de los que se enteraron hasta cierto punto de algunas de sus cosas negativas, pero no se dieron cuenta de sus maquinaciones; de esto no hay por qué culparlos, pues era muy difícil discernirlas. El propio Comité Central no pudo descubrir su conspiración antipartido sino hasta el año 1953. Por lo sucedido en la Conferencia sobre el Trabajo Económico-financiero y en la Conferencia sobre el Trabajo de Organización, así como por una serie
De esto debemos sacar una lección: no dejarse engañar por las falsas apariencias. Hay camaradas nuestros que fácilmente se dejan engañar por ellas. En toda cosa existe contradicción entre la apariencia y la esencia. Es analizando y estudiando la apariencia de una cosa como la gente llega a conocer su esencia, y de ahí la necesidad de la ciencia. Si uno pudiera penetrar en su esencia por intuición, ¿para qué serviría la ciencia?, ¿para qué serviría la investigación? La investigación es necesaria precisamente porque hay contradicción entre la apariencia y la esencia. Pero la falsa apariencia de una cosa difiere de su apariencia en general, pues la primera es ficticia. De aquí se desprende una lección: Hay que hacer todo lo posible para no caer en el engaño de las apariencias falsas.
5. El peligro del engreimiento. No hay que presumir de héroe. Una empresa como la nuestra es obra de un gran número de gente, y el papel que juegan unos pocos individuos es limitado. Se debe reconocer, ciertamente, el papel de estos últimos, o sea, el de los dirigentes, de los cuadros; pero este papel no es nada formidable, y son las masas las que desempeñan un papel formidable. La correcta relación entre los cuadros y las masas es la siguiente: Los cuadros son indispensables, pero las cosas las hacen las grandes masas y, en éste proceso, los cuadros desempeñan un papel dirigente, que no debe ser exagerado. ¿Serían las cosas un desastre sin ti? La historia y multitud de hechos han probado que sin ti las cosas también pueden seguir su curso. ¿Se ha ido a una catástrofe prescindiendo, digamos, de Kao Kang y Yao Shu-shi? No, todo sigue marchando bien, ¿verdad? ¿No fue así al prescindir de Trotski, Chang Kuo-tao y Chen Tu-siu? Ellos eran gente de mala ley. Confucio desapareció ya hace muchísimo tiempo y ahora China tiene un partido comunista, que, sea como sea, está una pizca por encima de él, y todo evidencia que sin éste las
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cosas se pueden realizar mejor. Aun tratándose de un buen elemento, tampoco es indispensable. ¿Dejará de girar la Tierra si tú faltas? No, la Tierra seguirá girando, y nuestra empresa continuará como de costumbre, y tal vez mejor.
Hay dos tipos de gente: uno, los veteranos, como muchos de los aquí presentes que tienen una larga trayectoria revolucionaria; el otro, la fuerza naciente, los jóvenes. ¿Cuál de estos dos tipos es más promisorio? Naturalmente, la fuerza naciente, como bien ha dicho hoy el camarada Chou En-lai. Algunos camaradas se han llenado de orgullo por el hecho de ser revolucionarios veteranos. Esta es una actitud muy inadecuada. Si el engreimiento fuera algo permisible, los jóvenes tendrían más razones para engreírse. Aquellos que pasan de los cuarenta o cincuenta años, deben hacerse más modestos con el pasa del tiempo y la acumulación de experiencias. Es preciso hacer que los jóvenes vean que nosotros somos realmente experimentados y que digan: "Estos predecesores nuestros tienen, efectivamente, alguna experiencia, y no debemos despreciarlos; fíjense, ¡qué modestos son!" ¿No daría una mala impresión que personas de más de cuarenta o cincuenta años se envanecieran de haber adquirido mucha experiencia? Eso daría pie para que los jóvenes comentaran: "Toda la experiencia de ustedes es un cero a la izquierda, pues se comportan como unos niños." Es hasta cierto punto razonable que los niños tengan un poco de orgullo. Pero enorgullecerse y erguir el rabo no cuadra a las personas de cierta edad que son dueñas de una rica experiencia. Hay un dicho que reza: "Uno debe conducirse con el rabo metido entre las piernas." Siendo que, de suyo, el hombre no tiene rabo, ¿por qué se dice que debe meter el rabo entre las piernas? Bien vale esta comparación con el perro, que unas veces anda con el rabo erguido y otras, con el rabo entre las piernas. Generalmente mete el rabo entre las piernas luego de haber recibido unos cuantos palos, y lo lleva erguido después de haber tenido unos cuantos éxitos. Espero que todos nuestros camaradas, ante todo los camaradas veteranos, no levanten el rabo, sino que lo lleven metido entre las piernas, guardándose de la arrogancia y de la precipitación y manteniendo siempre un espíritu modesto y emprendedor.
