Leon Trotsky

EL PARTIDO COMUNISTA Y EL EJÉRCITO ROJO

SOBRE LOS COMISARIOS MILITARES

 


Escrito: En el otoño de 1918
Fuente de esta edicion: MIA.org
Traduccion: Rodrigo Cisterna, 6 de nov de 2015
Html: Rodrigo Cisterna, 2014


 

El cargo de comisario militar, especialmente el comisario de un regimiento, es una de las más difíciles responsabilidades conocidas para la República Soviética. Está lejos de cada camarada, sin embargo, bien desarrollado políticamente, puede hacer frente a las funciones de un comisario militar. Aquí lo que se necesita más que todo es un carácter firme, con calma, coraje vigilante, libre de la precipitación. El comisario, el cual actúa sin preparación, quien se convierte en un regimiento con una intención concreta para "apretar los tornillos", deliberando las cosas bien, correcto y cambiando todo, incluso antes de saber cómo, quién o qué, podrá inevitablemente, enfrentara a la resistencia, los obstáculos y los rechazos, y correrá el riesgo de transformarse en un comisario gruñón. Este es un tipo bastante generalizado, aunque, afortunadamente, no representa más que una pequeña minoría en nuestro cuerpo de comisarios.

El comisario gruñón no está satisfecho todo el tiempo y con todo: con los comisarios mayores, con los comandantes, con el Consejo de Guerra del ejército, con la regulación, en definitiva, con todos y todo. En realidad, esta insatisfacción clamorosa tiene su raíz en el propio comisario: es simplemente incapaz de cumplir sus funciones, y pronto se transformara en un ex comisario. El centro de gravedad del problema no está en absoluto donde buscarlo al mal comisario. El meollo de la cuestión no es la que se atribuyen al comisario de algunas restricciones, que todo lo abarca el poder. Las facultades del comisario son bastante adecuadas. La tarea consiste en aprender, en la práctica y en la experiencia, haciendo uso de estos poderes sin interrumpir el trabajo de otras personas, sino que lo complementa y le da dirección.

No tengo y no existe ninguna orden diciendo al comisario: "no tiene derecho a intervenir en algun tipo de disposición de ninguna clase que son hechas por parte de los comandantes".

El ámbito en el que el comisario tiene la menor cantidad de "derechos" es el de las operaciones de comando. Toda persona sensata es consciente de que no puede haber dos mandos a la vez, y sobre todo en ninguna situación de combate. Pero a nadie ha prohibido que el comisario exprese su opinión con respecto a los problemas operativos, dando consejos, supervisarsando la ejecución de una orden de operaciones, etc. Por el contrario, todo esto incide en el ámbito laboral del comisario, y si entiende lo que está haciendo, siempre ejercerá un grado significativo de influencia, incluso en la esfera de mando.

En el ámbito organizativo, administrativo y de suministro, donde los principales problemas no se resuelven en situaciones de combate, sino en el período preparatorio, en la retaguardia, los comisarios y los comandantes deben trabajar en conjunto y, en general, los derechos que poseen son idénticos. Si, día tras día, no están de acuerdo en cuestiones esenciales, esto debe significar que uno u otro de ellos no comprenden las tareas fundamentales de la labor constructiva en el campo militar. En ese caso, será necesario remover el comandante o el comisario, teniendo en cuenta que aquellos, en su obra, se han apartado del camino correcto. Si el desacuerdo entre ellos se relaciona con un asunto secundario, la práctica, esto debe ser remitido a través de los canales habituales de arbitraje. Este procedimiento se habia, de hecho, desde hace tiempo establecido en nuestras unidades, y ha sido confirmado por las órdenes apropiadas y las interpretaciones.

En el ámbito de la educación política es el comisario que maneja la batuta del director, así como en la esfera de mando de las operaciones siempre será ejercido por el comandante. Pero eso no significa en absoluto que el comandante no tiene derecho a "interferir" en el trabajo político, si esto le interesa, y un buen comandante no puede dejar de tener un interés, ya que el estado del trabajo político tiene una enorme influencia en la capacidad de combate de una unidad.

Cuanto más el comisario intenta comprender el trabajo de las operaciones, y el comandante trata de entender mejor el trabajo político, más se llegará a ese sistema de un solo hombre con autoridad en la que la persona que lo colocó a la cabeza de una unidad que esta combinada en si, tanto el comandante y el comisario, es decir, el líder en la batalla y el maestro político. ●

Otoño de 1918