Kadikei, 12 de abril de 1931
1. La monarquía ha perdido el poder, pero espera reconquistarlo. Las clases poseedoras están todavía firmes en sus estribos. El bloque de republicanos y socialistas se ha colocado en el terreno del cambio republicano para evitar que las masas tomen el camino de la revolución socialista. ¡Desconfiad de las palabras! ¡Actuar es lo que hace falta! ¡Para comenzar: detención de los dirigentes más destacados y sostenedores del antiguo régimen, confiscación de los bienes de la dinastía y de sus lacayos más comprometidos! ¡Armamento para los obreros!
2. El gobierno, apoyándose en republicanos y socialistas, se esforzará por todos los medios por ampliar sus bases hacia la derecha, en dirección de la gran burguesía, e intentará capitular a fin de neutralizar a la Iglesia. El gobierno es un gobierno de explotadores creado para protegerles de los explotados. El proletariado está en oposición irreconciliable con el gobierno de los agentes republicanos "socialistas" de la burguesía.
3. La participación de los socialistas en el poder significa que irán acrecentándose los choques violentos entre obreros y jefes socialistas. Esto abre amplias posibilidades a la política revolucionaria del frente único. Cada huelga, cada manifestación, cada acercamiento de los obreros a los soldados, cada paso de la masa hacia la verdadera democratización del país, se va a enfrentar de ahora en adelante con la resistencia de los jefes socialistas como hombres "del orden". Por consiguiente, es tanto más importante para los obreros comunistas el participar en el frente único con los obreros socialistas, sindicalistas y sin partido, y arrastrarles más tarde detrás de ellos.
4. Los obreros comunistas constituyen hoy una pequeña minoría en el país. No pueden aspirar al poder de una manera inmediata. Actualmente no pueden proponerse como objetivo práctico la caída violenta del gobierno republicano-socialista. Toda tentativa en este sentido sería una aventura catastrófica. Es necesario que las masas de obreros, soldados y campesinos atraviesen la etapa de las ilusiones republicanas "socialistas" a fin de liberarse de ella más radical y definitivamente. No engañarse con frases, observar los hechos con los ojos muy abiertos, preparar tenazmente la segunda revolución, la revolución proletaria.
5. La tarea de los comunistas en el periodo actual, consiste en ganarse a la mayoría de los obreros, la mayoría de los soldados,la mayoría de los campesinos. ¿Qué hace falta para eso? Agitar, educar a los cuadros, "explicar con paciencia" (Lenin), organizar. Todo eso a base de la experiencia de las masas y de la participación activa de los comunistas en esta experiencia: la política amplia y audaz del frente único.
6. Con el bloque republicano-socialista o bien con partes de éste, los comunistas no deben hacer ninguna transacción que pueda limitar o debilitar de una forma directa o indirecta la libertad de crítica y de agitación comunista. Los comunistas explicarán, por todas partes y sin descanso, a las masas populares que en las luchas contra todas las variedades de la contrarrevolución monárquica estarán en primera fila, pero que para semejante lucha no es necesario ninguna alianza con los republicanos y los socialistas, cuya política estará inevitablemente basada en concesiones a la reacción e intentarán ocultar las intrigas de ésta.
7. Los comunistas emiten las más radicales consignas democráticas: libertad completa para las organizaciones proletarias, libertad de auto administración local, elegibilidad de todos los funcionarios por el pueblo, admisión al voto de hombres y mujeres a partir de 18 años, etc., creación de una milicia obrera y, más tarde, de una milicia campesina. Confiscación de todos los bienes de la dinastía y de los bienes de la Iglesia en favor del pueblo, en primer lugar en favor de los parados, de los campesinos pobres y para el mejoramiento de la situación de los soldados. Separación completa de la Iglesia y del Estado. Todos los derechos cívicos y libertades a los soldados. Elegibilidad de los oficiales en el ejército. El soldado no es un verdugo del pueblo, tampoco un mercenario armado de los ricos, ni un pretoriano, sino un ciudadano revolucionario, hermano de sangre del obrero y del campesino.
8. La consigna central del proletariado es la de soviet obrero. Esta consigna deberá anunciarse, popularizarse incansable y constantemente, y a la primera ocasión hay que proceder a su realización. El soviet obrero no significa la lucha inmediata por el poder. Es ésa sin duda la perspectiva, pero a la que la masa sólo puede llegar por el camino de su experiencia y con la ayuda del trabajo de clarificación de los comunistas. El soviet obrero significa hoy la reunión de las fuerzas diseminadas del proletariado, la lucha por la unidad de la clase obrera, por su autonomía. El soviet obrero se encarga de los fondos de huelga, de la alimentación de los parados, del contacto con los soldados a fin de evitar encuentros sangrientos entre ellos, de los contactos entre la ciudad y el pueblo, con objeto de asegurar la alianza de los obreros con los campesinos pobres. El soviet obrero incorpora representantes de los contingentes militares. Es así solamente, como el soviet llegará a ser el órgano de la insurrección proletaria y, más tarde, el órgano del poder.
9. Los comunistas deben elaborar inmediatamente un programa agrario revolucionario. La base de éste tiene que ser la confiscación de las tierras de las clases privilegiadas y ricas, de los explotadores, empezando por la dinastía y la Iglesia, a favor de los campesinos pobres y de los soldados. Este programa debe adaptarse concretamente a las diferentes zonas del país. Teniendo particularidades económicas e históricas singulares, es necesario crear inmediatamente en cada provincia una comisión para la elaboración concreta del programa agrario en estrecha relación con los campesinos revolucionarios de la región. Es necesario saber comprender la voz de los campesinos para formularla de una manera clara y precisa.
10. Los socialistas que se dicen de izquierda (entre los cuales hay honrados obreros) invitarán a los comunistas a hacer un bloque e incluso a unificar las organizaciones. A esto los comunistas responden: "Estamos dispuestos, en el interés de la clase obrera y para la solución de determinadas tareas concretas, a trabajar unidos con todo grupo y con toda organización proletaria. Con este fin proponemos correctamente la creación de soviets. Representantes obreros, pertenecientes a diferentes partidos, discutirán en esos soviets sobre todas las cuestiones actuales y todas las tareas inmediatas. El soviet obrero es la forma más natural, más abierta, más honesta y más sana de la alianza en vista del trabajo común. En el soviet obrero, nosotros los comunistas, propondremos nuestras consignas y nuestras soluciones y nos esforzaremos para convencer a los obreros de lo correcto de nuestro camino. Cada grupo debe gozar en el seno del soviet obrero de una entera libertad de crítica. En la lucha para los objetivos prácticos propuestos por el soviet, nosotros, los comunistas, estaremos siempre en primera fila". Esta es la forma de colaboración que los comunistas proponen fraternalmente a los obreros socialistas, sindicalistas y sin partido.
Asegurando la unidad en sus propias filas, los comunistas ganarán la confianza del proletariado y de la gran mayoría de campesinos pobres, con su brazo armado ellos tomarán el poder, y abrirán la era de la revolución socialista.