Escrito: 7 de mayo de
1919
Fuente digital de esta edicion: en el Mia.org
Traduccion: Matteo David, agosto 2019.
El Partido, las organizaciones soviéticas y sindicales de las provincias y los uyezds están pasando una gran prueba. Del vigor y la precisión de su trabajo depende el éxito de las operaciones en los frentes oriental y meridional.
Sería criminalmente frívolo suponer que con la recuperación de Buguruslan, Sergiyevsk y Chistopol nuestra tarea en el frente oriental está llegando a su fin. No es así, está lejos de ser así. Animado por la prolongada retirada de nuestros ejércitos orientales, Kolchak avanzó demasiado. Cuando el giro entró en la moral de nuestras fuerzas, cuando pasamos a la ofensiva, pronto aplastamos su vanguardia. Pero sólo su vanguardia. Cuán numerosas son las reservas de Kolchak, y qué firmeza mostrarán, sólo se puede descubrir en la práctica. Sólo el desarrollo ulterior de las operaciones nos pondrá en conflicto directo con las reservas de Kolchak. Y no es difícil predecir que la presión que nuestros ejércitos del frente oriental están ejerciendo en la actualidad no será suficiente para lograr una victoria completa.
No tenemos derecho a quedarnos quietos. No tenemos derecho a perder el ritmo. Debemos seguir avanzando, desarrollar nuestro éxito, no permitir que el enemigo se detenga, realizar la reagrupación que necesita, consolidarnos y desairarnos.
Ahora tenemos en nuestras manos la gran ventaja de la iniciativa. Debemos mantenerlo. Debemos avanzar, avanzar, avanzar, avanzar, hasta que hayamos aplastado completamente las bandas de Kolchak. Pero para ello, el frente necesita refuerzos. Lo expedito de su llegada dependen del vigor y la precisión del trabajo del poder soviético a nivel provincial y de los uyezd. Hasta ahora, este trabajo se ha realizado mucho más lentamente de lo que las circunstancias lo exigían. Las resoluciones y el apoyo al frente oriental fueron mucho más abundantes que los refuerzos y reclutas. Sin embargo, no cabe duda de que los obreros y campesinos están dispuestos a darlo todo por la victoria sobre Kolchak. Todo lo que se necesita es que los aparatos provinciales y uyezd del poder soviético trabajen de manera constante, precisa y sin interrupciones. Es necesario que nadie se atreva a dejar para mañana lo que pueda hacer hoy.
Nuestras organizaciones locales están pasando una gran prueba en la actualidad. La tarea del Partido y del centro soviético consiste en comprobar con precisión que se supera esta prueba. Los trabajadores emprendedores, fiables, capaces y concienzudos se dan a conocer precisamente en los momentos críticos. Llevados a la vanguardia por las circunstancias, en el futuro deben tener la oportunidad de aplicar sus capacidades a una escala más amplia. Por el contrario, los trabajadores que, en las localidades, se ven desbordados por las telarañas del burocratismo deben ser removidos de sus puestos.
La gran prueba por la que atraviesa el país no puede en ningún caso pasar sin consecuencias para nuestro trabajo interno de construcción. El esfuerzo de todas nuestras fuerzas debe llevar a una purga del aparato soviético de todos los elementos de pasividad, desconsideración y putrefacción, y a que la dirección del trabajo se asigne a todos los elementos creativos de la clase obrera. ●
El 7 de mayo de 1919, Kazan-Shikhrany, En el camino, No.43