Escrito: 10 de julio de
1918
Fuente de esta edicion: MIA.org
Traduccion: Matteo David, noviembre 2018.
Html: Marxists Internet Archive.
Nuestros enemigos nos reprochan por haber cumplido de manera gradual, con atraso, con la necesidad de crear un ejército, y construido de acuerdo con principios sólidos, planificados y científicos.
El programa de nuestro partido, como la de cualesquiera de los partidos socialista de los trabajadores, no describe nada acerca de la destrucción y la supresión del ejército en las circunstancias actuales del período de lucha, sino sólo alrededor de la reconstrucción sobre los nuevos, principios democráticos del servicio militar y el armamento generalizado al pueblo.
Como diré más adelante sobre la modificación que el principio de armamento universal se somete a las circunstancias revolucionarias de la época de la guerra civil. Pero ahora, antes de tratar con esa cuestión, tengo que preguntarles esto: ¿Qué causó la desaparición del antiguo ejército, el cual era un aparato militar regular, hasta con medios materiales e ideológicos y recursos sometida al antiguo régimen, sobre la base de los principios científicos?
La principal causa del colapso del ejército zarista no era el anti-militarismo de la revolución, ni el hecho de que la revolución rechazó la defensa militar como tal, sino solamente por la estructura de clases del antiguo ejército propiamente, contribuia mucho que consistió principalmente , de campesinos y obreros, que hubiera un aparato dirigente que fue construida, organizada y educada a fin de asegurar que este ejército de forma automática sirviese a la clase dominante de aquellos días, con la monarquía en la cúspide de la piramide.
Nunca hubo olvido. Y es por eso que la afirmación hecha por algunos de los especialistas militares que el ejército fue arruinado por la política, y que un ejército puede sobrevivir, como un organismo sano capaz de luchar, solamente si se lo colocan fuera de la política, nos parece que es infundado e infantil.
No hace mucho tiempo, por ejemplo, uno de los más destacados de los viejos generales, Brusilov, informó a la prensa burguesa, a consecuencia de los recuerdos de Kerensky, se publicó en forma de folleto, que la desintegración del antiguo ejército fue un proceso provocado por la revolución, como tal, y que las fuerzas armadas podrían ser reconstruidas sólo a condición de que el ejército estuviera aislado de la línea política. Por la " línea política" se entiende en esta declaración, los intereses de las masas obreras y campesinas, porque nunca ha sido en la historia, y no hay lugar ahora, un ejército que se ubica por "fuera de la línea política".
"La guerra", dijo el famoso teórico alemán de la guerra, Clausewitz, "es la continuación de la política, solo por otros medios", es decir, el ejército de un país en particular está subordinado a la línea política de ese país.
De esto se desprende que el ejército del zarismo no era más que una fuerza armada adaptada al servicio de los intereses del zarismo y cumplia precisamente la línea política del zarismo. Como prueba suprema de esta no voy a recordar su estado externo y el juramento de fidelidad al zar, el llamado himno nacional, el cual fue el himno del zarismo, ni los días de conmemoración ni desfiles - todo lo que creó alrededor al ejército una espesa atmósfera con la línea política Zarista. Me referiré sólo al personal de mando, que se preparo sirviendo como un aparato para someter a las masas campesinas y obreras a las exigencias de los círculos de poder más alto del país.
Y si el viejo ejército se desintegró, eso no sucedió debido a los lemas perniciosos sino por que la propia revolución abrio paso, a saber, la ira por parte de las masas obreras y campesinas contra las clases propietarias que había ocupado anteriormente los mandos. El viejo ejército sólo compartió el destino de la vieja Rusia en general. Si la sublevación de los campesinos contra los terratenientes, de los obreros contra los capitalistas, de todo el pueblo contra el antiguo reino de la burocracia y contra el propio zar significó la ruptura de la vieja Rusia, la ruptura del ejército estaba determinada de antemano, precisamente por esto. Que era inherente a la mecánica interna de la revolución, en la dinámica de las fuerzas de su clase.
Y cuando se nos arroja la acusación de que la Revolución de Octubre infligido una herida incurable en el ejército y se desintegró, me acuerdo muy bien, camaradas, yo estaba viviendo en Petrogrado en el momento, recuerdo, como muchos de ustedes, también, cómo, durante septiembre y octubre, hasta el momento de la revolución de octubre, los delegados vinieron a vernos en el Soviet de Petrogrado, de los regimientos, divisiones, cuerpos y ejércitos enteros, diciendo: "Algo terrible llego a madurar en las trincheras. El ejército no se quedará en las trincheras por más tiempo a menos que se tomen medidas decisivas hacia la paz."
En ese período los soldados habían compuesto las proclamas distribuidas en las trincheras, que nos escribieron, es decir, los soldados, se quedaran aquí hasta la llegada de las primeras nevadas, pero después de eso saldrémos de la trinchera y emprendemos camino.
Y si el Ejército esta desgastado y derrotado internamente - derrotados por encima de todo, bajo el zarismo, por los terribles golpes sufridos de fuera, por el ejército alemán, y luego por la bajeza y la deshonestidad del régimen zarista, y, finalmente, por el engaño cometido por los conciliadores y la burguesía después del período de febrero, cuando se arrojo al ejército al ataque del 18 de junio - si este ejército tres veces derrotado, sin embargo, a lo largo de noviembre, diciembre y enero, a pesar de la terrible marea baja de las trincheras, continuó manteniendo su posición, que fue respaldada únicamente por la presión ideológica de la Revolución de Octubre.
Pero no había ninguna fuerza capaz de mantener a este ejército, como tal, en la existencia, ya que se destruyo internamente: tenía que ser atomizado, disperso - a todos los soldados, que sean obrero o campesino, tuvieron que ser desmovilizados, para volver a su propia colmena de trabajo, su propia célula económica, para que pudiera, renacer, proceda de allí a un nuevo ejército, construido de acuerdo a los intereses y las tareas de las nuevas clases que habían llegado al poder, los obreros y campesinos que no explotan el trabajo ajeno.
