De las
Obras Escogidas de Mao Tsetung
EDICIONES EN LENGUAS EXTRANJERAS
PEKIN
Primera edición 1977
Tomo V, págs. 139-49.
Digitalizado y preparado para el internet: Por el Movimiento
Popular Perú de Alemania, 1993.
Esta edición: Marxists Internet Archive, mayo de 2001.
DOS CHARLAS SOBRE LA AYUDA MUTUA Y LA COOPERACION
EN LA AGRICULTURA (Octubre y noviembre de 1953 ) |
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I.
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Charla del 15 de octubre |
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II.
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Charla del 4 de noviembre |
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NOTAS |
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DOS CHARLAS SOBRE LA AYUDA MUTUA Y LA
COOPERACION EN LA AGRICULTURA[*]
I. CHARLA DEL 15 DE OCTUBRE
Un trabajo exitoso en la creación de cooperativas de producción agrícola promoverá considerablemente el incremento de los equipos de ayuda mutua.
En las nuevas regiones liberadas, durante este invierno y la próxima primavera, cada distrito -- sea grande, mediano o pequeño -- debe establecer, luego de suficientes preparativos, una o dos cooperativas, una como mínimo, una o dos por regla general y tres corno máximo, lo que dependerá de la calidad del trabajo realizado. Hay que proceder a un reparto de cuotas. Una cuota excesiva significa avance temerario, y una insuficiente, desviación de derecha. Asimismo, considerar que da igual repartir o no cuotas es espontaneísmo. ¿Puede pasar de tres el número de cooperativas? Cuanto más, mejor -- como dijo Jan Sin al referirse al número de soldados que estaba en capacidad de mandar[1] --, con tal que la creación de cooperativas obedezca a los requisitos, reglamentos y resoluciones concernientes y al principio de voluntariedad, que este trabajo tenga al frente cuadros fuertes (ecuanimidad y competencia son las dos exigencias principales) y que se haga con éxito.
A los comités prefecturales y distritales del Partido se les exige que hagan grandes esfuerzos y realicen bien el trabajo. Los departamentos de trabajo rural de los burós regionales del Comité Central y de los
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comités provinciales y municipales del Partido deben asir firmemente esta tarea y tomarla como el centro de gravedad de su trabajo.
Es preciso fijar cifras de control y repartir cuotas entre los organismos de los niveles inferiores. Repartir cuotas sin recurrir a la imposición no es autoritarismo. Después de la conferencia que ha de celebrarse este mes de octubre, tendremos cuatro o cinco meses para llevar a cabo este trabajo: noviembre y diciembre del presente año, y enero y febrero del próximo, e incluso marzo por lo que se refiere al Norte de China. Hay que dejar bien claro en esta conferencia que, a comienzos de 1954, celebraremos una reunión destinada a examinar el trabajo realizado. Para entonces examinaremos sin falta el cumplimiento de la tarea.
En los pocos lugares de zonas de minorías nacionales donde aún no se ha realizado la reforma agraria, es permisible abstenerse de fundar cooperativas. Al reducido número de distritos donde el trabajo anda muy mal -- distritos cuyos cantones atrasados representan un 30 ó 40 por ciento, donde los secretarios de los comités distritales son muy débiles y donde, en consecuencia, la creación de cooperativas provocaría trastornos -- se puede por el momento dejarlos en blanco, sin asignarles cuotas. Pero los correspondientes comités provinciales y prefecturales del Partido deben asumir la responsabilidad de ayudarles a enderezar su trabajo y crear las condiciones necesarias para iniciar la organización de cooperativas en el invierno del próximo año, después de la cosecha de otoño.
Como regla general, las cooperativas son precedidas por los equipos de ayuda mutua. No obstante, es permisible hacer el ensayo de llegar a las cooperativas por vía directa. Si uno puede tomar el camino directo y marchar bien, acelerando así el proceso, ¿por qué no ha de hacerlo? Claro que debe hacerlo.
Los departamentos de trabajo rural a todos los niveles deben tomar la ayuda mutua y la cooperación como un asunto de vital importancia. Los campesinos individuales tienen una capacidad limitada para el aumento de la producción; de ahí la necesidad de desarrollar la ayuda mutua y la cooperación. Si el socialismo no ocupa las posiciones del campo, las ocupará inevitablemente el capitalismo. ¿Acaso es posible no seguir ni el camino capitalista ni el socialista? Tomando el camino capitalista también se podría aumentar la producción, pero el tiempo sería largo, y el camino, doloroso. No practicaremos el capitalismo; esto ya está determinado. Pero, si no trabajamos por el socialismo, el capitalismo se desbordará indefectiblemente.
