Redactado: Por Mike Ely, fundador del
Kasama Project, en 2008.
Versión al Castellano: Kasama Project, 2009..
Esta edición: Marxists Internet Archive, julio de 2019.
Algo extraordinario está pasando. Una generación entera de personas nunca había visto un movimiento revolucionario laico radical, levantarse con apoyo popular. Y sin embargo hoy en día existe aquí en el Nepal actual. Este movimiento ha destituido al odiado Rey nepalí Gyanendra y ha abolido la monarquía medieval. Ha creado un ejército revolucionario que se mide con el ejército del Rey. Ha construido por una década un poder político paralelo de guerra de guerrillas en remotas áreas rurales, debilitando tradiciones feudales como el sistema de castas. Ha reunido un amplio apoyo popular y ha emergido como la fuerza líder de una Asamblea Constituyente sin precedente. Y todo esto lo ha hecho bajo la ideología radical comunista Maoísta, defendiendo un fresco intento al socialismo y a una sociedad sin clases alrededor del mundo.
El pueblo Nepalí llama a estos revolucionarios el Moabadí.
Otra cosa asombrosa es el silencio alrededor de todo esto. Ha habido muy pocos reportes sobre los intensos movimientos que ahora se están conociendo en Nepal, o acerca del Partido Comunista de Nepal (Maoísta) que se les coloca en el medio. Mientras que, los levantamientos ocurridos en el cercano Tíbet contra los abusos cometidos por el gobierno chino son cubiertos constantemente por los medios de comunicación.
Obviamente existen razones para este silencio. Los medios de comunicación occidentales no se emocionan cuando el pueblo de uno de los países más pobres del mundo muestra su apoyo a uno de los movimientos más radicales del mundo.
Pero está claro que muchas noticias provenientes de fuentes de medios alternativos en realidad no saben que hacer de la revolución Nepalí. La mezcla de objetivos comunistas y de métodos no dogmáticos del Maobadi molesta también a muchas creencias izquierdistas.
Cuando el Partido Comunista Nepalí (Maoísta) llevó a cabo un levantamiento armado en 1996, algunas personas pensaron que estas tácticas estaban caducas. Cuando el Partido Comunista Nepalí (Maoísta) suspendió el combate armado en 2006 y entraron en un gobierno de coalición anti monárquico, algunos asumieron que perderían su identidad en intrigas corruptas. Cuando los Maoístas hacen presión con su actual programa anti feudal, algunos piensan que se están olvidando del socialismo.
Pero el escepticismo silencioso es un acercamiento equivocado. El mundo necesita mantenerse observador de Nepal. La asombrosa victoria en las elecciones de abril aún no fue una victoria decisiva sobre las fuerzas conservadoras. Los Maobadi están en el centro del escenario político, pero todavía no han vencido o desmantelado el ejército del viejo gobierno. Nuevas pruebas de fortaleza les espera en el futuro.
Los Maoístas de Nepal no son nada más solo un movimiento de oposición—están abordando los diferentes problemas de llevar una sociedad a través de un proceso de cambio radical. Están maniobrando fuertemente para evitar una estrepitosa derrota repentina en manos de ejércitos poderosos. Como resultado, el Maobadi de Nepal están llevando acabo tácticas para aislar a sus rivales internos y para aumentar su atractivo y neutralizar sus enemigos externos.
Todo esto visto de cerca parece desconcertante. El mundo ha pasado por un trecho largo y cruel sin mucho radicalismo o revolución. La mayoría de los pueblos nunca han visto como es cuando una revolución comunista llega al poder.
Vamos a romper el silencio escuchando cuatro razones para mirar de cerca al Nepal.
Los líderes del Partido Comunista Nepalí (Maoísta) dicen que protegen la vida de la revolución de “las frases revolucionarias que solíamos memorizar”.
El Maobadi tomó una fresca y cuidadosa mirada detallada de su sociedad. Identificaron cuales fueron las condiciones y fuerzas impusieron la horrorosa pobreza en el pueblo. Desarrollaron métodos creativos para conectar con profundidad el descontento y las más altas esperanzas del pueblo. Han generado una grande y creciente influencia en los últimos quince años.
Para llegar a lo más alto del poder, este movimiento se fusionó y alternó con diferentes de luchas. Comenzaron con una gran fuerza organizativa, seguida por un lanzamiento de guerras de guerrilla en 1996 y luego entraron en negociaciones en 2006. Crearon nuevos gobiernos revolucionarios en remotas áreas base durante diez años, seguido por una ofensiva política para ganar nuevo apoyo urbano. Obtuvieron una victoria en la elección especial de abril, y retaron a sus débiles oponentes amenazándolos de lanzar una movilización de masas en el próximo período. Han llegado al punto de la ruina, sin abandonar sus fuerzas armadas o su conducta independiente. El Moabadi dice que ellos tienen el coraje de “escalar la montaña inexplorada”. Insisten que el comunismo necesita ser re concebido. Creen que la confianza popular puede prevenir el crecimiento de nuevas elites arrogantes. Rechazan el estado de un solo partido y llaman a tener un proceso socialista con elecciones multipartidistas. Se preguntan si el mismo ejército de siempre podría servir bien al nuevo Nepal y o si deberían defender un sistema de milicias popular. Ellos quieren evitar el concentrar sus esperanzas en uno o dos líderes de por vida, pero en cambio quieren empoderar un levantamiento de nueva generación de sucesores revolucionarios.
