Escrito: de
1919
Fuente digital de esta edicion: en el Mia.org
Traduccion: Matteo David, agosto 2019.
¡Camaradas soldados, comandantes y comisarios!
¡Habiendo recibido instrucciones del Consejo de Comisarios del Pueblo de visitar su frente, saludo a todos los honorables, firmes y valientes guerreros de su ejército.
Les saludo en nombre de los soldados del frente del sur, que ha dado un golpe mortal a las bandas de Krasnov y que ahora se acerca triunfalmente a Rostov y Novocherkassk.
Les saludo en nombre de las tropas del ejército ucraniano, que han liberado Jarkov, Poltava, Yekaterinoslav, Chernigov, Kiev y Yelizavetgrad.
Le saludo en nombre de las tropas del frente oriental que, después de despejar el Volga, se han puesto a despejar los Urales y que, tras tomar Orenburgo, han vuelto a unir la Rusia soviética con el Turquestán soviético.
Les saludo en nombre de las tropas del frente occidental, que han liberado a Letonia, Lituania y Bielorrusia del yugo de la Guardia Blanca alemana.
¡Camaradas! La Rusia soviética sólo ha observado, con sorpresa, retrocesos en los últimos tiempos en el sector en el que se encuentra su ejército. En lugar de avanzar y liberar a los obreros y campesinos, como corresponde a las tropas revolucionarias, hasta ahora han estado retrocediendo.
¿Por qué es esto?
¿Es nuestro enemigo tan fuerte?
De ningun modo, nuestro enemigo son pocos en número. Eres incomparablemente más numeroso. Si usted se ha retirado y ha permitido que el enemigo insolente tome ciudad tras ciudad, la culpa de esto radica en la falta de firmeza de sus propias filas.
Sé que en su ejército no sólo había soldados individuales, sino también regimientos enteros que lucharon con honor y valentía. Todos ellos serán seleccionados y recompensados. Sus nombres serán pronunciados con respeto en toda la Rusia soviética. Ordeno a los comandantes y comisarios de todas las unidades que compilen un registro cuidadoso de todos los soldados que se han distinguido, y que lo envíen a través de los canales apropiados para que puedan ser recompensados.
Pero también ha habido entre vosotros muchos soldados inconscientes, cobardes e incluso deshonrosos, muchos egoístas que, en el momento de peligro, no han pensado en los trabajadores, no en sus camaradas de armas, sino sólo en ellos mismos, en sus propias pieles. Estos egoístas han traído la desintegración a los regimientos rojos y a menudo los han incitado a retirarse de manera vergonzosa. Estos egoístas a menudo han desertado y han incitado a los indecisos a desertar. Tal conducta ha hecho de su ejército el más débil e indefenso de los numerosos ejércitos de la República Soviética.
Ahora hay que poner fin a esto. Los regimientos rojos no deben retirarse. No puede haber deserción de las filas de las fuerzas revolucionarias. La causa por la que ustedes luchan es la más grande y sagrada del mundo: están defendiendo la revolución obrera y campesina de la avalancha de odiosas bandas de terratenientes y burgueses, que gozan del apoyo del imperialismo anglo-francés.
Su ejército vigila los accesos a Petrogrado Rojo. La Guardia Blanca estonia y finlandesa ya se jacta de que capturará este gran centro de la revolución obrera y campesina. ¡De ningun modo, lo será! Su ejército debe recomponerse y elevarse al nivel de los otros, los mejores, los ejércitos victoriosos de la República Soviética. Advierto a los comandantes y comisarios que el incumplimiento de las órdenes militares les impondrá una terrible responsabilidad en primer lugar.
Los mejores soldados deben apoyar a los comandantes y ayudarles a utilizar una mano dura para tratar con los cobardes y los egoístas. No debe quedar impune ni un solo delito. Al mismo tiempo, no se debe dejar sin recompensa ni una sola hazaña de armas.
El Tribunal Militar Revolucionario de Campaña debe castigar despiadadamente a todos los soldados que traicionen a sus hermanos en la batalla.
¡Honor y gloria a los valientes y conscientes soldados!
¡Muerte a los egoístas, desertores y traidores!
!Viva el Ejército Rojo Obrero y Campesino! ●