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Tú
lo recordabas acaso, José Carlos:
tu
adolescencia vistió la mortaja exótica
de
la luna danzando sobre los mausoleos de la campechanía
tradicional. |
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Ya
sabía sin embargo
del
tumulto tropical del destino
cuyas
voces más limpias incendiaron de luz tu corazón. |
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La
Europa viviendo la tragedia de la guerra
te
envolvió en la marea social de sus pasiones. |
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Bajo
distintos árboles de sol se iluminó tu fé
bajo
distintos aires refrescantes el calor de tu energía
y
trabajando la enseñanza divina de tu esperanza lírica
fuiste
un obrero más dentro de la tarea musical de la vida. |
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(Así
el
hombre que sabía soñar la sonetería galante de los americanos
aprendió
a vivir la romanza bélica de los europeos
y
cantó sus dolores
con
las ardidas voces de la Justicia Social). |
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Tu
palabra se hizo de acero en las huelgas pluviales de los barrios
obreros—,
en donde—
tu
corazón gustó los aires más puros de la alegría
y
en donde muchas veces también se encogiera de espanto
cuando
la fusilaría salvaje del capitalismo
ladraba
a las almas y mordía en los cuerpos multitudinarios
de
los huelguistas de la Internacional. |
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Tu
organismo fustigado por el desamor de las mutilaciones
ignoraba
el color de la fatiga
y
todos los días
sentíamos
tu pulso crepitar firmemente
no
obstante qua la muerte acechaba
trepada
sobre tu pantorrilla única
anhelando
la vendimia de tu cerebro y de tu corazón. |
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Y
un día te fuiste como habías venido
mirando
de frente tu destino:
como
los Dioses
como
los niños
como
los hombres que mueren en las revoluciones... |
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En
la provincia entonces
salimos
a los ingratos patios de la tortura civilista
a
lucir a todo mástil el grito salvaje y reivindicador
de
la esperanza,
del
dolor,
y
de la rebeldía...! |
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Ahora
aún
sentimos acezar todo el fragor de tu distancia
—lo
sentiremos toda la vida acaso—
porque
fuiste el ánimo
y
la presencia y el equilibrio nacional del espíritu
que
recién entonaba con juveniles voces la Internacional.
Pero
estarás mejor dentro de la tibia claridad de la tierra
durmiendo
las angustias de tu siglo
y
vigilando por el sentido más puro de la humanidad: |
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EL
FERVOR PROLETARIO DE LAS MASAS
que
hoy
como
ayer
y
como todos sus años de injusticia
siguen
esperando la aurora que anunció tu corazón...! |