Escrito: 16 de mayo de
1919
Fuente digital de esta edicion: en el Mia.org
Traduccion: Matteo David, mayo 2019.
La Provincia de Moscú y de Petrogrado son la concentración de la vida política e industrial más importante en nuestro país. Es allí donde los bienes de consumo y medios de producción son manufacturados. También la conciencia del pueblo se elabora y se perfecciona donde los pensamientos, sentimientos y esperanzas del pueblo toman forma de demandas, consignas y programas específicas.
Pero si hay vida en el centro no debe morirse, es necesario que el centro reciba nutrición de los territorios fronterizos. Moscú y Petrogrado necesitan pan para sus obreros. Necesitan carbón y hierro para su producción. Necesitan algodón, para generar textiles. La materia prima debe fluir desde las zonas fronterizas ricas de nuestro país hacia el centro, y después de ser procesado allí y transformado en productos necesarios para la vida, es necesario extenderlo por todo el país.
La contrarrevolución burguesa y propietaria ha ocupado territorios fronterizos, se consolidó allí, e interrumpió la circulación económica del país. Ni el carbón ni el cereal nos llegan desde el Sur ni del Este del pais. El Centro azotado por la hambruna no da al Sur ni al Este los textiles y maquinaria que necesitan.
Una vida firme, apropiada de la economía, para el bien de todo el pueblo trabajador, puede restaurarse por un medio unicamente: avasallar a los buitres contrarrevolucionarios, limpiando la zona fronteriza, y enlazandolos con el centro a través de vías férreas que funcionan correctamente.
En primer lugar, necesitamos carbón. Nuestras fábricas, ferrocarriles, buques de vapor y calefacción del hogar tienen una necesidad mortal de carbón nuestro propio carbón soviético. Tan pronto como restablezcamos la producción de este inestimable material en la cuenca del Donets, ningún bloqueo angloamericano nos causará terror. Con su propio carbón Soviético y su propio mineral de hierro Soviético, la Rusia soviética construirá sus propias máquinas soviéticas, con el fin de convertir el algodón Soviético en textiles soviéticos.
En la cuenca del Donets está enterrado un gran tesoro, del que depende el bienestar, prosperidad y felicidad de todo el país. Este tesoro tiene que ser ganado por la fuerza de las armas.
La movilización de los trabajadores del Donets está teniendo lugar en estos momentos. Han sufrido más que nadie las consecuencias de la interrupción de la vida económica y de la furia ebria y salvaje de las ordas Krasnovistas y Dinikinistas. Y los trabajadores del Donets, estarán en primera fila en la lucha por el carbón Soviético.
Esta lucha no llevará mucho tiempo. En su último ataque el enemigo gastó todo lo que le quedaba de sus reservas y de su fuerza. Ya ha comenzado a debilitarse visiblemente. El 15 de mayo capturamos Luhansk, que habíamos perdido por poco tiempo.
¡No hay que perder el tiempo! ¡Debemos avanzar hacia el exterminio total de las ordas Dinikinistas!
¡Proletarios del Donets! ¡Adelante, a la lucha por el carbón Soviético! ●
El 16 de mayo de 1919
En la Estación de Shipilovo.
'En el Camino', No.46