Liu Shaoqi

Para ser un buen comunista

(1939)

 

2.

Seamos dignos discípulos de Marx y de Lenin

 

Según las disposiciones de los estatutos, puede ser miembro de nuestro Partido toda persona que acepte su programa y los estatutos, pague sus cuotas y milite en una de las organizaciones del Partido. Ninguno puede convertirse en miembro de él si no cumple estas condiciones. Pero ningún comunista debe  contentarse con este mínimum; cada uno debe procurar, como lo estipulan los estatutos, hacer progresos, elevar sin cesar el nivel de su conciencia política y estudiar asiduamente el marxismo-leninismo. Debemos, para nuestra formación y nuestra educación, tomar ejemplo en las palabras y en los actos, en la obra y en las virtudes que han ilustrado la vida de los grandes fundadores del  marxismo-leninismo.

Hablando de Marx, decía Engels:

“...Marx fue ante todo un revolucionario. Su verdadera vocación vital fue colaborar, en esta o en aquella forma, en la destrucción de la sociedad capitalista y de las instituciones estatales creadas por ella, colaborar en la liberación del moderno proletariado, al que él, por primera vez, había dado la conciencia de su propia situación y de sus necesidades, la conciencia de las condiciones de su emancipación. La lucha fue su elemento, y él luchó con una pasión, con una tenacidad y con un éxito como pocos."[5]

Engels decía también de Marx:

“Ninguno de nosotros tiene la visión, con la que él en un determinado momento, en el que había que actuar rápidamente, acertaba siempre con lo adecuado, e inmediatamente se lanzaba sobre el punto decisivo.”[6]

Stalin decía, a propósito de la necesidad de seguir el ejemplo de Lenin:

“Acordaos de Ilich, amadlo, estudiadlo, a nuestro educador, a nuestro jefe. Luchad y triunfad de los enemigos de dentro y de fuera, como lo hacía Ilch. Edificad la vida nueva, las condiciones nuevasde existencia, la cultura nueva, tal como lo hacía Ilch. No despreciéis nunca las cosas pequeñas en el trabajo, pues de las cosas pequeñas nacen las grandes; ese es uno de los preceptos esenciales de Ilich.” [7]

Y en otra ocasión dijo Stalin:

“Los electores, el pueblo, deben exigir de sus diputados que permanezcan a la altura de sus tareas; que en su trabajo no desciendan al nivel vulgar de pequeños burgueses; que permanezcan en su puesto de hombres políticos de tipo leninista; que sean hombres políticos tan lúcidos y tan determinados, como lo era Lenin; que sean intrépidos en el combate, tan implacables con los enemigos del pueblo, como lo era Lenin; que  estén exentos de todo pánico, de toda sombra de pánico, cuando las cosas comienzan a complicarse y se dibuja en el horizonte un peligro cualquiera, que estén tan exentos de toda sombra de pánico, como lo estaba Lenin; que sean tan prudentes y  tan ajenos a toda precipitación, como lo era Lenin, cuando se trate de resolver problemas complejos, a propósito de los cuales hay que saber orientarse exactamente y tener en cuenta ampliamente todos los inconvenientes y todas las ventajas: que sean tan rectos y tan honestos como lo era Lenin; que amen a su pueblo como lo amaba Lenin.” [8]

