Escrito: El 31 de mayo
1918
Traduccion: Matteo David, agosto de 2018.
Html: Marxists Internet Archive.
A las unidades Checas les he dado permiso a viajar hasta Vladivostok a fines de marzo, donde tomaron pasaje hacía Francia, para el traslado la condición establecida es que los checos deben entregar todas sus armas a excepción de una cantidad determinada necesaria para fines de protección interna.
El desembarco nipon en Vladivostok, en la primera quincena de abril. Sus intenciones aún no se conocían. Por consecuencia, no resultaba posible determinar si los checos por su propia cuenta tomarían el barco a Vladivostok. Conforme á la instrucción general del Gobierno, detuve el traslado de las unidades Checas. Le expuse a los representantes de la misión militar francesa, y los representantes del Consejo Nacional Checoslovaco, que vinieron, que el alto del traslado de las unidades Checas no inspiraba por la hostilidad a los checos, sino se debió exclusivamente a la nueva situación política y estratégica en el Extremo Oriente. Al mismo tiempo, propuse a los representantes del Consejo Nacional, los señores Maxa y Cermak, que obtengan de los gobiernos británico y francés el estado de derecho que estaban dispuestos para recibir a los checos a bordo de sus buques en Arcángel y Múrmansk. Me encargue de enviar a los checoslovacos hasta aquellos lugares, dentro de un período determinado, que decidiera la negociación. Aunque los señores Maxa y Cermak me prometieron suministrar dentro de un par de días una misma declaración oficial de los gobiernos interesados de Gran Bretaña y Francia, yo no he recibió ninguna comunicación de este tipo. En un intercambio privado de opiniones con el Sr. Lockhart, el plenipotenciario británico, le demostré la necesidad de que los Gobiernos británico y francés al adoptar una decisión definitiva con respecto a los checos, ya que era casi imposible retener a estos hombres durante meses en sus unidades, especialmente durante el verano. El Sr. Lockhart fue incapaz de darme una respuesta, limitándose a señalar que la cuestión del envío, es algo muy importante, y que no sabía si el Gobierno británico por su cuenta enviaría el número de buques necesario. He aquí la cuestión se mantuvo muy inestable por causas ajenas al gobierno soviético, pero únicamente por las siguientes razones: por un lado, el desembarco nipon en Vladivostok, y, por otro, la falta de una declaración definitiva por parte los Gobiernos de Gran Bretaña y Francia.
Los elementos contrarrevolucionarios en las unidades Checas y sus aliados de la burguesía y reaccionarios rusos explotaron el estado indeterminado y prolongado, han hecho todo lo que podían, contribuyó a una interpretación de la situación pero que no era cierto, alimentando entre los checos la sospecha de que el poder soviético trataba de entregarlos en manos de los alemanes. Ya he expuesto por escrito estos rumores absurdos, y como el que canallas solo podrían esparcirlo y los tontos podrían creerles.
Nuestro fracaso de recibir la menor respuesta por parte de Gran Bretaña y Francia, sugeri la siguiente propuesta a los checos, a través del camarada Aralov: pudiese siendo imposible el proceso para continuar el convoy - es decir, pudiese Gran Bretaña y Francia no despegar en sus barcos - doy plena oportunidad de permanecer en Rusia; elegiendo las ocupaciones más adecuadas a su formación y su aspiracion, es decir, ya sea para unirse al Ejército Rojo, o se constituyan en trabajadores de las cooperativas, o sirviendo en las compañías de guardia, etc. Esta propuesta, por supuesto, no nada tenia de obligatorio: lo que había de hacerse era ofrecer a los checos una solución a su problema en el caso de que, sin culpar al poder soviético, probasen que su viaje de salida de Rusia sea imposible de lograrlo.
Todas estas propuestas y declaraciones, las cuales fueron inspiradas solamente por la preocupación por los intereses de los checos, fueron interpretadas por los contrarrevolucionarios, como evidencia de hostilidad contra los checos y sirvió para sembrar entre ellos la desconfianza y hostilidad hacia el poder soviético.