La línea general, el programa general, la industrialización y las transformaciones socialistas, son temas que debemos tratar en la conferencia convocada para el presente mes.
"Proteger firmemente los bienes privados" y practicar las "cuatro grandes libertades"[2] beneficia a los campesinos ricos campesinos medios acomodados. ¿Por que el término "bienes privados está consignado en la ley? De lo que habla la ley es de proteger los bienes privados, pero sin agregar "firmemente". Hay campesinos que están vendiendo sus tierras, y esto es un fenómeno malsano. Aunque la ley no lo prohibe, debemos hacer esfuerzos por impedirlo. La solución es organizar cooperativas. Los equipos de ayuda mutua no están en condiciones de impedir que los campesinos vendan sus tierras, lo que sólo se puede lograr con las cooperativas, las cooperativas grandes. Existiendo grandes cooperativas, los campesinos no se verán tampoco en la necesidad de dar en arriendo sus tierras. El problema se resolverá cuando cada cooperativa grande, compuesta de cien a doscientas familias, admita en su seno a unas cuantas viudas, huérfanos y ancianos desamparados. Hay que estudiar la posibilidad de que las cooperativas pequeñas también hagan algo en este sentido. A su vez, los equipos de ayuda mutua tienen el deber de auxiliar a estas personas. Si no es posible crear cooperativas grandes, créense medianas; si esto tampoco resulta posible, créense entonces pequeñas. Pero, siempre que sea posible, debemos establecer cooperativas medianas o grandes, y no está bien fruncir el ceño a la vista de una gran cooperativa. Una cooperativa de cien a doscientas familias puede considerarse grande, pero las cooperativas grandes pueden llegar a abarcar trescientas o cuatrocientas familias. Constituye una iniciativa creadora establecer varias subcooperativas agenciadas en una cooperativa grande, caso en el cual no es obligatorio disolver esta última. Al hablar de un trabajo exitoso, no hemos querido decir que todo deba marchar a la perfección. Es necesario asimilar toda clase de experiencias y no imponer un mismo molde en todos los lugares.
En las antiguas regiones liberadas se debe establecer más cooperativas. Es posible que en ciertas nuevas regiones liberadas este trabajo se desarrolle más rápidamente que en algunas de las antiguas; por ejemplo, es probable que en el centro de Shensí cobre un desarrollo más rápido que en el Norte de Shensí, y en la llanura de Chengtú se haga de manera más acelerada que en lugares como Fuping. Debemos desechar la idea de que las nuevas regiones liberadas no podrán marchar sino con lentitud. En realidad, el Nordeste no es una antigua región libe-
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rada; su parte sur apenas difiere de las zonas liberadas tardíamente al Sur de la Gran Muralla. Probablemente Chiangsú y la zona de Jangchou-Chiasing-Juchou sobrepasarán a las zonas montañosas de Shantung y del Norte de China, liberadas más temprano; además, debe ser así. En general, se puede decir que no es necesario darse prisa en las nuevas regiones liberadas; sin embargo, en aquellos lugares que cuenten con cuadros fuertes, densa población y una topografía no accidentada, podrá obtenerse un desarrollo más rápido una vez que se hayan sentado algunos ejemplos.
En el Norte de China, tenemos ahora seis mil cooperativas. Para duplicar su número, basta repartir cuotas; para triplicarlo, hay que consultar a la gente. Es menester que la repartición de cuotas sea razonable y que se fijen cifras de control, pues de otra manera no tendríamos metas en nuestro trabajo. En el Nordeste de China, el número de cooperativas debe multiplicarse por dos, dos y medio o tres, y lo mismo debe hacerse en el Norte de China. Las cifras de control no deben ser demasiado altas a fin de que las autoridades locales las puedan sobrepasar; al sobrepasarlas, se elevará el espíritu de la gente.