6. Prevenirse tanto contra la desviación de "izquierda" como contra la de derecha. Hay quienes afirman que es mejor la desviación de "izquierda" que la de derecha, y esta idea la comparten muchos camaradas. De hecho, también hay mucha gente que dice para sus adentros que es mejor la desviación de derecha que la de "izquierda",
Esto es todo lo que quería decir sobre el
problema de la alianza antipartido de Kao Kang y Yao Shu-shi.
¿Cómo marchan la situación internacional, la situación nacional y la situación interna del Partido? ¿Cuál es su aspecto predominante: la luz o las tinieblas? Hay que afirmar que la luz prevalece sobre las tinieblas, ya sea en lo internacional, en lo nacional o dentro del Partido. Lo mismo ocurre con nuestra conferencia. No hay que pensar que todo sea tinieblas porque muchas personas hayan hecho autocríticas. Estos camaradas enfatizaron la exposición de sus defectos y errores y no mencionaron sus méritos: En qué año se unieron a la revolución, qué batallas ganaron y qué éxitos han obtenido en su trabajo. No dijeron una sola palabra sobre esto. Si se les juzga exclusivamente por su autocrítica, todo será oscuro en ellos. Pero, en realidad, sólo se trata de un aspecto, y del aspecto secundario por lo que se refiere a muchos de esos camaradas. Eso difiere del caso de Kao Kang, Yao Shu-shi y sus cinco bizarros generales: Chang Siu-shan, Chang Ming-yuan, Chao Te-tsun, Ma Jung y Kuo Feng; para éstos no es válida la apreciación de que predomina la luz. ¿Cómo podría predominar la luz en Kao Kang? En él todo es tinieblas, una masa lóbrega en la que no penetra la luz del sol ni de la luna. En cuanto a nuestros camaradas, la cosa es distinta: Tienen algunas manchas oscuras, pero pueden limpiárselas con tal que se laven una y otra vez con agua y jabón.
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¿Por qué se plantea, pues, la necesidad
de prepararnos para hacer frente a toda emergencia, a la restauración
contrarrevolucionaria y a la recurrencia de casos como el de Kao-Yao? Porque
prepararnos para lo peor no nos acarreará ningún perjuicio.
Sea cual fuere el trabajo que hagamos, debemos pensar en la posibilidad
de que ocurra lo peor y tomar las disposiciones correspondientes. Lo peor
de lo peor que ocurriera no pasaría de ser que los imperialistas
desencadenaran una nueva guerra mundial, que Chiang Kai-shek retornara
al Poder en Pekín, que se repitieran casos al estilo de la alianza
antipartido Kao-Yao y, además, que se presentaran no sólo
una, sino diez o cien contingencias semejantes. Por muchas que sean, si
estamos prevenidos, no nos asustarán. Si se presentan diez, no serán
más que cinco pares y no significarán nada del otro mundo,
pues las habremos previsto todas. Las bombas atómica y de hidrógeno
que esgrimen los imperialistas para intimidarnos, tampoco son algo temible.
En el mundo, siempre sucede así: Una cosa somete a otra.
Cuando hay un medio ofensivo, aparece otro que lo somete. Los que han leído
la novela Deificación de héroe [1]
saben que no hay "arma mágica" que sea invencible. Allí se
ve todo un mosaico de "armas mágicas" que resultan vencidas. Estamos
seguros de que, siempre y cuando nos sustentemos en el pueblo, no habrá
en el mundo "arma mágica" que no pueda ser vencida.
El Comité Central ha decidido convocar el VIII Congreso Nacional del Partido para el segundo semestre de 1956. La agenda incluirá tres puntos: 1) informe sobre la labor del CC; 2) modificación de los Estatutos del Partido, y 3) elección de un nuevo comité central. Antes de julio del próximo año deben haber sido elegidos los delegados y estar listos los documentos. Se exige que durante este lapso de poco más de un año se dé un gran paso adelante en todos los frentes de trabajo: economía, cultura y educación, asuntos militares, trabajo partidario, labor política e ideológica, organizaciones de masas, frente único y minorías nacionales.