Esto dio lugar a un incidente sin precedentes, cuando las unidades Checas se alzaron en armas contra el poder soviético, se apoderaron de las estaciones de tren e incluso asumió la autoridad gubernamental en algunas aldeas. Naturalmente, el poder soviético no puede tolerar tal situación. Totalmente de acuerdo con el gobierno central, como comisario de Asuntos Militares, ordene el desarme inmediato e incondicional de todas las unidades checas y el fusilamiento, de los que se negaron a entregar voluntariamente su arma. En el mismo anuncio prometí, en nombre del Gobierno, a dar todo apoyo a los checos leales, tanto con respecto a su salida de Rusia y en cuanto a garantizar las condiciones de vida en Rusia de aquellos de entre los cuales voluntariamente deben optar por quedarse. Todas estas declaraciones y órdenes siguen estando plenamente vigentes actualmente.
Esto significa: en primer lugar, los checos se comprometen a la entrega, total y sin condiciones, de todas las armas en su poder: en segundo lugar, me comprometo, en nombre del Gobierno soviético central, hacer todo lo posible para que los checos salgan de Rusia en el menor tiempo posible, a través de un puerto u otro, en cuanto al cual un acuerdo práctico debe ser alcanzado con los representantes de los checos y los representantes de Gran Bretaña y Francia: en tercer lugar, los grupos deben estar acompañados por los comisarios que representan a los checos propiamente, al francés y el poder soviético.
El poder soviético se hace responsable de la seguridad integral de los checos y de que les hayan suministrado los medios de vida.
Esta declaración se ha entregado por mí al representante de las unidades checas Vaclav Neubert, quien está garantizado la libre circulación y con el fin de informar a todas las unidades checas de esta respuesta.
Al mismo tiempo, declaro y confirmo que, hasta que se reciban los informes de las instituciones soviéticas que los checos están entregando las armas, las operaciones militares y la concentración de fuerzas contra de los amotinados no será cancelada. La orden para fusilar checos encontrados armados y negándose a entregar sus armas esta permanecerá en plena vigencia: también permanece en plena vigencia el decreto de que cualquier unidad en la que se encuentra un arma deba ser confinada en un campo de concentración.
La cuestión repetida por el representante de las unidades Checas, Vaclav Neubert, en relación con la posibilidad de que los checos pueden ser entregados a algunos enemigos suyos, declaró que la mismo formulación muestra la incomprensión absoluta de los dirigentes de las unidades checas de los principios y la política del poder soviético, y está totalmente fuera de lugar y sin valor. La oferta de los buques del ciudadano ruso fue hecha precisamente para que, en el caso de Gran Bretaña y Francia se nieguen a tomar checos, todos aquellos de los que así lo deseen puedan vivir, con toda libertad y sin ningún tipo de restricción ni de limitación, en el territorio de la República Soviética. Repito una vez más la sospecha de que el poder soviético quiere hacer algún daño, o, peor aún, a cometer algún acto de traición contra los trabajadores y de los campesinos Checos quienes están dispuestos a sacrificarse por sus ideas, es algo que sólo totalmente la gente confundida son capaces, cuando han sido corrompidos por la demagogia, las mentiras y calumnias de los contrarrevolucionarios rusos.
En respuesta a la cuestión complementaria Vaclav Neubert, me deja claro que, después que las armas se hayan entregado de forma voluntaria y conscientemente, ninguna unidad Checa será disuelta. Por supuesto, cualquier persona que lo desee podrá permanecer en Rusia. No podemos y no obligaremos a nadie a abandonar por la fuerza de las armas. Sin embargo, todas las unidades que desean abandonar lo harán en el estado en el cual ellos existen en la actualidad, es decir, como unidades militares.
En respuesta a la cuestión Vaclav Neubert en cuanto a si los soldados checos que voluntariamente entreguen sus armas pueden esperar un castigo, digo: sólo los elementos, es decir, los individuos, serán llamados a rendir cuentas la cual se demostrara según hayan introducido previamente dentro de un acuerdo definitivo con Rusia u otros contrarrevolucionarios, o quienes deliberadamente engañan a las masas de Checoslovaquia, provocando su estallido. En cuanto a toda la masa de los soldados de las unidades checas, quienes fueron llevados en actos rebeldes por la mala voluntad de los contrarrevolucionarios, ninguno de ellos que entreguen voluntariamente sus armas sufrirá ningún tipo de castigo de este modo.
Esta declaración hecha no significa, por supuesto, que se aplican a las unidades quienes ahora serán desarmadas por la fuerza por las tropas soviéticas. El decreto de los fusilamientos de los que se encuentran armados sigue estando plenamente vigente. ●
31 de mayo 1918