En cuanto al incremento de las cooperativas, debemos esforzarnos por lograr elevados índices de cantidad y calidad, así como bajos costos. Por obtención de bajos costos se entiende aquí la necesidad de evitar que haya "productos de desecho". Todo "producto de desecho", que significa un desperdicio de las energías de los campesinos, provocaría efectos desastrosos, pérdidas en lo político y baja en la producción de cereales. El resultado final que buscarnos es producir más cereales, más algodón, más caña de azúcar, más hortalizas. Si no se consigue una mayor producción de cereales, no habrá solución posible, y sufrirán perjuicio el Estado y el pueblo.
En las afueras de las ciudades, hay que producir más hortalizas; de lo contrario, tampoco habrá salida posible, lo que redundará, igualmente, en perjuicio del Estado y del pueblo. Como allí la tierra es fértil, plana y de propiedad pública, se pueden organizar directamente cooperativas grandes. Desde luego, hay que realizar esta tarea con esmero, pues, en los lugares donde se cultivan hortalizas, es todavía menos admisible un trabajo negligente que en los lugares donde se cultivan cereales. Es necesario establecer cooperativas piloto y evitar el avance temerario.
Para el abastecimiento urbano de hortalizas, no se debe depender de la venta en las ciudades por parte de los campesinos individuales. Tenemos que buscar soluciones en el plano de la producción y asimismo
Entre la oferta y la demanda de cereales y algodón también existe una contradicción agudísima. Dentro de poco, lo mismo sucederá con la carne, la grasa y el aceite comestible. La demanda está aumentando considerablemente, mientras que la oferta se halla muy atrás.
Con miras a solucionar esta contradicción entre la oferta y la demanda, debemos resolver la contradicción entre el sistema de propiedad y las fuerzas productivas. ¿Propiedad individual o colectiva? ¿Propiedad capitalista o socialista? Las relaciones de producción basadas en la propiedad individual chocan de lleno con la posibilidad de una gran oferta. La propiedad individual debe transformarse en propiedad colectiva, en propiedad socialista. Hay cooperativas de tipo inferior; y en ellas los campesinos aportan sus tierras como cuota; pero también hay cooperativas de tipo superior, y en ellas las tierras pertenecen a la colectividad, a las cooperativas.
Se puede decir que la línea general está
destinada a solucionar el problema de la propiedad. La propiedad estatal
existente se amplía mediante la construcción de nuevas empresas
estatales y la reconstrucción y ensanchamiento de otras viejas.
La propiedad privada, que se divide en dos clases -- la del pueblo trabajador
y la de la burguesía --, tiene que transformarse, la primera, en
propiedad colectiva y, la segunda, en propiedad estatal (integrándose
a la propiedad socialista a través de empresas mixtas estatal-privadas).
Sólo de este modo se podrá desarrollar las fuerzas productivas
y llevar a cabo la industrialización del país. El desarrollo
de las fuerzas productivas es lo único que permitirá resolver
la contradicción entre la oferta y la demanda.
En cualquier trabajo, debemos obrar de acuerdo con la realidad; de lo contrario incurriremos en errores. Obrar de acuerdo con la realidad presupone tomar en cuenta las necesidades y las posibilidades, y por posibilidades se entiende las condiciones políticas, las económicas y las relacionadas con los cuadros. Actualmente es necesario y a la vez posible incrementar el número de cooperativas de producción agrícola; existen grandes potencialidades al respecto. No ponerlas en juego
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significaría no avanzar so pretexto de un desarrollo seguro. Los pies sirven para andar, y es un error permanecer siempre parado en un mismo sitio. Es incorrecto disolver por la fuerza cooperativas que reúnen las condiciones necesarias; lo es siempre, sin que importe en qué año se lo haga. "Rectificar la precipitación y el avance temerario" fue a la postre, una ráfaga de viento que, soplando de arriba abajo, derribó cierta cantidad de cooperativas que no debían ser derribadas. Hay que averiguar cuáles son las que fueron derribadas injustificadamente, decirlo con claridad y reconocer el error; de otro modo, los cuadros cantonales y los activistas de esos lugares quedarían alimentando resquemores.