Nepal se encuentra el fondo de un grupo de países llamados “países del cuarto mundo”—la mayoría de pueblos ahí sufren en absoluta pobreza. Es un mundo lejos del desarrollado Occidente, y naturalmente las soluciones políticas de los Maoísta Nepalí pueden que no sirvan a los propósitos de países como Estados Unidos y Gran Bretaña. Pero,¿ es qué acaso no podemos aprender de la frescura que ellos traen a este mundo cambiante?
¿La re concepción del comunismo por parte ellos triunfará? Aún es imposible saberlo. Pero, el solo hecho propio de intentarlo tiene mucho que enseñar.
Nepal es tan marginalizado y tan poco importante que es difícil imaginar que
su política esté teniendo impacto fuera de sus propias fronteras. El país es
pobre, aislado, remoto y del tamaño de Arkansas. Sus 30 millones de personas
viven presionadas entre el los gigantes más poblados del mundo, China e India.
Pero, luego consideren lo que la revolución de Nepal pueda significar para un
billón de personas que viven cerca de la India.
El nuevo Nepal tendría una frontera larga y abierta con algunas de las áreas más empobrecidas de la India. Las luchas armadas Maoístas han existido oprimidos en esos estados del norte de la India por décadas—con raíces entre los empobrecidos campesinos. Analistas conservadores algunas veces hablan de un “corredor rojo” de zonas guerrilleras Maoistas-Naxalite que corren a través de la India Central, norte a sur, de las fronteras nepalí hacia el sur.
Comprendiendo las posibilidades, el Moabadi nepalí hizo una intrépida propuesta: que el movimiento revolucionario a través del Sur de Asia debería considerar unir sus países después de destituir sus gobiernos y crear una federación regional común. EL Maobadi ayudó a formar la Comité Coordinador de los Partidos Maoístas y Organizaciones del Sur del Asia (CCOMPOSA) en 2001, lo cual reunió a diez grupos revolucionarios diferentes por toda la región.
Un futuro gobierno revolucionario en Nepal tendrá momentos difíciles para sobrevivir junto a una India hostil. Podría afrontar demandas, embargos débiles and hasta invasiones. Pero, al mismo tiempo tal revolución podría servir de inspiración y como un área base para la revolución en toda esa región. Podría impactar el mundo.
Marx una vez remarcó que la revolución yace en una madriguera subterránea no vista y luego estalla con visión de alegría de“Well dug, old mole”.*(sorry I could not find a translation for that) Nos han dicho que un cambio social radical es imposible. La rebelión contra el orden mundial dominante usualmente parece haber sido marcado por obstáculos políticos, xenofobia, baja percepción y Jihadismo (guerra sagrada en nombre del islam). Aún así, aquí viene esta vieja verruga resurgiendo en Nepal —ofreciendo una sorpresiva mirada de cómo el pueblo y su mundo se puede transformar.
Algunas personas del país más pobre y oprimido del mundo se han instalado en las afueras de los lugares montañosos para rehacer todo alrededor de ellos — a través de la lucha armada, poder político, y trabajo colectivo. Los campesinos usualmente desnutridos y analfabetas han formado cortes del pueblo y tempranas comunas agrícolas. Las esposas maltratadas y el matrimonio entre niños están siendo cuestionados. Hombres y mujeres jóvenes se han unido al ejército revolucionario para derrotar a sus opresores. Hay un desafío a los matrimonios arreglados y en cambio hay un florecimiento de “uniones entre parejas que se quieren,” inclusive entre personas de castas diferentes. Hay un rechazo a la intolerancia religiosa y de las tradiciones de la monarquía Hindú. Los 40 grupos étnicos de Nepal están negociando nuevas relaciones basadas en la igualdad y maneras de compartir el poder político.
Todo esto es como una esencia maravillosa en el viento. Se tiene miedo de voltear la cabeza, a menos que de repente pueda desaparecer.
Estos cambios habrían sido impensables, si el Partido Comunista Nepalí (Maoista) no se hubiera atrevido a lanzar una guerra revolucionaria en 1996. Y su plan político se hizo realidad porque un número creciente de personas se atrevieron a morir en el intento. Es duro exagerar la esperanza y el coraje que ha apasionado al pueblo.
Los eventos finalmente podrían arrollar esas esperanzas. La revolución en Nepal podría ser aplastada o inclusive traicionada desde adentro. Tales peligros son inherentes e inevitables en las revoluciones que se están llevando a cabo.
Si el Moabadi busca dar nuevos saltos en su proceso revolucionario, es muy
factible que reciban constante ataques de la India, apoyados por los Estados
Unidos. El Partido Comunista de Nepal ha sido falsamente etiquetado como
“terroristas” por el gobierno de los Estados Unidos. Son mostrados como
abusadores y explotadores de niños soldados por algunas organizaciones
defensoras de los derechos humanos.
Los poderes occidentales han armado al ejército nacional pro monárquico del
Nepal con armas modernas. Un movimiento de masas conservadora en la fértil área
agricultora del Terai en Nepal ha sido alentado por la India y fundamentalistas
hindúes.
Alguien tiene que correr la voz sobre lo que realmente está pasando. Sería intolerable si los Estados Unidos respaldara la desestabilización y la destrucción sin que nadie se opusiera a esto en el mismo Estados Unidos.
Aquí está pues: una pequeña desconocida revolución en Nepal. ¿Quién hablará de ella? ¿Qué aprenderemos? ¿Qué haremos al respecto?