Así es como Engels caracterizó en algunos rasgos a Marx, y Stalin a Lenin. Así es como cada miembro de nuestro Partido debe asimilarse el pensamiento y las cualidades de Marx y de Lenin, para convertirse en un discípulo digno de estos maestros.   Algunos dicen que es imposible adquirir el pensamiento y las cualidades de estos grandes genios  revolucionarios, de los fundadores del marxismo-leninismo; que es imposible elevar nuestro pensamiento y nuestras cualidades hasta la altura de  la de ellos. Consideran a los fundadores del marxismo-leninismo como genios natos, como seres misteriosos. ¿Es correcto este punto de vista? Pienso que no.   Es verdad que nuestros camaradas, por regla general, están lejos de tener el gran talento y los vastos conocimientos científicos de los fundadores del marxismo-leninismo, y que la mayoría no puede alcanzar, en la teoría de la revolución proletaria, una erudición tan profunda y tan extensa. Pero nuestros camaradas son perfectamente capaces de poseer la teoría y el método del marxismo-leninismo, adquirir el estilo de Marx y de Lenin en su trabajo y en su lucha, elevar sin cesar el nivel de sus cualidades  revolucionarias y convertirse en hombres políticos del tipo de Marx y de Lenin, si tienen verdaderamente la voluntad de ellos, si toman una postura verdaderamente consciente y firme decombatientes de vanguardia del proletariado, si hacen verdaderamente suya la concepción comunista del mundo, no se aíslan nunca del grande y profundo  movimiento revolucionario actual del proletariado y del conjunto de las masas trabajadoras y se aplican al  estudio, a su formación y a su educación.

En Mencius, hay una frase que dice: “Cualquiera puede ser un Yao o un Chuen.”[9] Pienso que esto es correcto. Todo comunista debe hacer con honestidady seriedad lo que emprende, buscar la verdad en los hechos, trabajar duramente en su formación, proseguir conscientemente su educación y hacer todo lo posible por mejorar sin cesar su pensamiento y sus cualidades. No debe considerar el pensamiento y las cualidades de los grandes revolucionarios, fundadores del marxismo-leninismo, como inaccesibles, no debe abandonar sus esfuerzos ni temer el ir adelante. Se convertiría en un “vulgar pequeño burgués” o en una “madera podrida”, que no se podría esculpir.

Debemos, por supuesto, adoptar una actitud correcta, cuando se trata de adquirir las cualidades delos fundadores del marxismo-leninismo y de estudiar el marxismo-leninismo. En caso contrario, no llegaríamos a nada, al menos a nada bueno. De hecho, hay en nuestras filas diferentes categorías de personas, que tienen actitudes diferentes a este respecto.

Hay quienes estudian a Marx y a Lenin sin saber asimilar la esencia del marxismo-leninismo; no hacen sino aprender superficialmente las palabras y las frases. Han leído la literatura marxista-leninista, pero los principios y las conclusiones marxistas-leninistas que contiene esa literatura, ellos son incapaces de utilizarlos como guía para la acción, y son incapaces de aplicarlos a los problemas concretos, prácticos, de la realidad viva. Se quedan satisfechos con saber recitar algunos principios y conclusiones aisladas; se consideran incluso marxistas-leninistas “auténticos”, pero de ninguna manera son marxistas-leninistas auténticos, y sus acciones y métodos son diametralmente opuestos al marxismo-leninismo.

No hemos tenido pocos de esta clase en el Partido Comunista chino. Y algunos representantes del dogmatismo lo hacían, en cierta época, peor aún. No habiendo comprendido absolutamente nada del marxismo-leninismo y sin saber otra cosa más que recitar frases marxistas-leninistas, se consideraban, sin embargo, como “los Marx y los Lenin de China”, se las daban de tales en el seno del Partido y tenían el descaro de exigir a los miembros de nuestro Partido el que se les respetara como se respeta a Marx y a Lenin, el que se los elevaran a las funciones de “jefes” y el que se mostraran leales y fieles para con ellos. Se atrevieron incluso a designarse a sí mismos como “jefes”, sin que se les nombrase, se encaramaron a los puestos responsables y lanzaron órdenes al Partido como patriarcas, intentaron hacer la moral a nuestro Partido, denigrando todo, atacando a sus miembros, o infligiendo sanciones, como bien les parecía, y llevándolos con la vara. No tenían en modo alguno la intención seria de estudiar el marxismo-leninismo o de luchar por la realización del comunismo; eran simplemente arribistas en el Partido, termitas del movimiento comunista. Evidentemente, tales gentes estaban destinadas a ser combatidos, desenmascarados, rechazados en el seno del Partido por la masa de sus miembros. Y, en efecto, eso fue lo que les ocurrió. ¿Pero podemos decir con toda seguridad que no habrá nunca gente así en nuestro Partido? No, no podemos decirlo todavía.