Es preciso trabajar por el socialismo. "Proteger firmemente los bienes privados" es un concepto burgués. "Andar juntos todo el día hablando pero sin tocar la doctrina y contentarse, en cambio, con hacer pequeños favores: así ¡qué difícil es llegar a alguna parte!" "Hablando pero sin tocar la doctrina" significa, en los tiempos que corren hablar sin tocar el socialismo, no trabajar por él. Es cierto que constituyen buenas obras cosas como otorgar crédito agrícola, dar cereales en calidad de socorro, atenerse a las tasas fijadas de impuestos, conceder exenciones parciales o totales de impuestos conforme a las disposiciones legales, construir pequeñas obras hidráulicas, abrir pozos y canales, promover la labranza profunda, la siembra compacta y el uso racional del abono y generalizar el empleo de arados de nuevo tipo, de norias, fumigadoras e insecticidas. Pero, realizar todas estas cosas basándose en la economía pequeño-campesina y no en el socialismo equivale nada más que a hacer pequeños favores a los campesinos. Si estas cosas se integran a la línea general y al socialismo, adquirirán otro significado y dejarán de ser pequeños favores. Es menester trabajar por el socialismo e integrar a él estas cosas buenas. En cuanto a eso de "proteger firmemente los bienes privados" y practicar las "cuatro grandes libertades", debe ser considerado, con mayor razón, como pequeños favores y, lo que es peor, se trata de favores para los campesinos ricos y campesinos medios acomodados. "Qué difícil es" realmente "llegar a alguna parte" cuando uno trata de aumentar en gran medida la producción de cereales para resolver el problema cerealero -- problema fundamental de la economía nacional y la vida del pueblo -- no cimentándose en el socialismo sino buscando soluciones en la economía pequeño-campesina y haciendo pequeños favores con la economía individual como base.
Hay un antiguo proverbio que reza: "Cuando se agarra la cuerda clave de la red, se abren todas las mallas. "Sólo agarrando la primera, se pueden abrir estas últimas; la cuerda clave es el tema principal. La contradicción entre el socialismo y el capitalismo y la solución gradual de esta contradicción son nuestro tema principal, la cuerda clave. Agarrando esta cuerda, tendrán su guía todos los trabajos políticos y económicos destinados a ayudar a los campesinos.
Las cooperativas de producción agrícola tienen contradicciones tanto internas como externas. Las actuales cooperativas son semisocialistas, mientras que los campesinos individuales, no incorporados a ellas, se hallan en el marco de la propiedad completamente privada; de ahí la contradicción entre éstos y aquéllas. A diferencia de las cooperativas, en los equipos de ayuda mutua sólo el trabajo es colectivo y el sistema de propiedad permanece intacto. Las actuales cooperativas de producción agrícola se basan todavía en la propiedad privada, pues la tierra, el ganado mayor y los aperos mayores, de propiedad individual, son aportados como cuota a las cooperativas; en ellas también existen contradicciones entre el factor socialista y la propiedad privada, contradicciones que deben ser solucionadas de manera gradual. Ellas se resolverán en el futuro cuando esta propiedad, mitad colectiva y mitad privada, pase a ser totalmente colectiva. Los pasos que estamos dando son seguros: de los equipos de ayuda mutua, que encierran gérmenes de socialismo, a cooperativas semisocialistas y, luego, a cooperativas completamente socialistas (que también se llamarán cooperativas de producción agrícola y no granjas colectivas). Hablando en general, los equipos de ayuda mutua sirven de base para la formación de cooperativas.
En un tiempo hubo algunos documentos que no mencionaban la ayuda mutua ni la cooperación, y a todos ellos yo les agregué frases tales como "desarrollar la ayuda mutua y la cooperación" o "hacer los trabajos políticos y económicos que sean necesarios y factibles". Algunas personas pretendían buscar soluciones en la economía pequeño-campesina y, en consecuencia, se oponían con particular celo a la intervención excesiva en los asuntos de los campesinos. En aquel entonces hubo en efecto intervenciones excesivas. Los "cinco excesos", cuyo origen estaba en los niveles superiores, se vertían por distintos canales hasta las instancias inferiores, provocando allí grandes trastornos. Los "cinco excesos" son inadmisibles en cualquier tiempo, y no sólo en el caso de las zonas rurales, sino también en el de las fábricas y las unidades militares. El Comité Central ha expedido algunos docu-
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mentos dirigidos a combatir la intervención excesiva, lo cual es beneficioso. ¿Qué se entiende por intervención excesiva? Se entiende planificar de manera subjetivista, al margen de la realidad, sin tomar en cuenta las necesidades y las posibilidades o, en el supuesto de que los planes concuerden con la realidad, disponer su ejecución de manera autoritaria. El subjetivismo y el autoritarismo serán inadmisibles aun luego de diez mil años; ellos son inadmisibles no solamente para la dispersa economía pequeño-campesina, sino también para las cooperativas. Sin embargo, no se debe calificar de intervención excesiva el llevar a cabo obras que son necesarias y posibles y hacerlo con métodos no autoritarios. Al examinar nuestro trabajo, debemos tomar esto como criterio. Es erróneo todo cuanto sea subjetivista, todo cuanto esté apartado de la realidad. También lo es recurrir al autoritarismo en cualquier trabajo. No avanzar so pretexto de un desarrollo seguro es desviación de derecha; tratar de hacer a la fuerza lo que no permiten las posibilidades reales es desviación de "izquierda"; ambos casos son subjetivismo. Son erróneos tanto el avance temerario en la organización de cooperativas como la renuncia a formarlas cuando es factible; todavía más incorrecto es disolverlas por la fuerza.