Diré, de paso, unas palabras acerca del trabajo relacionado con las minorías nacionales. Es preciso combatir el chovinismo de gran jan. Hay que desechar la idea de que solamente la nacionalidad jan ha
Al decir que, en este lapso de un año, se exige dar un gran paso adelante en los diversos terrenos de trabajo, nos referimos a que se debe corregir los defectos y errores ya puestos al descubierto. No sea que, hechas las promesas en esta conferencia, al llegar el próximo año a la celebración del VIII Congreso, se sigan teniendo tantos defectos y errores como ahora, sin que se haya registrado cambio alguno. Luchar por el VIII Congreso implica precisamente rectificar defectos y errores como el lujo y el despilfarro, la construcción de edificios con techos suntuosos y cosas por el estilo, defectos y errores que deben ser enmendados seria y responsablemente. No vaya a ser que, después de las promesas hechas aquí, todo el mundo se marche a casa a dormir a pierna suelta.
Algunos han propuesto que se celebre cada año o cada dos años una conferencia como ésta para que haya una supervisión recíproca entre los camaradas; creo que esta propuesta merece ser considerada. ¿Quién ejerce supervisión sobre personas como nosotros? La supervisión mutua es una buena idea: Contribuirá al rápido progreso de la causa del Partido y del Estado. Lo que necesitamos es un progreso rápido y
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de ninguna manera un progreso lento. Hace ya diez años que no se reúne el congreso del Partido. Claro que no debía celebrarse en los primeros cinco años, pues entonces vivíamos en un pandemónium de soldados y caballos y, además, no hacía mucho había tenido lugar el VII Congreso. En estos últimos cinco años hubiera podido celebrarse, mas no fue así, lo que, después de todo, tiene su ventaja: Es bueno que, cuando se celebre, el problema de Kao-Yao esté resuelto, pues de lo contrario ellos explotarían la ocasión por todos los medios. Al mismo tiempo, hemos puesto en marcha el plan quinquenal, formulado la línea general para el período de transición y logrado, como fruto de esta conferencia, una mayor unidad ideológica; todo esto ha preparado las condiciones para el VIII Congreso del Partido. En ese próximo congreso no será necesario que cada uno se autocritique, pero sí que se hagan, en forma abierta; críticas y autocríticas sobre nuestros defectos y errores en el trabajo. Es inadmisible dejar de aplicar este principio marxista.
Las críticas deben ser agudas. Algunas de las críticas hechas en esta conferencia no me parecen suficientemente agudas y dan la impresión de que se tiene miedo de ofender a otros. Si tú no eres agudo en la crítica y no punzas el lado flaco del otro, a éste no le escuece ni le importa. Cuando se critica, hay que señalar el nombre y el apellido de la persona o el nombre de la entidad. Tú has hecho un mal trabajo, y yo estoy descontento de ello; si te sientes ofendido por esto, allá tú. El miedo de ofender a otros no es más que un temor a perder votos y a no llevarse bien con ellos en el trabajo. Si tú no votas por mí, ¿me quedaré sin comida? Nada de eso. En realidad, si al hablar con alguien pones descarnadamente los problemas sobre el tapete, será más fácil que te lleves bien con él. No debemos dejar que se melle el filo de nuestro carácter. ¿Para qué está provisto el toro de dos astas? Las tiene para luchar: bien para defenderse o bien para atacar. Con frecuencia pregunto a los camaradas: ¿Tienen ustedes "astas" en la cabeza? Ustedes, camaradas, pueden tocarse y ver si las tienen. A mi juicio, algunos camaradas tienen "astas"; otros también las tienen pero no muy agudas, y hay otros más que están totalmente desprovistos de ellas. Creo que es mejor tener "astas", pues ello corresponde al marxismo. Uno de los principios del marxismo es la crítica y autocrítica.
Por consiguiente, celebrar periódicamente reuniones para hacer crítica y autocrítica constituye una buena medida destinada a efectuar la supervisión mutua entre los camaradas y a hacer avanzar rápidamente la causa del Partido y del Estado. Propongo que los camaradas de
Para finalizar, exhorto a los camaradas aquí presentes y a los de todo el Partido:
¡A luchar por la exitosa celebración del VIII Congreso Nacional del Partido en 1956!
¡A luchar por el victorioso cumplimiento del
Primer Plan Quinquenal!
[1]Novela mitológica basada en la historia de las luchas entre dos bandos: Yin (o Shang) y Chou. En la novela se describe cómo ambas partes luchan con "armas mágicas" y cómo el "arma mágica" de un héroe sale vencedora para luego ser sometida por otra más poderosa. [pág. 180]