Fecha: Liberation, junio de
1969.
Historial de publicación: Apareció en la serie
"Selected Works of Charu Mazumdar" editada por Liberation.
Luego fue publicada en forma digital en idioma inglés en marxists.org.
Fuente del texto: "La
Revolución Democrática del Pueblo Hindú", A
Nova Democracia, n. 52 mayo de 2009.
Traducción:
Enrique F. Chiappa, para A Nova
Democracia, 2009, en base a la edición en inglés en marxists.org.
Esta edicion: Marxists.org, 2012
Derechos: Al copiar, distribuir, o citar este
trabajo favor de citar a A Nova Democracia
como la fuente de la versión castellana y a Enrique F. Chiappa como el traductor.
La victoria de la Revolución Democrática Popular en este país de 500 millones de habitantes resultará en un inevitable colapso del capitalismo y revisionismo mundial. Esta Revolución acabará con todos los poderes imperialistas del mundo, a comenzar por el de USA, que lidera el imperialismo mundial. El imperialismo yanqui no adoptó sólo todos los instrumentos agresivos de Alemania, Italia y Japón en la preguerra, pero los desarrolló al máximo después del conflicto. Extendió sus tentáculos a todos los cantos del planeta e impuso a India su fantasía neocolonialista. El pueblo vietnamita se colocó en la delantera de esta batalla contra este imperialismo agresivo que disemina odio en los países de Asia, África y América Latina. La victoria de la Revolución aniquilará el monstruo imperialista.
La Revolución Democrática Popular en este país será llevada a la victoria contra todas las formas de poder imperialista existentes en el mundo, particularmente el de USA, que lidera el imperialismo mundial. El imperialismo yanqui no sólo adoptó todos los instrumentos de agresión de que se valieron Alemania, Italia y Japón, en el pre-guerra, como posteriormente, llevando sus actividades agresivas a todos los puntos del mundo, y envolviendo India en la más completa sumisión. El pueblo vietnamita está en el frente de esta batalla contra el imperialismo que revuelta los países de Asia, África y América Latina. La Revolución Hindú habrá de destruir el monstruo imperialista.
La Revolución Democrática Popular será llevada a la vitoria en este país a través de la separación de la gran Revolución Socialista de Octubre de la basura oportunista de la URSS. Esto porque los actuales líderes del Estado, del Partido y del Ejército soviético adoptaron una línea revisionista y establecieron en el país una dictadura burguesa. En connivencia con los imperialistas yanquis, expandieron la explotación y pasaron a dominar varios países de Asia, África y América Latina.
En India, los líderes soviéticos se convirtieron en el principal mercador del imperialismo del USA, a pesar de su ostentación en nombre del gran Lenin. Con la ayuda de unos tolos, los líderes soviéticos están haciendo de India terreno de explotación irrestricta y frustración de las masas rebeldes, convirtiéndolas de este modo en perros del imperialismo yanqui y aliados de los reaccionarios hindúes. La victoria de la Revolución Hindú servirá no sólo para sepultar el revisionismo soviético y de sus lacayos hindúes, como también asegurar su muerte en el mundo entero.
La Revolución Democrática Popular en nuestro país será conquistada con la base del pensamiento del Maestro Mao. Lo que determinará el comprometimiento con la Revolución será el compromiso con la ideas del Maestro. O, más aún, la asimilación de las ideas es que indicará lo cuánto se es revolucionario o no. Más aún, la fuerza del movimiento dependerá de cuánto podamos esparcir y propagar el pensamiento del Maestro entre campesinos y obreros. Esto porque el pensamiento del Maestro no es simplemente el marxismo-leninismo de la era presente. Él llevó esas ideas mucho más adelante, para una fase enteramente nueva. Esta es la razón de estar en la era del pensamiento de Mao.
Revolución Democrática Popular en India tiene que ser direccionada contra la burguesía burocrática y compradora, así como contra la explotación feudal en las grandes áreas rurales. Como 400 millones, en una población de 500 millones, viven en el campo y porque aún en los días actuales todos están sometidos a la explotación, el feudalismo persiste en su peor forma, y la rivalidad entre patrones y empleados se agrava. Esta situación sólo puede ser resuelta en el campo a través del establecimiento de áreas liberadas por las fuerzas armadas populares, bajo el liderazgo de la clase obrera.
Esta es la tarea más importante que tenemos por el frente en los días actuales, ya que India atraviesa un periodo revolucionario y este camino indicado por el Maestro ha sido cada vez más acepto por las masas.
Nuestra Revolución tiene que volverse contra el Congreso (Partido del Congreso Hindú), que representa la burguesía burocrática y compradora, la cual, temerosa de los levantes de las masas en el posguerra, se acertó con los imperialistas, apoyada por los señores feudales. Los líderes del dicho Partido Comunista de India cooperan activamente con esas fuerzas reaccionarias, tanto asumiendo compromisos, cuánto perpetrando traiciones. Ellos humillaron la bandera roja erguida por los héroes de Kayyur, Punnapra, Vayullur y Telengana y los centenares de mártires de Bengala y otras partes del país.
