La sección española ha realizado algunos progresos, ha llevado a cabo algunos contactos, que le permiten esperar nuevos éxitos. Sin embargo, es evidente que en la escala de los grandiosos movimientos de las masas españolas los éxitos de la Oposición son aún de poca importancia. La causa principal de esto es que la Oposición no existía antes de la revolución. Se fundó al calor de los acontecimientos y a lo largo de este proceso se ha perdido el tiempo en experiencias cuya inutilidad era manifiesta desde un principio (por ejemplo en Cataluña).
La extrema debilidad de la Oposición española al principio de la revolución se ha puesto de manifiesto en el hecho de que a pesar de la situación extraordinariamente favorable de su país, nuestros camaradas españoles no han conseguido publicar un semanario hasta fecha reciente. La ayuda del exterior no era suficiente o no ha llegado a tiempo. El Soviet de Barcelona ha sido suspendido. No se puede silenciar el hecho de que las razones aducidas por la Oposición española para explicar esta suspensión, eran absolutamente inadmisibles. En lugar de decir claramente: "Somos débiles, no tenemos medios, ayudadnos", los camaradas españoles han declarado que rechazaban pasar por la censura. Cuando los revolucionarios no tienen la fuerza suficiente como para desembarazarse de la censura, deben, por una parte, adaptarse a la legalidad vigente, y por otra decir todo lo necesario en la prensa ilegal. Lo que nunca deben hacer es abandonar la escena invocando tanto la censura como su orgullo, revolucionario, pues esta es una política para quedar bien, no la de un bolchevique.
Actualmente la revolución española ha entrado en la etapa que separa la fase burguesa de la proletaria. Es imposible prever el tiempo que va a durar. De cualquier forma, la Oposición española tiene ahora la oportunidad de realizar un trabajo de preparación más sistemático y mejor planificado. Es imprescindible educar cuadros sin perder un minuto. De cara a esto, el mensual Comunismo, es un arma imprescindible. Además es necesario crear un boletín de discusión serio. Es imposible intentar educar cuadros únicamente en base a las cuestiones nacionales. El hecho de que los camaradas españoles hayan dedicado tan poco tiempo a las cuestiones internacionales puede explicarse por la juventud de la Oposición y por el ritmo trepidante que han tomado los acontecimientos en el curso de la revolución española. Sin lugar a dudas esto explica el hecho de que haya sido tan escasa la intervención de la Oposición en las cuestiones internacionales, revistiendo un carácter episódico, lo que de ninguna forma ha sido positivo[2].
[1] Resumen de una carta enviada a todas las secciones de la Oposición de izquierda, publicada en un boletín interno de la C.L.A. en 1932. Aquí se encuentra lo esencial de los críticas de Trotsky en su correspondencia con Nín, bajo un aspecto muy atenuado y con un carácter evidentemente pedagógico, ya que estaba dirigida a todos los militantes.
[2] La respuesta del C.E. de la Oposición española, redactada y firmada por Lacroix, el 17 de enero de 1932 (archivos Vereecken), contenía una viva reacción al conjunto de las críticas formuladas Por Trotsky. Lacroix intenta justificar el escaso interés de la Oposición española ante las cuestiones internacionales, por falta de tiempo. Después retoma las acusaciones contra Molinier y Frank Y reprocha a Trotsky que les defienda, mientras regatea desde entonces su ayuda a los camaradas españoles. No hace ninguna alusión a las críticas formuladas por Trotsky respecto a la política llevada en Cataluña con Maurín, ni sobre la desaparición de El Soviet. A partir de esta carta comienza el deterioro de las relaciones entre Trotsky y la Oposición española.