OBRAS COMPLETAS DE JOSE CARLOS MARIATEGUI

HISTORIA DE LA CRISIS MUNDIAL

  

 

DECIMA SEGUNDA CONFERENCIA1

LA CRISIS DE LA DEMOCRACIA

Las notas del autor:

DESDE antes de la guerra se percibían los síntomas de una crisis del régimen democrático. ¿Cuál ha sido el motor de esta crisis? El acrecentamiento y concentración paralelas del capitalismo y del proletariado. La vida económica, las fuerzas económicas de los países, han pasado a las manos de estos dos grandes poderes, al lado de los cuales el Estado ha adquirido una posición no de árbitro sino más bien de mediador. Los conflictos, los contrastes entre una y otra fuerza, no han podido ser solucionadas por el Estado sino por transacciones, por compromisos directos entre ellas. El Estado en esas transacciones no ha jugado sino un rol de componedor. Dentro de las formas de la sociedad vieja se han ido gestando, se han ido incubando las formas de una sociedad nueva. La nación, en virtud de la nueva realidad social, ha dejado de ser, una entidad predominantemente política para transformarse en una entidad predominantemente económica. Esta transformación sustancial de la nación ha determinado la crisis del Estado político. La historia nos enseña que las formas de organización social y política de una sociedad corresponden a la estructura, a la tendencia de las fuerzas productivas. La sociedad burguesa, por ejemplo, no tiene otro origen que el nacimiento de la industria. Dentro de la sociedad medioeval, la burguesía era la clase industrial, la clase artesana. A medida que la burguesía se enriqueció, a medida que la industria se desarrolló, los privilegios de la aristocracia, de la nobleza se hicieron insoportables. El obrero y el burgués se confundían entonces en una clase única: el pueblo. La burguesía era la vanguardia del pueblo y era la clase conductora de la revolución. Obrero y burgués coincidían en la aspiración de la abolición de los privilegios de la aristocracia. La caída de la aristocracia, del régimen medioeval fue, pues, determinada más que por razones abstractas de ideal por razones concretas de la aparición de una nueva forma de producción: la industria. Bajo el régimen democrático, bajo el régimen burgués, se ha creado nuevas formas de producción. La industria se ha desarrollado extraordinariamente impulsada por la máquina Han surgido enormes empresas industriales. La expansión de estas nuevas fuerzas productivas no permite la subsistencia de los antiguos moldes políticos. Ha transformado la estructura de las naciones, y exige la transformación de la estructura del régimen. La democracia burguesa ha cesado, de corresponder a la organización de las fuerzas económicas formidablemente transformadas y acrecentadas. Por esto la democracia está en crisis. La institución típica de la democracia es el parlamento. La crisis de la democracia es una crisis del parlamento. Hemos visto ya cómo los dos grandes poderes contemporáneos son el capital y él trabajo y cómo, por encima del parlamento, estas tuerzas transigen o luchan. Los teóricos de la democracia podrían suponer que estas fuerzas están ó deben estar proporcionalmente representadas en el par­lamento. Pero no es así. Porque la sociedad no se divide netamente en capitalistas y proletarios. Entre la clase capitalista y la clase proletaria hay una serie de capas amorfas e intermedias. Además, así como toda la clase proletaria no tie­ne conciencia exacta de sus necesidades históri­cas y clasistas, así también toda la clase capita­lista no está dotada de una conciencia precisa. La mentalidad del gran industrial o del gran banquero no es igual a la mentalidad del rentista medio o del comerciante minorista. Esta dis­persión de las clases sociales se refleja en el parlamento que no representa así netamente los dos grandes intereses en juego. El Estado políti­co resulta la representación integral de todas las capas sociales. Pero la fuerza conservadora y la fuerza revolucionaria se polariza en dos agrupa­ciones únicas de intereses: capitalismo y prole­tariado. Dentro del régimen parlamentario no ca­ben sino gobiernos de coalición. Ahora se tiende a los gobiernos de facción.

Actualmente, la intensificación de la lucha de clases, el acrecentamiento de la guerra social, ha acentuado esta crisis de la democracia. El prole­tariado intenta el asalto decisivo del Estado y del poder político para transformar la sociedad. Su crecimiento en los parlamentos resulta amena­zante para la burguesía. Los instrumentos legales de la democracia han resultado insuficientes pa­ra conservar el régimen democrático. El conser­vadorismo ha necesitado apelar a la acción ile­gal, a los medios extra-legales. La clase media, la zona intermedia y heterogénea de la sociedad, ha sido el nervio de este movimiento. Desprovis­ta de una conciencia de clase propia, la clase me­dia se considera igualmente distante y enemiga del capitalismo y del proletariado. Pero en ella están representados algunos sectores capitalistas. Y como la batalla actual se libra entre el capita­lismo y el proletariado toda intervención de un tercer elemento tiene que operarse en beneficio de la clase conservadora. El capitalismo y el pro­letariado son dos grandes y únicos campos de gra­vitación que atraen las fuerzas dispersas. Quien reacciona contra el proletariado sirve al capita­lismo. Esto le acontece a la clase media, en cuyas filas ha reclutado su proselitismo el movimiento fascista. El fascismo no es un fenómeno italiano, es un fenómeno internacional. El primer país de Europa donde el fascismo ha aparecido ha sido Italia porque en Italia la lucha social estaba en un período más agudo, porque en Italia la situa­ción revolucionaria era más violentó y decisiva.

Proceso del fascismo. Su encumbramiento. Sus sistemas. Sus métodos.

El fascismo en Alemania, en Francia, en Hun­gría, etc. Lugones en la Argentina.

 


NOTA:

1 Pronunciada en el local de la Federación de Estudiantes del Perú el martes 25 de setiembre de 1923. Mariátegui expone, pedagógicamente, la estructura del Estado feudal y del Estado burgués, para plantear su tesis de que la democracia está en crisis, Es claro que se refiere, única y exclusivamente, a la democracia burguesa: «La democracia burguesa ha cesado de corresponder a la organización de las fuerzas económicas formidablemente transformadas y acrecentadas». Resulta evidente que algunas de las tesis mariateguistas, relativas a esta Conferencia, no han sobrevivido a la época histórica en que fueron sustentadas, treinticinco años atrás. Mas, no en vano el materialismo histórico —brújula indagatoria del gran José Carlos— está sujeto a leyes dialécticas, que varían en cada época y en cada sociedad. Actualmente, el debilitamiento, cada día más acentuado, de la burguesía ha permitido que se anuncie una nueva teoría —marxista-leninista— sobre el posible paso pacífico de una sociedad capitalista desarrollada a una sociedad socialista; y sobre la forma parlamentaria del tránsito al socialismo, en determinados países. Mariátegui vislumbra la importancia de esta forma parlamentaria, cuando en sus apuntes dice: «El proletariado intenta el asalto decisivo del Estado y del poder político para transformar la sociedad. Su crecimiento en los parlamentos resulta amenazante para la burguesía». (El subrayado es nuestro).