Queridos camaradas:
Me he enterado con alegría que emprendéis la publicación de vuestro propio periódico. [2] Una tendencia revolucionaria que nos educa a la juventud, aborta. En el mundo actual, el comunismo es la única tarea de gran amplitud que exige varias generaciones para su completa realización. La revolución proletaria exige continuidad. Asegurar esta continuidad es la misión de la juventud, es decir, vuestra misión. El marxismo muestra cómo hay que hacerlo.
La fuerza del marxismo reside en la unidad de la teoría científica y de la lucha revolucionaria. Sobre estos dos raíles debería avanzar la educación de la juventud comunista. El estudio del marxismo fuera de la lucha revolucionaria puede hacer ratas de biblioteca, no revolucionarios. La participación en la lucha revolucionaria sin el estudio del marxismo conlleva inevitablemente riesgo, incertidumbre y semiceguera. Estudiar el marxismo como marxista no es posible sino participando en la vida y en la lucha de la clase; la teoría revolucionaria es verificada por la práctica, y la práctica es verificada por la teoría. Sólo las verdades del marxismo que han sido adquiridas en la lucha penetran en el alma y la sangre.
Una carta de la Unión Soviética que he recibido hace algunos días afirma que a pesar de las persecuciones monstruosas, los arrestos y deportaciones, nuevas organizaciones y nuevos grupos de oposición de izquierda (bolcheviques-leninistas) se han formado en todos los centros industriales, particularmente en el seno de la juventud. Ninguna represión puede romper la continuidad revolucionaria mientras esta última se apoye sobre la teoría revolucionaria.
Espero con todo corazón que vuestro periódico cumplirá la tarea que le es propia: unificar teoría y práctica. No será fácil. Cometeréis errores; pero también nosotros, los viejos, que tenemos cierta experiencia revolucionaria, cometemos muy a menudo errores, más a menudo de lo que haría falta. Aprenderéis a través de vuestros errores. El segundo y el tercer paso serán más firmes que el primero.
Saludo calurosamente a los jóvenes comunistas proletarios de España en nombre de los miles, y miles de nuestros camaradas de ideas, los bolcheviques-leninistas, que llevan la lucha en las fabricas y las minas y están dispersos en las prisiones y los campos de exilio de la burocracia estalinista.
Vuestro afectísimo,
L. D. Trotsky
[1] T. 3397. Publicado en el nº 1 de Joven Espartaco.
[2] La 3ª conferencia había decidido, a instancia de las otras secciones de la Oposición Internacional, hacer un esfuerzo particular en dirección a la juventud, y particularmente de los militantes de las JJ.CC. Jóvenes militantes, a los que dirigía Ernesto Tojo, habían recibido la misión de publicar un periódico con este fin: Joven Espartaco. La tentativa debía ser por otra parte de corta duración, ya que, algunos meses después, Ernesto Tojo se lanzaba al lado de Lacroix a una actividad fraccional, que financiarán, de una manera paradójica, los fondos recogidos para la acción "jóvenes".