"Pero trató de construir el ejército en el principio reclutamiento voluntario", así reza la siguiente objeción.
Yo no conozco a nadie entre nosotros que haya afirmado que el principio de reclutamiento voluntario sea un buen principio para la organización de un ejercito verdaderamente popular, democrático. El principio del servicio voluntario fue adoptado por Gran Bretaña, una potencia depredadora cuya principal preocupación en materia de fuerzas armadas fue la organización de una marina de guerra - y una armada no requieren un gran número de hombres. El principio del servicio voluntario también fue adoptado por los Estados Unidos, que hasta hace poco, no emprendían una política imperialista de conquista fuera de Estados Unidos, debido al territorio americano ofrecia un amplio margen para la burguesía del Nuevo Mundo.
Aparte de los Estados Unidos y Gran Bretaña, en absolutamente todos los países democrático- burgueses, el principio de servicio militar se aplicó invariable, siendo dictado, allí también, por las circunstancias generales, el régimen de la vida política.
Ningún Partido de los obreros y campesinos, ni del poder soviético, se baso sobre estas clases, podría, en cualquier caso, hacer que la cuestión de la defensa del país dependan de la afluencia de voluntarios. Se recurrió a una aplicación temporal del principio de reclutamiento voluntario, ya que estabamos bajo el peso de un fardo, en otras palabras por un momento, crucial de la revolución, cuando el viejo ejército habia estallado y dispersado, y, con ella, el viejo aparato de la administración militar, tanto en el centro y en las localidades.
Construir el nuevo ejército de acuerdo con las leyes dictadas por los intereses de las clases trabajadoras era necesario, en primer lugar, que el viejo ejército que finalmente sea dispersado, con los soldados de vuelta a sus celdas de trabajo y a su estatus social como obrero y comienzan a transformarse en la materia prima de la que luego sería posible construir un nuevo ejército, socialista, y, en segundo lugar, que un aparato de la administración militar sea formado previamente, en el centro y en las localidades, un aparato que sería competente para registrar a todo el material humano disponible y traerlo de manera planificada, en cumplimiento de los más importantes de todos los deberes ciudadanos el deber de defender el régimen soviético de obreros y campesinos y a la patria.
Camaradas, por eso, en un momento en que todavía no habiamos logrado la creación de órganos para el registro, llamando a la formación y los nuevos cuadros, a su vez, cuando no era posible suponer que nuestros enemigos, internos y extranjeros, se hubieran ido a dormir, sólo podiamos apelar al pueblo, diciendo: "trabajadores, y campesinos, que se ven en la difícil situación que el poder soviético, nuestro poder, responderá, y aquellos de ustedes, de las filas del antiguo ejército, de las fábricas y de los pueblos, que quieran salvar a la patria socialista, a la vez ocupar su lugar bajo la bandera del Ejército Rojo, como voluntarios."
Esto no fue el principio por el que hemos luchado ni promovido. Fue una medida de compromiso necesario para un momento particular, porque no había otra solución a mano. Pero si toman todos nuestras intervenciones de principio desde la revolución de octubre, todos nuestras intervenciones programaticas, que que serán capaces de establecer que se considera el principio de reclutamiento voluntario, precisamente como una medida temporal, un paliativo, como una medida que fue contraria en principio a la tarea de construir un ejercito real de obreros y campesinos.
Por eso nos planteamos la tarea, en primer lugar, la creación de un órgano de la administración militar en las localidades, un órgano de registro, la convocatoria a las filas, la formación y capacitación. Los comisionados militares locales no son los departamentos más extensos de los soviets locales, sino están subordinados jerárquicamente, el uno con el otro, hasta el Comisariado del Pueblo de Asuntos Militares.
Camaradas, es una de las más importantes reformas administrativas militares: sin la aplicación cuidadosa y precisa de esta medida en las localidades que no podríamos cumplir ningun traslado serio, incluso cuando las condiciones para que esta mejore - y mejorarán cuando llegue el momento de la recolección en la nueva cosecha.
La creación del nuevo ejército se ve afectada por la circunstancia general del país, su circunstancia económica, la presencia de reservas de alimentos, transporte, etc. Todas estas dificultades, de la que los comisarios del pueblo en particular y delegados de las localidades han venido a hablar aquí, la desorganización de los asuntos y otros fenómenos, todo esto está reflejado en la actividad del Departamento Militar y dificulta el trabajo de crear el ejército. No digo esto con el fin de reforzar el escepticismo de nadie: por el contrario, me lleno de la misma fe que, sin duda, vive en cada uno de ustedes, la fe que hemos de hacer frente a todas las dificultades y peligros, los vencerá, cada uno, y creara condiciones favorables para la consolidación de la República Soviética.
Lo que tenemos que hacer ahora, sobre todo y antes que nada, es crear un aparato de administración militar en los region, comarcas, provincias y distritos. No tengo nada que decir acerca de las comisariados de Volost. Se han creado en tan sólo una insignificante minoría de comarcas. Sin embargo, las comisarías de Uyezd no existen en todas partes, ya sea, y los que no están completamente organizadas, no tienen todos sus departamentos, y no siempre tienen el establecimiento que establece para ellos, que, no tienen especialistas. Incluso las comisarías de la provincia es cojo de una pierna, y a veces de ambas, y la falta de un número suficiente de trabajadores calificados, los comisarios con autoridad y sólidos. Y sin todo eso, no podemos, por supuesto, crear un ejército en absoluto.
Además, es necesario que cada intendencia se mantenga bien en cuenta su dependencia jerárquica de la comisaría que clasifica por encima de ella: la dependencia de la comisaría de Volost en la de la Uyezd, de la comisaría Uyezd en la comisaría de la provincia, de la comisaría de la provincia en que del distrito, de este último en el centro, en Moscú. Este es un mecanismo simple, pero tiene que ser dominado, y esto no se hace siempre. El centralismo soviético es, en general, aún en un estado rudimentario, pero sin ella no conseguiremos nada, ya sea en el ámbito de suministros de alimentos, ni en la esfera militar.
