De las
Obras Escogidas de Mao Tsetung
EDICIONES EN LENGUAS EXTRANJERAS
PEKIN
Primera edición 1977
Tomo V, págs. 359-60.
Digitalizado y preparado para el internet: Por el Movimiento
Popular Perú de Alemania, 1993.
Esta edición: Marxists Internet Archive, mayo de 2001.
EN MEMORIA DEL DR. SUN YAT-SEN[*]
12 de noviembre de 1956
¡Rindamos homenaje al Dr. Sun Yat-sen, gran precursor de la revolución!
Honramos su memoria porque, en el período preparatorio de la revolución democrática de China, libró una aguda lucha contra los reformistas asumiendo una clara posición de demócrata revolucionario. En esa lucha, él fue el portaestandarte de los demócratas revolucionarios chinos.
Honramos su memoria por la grandiosa hazaña que realizó durante la Revolución de 1911 al dirigir al pueblo en el derrocamiento de la monarquía y el establecimiento de la república.
Honramos su memoria por la magnífica contribución que hizo en el período de la primera cooperación entre el Kuomintang y el Partido Comunista al desarrollar los viejos Tres Principios del Pueblo convirtiéndolos en los nuevos.
EL nos dejó muchas cosas de valor en la esfera del pensamiento político.
Los chinos de nuestra época, excepto un puñado de reaccionarios, somos todos continuadores de la causa revolucionaria del Dr. Sun.
Hemos completado la revolución democrática que el Dr. Sun dejó inconclusa y la hemos desarrollado haciendo de ella una revolución socialista, en cuyo proceso de realización nos hallamos ahora.
Las cosas se desarrollan sin cesar. Han transcurrido sólo 45 años desde la Revolución de 1911 y, sin embargo, la faz de China ha cambiado por completo. Al cabo de otros 45 años, esto es, para el año 2001, en los albores del siglo XXI, China habrá experimentado cambios aún mayores. Será un poderoso país industrial socialista. Y así tiene que ser, pues con una superficie de 9.600.000 kilómetros cuadrados y una
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población de 600 millones, China debe hacer un aporte comparativamente grande a la humanidad. Durante un largo período, su contribución ha sido muy reducida, y esto nos apena.
Pero debemos ser modestos. Debemos serlo no sólo ahora, sino incluso cuando hayan pasado esos cuarenta y cinco años. Seamos modestos siempre. En nuestras relaciones con el extranjero, los chinos debemos desechar resuelta, definitiva, cabal y totalmente cualquier manifestación de chovinismo de gran nación.
El Dr. Sun era un hombre modesto. Escuché sus discursos en muchas ocasiones y quedé impresionado por su grandeza de espíritu. Su gran dedicación al estudio de la historia de China y de sus condiciones sociales contemporáneas, así como al estudio de la situación de los países extranjeros, entre ellos la Unión Soviética, fue para mí muestra de que era muy modesto.
Consagró toda su vida, con absoluta abnegación, a la transformación
de China; de él se podría decir que dio lo mejor de sí, lo dio todo hasta que su corazón dejó de latir.
Al igual que muchas grandes figuras de la historia
que se pusieron en el primer frente para guiar la corriente de su época,
el Dr. Sun también tuvo defectos. Esto hay que explicarlo a la luz
de las circunstancias históricas, de modo que la gente lo comprenda.
No debemos ser demasiado exigentes con los precursores.