ELEGIA REVOLUCIONARIA
por: Luis F. Vilela
EL viento de los Andes
sincroniza en la pampa su virtual elegía:
Se ha apagado una fragua en pétalos delgados
y la noche estremecida por las quebradas huye.
Enmudece la tormenta. El alud plega sus labios
y en el vórtice de los calendarios
el hiperbólico Cóndor de los Andes hace oscilar los astros.
Es Mariátegui el formidable. El apóstol marxista
el exegeta de la revolución.
Ya se arrastran cuadrúpedos monstruos
bajo las ramas de la sombra para segar la tierra florecida de
El metal de las campanas proletarias muerde el silencio
y aunque la emoción destile sus palabras
en la playa desnuda no reverbera el faro.
Todo esto puedo decir sin decir... Ante el dolor
mi voluntad ahora se resiste, no puedo,
y no hago sino burilar la madera y hacer que en ella
resalte tu retrato, aunque no sea,
y unas cuantas palabras con paréntesis de ¡adiós!