Por su propia esencia, un ejército es un aparato estrictamente centralizado, estrechamente vinculado por hilos con su centro. Sin el centralismo, no existe un ejército.
Han escuchado una declaración realizada aquí, al respecto, no tenemos ninguna necesidad en absoluto de un ejército basado en principios científicos, sino que necesitamos escuadrones de guerrilla. Pero esto es como si nos dijeran: el Gobierno obrero y campesino no necesita ferrocarriles, vamos a utilizar el transporte de tracción animal. Vamos a echar los arados de vapor, y volvemos al arado de madera Andréievna. En general, volvamos al régimen de los siglos XVI y XVII. Volver a las unidades guerrilleras significa un salto hacia atrás de siglos enteros.
Sí, de hecho, cuando estábamos trabajando en la clandestinidad formamos unidades de guerrilla, pero tratamos de poner en ellos el máximo grado de centralización y de unidad de acción. Sin embargo, no tomó el poder para seguir cojeando hacia nuestro objetivo con métodos primitivos. Después de haber tomado todo el aparato estatal centralizado, queremos reconstruirlo sobre nuevos principios, hasta convertirlo en un aparato de las masas que ayer estaban oprimidas y humilladas. Lo que se trata de un experimento histórico muy grande que tiene que cumlpir un experimento en la construcción del estado obrero-campesino y la economía y la creación de un Ejército centralizado de obreros y campesinos.
Para ello necesitamos, en primer lugar, introducir el centralismo soviético más estricto. Por desgracia, nos encontramos con la oposición aquí y allá en las localidades, y, me temo, nos encontramos con esto incluso de algunos de los camaradas que están aquí presentes. Psicológicamente, esta oposición se puede entender: que fue engendrado por el dominio del viejo centralismo burocrático, que sofocó toda libre iniciativa, toda la individualidad. Y ahora, cuando hemos derrocado el viejo aparato burocrático, nos parece que cada uno de nosotros puede actuar con total independencia, que puede y va a hacer todo por sí mismo. Nos hemos acostumbrado a buscar en el centro como un obstáculo y una amenaza. Se aplica en el centro, cuando necesitan dinero o vehículos blindados, y todos los subdistritos ahora tienen una gran afición por los coches blindados, y no hay Volost que no pediría en [dinero] una docena de ellos.
Sin embargo, el centro les pueden dar sólo lo que se necesita, y cuando se es necesario, y, además, sólo si son capaces de manejarlo. Debemos poner fin a un procedimiento por el que envían delegados de los Uyezd a Moscú casi para cada paño de pie [los soldados rusos usaban, en lugar de calcetines, tiras de tela enrollada alrededor de sus pies.] que necesitan, suponiendo que éste sea la más rápida manera de conseguirlo. Sin embargo, este procedimiento da lugar a la mayor dislocación y de dificultad. Necesitamos, por ejemplo, garantizar que, en el ámbito de la administración militar, los soviets a nivel provincial enseñen a sus comisarios a vigilar a los soviets de Uyezd, a ver que todas las estimaciones y las listas se envían a través de la oficina del distrito. Sólo de esta manera vamos a formar un aparato militar que nos ayudará a crear un ejército.
Este aparato militar es más que un esqueleto administrativo. Creaando un ejército necesitamos, por medio de este aparato, sacar al elemento humano vivo, creativo, el elemento consciente, pues es lo que distingue a nuestro ejército del antiguo. Y sabemos que el ejército zarista era, en general, un ejército de campesinos, pero los campesinos eran inconscientes e ignorantes: sin razonar por qué, fue a donde fueron enviados. La disciplina no pasó a través de la conciencia individual de cada soldado por separado.
El pueblo a menudo se lamenta ahora, en nuestro país, y también se quejan de que no hay disciplina. No queremos que la antigua disciplina, esa disciplina por la que cada campesino ignorante y del obreros en su regimiento fue ranurado, su compañía y su pelotón, y marchó sin cuestionar se lo trasladaba lejos, por qué le hacían derramar sangre. La revolución despierta la personalidad humana en los campesinos ignorantes y los trabajadores oprimidos, y este es el logro principal y el más grande de la revolución.
La revolución le dio tierra a los campesinos, la revolución dio el poder de los obreros y campesinos: se trata de grandes logros, pero ningún logro de la revolución es más importante que el despertar de la personalidad humana en cada individuo oprimido y humillado.
Este proceso de despertar de la personalidad individual asume una forma caótica, en las primeras etapas. Mientras que ayer aún el campesino no creía como una persona, y estaba dispuesto, en la primer orden del Gobierno, irse a ciegas a derramar su sangre, ahora no está dispuesto a subordinarse a ciegas. Cuestiona: ¿a dónde están diciendo que me vaya, y por qué? Y declara: ¡No voy, no me quiero someter! Se dice que debido a la conciencia de su dignidad humana, su personalidad, se ha despertado en él por primera vez, y esta conciencia, que es todavía demasiado cruda, que no es lo suficientemente digerido, toma formas anárquicas cuando se expresa en los hechos.
Tenemos que llegar a la situación en la que todos los campesinos y todo obrero sea consciente de sí mismo como una personalidad humana sobre el derecho al respeto, pero también sienta que es parte de la clase obrera de la República Rusa y se preparará incondicionalmente a dar su vida por esta República Soviética de Rusia.
Mientras que antes el obrero no se lo valoraba, ahora, por el contrario, el no valora el conjunto. Es necesario recordar el todo, para recordar a los intereses de toda la clase obrera, de nuestra patria socialista del trabajo.
Este es el cemento psicológico mediante el cual podemos crear un nuevo ejército, un ejercito sovietico real, consciente, unidos por una disciplina que ha pasado por los cerebros de los soldados, y no la disciplina de la vara. Esta es la disciplina que defendemos, y no queremos saber nada de las demas.