"En el campo la vida es penosa, las cosas no marchan bien y las medidas tomadas no se adaptan a la economía pequeño-campesina" Comentarios como éste se oyen tanto dentro como fuera del Partido. Es cierto que la vida en el campo es un poco penosa, pero hace falta proceder a un análisis apropiado. En realidad, la vida en el campo no es tan penosa, pues los hogares escasos de cereales sólo representan aproximadamente un 10 por ciento, y de este porcentaje la mitad son viudas, huérfanos y ancianos desamparados; aunque enfrentan muchas dificultades por carecer de fuerza de trabajo, podrán recibir ciertos auxilios de los equipos de ayuda mutua y las cooperativas. De todos modos viven mucho mejor que en la época del Kuomintang, ya que se les ha distribuido tierra. Cierto es que las víctimas de calamidades naturales soportan penurias, pero a ellas se les da grano en calidad de socorro. Las condiciones de vida de los campesinos en general son buenas y están en ascenso y, por eso, del 80 al 90 por ciento de los campesinos se sienten alegres y animados y apoyan al gobierno. Los terratenientes y campesinos ricos, que ocupan aproximadamente un 7 por ciento de la población rural, están descontentos con el gobierno. Se dice por ahí que "en el campo la vida es tan penosa que no hay cómo aguantarla"; yo nunca he considerado que las cosas sean así. Algunos se han referido, además de la vida penosa en el campo, a la dispersión
El problema de la línea general no se hubiera resuelto para muchos camaradas sin la Conferencia sobre el Trabajo Económico-financiero celebrada en julio y agosto. La Conferencia tuvo como propósito principal resolver este problema. Allí se criticó a Po Yi-po precisamente por su error de apartarse de la línea general. Esta línea se puede resumir en pocas palabras: realizar gradualmente la industrialización socialista del país y las transformaciones socialistas de la agricultura, de la artesanía y de la industria y comercio capitalistas. La reciente puesta en práctica del sistema de compra y abastecimiento planificados de cereales constituye un extraordinario impulso al socialismo. Y a continuación se celebra esta conferencia sobre la ayuda mutua y la cooperación, que constituye otro extraordinario impulso. Dado que, en lo que va transcurrido del año, se ha contraído en sus dimensiones el movimiento de ayuda mutua y cooperación, la presente conferencia debe dedicar mayores energías a este movimiento. Pero hay que explicar con claridad las políticas; esto es muy importante.
"Dirección activa y desarrollo seguro" es una buena consigna. Sin embargo, en lo que va del año se ha contraído un tanto el movimiento, permaneciendo sin avanzar so pretexto de un desarrollo seguro. Esto no ha sido muy adecuado, pero ha tenido sus ventajas. Como en la guerra, se descansa y se reorganizan las fuerzas después de una batalla para desplegar otra. El problema es que, en algunos lugares, se abandonaron más posiciones de las que se debía y que, en otros, aunque no se llegó a tal punto, se renunció a ampliar nuestras posiciones pudiendo hacerlo, es decir, no se permitió crear más cooperativas ni se ratificó las creadas, de modo que éstas quedaron como ilegales. En el mundo ocurre frecuentemente que muchas cosas nuevas, correctas, son consideradas ilegales. En el pasado, nosotros éramos "ilegales", mientras que el Kuomintang era "legal". Estas cooperativas ilegales, a pesar de todo, se han mantenido y funcionan bien. ¿Se podría seguir negándoles el reconocimiento? La única alternativa es reconocer su legalidad; ellas han triunfado por fin.