Después, están los que son de una categoría completamente diferente. Se consideran, ante todo, discípulos de los fundadores del marxismo-leninismo, estudian conscientemente la teoría y el método del marxismo-leninismo y tratan de captar su espíritu y su esencia. Admiran el gran carácter y las cualidades de revolucionarios proletarios que tenían sus fundadores, y en el curso de la lucha revolucionaria, hacen conscientemente su educación y se examinan para ver si su comportamiento hacia el trabajo, hacia los demás y hacia ellos mismos está conforme con el espíritu del marxismo-leninismo. Leen y releen las obras del marxismo-leninismo, dedicándose al mismo tiempo a la investigación y al análisis de la realidad viva, a estudiar las particularidades de la época y todos los aspectos de la situación que afronta el proletariado de su país, a unir la verdad universal del marxismo-leninismo con la práctica concreta de la revolución en su propio país. No se contentan con retener los principios y las conclusiones del marxismo-leninismo toman una firme posición marxista-leninista, adoptan el método marxista-leninista, actúan en consecuencia, dirigen con flexibilidad todas las luchas revolucionarias y transforman así el estado de cosas existentes, al mismo tiempo que se transforman ellos mismos. Todas sus actividades están guiadas por los principios generales del marxismo-leninismo y no tienen otro objetivo que la victoria de la causa del proletariado, la liberación de la nación y de la humanidad entera, el triunfo del comunismo.

Su actitud es la única correcta. Sólo adoptando esta actividad ante el estudio del marxismo-leninismo y ante la adquisición de las virtudes de sus fundadores, se convertirá uno en un revolucionario proletario, comunista, del tipo de Marx y Lenin.

El que se aplique realmente a su educación y se haga discípulo fiel de los fundadores del marxismo-leninismo, procurará seguir el ejemplo de sus maestros, mantener la posición marxista-leninista y servirse del punto de vista y del método del marxismo-leninismo para resolver los diferentes problemas del movimiento revolucionario dirigido por el proletariado. No se preocupará en absoluto por su posición o por su prestigio dentro del Partido, no pretenderá nunca ser un Marx o un Lenin y no esperará ni reclamará de los otros el que le testimonien el mismo respeto que a Marx y a Lenin, pues no piensa tener para eso el menor derecho. Pero precisamente porque él actúa de esta manera, por ser Para ser un buen comunista siempre honesto y leal, animoso y firme, y por dar pruebas de una notable capacidad en la lucha revolucionaria, gozará siempre del respeto y del apoyo espontáneo de la masa de los miembros del Partido.

Ciertamente, no es cosa fácil tomar como modelos a los fundadores del marxismo-leninismo ni convertirse en sus discípulos más fieles y mejores. Pero podemos llegar a serlo si tenemos la firme voluntad y la determinación de luchar con energía por la causa del comunismo, si nos aplicamos al estudio del marxismo-leninismo en el curso de la gran lucha revolucionaria de las masas, si sabemos hacer el balance de nuestra experiencia, si emprendemos nuestra formación y nuestra educación bajo todos los aspectos y si nos entregamos durante toda nuestra vida a la causa comunista del proletariado.

 

______________________________

[5] MEW 19, pág. 335.

[6] MEW 36, pág. 218.

[7] J. Stalin: “Para la Rabochaia Gazeta”, Obras escogidas, t. 7. (Nota del autor.)

[8]J. Stalin: Discurso pronunciado ante los electores de la circunscripción Stalin de Moscú (11 diciembre de 1937). (Nota del autor.)

[9] Mencius, libro VI, “Kaotse”, parte II. Los reyes Yao y Chuen son figuras legendarias de la China antigua, conocidas por su bondad y por su sabiduría. (Nota del autor)