De las
Obras Escogidas de Mao Tse-tung
EDICIONES EN LENGUAS EXTRANJERAS
PEKIN 1976
Primera edición 1962
Segunda edición 1963
(5a impresión 1976)
Tomo IV, págs. 419-23.
Digitalizado y preparado para el internet: Por el Movimiento
Popular Perú de Alemania, 1993.
Esta edición: Marxists Internet Archive, mayo de 2001.
DISCURSO PRONUNCIADO
EN LA REUNION PREPARATORIA DE LA
NUEVA CONFERENCIA CONSULTIVA POLITICA
15 de junio de 1949
Hoy celebra su sesión inaugural la Reunión Preparatoria de nuestra Nueva Conferencia Consultiva Política[1]. La misión de esta Reunión consiste en dar cima a todos los preparativos necesarios y convocar con prontitud la Nueva Conferencia Consultiva Política, que formará un gobierno democrático de coalición, para que dirija a todo el pueblo en sus esfuerzos por eliminar lo más pronto posible los restos de las fuerzas reaccionarias del Kuomintang, unificar a toda China y realizar, de manera sistemática y gradual, la construcción a escala nacional en los terrenos político, económico, cultural y de defensa nacional. Esto es lo que el pueblo entero espera que hagamos, y debemos hacerlo.
La convocatoria de la Nueva Conferencia Consultiva Política la propuso el Partido Comunista de China a todo el pueblo el 1 de mayo de 1948[2]. Esta proposición tuvo pronto eco entre los partidos democráticos, las organizaciones populares, las personalidades democráticas de todos los sectores sociales, las minorías nacionales y los chinos de ultramar. El Partido Comunista de China, los partidos democráticos, las organizaciones populares, las personalidades democráticas de todos los sectores sociales, las minorías nacionales y los chinos de ultramar, todos sostienen que es necesario derrocar la dominación del imperialismo, del feudalismo, del capitalismo burocrático y de los reaccionarios del Kuomintang, convocar una Conferencia Consultiva Política con la participación de representantes de los partidos democráticos, las organizaciones populares, las personalidades democráticas de todos los sectores sociales, las minorías nacionales y los chinos de ultramar, proclamar la fundación de la República Popular
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China y elegir un gobierno democrático de coalición que la represente. Sólo así puede nuestra gran patria librarse del destino de país semicolonial y semifeudal y emprender el camino de la independencia, libertad, paz, unidad, poderío y prosperidad. Esta es una base política común. Es la base política común para la unión y la lucha del Partido Comunista de China, de los partidos democráticos, de las organizaciones populares, de las personalidades democráticas de todos los sectores sociales, de las minorías nacionales y de los chinos de ultramar; es también la base política común para la unión y la lucha de todo el pueblo. Esta base política es tan sólida que ningún partido democrático, organización popular ni personalidad democrática serios han expresado la menor discrepancia al respecto; consideran todos que éste es el único camino justo que conduce a la solución de todos los problemas de China.
El pueblo entero apoya a su Ejército Popular de Liberación, gracias a lo cual se ha obtenido la victoria en la guerra. Esta gran Guerra Popular de Liberación, iniciada en julio de 1946, lleva ya tres años. La guerra fue desencadenada por los reaccionarios kuomintanistas con la ayuda que recibían del imperialismo extranjero. Los reaccionarios kuomintanistas, al romper alevosamente el acuerdo de tregua y las resoluciones de la Conferencia Consultiva Política de enero de 1946, desencadenaron esta guerra civil contra el pueblo. Sin embargo, en sólo tres años han sido derrotados por el heroico Ejército Popular de Liberación. No hace mucho, después de desenmascarado el complot de paz de los reaccionarios kuomintanistas, el Ejército Popular de Liberación avanzó valientemente y cruzó el río Yangtsé. Nankín, capital de los reaccionarios del Kuomintang, ya está en nuestras manos. Han sido liberados Shanghai, Jangchou, Nanchang, Wuján y Sían. En estos momentos, las tropas de campaña del Ejército Popular de Liberación realizan una grandiosa marcha, jamás vista en la historia de China, sobre las provincias del Sur y del Noroeste. En tres años, el Ejército Popular de Liberación ha causado en total 5.590.000 bajas a las tropas reaccionarias del Kuomintang. En la actualidad, los restos de las fuerzas kuomintanistas cuentan sólo con alrededor de 1.500.000 hombres, incluidas las tropas regulares e irregulares y de las instituciones y escuelas militares en la retaguardia. Para acabar con estos remanentes de las fuerzas enemigas, todavía se necesitará algún tiempo, pero no mucho.
Esta es una victoria de todo el pueblo chino, y también una victoria de todos los pueblos del mundo. Con excepción de los im-
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perialistas y los reaccionarios de diversos países, el mundo entero se siente jubiloso y alentado por esta gran victoria del pueblo chino. La lucha del pueblo chino contra sus enemigos y la lucha de los pueblos del mundo contra los suyos tienen el mismo significado. El pueblo de China y los pueblos del mundo son testigos de que los imperialistas mandaron a los reaccionarios chinos combatir cruelmente al pueblo chino mediante una guerra contrarrevolucionaria y que el pueblo chino ha derrocado a los reaccionarios mediante una guerra revolucionaria victoriosa.
