OBRAS COMPLETAS DE JOSE CARLOS MARIATEGUI |
|
FIGURAS Y ASPECTOS DE LA VIDA MUNDIAL III |
|
|
EL DUELO DE LA POLITICA DE LOCARNO O DE LA SOCIEDAD DE LAS NACIONES*
Los estadistas, los parlamentarios más conspicuos de Occidente, han despedido a su colega el Dr. Gustavo Stresseman con palabras emocionadas. El elogio de Stresseman ha desbordado del protocolo. Stresseman era un hombre de Estado que desempeñaba con arte y con fortuna la gerencia de la política exterior de Alemania. Sus colegas lo estimaban, sinceramente, por la valoración solidaria de su éxito y de su habilidad. Existe cierto sentimiento gremial, cierta solidaridad profesional entré los ases, entre los "virtuosos" de la política y del gobierno. Y el duelo tiene en la política una fina y compleja gradación sentimental. La muerte de otros grandes ministros del Reich, —Erzberger, Rathenau— causó una condolencia menos viva en el aréopago político del Occidente capitalista. Erzberger, Rathenau, caían asesinados por la bala de un reaccionario y, por consiguiente, de modo más dramático. Peto eran hombres, sobre todo Rathenau, de los que el instinto burgués de las potencias occidentales desconfiaba un poco. Rathenau profesaba ideas algo heterodoxas y bizarras de reforma social. Estaba en ese estado de ánimo, sospechoso a la ortodoxia burguesa, proclive a la aventura y al desvarío, del alemán resentido y humillado de post-guerra. Si su Defensa de Occidente se hubiese escrito a tiempo para enjuiciarlo, Henri Massis no habría dejado de señalarlo como un signo de orientalismo, de asiatismo de una Alemania disolvente e inmanentista. Rathenau había firmado en Rapallo, al margen de la conferencia de Génova, con Tchitcherin y Rakovsky, ese tratado ruso-alemán, en virtud del cual Alemania, acosada por los aliados de Versalles, se volvía hacia la Rusia bolchevique. Stresseman, en tanto, es uno de los ministros de la estabilización capitalista, uno de los diplomáticos de Locarno y Ginebra, uno de los artífices de la política que ha restituido al Occidente, después de la escapada de Rapallo, la fidelidad y la cooperación de Alemania. Y ha caído, agotado y congestionado por un violento esfuerzo por dominar a una asamblea de partido, en la que se agitaba irreductible el resentimiento de una Alemania subconscientemente revanchista y militar. Los estadistas, los parlamentarios de Occidente sienten la muerte de Stresseman por este carácter patético de accidente del trabajo, mucho más viva y entrañablemente de lo que la habrían sentido en otras circunstancias. Stresseman es la víctima de un género eminente y raro de riesgo profesional. Y con Stresseman la burguesía occidental pierde a uno de los más grandes y sagaces realizadores de sus planes de estabilización y economía. Líder del Volkspartei, el doctor Gustavo Stresseman representaba en la política alemana los intereses de la burguesía industrial y financiera. Su partido ha sido también el de Hugo Stinnes y el de la "Deutsche Allgemeine Zeitung". Partido de derecha que, piloteado por Stresseman con estrategia de diestro oportunista, no habría seguido a los nacionalistas en la empresa de restauración de la monarquía, sino en caso de que esta restauración hubiese sido exigida por razones reales y posibilidades concretas de la política alemana. Mientras la dirección de la República estuvo en manos de los partidos de Weimar, mientras entre estos partidos, el de la social-democracia no parecía aun bastante resistente al fermento revolucionario, el Volkspartei se mantuvo próximo a los nacionalistas, en una actitud de conservatismo transaccional y realista. Pero desde que se mostró evidente que la estabilización capitalista necesitaba en Alemania las formas democráticas y parlamentarias, para asegurarse la colaboración o, por lo menos, la pasividad de la social-democracia, Stresseman se convirtió en uno de los más disciplinados sostenedores de la República de Weimar. Cierto que la República de Weimar, con el correr de los años, se había transformado también en la República de Hindenburg. Pero, de toda suerte, imponía inexorable y duramente la liquidación de la impaciente esperanza monárquica de las derechas. La burguesía alemana tenía que aceptar los hechos consumados no sólo en la vida doméstica sino también en la vida internacional. Stresseman comprendió la necesidad de colaborar, dentro con la República y la social-democracia, fuera con las potencias de la Entente y ante todo con Francia. Ni para el Volkspartei ni para Stresseman esta colaboración importaba un sacrificio. La burguesía contemporánea no es liberal ni conservadora, no es monárquica ni republicana. Stresseman, monárquico bajo el Imperio, anexionista durante la. guerra, republicano con Hindenburg, pacifista después de la ocupacion del Ruhr, es un representante típico del posibilismo burgués, del escepticismo operoso de una clase a la que preocupa la salvación de una sola institución y un solo principio: la propiedad. Alemania no ha sobresalido nunca por su diplomacia. El arte de los tratados, de los entendimientos, de las reservas, de los apartes, se ha mostrado un poco inasequible a sus políticos., Stresseman, en el Ministerio de Negocios Extranjeros del Reich, adquiría por esto el relieve de una figura de excepci6n. En poco tiempo, en tonó perfectamente su labor al espíritu de Locarno: espíritu de tregua y compromiso, revestido de elocuencia pacifista. No le costó ningún trabajo aconsejar a sus compatriotas la reconciliación con Francia y aun con Poincaré, el ministro de la ocupación del Ruhr. Y, bajo este aspecto, su principal labor de diplomático y de componedor es la realizada en el Reichstag, en Alemania. Un ministro del socialismo, un ministro del partido demócrata y hasta un ministro del centro católico, aunque no hubiese sido más flexible que Stresseman, habría encontrado siempre crítica excesiva, vigilancia desconfiada en la Alemania conservadora y nacionalista. Contra Stresseman mismo, se han amotinado a veces las derechas. Pero a él, sus antecedentes, su posición de hombre de derecha lo preservaban de sospechas que habrían despertado las transacciones de un hombre de otro sector político. La Alemania conservadora y nacionalista, burguesa y pequeño-burguesa, sabía bien que su actitud, en la política extranjera del Reich, se inspiraba estrictamente en los intereses de orden capitalista. El Volskpartei es el partido de la industria. Y tiene, por esto, una visión más realista, moderna y práctica de la política y la economía que el otro partido de derecha, el Deutsche National, representante de la nobleza y la gran propiedad agraria. Stresseman, político de clase, estaba dotado de un sentido preciso de los intereses capitalistas. Toda su obra, toda su personalidad tienen el estilo de expresiones acabadas del espíritu burgués de nuestro tiempo. Desembarazado de principios, Stresseman, lo mismo que como ministro de la paz y la reconciliación habría podido sobresalir como canciller de Guillermo II y de su imperialismo agresivo. * Publicado en Variedades, Lima, 9 de Octubre de 1929.
|
|