Pero para esto, repito, tenemos que tener un aparato centralizado.
He mencionado, cuando empecé, que el principio de la democracia es el principio del traslado general, y porque no la han introducido estamos en la recepción de muchos ataques de los periódicos burgueses y los políticos burgueses. Exigen que se introduzca el servicio militar universal.
El servicio universal es el régimen militar necesario para un período de construcción democrática y pacífica. Pero estamos viviendo en circunstancias de guerra civil abierta de clase contra clase. Que es el hecho básico del que partimos. No vamos a decir si este hecho es bueno o malo. La guerra civil no es un principio, sino un hecho, preparado por los siglos de evolución histórica, de siglos de opresión de los obreros, que se han rebelado contra la opresión. No podemos dejar de contar con este hecho. La guerra civil despiadada rompe el tejido, la envoltura de la nación. En cualquier momento las clases propietarias están dispuestas a extender sus manos a cualquier agresor extranjero, para aplastar a los obreros y los campesinos de su propio país. Este también es un hecho, que ha encontrado confirmación en los acontecimientos en Ucrania, en el Don, en la costa de Múrmansk, y en las orillas del Volga. En todas partes, las clases burguesas miran con mucho odio más sobre el poder de los obreros y campesinos que en el poder de los alemanes o los imperialistas anglo - franceses, o sobre los mercenarios de Checoslovaquia de la bolsa de valores francesa.
Desde que existe la guerra civil entre nosotros, estamos naturalmente no interesados en armar a los enemigos de nuestra clase, que son al mismo tiempo, los aliados de nuestros enemigos extranjeros. No queremos que el brazo de una burguesía que está lista para incluir cualquier tipo de arma que pueda ser dada al servicio del imperialismo extranjero.
Rechazamos la Asamblea Constituyente, porque esta envoltura democrática no es más que una forma vacía cuando la clase se enfrenta a la clase, y la cuestión del poder clama por un arma. Y el servicio militar universal, es en ese momento, en esas condiciones, sólo como un sobre vacío.
La obligación del servicio militar obligatorio en realidad se expresan de la burguesía en la obligación de recular a Krasnov, a los Urales, a los checoslovacos, de unirse a todos nuestros enemigos y atacarnos, si bien la obligación que recae sobre nosotros se expresa en aplastar a la burguesía y a nuestros enemigos extranjeros e internos.
Es lo que determina que el principio sobre el que construimos nuestro ejército. Incluimos obreros y campesinos de nuestro ejército: es un reflejo del sistema de los Soviets globalmente considerada, un reflejo del Congreso de los Soviets de Toda Rusia. Podemos entender por qué los agentes de la burguesía - los Eseristas y Mencheviques - con fiereza atacan a nuestro método de creación de un ejército. Por supuesto, nuestro ejército le es odioso, ya que es un arma del sistema soviético. Repitiendo la frase del teórico alemán arriba citado, sobre la guerra y el ejército de ser un reflejo de la línea política general, podemos decir que con la línea política del Soviets de obreros y campesinos es necesario disponer de un Ejercito Rojo del Soviets de Obreros y Campesinos.
Pero una agitación se lleva adelante a los campesinos y trabajadores, diciendo que el poder soviético está poniendo la carga del servicio militar sobre sus hombros, mientras alivia a la burguesía y los terratenientes de esta carga. A este argumento, camaradas, deben contestar: "En la época en que vivimos, un rifle no es una carga sino un privilegio, un monopolio de la clase dominante."
Por falta de tiempo y también por carecer de un aparato militar totalmente formado, que aún no han logrado traer la burguesía la labor de soportar las cargas que la burguesía en las clases no hubiese, ser salvada. Una serie de decretos esta siendo preparada en el Consejo de Comisarios del Pueblo, y, espero, que sea publicada en los próximos días, que se basará en sacar a la burguesía los habitos a trabajar estas cargas. Reclutarse para el trabajo en la retaguardia, equipos para las tareas de trabajo y auxiliares, se formará a partir de la burguesía. [1]
Se nos reprocha que esto es cruel. A esto respondemos bien en alto: si los jóvenes burgueses hacen notar en la práctica que se consagran a los campesinos y a la clase trabajadora y están dispuestos a vivir con nosotros, a comer de una olla fraterna, dispuestos a luchar contra nuestros enemigos extranjeros e internos, entonces, por supuesto, vamos a abrir las puertas clara y ampliamente del Ejército Rojo para tales jóvenes. Pero aquellos a quienes la revolución todavía no ha sacudido la idea de restaurar el poder de los terratenientes y la burguesía están en la necesidad de corrección profunda. Diremos: "Nuestros antepasados, abuelos y padres, les sirvieron, la limpiando la mugre de sus pies, y nos obligan a hacer lo mismo." Hasta que reconozcan que la Rusia Soviética es un país de igualdad en el trabajo, del deber a la labor, para finalidades civiles y militares, hasta entonces van a estar sujetos a una educación severa.
Pero, una vez más, para la solución práctica de esta cuestión tenemos que crear las comisarías militares en las localidades, el registro universal y el control tanto de la clase obrera para el alistamiento en el ejército y de la burguesía para alistarse en equipos de trabajo en lo inmediato. La cuestión de la formación militar universal está siendo resuelta por nosotros, como ya he dicho, sobre la base del principio general del régimen soviético. Estamos emprendiendo (y se han comprometido ya) a la formación militar de todos los trabajadores y campesinos a todos los que no explotan el trabajo ajeno. Pero estas enormes cantidades de cuadros que tienen que pasar por la escuela de formación aún no son un ejército, sino sólo la reserva sustancial, que puede ser convocado en un momento de crisis. Sin embargo, tenemos que tener, aquí y ahora, el núcleo fundamental de un ejército que sea capaz de dar la batalla en cualquier momento. Este grupo, en condiciones de combate, hasta ahora hemos formado a través del reclutamiento voluntario, pero hemos tenido que rechazar este principio y, en la práctica, pasamos al método del movilización militar obligatoria.
