Volodia Teitelboim

 

La unidad es imperiosa

(1986)

 


Fuente del texto: "Dice Volodia Teitelboim: La unidad es imperiosa", El Siglo, No. 7629 (Segunda quincena de mayo de 1986) (Chile), pág. 2.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 2023.
Transcripción: Juan Fajardo.


 

 

El dirigente del PC de Chile, Volodia Teitelboim, fue entrevistado teléfonicamente el 23 de abril último por Radio Chilena que, para estos efectos, lo llamó a Moscú, donde está exiliado.

El siguiente es el texto de su declaración:

Acabo de leer la información según la cual el Consejo Nacional de la Democracia Cristiana rechazó el chantaje en la campaña orquestada que se desarrolla propósito de supuestas conversaciones entre Gabriel Valdés con Luis Corvalán o quien habla. Se confirmó. Según lo que se informa, el derecho del partido para mantener diálogo con todos los sectores de la oposición. Rechazó así una maniobra, un invento interesado y muy malévolo. Recuérdese por los chilenos que esos mismos elementos en 1973, recurrieron a todo para impedir en Chile un entendimiento que salvara al país de la catástrofe. Presionaron para ello a la Democracia Cristiana y Chile todavía no ha salido de su peor tragedia. Ahora, cuando sube la marea por todos lados, recurren al viejo consejo de Maquiavelo: divide e impera. Aparte del gran inspector en Washington, el dictador en persona, los que comercian con la tiranía y quienes a lo sumo quieren como remplazo un pinochetismo sin Pinochet, están muy inquietos y muy asustados por la magnitud que cobra la acción opositora. Tratan de paralizar la concertación social y la lucha unida de trabajadores y estudiantes, pobladores, mujeres, profesionales, intelectuales, en una palabra, de toda la vida nacional que se va desatando en cascadas, cada vez más imperiosa, a pesar de la feroz represión. Pugnan por dividir a la oposición a fin de impedir la concertación social de todos los sectores que están en pro de una salida democrática.

Nosotros creemos que en Chile no se puede prescindir de ninguna fuerza que quiera una salida democrática. Nadie puede excluir ni al Movimiento Democrático Popular, ni a la Alianza Democrática, ni al Bloque Socialista y tampoco a la Democracia Cristiana y al Partido Comunista. Desde luego, porque se necesita el esfuerzo mancomunado de todos, y lo decimos precisamente como miembro del Partido Comunista que defendió el gobierno de Pedro Aguirre Cerda contra el levantamiento del general Ariosto Herrera, al de Frei contra el cuartelazo del general Viaux del regimiento Tacna, Partido que acompañó al Gobierno Constitucional legítimo de Salvador Allende, que ha afrontado todos los rigores de la represión desde el primer momento, con muchos muertos, desaparecidos, incluso degollados. Se trata de un Partido que en toda la historia de nuestra patria nunca ha apoyado ni siquiera por un minuto, por un segundo, a un dictador. Por el contrario, siempre sin vacilación y ni un desmayo, jugándose por entero por la democracia, por la libertad de Chile y por el respeto a los derechos humanos. La Democracia Cristiana piensa que no tiene que pedir permiso a nadie para conversar con quien estime conveniente. Nosotros siempre hemos sido de idéntico parecer. No estamos dispuestos a hacerle el juego al enemigo. Nunca jugaremos en la cancha rayada por la tiranía. No nos interesa la venia de Pinochet ni del Departamento de Estado. El problema de Chile deben resolverlo los chilenos.

¿Acaso el diálogo entre los partidos de oposición es un acto pecaminoso? Por el contrario. Responde a una conducta muy limpia y una necesidad absoluta e imperiosa para el pueblo.

Gabriel Valdés no se entrevistó con Luis Corvalán ni conmigo, ni en Estocolmo, ni en Dinamarca, ni en ninguna parte. Hace muchos años que no lo veo. Si algún día, lo más pronto posible, es conversación que hasta ahora no se ha realizado entre Gabriel Valdés y Luis Corvalán o el suscrito, se celebrara y llegara a resultados positivos, contribuiría –estamos seguros— a acortar los días de la dictadura y aproximar la llegada de la libertad al país que tanto necesita.

Por ello lucha ahora sobre todo con empuje y coraje que está asombrando al mundo y que pone en jaque a la tiranía. Y eso es muy malo para el dictador, pero es también muy bueno para Chile. No hay donde perderse.