Aquí, creo que es necesario llamar la atención hacia el hecho de que los imperialistas y sus lacayos, los reaccionarios chinos, no se resignarán a su derrota en esta tierra de China. Seguirán confabulándose para oponerse al pueblo chino por todos los medios posibles. Por ejemplo, enviarán subrepticiamente a sus agentes para sembrar la discordia y provocar disturbios en China. Eso es indudable; jamás se olvidarán de hacerlo. 0, por ejemplo, los imperialistas instigarán a los reaccionarios chinos a bloquear los puertos de China, brindándoles aun el concurso de sus propias fuerzas. Esto lo harán siempre que les sea posible. Además, si aún ansían aventuras, enviarán parte de sus tropas a hacer incursiones en nuestras zonas limítrofes, cosa que tampoco es imposible. Todo esto debemos tenerlo plenamente en cuenta. La victoria no debe de ningún modo hacemos relajar la vigilancia ante las frenéticas maquinaciones de los imperialistas y sus lacayos que tratan de tomar venganza. Quienquiera que relaje la vigilancia quedará desarmado políticamente y se hallará reducido a una posición pasiva. En vista de estas circunstancias, el pueblo entero ha de unirse para aplastar resuelta, definitiva, cabal y totalmente todo complot urdido en su contra por los imperialistas y sus lacayos, los reaccionarios chinos. China debe ser independiente, China debe liberarse, los asuntos de China deben ser decididos y manejados por el propio pueblo chino, y no se tolerará jamás ni la menor ingerencia de ningún país imperialista.
La revolución china es una revolución de las amplias masas populares de toda la nación. Todos son nuestros amigos salvo los imperialistas, los feudales y los capitalistas burocráticos, los reaccionarios del Kuomintang y sus cómplices. Tenemos un frente único revolucionario amplio y sólido. Este frente único es tan amplio que comprende a la clase obrera, el campesinado, la pequeña burguesía urbana y la burguesía nacional. Este frente único es tan sólido que posee la firme voluntad y la energía inagotable para derrotar a todo
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enemigo y vencer toda dificultad. La época que vivimos es una época en que el sistema imperialista se precipita hacia su derrumbe total; los imperialistas se han sumido en una crisis de la que jamás podrán salir, y, sean cuáles fueren los esfuerzos que hagan por proseguir su lucha contra el pueblo chino, éste encontrará siempre los medios para conquistar la victoria final.
Al mismo tiempo, proclamamos ante el mundo entero que combatimos sólo el sistema imperialista y sus complots contra el pueblo chino. Estamos dispuestos a negociar con todo gobierno extranjero el establecimiento de relaciones diplomáticas sobre la base de los principios de igualdad, beneficio recíproco y respeto mutuo a la integridad territorial y la soberanía, siempre que dicho gobierno se disponga a romper sus relaciones con los reaccionarios chinos, deje de conspirar con ellos o de ayudarlos y adopte una actitud de verdadera, y no hipócrita, amistad hacia la China Popular. El pueblo chino desea mantener una cooperación amistosa con todos los pueblos del mundo, desea reanudar y ampliar el comercio internacional, a fin de desarrollar la producción y fomentar la prosperidad económica.
Señores delegados, están ya maduras todas las condiciones para que convoquemos la Nueva Conferencia Consultiva Política y formemos un gobierno democrático de coalición. El pueblo entero espera con extrema ansiedad que convoquemos la Conferencia y formemos el gobierno. Creo que la labor que ahora comenzamos satisfará esta esperanza y que no pasará mucho tiempo antes que la satisfaga.
Una vez formado, el gobierno democrático de coalición de China tendrá como tareas principales: 1) acabar con los restos de los reaccionarios y reprimir sus disturbios; 2) hacer los mayores esfuerzos posibles por restaurar y desarrollar la economía del pueblo y, a la vez, restaurar y desarrollar su cultura y educación.
El pueblo chino presenciará que, una vez que el destino de la patria esté en sus manos, China, como el sol naciente en el Este, iluminará todos los rincones de la tierra con su brillante llama, limpiará rápidamente el fango dejado por el gobierno reaccionario, cicatrizará las heridas causadas por la guerra y edificará una república popular nueva, poderosa, próspera y digna de su nombre.
¡Viva la República Popular China!
¡Viva el gobierno democrático de coalición!
¡Viva la gran unidad de todo el pueblo!
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[1]La Reunión se celebró en Peiping del 15 al 19 de junio de 1949. Estuvieron presentes 134 miembros, que representaban veintitrés organizaciones y grupos, entre ellos el Partido Comunista de China, los partidos democráticos, las organizaciones populares, las personalidades democráticas de todos los sectores sociales, las minorías nacionales y los chinos de ultramar. La Reunión adoptó el "Reglamento Orgánico del Comité Preparatorio de la Nueva Conferencia Consultiva Política" y las "Disposiciones Concernientes a las Organizaciones y Grupos Participantes en la Nueva Conferencia Consultiva Política y al Número de Miembros de Sus Delegaciones", y eligió un Comité Permanente encabezado por el Presidente Mao Tse-tung. La Conferencia fue denominada Nueva Conferencia Consultiva Política para distinguirla de la Conferencia Consultiva Política inaugurada el 10 de enero de 1946 en Chung-ching. Se cambió su nombre por el de Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino en su I Sesión Plenaria, inaugurada el 21 de septiembre de 1949. [pág. 419]
[2]Véase el presente tomo, pág. 287, "Circular del Comité Central del Partido Comunista de China sobre la reunión de septiembre", nota 4. [pág. 419]