Por el momento hemos llevado a cabo un experimento práctico completo. Aquí en Moscú se han movilizado dos grupos etarios, los de 1896 y de 1897. Como siempre, nos hablaban en voz baja en todos los agujeros y las esquinas de la burguesía que nuestro experimento quedaría en la nada misma, que ni un solo trabajador se presentó. Ya saben, camaradas, que no han recurrido a ninguna medida de coerción, ya que no había necesidad de ello: todos los trabajadores se informaron, como un solo hombre, y se seleccionaron a partir de la cantidad de los miles de informes que teníamos, y desde ellos vamos a formar regimientos de combate muy buenos.
El Consejo de Comisarios del Pueblo ha pedido a la Comuna de Petrogrado a emprender una movilización similar de los dos grupos etarios, 1896 y 1897. Además, vamos a movilizar a tres grupos etarios de los trabajadores pertenecientes a las ramas de artillería e ingeniería.
Aquellos que conocen al proletariado de Petrogrado no tendrá ninguna duda de que la movilización se cumplira allí de modo impecable. Por un decreto general, el que se establecen sin tiempos para su aplicación, la movilización se proclamo en cincuenta Uyezd de la región del Volga, los Urales, Siberia, el Don y el Kuban, pero en aquellas partes del país los requisitos militares y administrativos de cumplimiento práctico de la movilización aún no existen.
Todos estos experimentos parciales no son más que medidas preparatorias para la promulgación de una ley que todo ciudadano de la República Soviética de entre 18 y 40 años de edad deben informar a los colores en cualquier momento cuando sea convocado por el poder soviético para defenderla.
Invitamos al Congreso que nos concedan, en interes de la República Soviética, el derecho a movilizar a dos, tres o más grupos etarios, dependiendo de las circunstancia que enfrentamos. Cuando nos hayan concedido este derecho, camaradas, delegados al Congreso, después de dispersarse a las localidades, explicaran en todas las asamblea de obreros y campesinos que, para defendernos contra nuestros enemigos, para no caer bajo la opresión de los imperialistas, tenemos que tener una fuerza armada.
Y aquí aprovecho la ocasión para decir a los Eseristas de izquierda que no nos han dejado y que, espero, no nos dejen, sino que permanezcan fiel al poder soviético, los que, como ellos dicen, se sienten en estado critico por la opresión del imperialismo alemán en Ucrania (ciertamente, no se siente la presión de otros imperialismos de la misma manera), los que dicen: "No queremos ser esclavos"- les decimos: "Nosotros, también, no queremos ser esclavos, todos queremos ser ciudadanos libres de la Rusia soviética: por lo tanto, camaradas, no se emocionen, no sucumban a la histeria, pero, en las localidades, creen compañías, batallones y regimientos del Ejercito de obreros y campesinos.
Camaradas, mientras la guerra y el ejército son una continuación de la línea política, la línea política es, por su parte, un reflejo de la fuerza del ejército.
El problema más difícil en la creación del Ejército Rojo es el problema del personal de mando. La crisis del antiguo ejército provocó una división entre la clase trabajadora y la clase dominante, y esto llevó a una ruptura entre la masa de los soldados y los oficiales. Esto era inevitable.
Ni la clase obrera ni las masas campesinas poseen aún el hábito de gobernar, no tienen suficiente conocimientos que se necesita en todas las esferas de la situación económica, ni de la administración militar. Este es un hecho indudable, a la que no podemos cerrar los ojos. Contamos con pocos ingenieros extraordinariamente, doctores, generales y oficiales que son carne y sangre de los obreros y campesinos. Todos los especialistas burgueses educados en las instituciones educativas y en ese ambiente que se formó en ellos la convicción de que las masas trabajadoras no son capaces de tomar el control del aparato del poder estatal, que sólo las clases educadas, la burguesía pueden gobernar. Cuando el poder pasó a nosotros, estaban en su mayoría en el campo de nuestros enemigos, con sólo unos pocos que quedaban con la cautela neutral, esperando en las bambalina para ver quién iba a ganar, con el fin de ofrecer sus servicios al vencedor.
Pero de esto, no se puede sacar la conclusión que se extrae de la gente ingenua y superficial, es decir, que debemos rechazar los servicios de personal del viejo mando y tratar de gestionar con recursos propios. Si lo hiciéramos, tendríamos que recurrir a los métodos de la guerrilla, al amateurismo militar.
El poder de la clase obrera y los campesinos no comienza con nuestra expulsión de la burguesía y los terratenientes, con el garrote, golpes, desde el aparato del poder estatal: se comienza con nuestro aparato que tomamos en nuestras propias manos y haciendo cumplir con los las tareas de nuestra propia clase.
El cañón, las ametralladoras, vehículos blindados, ingenieros, generales, especialistas de todas las categorías y ramas del Zar - les registramos a todos y les decimos bien en alto: "¡Ahora, señores, hasta ahora todo esto ha pertenecido a las clases propietarias y les sirvieron, pues ahora si es tan amable de servir a la clase obrera!"
En ese momento preguntamos: "Pero ¿y si nos traicionan?" Habrá, por supuesto, casos de traición. ¿Acaso el señor de las campanas de los trenes, todo tipo de directores, participan en el sabotaje y llaman a la huelga? ¿No hubo casos muy vergonzosos cuando se levantó el movimiento de nuestros soldados del Ejército Rojo? ¡ hubieron cierta cantidad de estos casos! ¿Qué conclusión se permite de eso? Desde luego que no debemos arreglarnos, sin ferrocarriles, sino que tenemos que sorprender al sabotaje y aplastarlo sin piedad, mientras que apoyamos a los ingenieros y ejecutivos honestos del ferrocarril. Es lo mismo para el personal de mando.
