OBRAS COMPLETAS DE JOSE CARLOS MARIATEGUI |
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FIGURAS Y ASPECTOS DE LA VIDA MUNDIAL III |
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LA CRISIS DINASTICA RUMANA
Cuando Maniu, líder de una gran agitación popular, asumió el poder en Rumania como jefe del gabinete, muchas voces expectantes le pidieron, desde todas las latitudes de la democracia, que arrancara con mano firme las raíces de la feudalidad contra la cual insurgía su pueblo. Pero Maniu, como la gran mayoría de los jefes de la pequeña burguesía, no es un político dispuesto a llevar a sus últimas consecuencias su pro- grama. Entre barrer definitivamente la monarquía y gobernar como su canciller, juzgó más discreto este último partido. Hoy, la dinastía, que llegara a un grado tan estrecho y patente de mancomunidad con la política reaccionaria de los Bratianu, se siente bastante fuerte para intentar la ofensiva contra el gobierno de Maniu. El nombramiento de un nuevo miembro del Consejo de la Regencia ha provocado un conflicto entre la dinastía y el gobierno, que plantea, pese a la voluntad de Maniu, la cuestión monárquica, la reina María, según los cablegramas, se muestra combativa. Ella y su corte sueñan, seguramente, con la restauración de un régimen policial como el sedicentemente liberal de los Bratianu, que les devuelva todos sus fueros. Las aspiraciones populares reconocen como su más irreconciliable adversario el poder aristocrático. También según el cable, Maniu ha hecho propuestas de lealtad al orden monárquico. Pero él mismo no sabe, probablemente, hasta qué punto los acontecimientos le permitirán ser fiel a este empeño. Toda la política de Rumania de los años de post-guerra, se reduce en último análisis a la afirmación de los derechos y sentimientos populares contra los privilegios de la aristocracia. El pueblo no tiende a otra cosa que a la liquidación de la feudalidad. Y éste es un resultado que la política de los partidos y estadistas monárquicos se muestra impotente para obtener. La reforma agraria no ha resuelto la cuestión social rumana. Pero ha fortalecido social y políticamente al campesinado, a cuya fuerza, enérgicamente rebelada contra la dictadura de Bratianu, tan cara a la reina María, debe Maniu la jefatura del gobierno.
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