En esta conferencia se ha hablado de dirección activa y desarrollo seguro, pero hay que prever también la posibilidad de que se presenten
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algunos contratiempos. Aunque se hable de "activo" y de "seguro", en la práctica puede suceder que la dirección no sea activa o que el desarrollo no sea seguro. Dirección activa y desarrollo seguro implican fijar cifras de control y repartir tareas, y más tarde verificar su cumplimiento. No es permisible dejar de cumplir lo que se puede cumplir, pues esto sería una muestra de desgano por el socialismo. Según se ha investigado, entre el 5 y el 10 por ciento de las cooperativas no funcionan muy bien y han visto disminuida su producción, lo cual es resultado de la ausencia de una dirección activa. Desde luego, es difícil evitar que un número reducido de cooperativas funcionen mal y vean disminuida su producción. Pero se presentará realmente un problema si un 20 por ciento de las cooperativas o incluso más sufren merma.
La línea general supone el cambio gradual de las relaciones de producción. Como dice Stalin, la base de las relaciones de producción es la propiedad[3]. Esto deben tenerlo claro nuestros camaradas. Hoy son legales tanto la propiedad privada como la propiedad social socialista; sin embargo, la primera pasará gradualmente a ser ilegal. "Proteger firmemente los bienes privados" y practicar las "cuatro grandes libertades" en tres mu de tierra, dará como resultado el fomento de la economía del pequeño número de campesinos ricos y conducirá al camino capitalista.
Los cuadros distritales y territoriales deben trasladar gradualmente su trabajo a la ayuda mutua y la cooperación en la producción agrícola, a la causa del socialismo. Si no se dedican a esta causa, ¿a cuál se dedicarán? ¿A la de la economía individual? Los secretarios de los comités distritales y territoriales deben considerar como un asunto de gran importancia trabajar por el socialismo. Es preciso que los secretarios asuman la responsabilidad, y aquí me incluyo yo como secretario del Comité Central. Los secretarios de los burós regionales del Comité Central y de los comités provinciales, prefecturales, distritales, territoriales y, en fin, de todos los niveles, deben asumir la responsabilidad y poner manos a la obra por sí mismos. El Comité Central está concentrando ahora del 70 al 80 por ciento de sus energías en la transformación socialista de la agricultura. Transformar la industria y comercio capitalistas también es trabajar por el socialismo. Los camaradas de los departamentos de trabajo rural a todos los niveles y los asistentes a esta conferencia deben hacerse expertos en la transformación socialista de la agricultura, expertos que conozcan la teoría, la línea, la política y los métodos.
El plan elaborado para el establecimiento de cooperativas de producción contempla la formación de más de 32.000 cooperativas en este invierno y la próxima primavera y de allí hasta la próxima cosecha otoñal, así como la posibilidad de llegar a 700.000 en el año de 1957. Pero hay que prever que, en determinado momento, este proceso puede cobrar repentinamente un ritmo más rápido; llegando el número de cooperativas a un millón, o tal vez aún a más. En una palabra, se precisa tanto de cantidad como de calidad, y se requiere una dirección activa y un desarrollo seguro.
Esta conferencia ha sido exitosa. Si, en lugar de
celebrarla ahora, la hubiéramos dejado para el próximo enero,
habría sido tarde y habríamos perdido este invierno. El 26
de marzo del año venidero celebraremos otra reunión para
verificar el cumplimiento del plan. La presente conferencia ha determinado
la fecha de la próxima y decidido que en ella se verifique el cumplimiento
de su resolución; este método es muy bueno. En el otoño
del año entrante se celebrará una reunión más
para discutir y definir las tareas del invierno.
[1]Jan Sin fue general de Liu Pang, primer emperador de la dinastía Jan. Según Registros históricos, Liu Pang le preguntó una vez cuántos soldados era capaz de mandar, a lo que Jan Sin contestó: "Cuanto más, mejor." [pág. 139]
[2]Véase "Un debate en torno a la cooperativización agrícola y la actual lucha de clases", sec. IV, en el presente tomo. [pág. 141]
[3]Véase J. V. Stalin, Sobre el materialismo dialéctico y el materialismo histórico. [pág. 148]