Se dice en las localidades: "Se está invitando a los viejos generales que vuelva." Y muchos agregan: "Se está restaurando el viejo régimen". Pero cuando la situación que sufre es grave nos envían un telegrama: "¡Envíenos especialistas con experiencia, los líderes militares!". Aquí sólo hay, jefes militares, especialistas militares, yo afirmo, toda una categoría de hombres que están dando servicio a conciencia al régimen soviético, porque ven que este régimen es firme, fuerte y capaz de hacerse obedecer. No tenerlos en nuestro servicio sería infantilismo lamentable. Por el contrario, todos los especialistas militares que conscientemente cumplen con nuestra instrucción debe recibir el apoyo más vigoroso en las localidades. Los soviets locales y el pueblo soviético debe eliminar el prejuicio y la desconfianza que siente hacia estos hombres por las masas, y los ha puesto de esta manera: "Ustedes, obreros y campesinos, que ahora tienen en sus manos el poder del gobierno, que forman parte de ella: eso significa que los oficiales y generales están ahora sirviéndoles."
"Pero entonces", les dicen, "¿Y ahora si no logramos mantener una estrecha vigilancia sobre ellos?"
"¡Camaradas! ¡Si no mantenemos una estrecha vigilancia sobre ellos, cuando tenemos todo el poder en nuestras manos, entonces no vale la pena ni un centavo de bronce!
Es posible que, junto con los especialistas militares honestos, una docena o dos puedan ponerse en medio nuestro deseando utilizar su posición para tramar la contrarrevolución. Ha habido un caso: ocurrió en la flota del Báltico, y ya saben cual fue el final de la misma. [2]
No queremos un ejército de aficionados, construido en un principio de hágalo por sí mismos o de cualquier modo, sino un ejército real, centralizado, construido de acuerdo con los principios de la ciencia y la técnica militar. Para que este sea el caso, el ejército debe contar con suficientes especialistas de cuadros militares.
Hasta el momento no hay nuevos especialistas militares procedentes de la clase obrera, y por lo tanto estamos reclutando a los antiguos.
Entre los oficiales regulares cuya conciencia y experiencia sólo fue formada durante la guerra y la revolución hay muchos para quienes la experiencia de los acontecimientos no ha sido en vano. Han entendido que la revolución ha estimulado un proceso orgánico profundo, han entendido que el pueblo y el ejército saldrán de la revolución diferente de como eran, que el ejército es necesario construir de otra forma y medios que los anteriores. Entre estos jóvenes oficiales que no son pocos los que nos entienden y marchan con nosotros.
Al mismo tiempo, hemos hecho todo lo posible para crear nuestro nuevo cuerpo de oficiales, entre obreros y campesinos al atravesar por la escuela de la guerra y que tienen la vocación militar. Les preparamos para instructores. Vamos a acrecer la cantidad de cursos mes a mes y cubrir globalmente el país con ellos. Como ya informé, nuestros oficiales soviéticos del mañana desempe&ntulde;aran cargos sobre la represión de la sublevación en Moscú, los estudiantes como instructores de cursos, los mejores soldados del poder soviético serán los más devotos. Encargaran a un comandante de las pequeñas unidades, pelotones y compañías militares, que será un baluarte del régimen soviético, un baluarte contra el que cualquier intriga en las filas del Ejército Rojo, que estallarán en pedazos.
Al mismo tiempo, hemos abierto las puertas de la Academia del Estado Mayor, que ahora se llama la Academia Militar, a las personas sin cualificación, el acceso estaba restringido a la academia a los especialistas militares que poseen ciertos niveles de instrucción. Hemos dicho: cualquier soldado que haya tenido una cierta experiencia de mando, que tiene una mentalidad rápida y un cierto grado de imaginación, la capacidad de combinar las tareas de un comandante militar, puede ser admitido en la Academia Militar. Dentro de dos o tres meses vamos a determinar si corresponde a la obra. Si no, será transferido a los cursos de preparación, y más tarde volverá a ser enviado a la Academia Militar. Hemos enviado alrededor de 150 alumnos de nuevo allí, los soldados dedicados al poder soviético, y nuestra Academia se convertirá en la primera graduación de estos oficiales del Estado Mayor durante los próximos diez o doce meses.
Durante la creación de un nuevo aparato de mando proceden de las clases que ahora están en el poder, en el ínterin se hacen uso de todos los elementos sanos de los aparatos del viejo mando, dando a sus miembros numerosas oportunidades para el trabajo.
Hablando de las dificultades que encontramos en la creación del nuevo ejército, debo mencionar que el mayor de ellos es el constituido por este terrible localismo, el patriotismo local. Intercepción, la incautación y la ocultación de bienes militares y de las instituciones de cualquier y todo tipo se está llevando por los órganos locales del poder soviético.
Cada Uyezd, casi todos los Volost, creen que el poder soviético pueden ser defendidos mejor por la concentración en el territorio de la Volost dandole tanto material de aviones, equipos de radio, rifles y carros blindados, y todos tratan de ocultar este material - y no sólo en las provincias, sino también en los centros, incluso en las organizaciones del distrito de Petrogrado todavía podemos observar esta conducta infantil.
Es evidente que, desde el punto de vista del Estado globalmente necesitamos para mantener el registro de todos nuestros bienes militares. Fue desechado durante el proceso de desmovilización del viejo ejército, sin ningún tipo de plan, en todo tipo de lugares, y donde fue amortiguado fue absorbido, sin envasar, saqueadas y vendidas. Debe ser recuperado, registrado, entregada a las autoridades militares y se concentra en los depósitos, para estar a disposición del país considerado globalmente.
¿No comprendia muy bien realmente que cualquier Volost o Uyezd de Yoshkar-Ola, estarán mejor protegidos de los enemigos extranjeros, si el poder soviético central tiene registrado y bajo su control todas las armas y municiones en el país, en lugar de dejar estos almacenes militares permanezcan en los Volost o Uyezd, donde no se puede utilizar ni eliminarse? Enviamos telegramas a los soviets de las provincias para denunciar estos abusos, pero en nueve de cada diez casos, camaradas, uno no se encontró con el respaldo activo de modo suficiente de alguien en las localidades.