Hoy, todos los partidos de India se tornaron cómplices del imperialismo yanqui. El revisionismo soviético y los reaccionarios de India son enemigos de la Revolución. Esta es la razón por la cual nuestra Revolución en India sólo puede ser victoriosa si liderada por la clase obrera entusiasmada por el pensamiento de Mao.
Para organizar esta nueva Revolución, necesitamos de un partido de la clase obrera, un Partido Comunista, cuya ideología política sea el marxismo-leninismo, siguiendo el pensamiento de Mao Tsetung.
Sin embargo, ¿cómo organizar este partido? ¿Será juntando los varios grupos que profesan el pensamiento de Mao Tsetung, promover una revuelta contra los líderes de esos partidos, y declarar que se formó un nuevo partido maoísta? Ciertamente que no. Agitar la bandera de la revuelta no basta para fundar un partido maoísta. Esos camaradas rebeldes necesitan poner en práctica los mandamientos de Mao y preparar cuadros obreros y campesinos. Sólo después de esto es que podrán dar la tarea por terminada.
Los viejos cuadros políticos están, ciertamente, entre esos cuadros. Sin embargo, básicamente, ese partido será formado por la juventud y la clase obrera, el campesinado y parte de la clase media que no sólo acepta los mandamientos del Maestro como los aplican en el propio modo de vida.
Ese partido no será sólo revolucionario, pero también las fuerzas armadas del pueblo y el Poder del Estado.
Todo miembro del partido debe participar de las luchas en las esferas política, militar, económica y cultural. Necesitamos cuidar inmediatamente de la organización de ese partido. No podemos hacerlo en bases nacionales, pero esto no nos debe acobardar. Vamos a actuar donde podamos, desafiando el miedo de ser minoría y avanzar conforme nos enseña el Maestro. Nuestra tarea no es fácil, al contrario, es muy difícil. Nuestra lucha necesita generar entusiasmo por el mundo entero. Sólo así podremos ser útiles a los bravos de Vietnam. Solamente un partido revolucionario puede llevar a la victoria.
Aquellos que imaginan que nuestro propósito principal sea atraer la gran mayoría de los partidos dichos marxistas y que un partido revolucionario puede ser organizado de este modo, están consciente o inconscientemente pensando en formar un partido para disputar elecciones. Olvidan que los miembros de los partidos dichos marxistas se acostumbraron a la práctica del revisionismo y, como resultado de esto, perdieron muchas de sus calidades revolucionarias. Necesitan pasar nuevamente por entrenamiento para volver a ser revolucionarios. Eso es por lo que un partido revolucionario no puede ser levantado a partir de lo que es viejo. El nuevo partido debe ser montado con la juventud de la clase obrera, del campesinado y de la clase media a través de la educación y del adoctrinamiento con las lecciones del Maestro.
La primera condición para construir un partido revolucionario es organizar la lucha armada en el propio territorio. Mientras esto acontece, se difunde la idea de la Revolución. Y así tendremos, como el Maestro enseña, revolucionarios no sólo de palabras. Sin embargo nuestro partido será organizado por aquellos que son efectivamente revolucionarios. De lo contrario, el partido será reducido a una sociedad de debates, como el plenario Burdwan.
¿Que aconteció en Burdwan? El mando soviético se convirtió en el enemigo número 1 de los movimientos de liberación nacional de varios países y trabaja abiertamente contra las revoluciones nacionales. Aun así, hay quién se ocupe en controversias acerca de Burdwan y la restauración del capitalismo en un país donde la dictadura del proletariado ya fue eliminada, dando lugar a la dictadura burguesa.
Así, lo que ocurrió en Burdwan alegró los corazones de los revisionistas del mundo y remarcó el éxito de la conspiración revisionista. Nadie, en Burdwan, rompió con los traidores.
Así que, basando la fuerza revolucionaria dentro de esos partidos, nunca podremos tener un partido revolucionario. Necesitamos centrar en los centenares de miles de personas jóvenes que están fuera del partido. Sólo con ellos podemos construir un partido genuinamente revolucionario y establecer la lucha armada.
¡Camaradas! Pesa sobre nuestros hombros una gran responsabilidad. Todos los reaccionarios del mundo establecieron base en nuestra tierra y la están usando como centro de combate a las luchas de liberación en el Sudeste Asiático. Están intentando usar India como base de ayuda para la agresión al bravo pueblo chino. Fue exactamente esto que los renegados Kosygin, Tito y Chester Bowles conspiraron con Indira Gandhi en Nueva Delhi. Así que, hacer la Revolución en nuestro país es una gran responsabilidad internacional. Esta es exactamente la razón por la cual la pequeña centella de Naxalbari esparce alegría y entusiasmo por toda Asia Occidental, a los líderes del gran Partido Comunista de China, a los revolucionarios del mundo entero.
Hay sobre nuestros hombros una responsabilidad sagrada, y tenemos que asumirla. No hay duda de que esto requiere muy sacrificio de nuestra parte. ¿Pero cuál fue el revolucionario que hasta hoy se intimidó con sacrificios?
El Maestro Mao enseñó: Necesitamos osar luchar y osar vencer. Él permanece con nosotros. ¡La victoria será nuestra!
¡Viva el Maestro Mao Tsetung!
¡Vida larga para el Maestro Mao!
¡Viva la Revolución de Nueva Democracia de India!