Es necesario poner fin a esta situación. Es necesario que libremos una lucha más severa en contra de la interceptación, la apropiación y ocultamiento de los bienes del ejército por los soviets locales.
Hay toda una serie de dificultades de carácter más general. Testimonio de estos son el gran número de envíos que hemos recibido sólo el día de hoy. No voy a citarlos a todos aquí: seleccionare sólo unos pocos, para servir de ejemplo.
Aquí hay un telegrama del Uyezd de Usmansk, en la provincia de Tambov: "La Organización del Ejército Rojo está realizándose con gran dificultad. Muy pocos hombres se han inscrito para el servicio. Los Kulaks desempeñan una agitación constante contra el poder soviético: en algunos subdistritos se han expulsado a los soviets. En general, la agitación contrarrevolucionaria se cumple intensamente".
Los Kulaks desorganizan nuestra requisa y ocultan el grano también esta librando una lucha contra el Ejército Rojo. Esto significa que el Ejército Rojo no es más que un reflejo del régimen soviético considerado globalmente, y contra las mismas dificultades y enemigos.
Los campesinos más pobres tienen una buena actitud para la creación de un nuevo Ejército Rojo. Una resolución de saludar al Ejercito Rojo de obreros y campesinos fue adoptada en una reunión general. La moral de los soldados del Ejército Rojo es excelente, pero esto no se puede decir de los trabajadores ferroviarios. La agitación contrarrevolucionaria se lleva adelante en medio de ellos. La intendencia militar apenas fue establecida.
Donde los trabajadores del ferrocarril son los viejos cuadros de las centurias Negras, donde están bajo el control de los gerentes, que se sublevan contra el poder soviético y contra el Ejercito Soviético de obreros y campesinos.
Desde el Volost de Kaleyevo, en el Uyezd de Volokolamsk, en la provincia de Moscú, he recibido un informe que los campesinos de un pueblo anunció que todo el mundo sirven al Ejército Rojo, de inmediato debe salir y volver a su pueblo el 30 de junio. Quien no obedezca esta decisión puede ser privado de su condición de campesinos (que es la forma en que se pone en la resolución) y no se le permitiría volver a la aldea. Uno de los comisarios nos envía este informe, y dice que ha afectado muy mal al Ejército Rojo. Camaradas, hago uso de esta elevada tribuna del Congreso de los Soviets de Toda Rusia dando un primer alerta a los Kulaks y centurianegrista del Volost de Kaleyevot, y al Uyezd de Volokolamsk. Que no tienen derecho a privar a un soldado del Ejército Rojo de su condición de campesino, se verán privados de cualquier estado en absoluto si se atreven a sublevarse contra la creación del ejercito de obreros y campesinos.
En las localidades de la idea del servicio militar obligatorio está cumpliendo en la mayoría de los casos, por lo que dicen los informes que recibimos de nuestros comisarios, con una respuesta totalmente favorable por parte de los obreros y los campesinos pobres. Por lo tanto, he tenido un telegrama del comisario de distrito, en relación con la provincia del congreso de Yaroslavl. Él escribe que este Congreso saluda el último decreto sobre el servicio militar universal y considera que una de las principales tareas, tal vez la tarea principal, del momento actual es la formación, los equipos técnicos y armamento de acuerdo con la última palabra de la ciencia militar, del Ejercito Rojo de obreros y campesinos. El congreso está firmemente convencido de que la Rusia soviética tendrá éxito en el logro de sus objetivos preciados y en el futuro estará en condiciones de resistir a los imperialistas mundo entero no sólo ideológicamente, sino también con la fuerza militar armada. Esto está firmado por Nakhimson, quien representa el Congreso.
Nakhimson fue nuestro comisario de distrito. Fue asesinado en Yaroslavl durante la sublevacion de las Guardias Blancas. Él fue uno de los obreros más dedicados para el régimen soviético, uno de los mejores de nuestros comisarios. Vamos a cumplir con la idea que expuso en esa declaración, vamos a crear un Ejército de obreros y campesinos perfectamente técnicamente formados y equipados de acuerdo con lo más avanzado de la ciencia militar.
es menester decir que todos los que antes tenían dudas sobre esto vuelven a lo mismo. En el Comité del Partido de la región norte-oeste habia camaradas que reaccionaron con cierta desconfianza y criticaron nuestro intento de construir un ejército sobre la base de la ciencia militar racional, con el reclutamiento del número necesario de especialistas. He recibido desde esa región, de todos muchos compañeros, un telegrama que pide el establecimiento de la más estricta disciplina, el reclutamiento de un número necesario de antiguos especialistas militares, el reclutamiento obligatorio para el servicio militar en condiciones especiales, de todos los funcionarios que se encuentran dispersos entre varias comisarías y otros involucrados en varios otros tipos de trabajo, y la formación de nuevos cuadros de líderes militares de las filas de nuestro propio pueblo soviético.
Puedo mencionar aquí el nombre de uno de los mejores trabajadores para el poder soviético, el camarada Myasnikov, cuya anterior actitud hacia nuestros métodos de creación del Ejercito de obreros y campesinos fue uno, aunque no de desconfianza después de vacilar. No sé si está presente: quería hablar sobre esta cuestión. Como resultado de la experiencia que ha llegado a las mismas conclusiones que nosotros, y quería hacer una declaración pública al respecto en el Congreso.
Escuchamos más y más a menudo que los ejecutivos de los soviets quienes, a veces abiertamente y, otras a escondidas, se queja en nosotros por la creación de un ejército real y no un juguete ni un aficionado, sin algún tipo de desprendimientos de la milicia, están ahora a favor de nuestro punto de vista sobre este asunto. Los que protestan en contra de este todavía no han entendido que el trabajador y la clase campesina está en el poder, y por esa misma razón todo lo que hacemos no es de fabricación casera ni amateur, sino basada en principios sólidos y científicos.
¡Debemos detener estos refunfuñones! Algunas personas tratan de asustarnos diciendo: "Estamos invitando de nuevo los viejos generales, y soldados del Ejército Rojo que prestan oido de esto y piensan que los estamos invitando de nuevo a fin de restaurar el antiguo régimen." Pero nosotros decimos: De ninguna manera. ¿Han tomado el poder, los obreros y campesinos? ¿No quieres la consolidación de este poder? Que podemos hacer, sino que necesitamos crear las condiciones en las que podemos trabajar con éxito. Para ello tenemos que invitar a los especialistas. Para crear un ejército de obreros y campesinos necesitamos generales, y si los errores y fracasos se producen en este ámbito de labor, si vemos que algún general se dedica a actividades contrarrevolucionarias, vamos a detenerlo."
Es necesario examinar cada caso individualmente, y sin expulsar a todos los especialistas, sin razón suficiente. Afortunadamente, los obreros y campesinos entienden que no podemos tener éxito en la creación de algo sobre nuevos principios, sin la contratación de especialistas. Si un ingeniero burgues, invitado a participar en una fábrica, pensariamos que seria guiado en su trabajo por la idea de que la industria volveria al capitalismo, entonces la administración de los trabajadores podria, por supuesto, hacerle notar que esto no es así. Y se ha mostrado y se le hara notar esto igualmente a todos los especialistas militares. Nuestra tarea es crear el mecanismo de un nuevo orden. Esta tarea no es tan simple.
Aunque el régimen Zarista logro crear un ejercito, y una disciplina en ese ejercito el cual sirvió no al pueblo sino a los enemigos del pueblo, nosotros, al crear el ejercito para defender los intereses del pueblo, sin duda que deberemos lograrlo creando una disciplina diez veces firme. Solamente tenemos que vencer la enfermedad infantil, la enfermedad de crecer, la negligencia y la futilidad la cual es una herencia de la maldita guerra y el régimen Zarista.
Pero la cuestión de si debemos o no conducir al hacer esto es la cuestión de supervivencia de nuestro poder. Si no lo hacemos, significa que el proletariado deberá poner su cuello bajo el viejo yugo. Pero rechazamos asa idea. Pensamos que el proletariado vencerá todas las dificultades y será capaz para no ceder completamente a esta mayor dificultad en pocas semanas cuando nuestros enemigos estén esforzándose cada fuerza, concurriendo a la sublevación y al motín, levantándose el movimiento para las provisiones de comida, demorando trenes, esforzándose para traer el desorden en todas partes: cuando, digan esencialmente, que todos los partidos hayan desaparecido, acumulándose en uno, el cual establezca la tarea de derrocar el poder de los obreros y campesinos: cuando cada medio este siendo arrastrado a agitar, las calumnias, el sabotaje, y evoque a las bayonetas extranjeras.
Estaremos seguros que ustedes aquí, habiendo adquirido una energía nueva, renovaran al poder, tomen este congreso vuelvan a las localidades la confianza que ninguna fuerza podrá aplastarnos, por que estamos estrechamente ligados a ella. Un nuevo, aunque estrechamente cercano será nuestro Ejercito de obreros y Campesinos, que cultivara y convertirá en uno firme y solido. Dentro de seis semanas deberemos abrir el paso, deberemos ser provechosos en la nueva cosecha, y eso nos habilitara a que creemos las bases para organizar nuestro ejército. Deberemos convertirnos en capaces para dar a nuestros soldados del Ejercito Rojo no 3\4 de libra sino uno y medio, quizás dos libras de pan, la cual un camarada saludable joven necesita aunque él va a someterse al reclutamiento militar por seis horas al dia y entonces consumirá 3 horas en su desarrollo político.
Deberemos formar mas y mas cuadros desde los obreros y campesinos, y nos apoyaran en las localidades, moldeando fuera de todo localismo, comprendiendo que la Rusia Soviética es un organismo completo, que el ejercito es solo una parte de ese organismo, que necesitamos firme disciplina y una firme, consistente política por el fortalecimiento del orden socialista de los Obreros y Campesinos. ●
[1] Las regulaciones de reclutamiento en la vanguardia fueron publicadas en el decreto del Consejo de Comisarios del Pueblo del 20 de julio de 1918 por este decreto, todos los ciudadanos, sin ser sujeto a la convocatoria al Ejército Rojo, junto con otros de sus grupos etario fueron reclutados por un año para servir en el reclutamiento inmediato de unidades especiales de labor en forma de batallones de trabajo independiente, se constituye a partir de los llamados de esta manera. Los pacientes fueron asignados a la excavación de zanjas, construcción de puestos de trabajo, el trabajo en las carreteras, almacenes y talleres de trabajo en relación con el almacenamiento de combustibles y alimentos, carga y descarga, etc. Se introdujeron medidas estrictas para el registro de todos los ciudadanos puedan llamar entre las edades de 18 y 45, en las siguientes categorías: (1) las personas que viven en los ingresos no remunerados, (2) los que emplean mano de obra contratada con el fin de lucro, (3 ) los miembros de las gerencias de las sociedades anónimas y empresas industriales comerciales y agrícolas, (4) ex abogados sus asistentes abogados privados, escribanos, corredores de bolsa, comisionistas, los escritores de la prensa burguesa, los monjes (5) y el clero de todas las denominaciones; (6) personas pertenecientes a las profesiones liberales, los convocados, si no realizan funciones de utilidad pública, (7) ex funcionarios, funcionarios, alumnos de las escuelas de formación de cadetes (Junker) y en el Cuerpo de Cadetes [Los antiguos Cuerpos de Cadetes establecido y prestigioso abastecidos por los hijos de la nobleza. Las escuelas de los 'Junker' había sido creado para proporcionar la formación de oficiales por los jóvenes de otras clases de la sociedad.], Y las personas sin ocupación definida.
[2] En la conspiración contrarrevolucionaria en la Flota del Báltico, encabezada por Shchastny, véanse las notas y artículos al respecto.[Vea "La primer traicion" aqui en el tomo I. NdT.]