De las
Obras Escogidas de Mao Tse-tung
EDICIONES EN LENGUAS EXTRANJERAS
PEKIN 1976
Primera edición 1962
Segunda edición 1963
(5a impresión 1976)
Tomo IV, págs. 235-48.
Digitalizado y preparado para el internet: Por el Movimiento
Popular Perú de Alemania, 1993.
Esta edición: Marxists Internet Archive, mayo de 2001.
DISCURSO PRONUNCIADO EN UNA
CONFERENCIA DE CUADROS DE LA
REGION LIBERADA DE SHANSI-SUIYUAN
1 de abril de 1948
Camaradas: Hoy quisiera hablar principalmente de
algunos problemas relacionados con nuestro trabajo en la región
liberada de Shansí-Suiyuán, y también de algunos problemas
relativos a nuestro trabajo en todo el país.
En mi opinión, ha sido coronado con éxitos el trabajo de reforma agraria y de consolidación del Partido, realizado durante el año transcurrido en la región dirigida por el Subburó de Shansí-Suiyuán del Comité Central del Partido Comunista de China.
Esto puede considerarse bajo dos aspectos. Por un lado, la organización del Partido de la región de Shansí-Suiyuán ha combatido las desviaciones de derecha, ha iniciado luchas de masas y ha terminado, o está terminando, la reforma agraria y la consolidación del Partido entre dos millones y varios centenares de miles de habitantes de esta región, cuya población total supera los tres millones. Por otro lado, ha corregido también las desviaciones de "izquierda" surgidas en estas campañas, encauzando así todo el trabajo por el camino de un sano desarrollo. Tomando en cuenta estos dos aspectos, estimo que ha tenido éxito el trabajo de reforma agraria y de consolidación del Partido en la región liberada de Shansí-Suiyuán.
"De ahora en adelante -- dicen las masas populares de la región liberada de Shansí-Suiyuán --, nadie se atreverá jamás a ser feudal; nadie se atreverá jamás a maltratar a la gente ni entregarse a la corrupción." Esa es su conclusión sobre nuestro trabajo de reforma
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agraria y de consolidación del Partido. Cuando dicen: "nadie se atreverá jamás a ser feudal", quieren decir que, gracias a la lucha realizada bajo nuestra dirección, han liquidado, o están liquidando, el sistema de explotación feudal en las regiones liberadas nuevas y las supervivencias de este sistema en las regiones liberadas antiguas y semiantiguas. Cuando dicen: "nadie se atreverá jamás a maltratar a la gente ni entregarse a la corrupción", aluden al grave fenómeno de cierta impureza en la composición de clase y en el estilo de trabajo que antes existió dentro de las organizaciones del Partido y los organismos gubernamentales. Numerosos elementos nocivos se habían infiltrado en dichas organizaciones; muchos individuos habían desarrollado un estilo burocrático de trabajo, abusado de su poder y tratado despóticamente al pueblo, y habían empleado métodos coercitivos y autoritarios para sacar adelante las tareas, provocando así el descontento entre las masas, o se habían entregado a la corrupción, o habían atentado contra los intereses de las masas. Esta situación, sin embargo, ha cambiado de raíz después de un año de trabajo de reforma agraria y de consolidación del Partido.
Uno de los camaradas presentes me ha dicho: "Nos hemos librado de lo que nos era funesto. Ahora hemos adquirido lo que antes nos faltaba." Al decir "lo que nos era funesto", aludía al grave fenómeno de la impureza en la composición de clase y en el estilo de trabajo dentro de las organizaciones del Partido y de los organismos gubernamentales, y el resultante descontento entre las masas. Este fenómeno ha sido ahora completamente eliminado. Al decir "lo que antes nos faltaba" y que "ahora hemos adquirido", aludía a las ligas de campesinos pobres, a las nuevas asociaciones campesinas, a las asambleas de representantes populares de territorio y de aldea y a la nueva atmósfera que prevalece en el campo como resultado del trabajo de reforma agraria y de consolidación del Partido.
Me parece que estos comentarios corresponden a la realidad.
Tal es el gran éxito del trabajo de reforma agraria y de consolidación del Partido en la región liberada de Shansí-Suiyuán. Constituye el primer aspecto de nuestro éxito. Sólo sobre esta base pudo la organización del Partido de la región de Shansí-Suiyuán realizar, durante el año transcurrido, una gran labor al servicio del frente, en apoyo de la gran Guerra Popular de Liberación. Sin el éxito alcanzado en nuestro trabajo de reforma agraria y de consolidación del Partido, habría sido difícil cumplir tareas tan enormes en el terreno militar.
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Por otra parte, la organización del Partido de la región de Shansí-Suiyuán ha corregido las desviaciones de "izquierda" surgidas en el curso de su trabajo. Hubo tres principales desviaciones de este tipo. Primero, en muchos lugares, al determinar la pertenencia de clase, se clasificó erróneamente como terratenientes o campesinos ricos a numerosos trabajadores que no ejercían ninguna explotación feudal o que sólo ejercían explotación en pequeño grado; de ese modo se amplió equivocadamente el radio de ataque y se olvidó un principio estratégico de la mayor importancia: en la reforma agraria podemos y debemos unir, más o menos, al 92 por ciento de las familias campesinas o alrededor del 90 por ciento de la población rural, o sea, unir a todos los trabajadores del campo para formar un frente único contra el sistema feudal. En la actualidad, se ha corregido esta desviación. En consecuencia, la gente se ha tranquilizado mucho y el frente único revolucionario se ha consolidado. Segundo, en la reforma agraria, se causaron perjuicios a las empresas industriales y comerciales de terratenientes y de campesinos ricos; en la lucha por descubrir las actividades contrarrevolucionarias en el terreno económico, se rebasaron los límites prescritos, y en la ejecución de la política de impuestos, se lesionó a la industria y al comercio. Estas eran las desviaciones de "izquierda" con respecto a la industria y al comercio. Ellas se han corregido también en la actualidad, lo que permite a la industria y al comercio rehacerse y desarrollarse. Tercero, durante las violentas luchas por la reforma agraria del año transcurrido, la organización del Partido de la región de Shansí-Suiyuán no supo atenerse inequívocamente a la política del Partido que prohibe estrictamente golpear y matar sin discriminación, de suerte que en ciertos lugares algunos terratenientes y campesinos ricos fueron ejecutados innecesariamente, y los elementos nocivos del campo pudieron sacar partido de la situación para vengarse, matando criminalmente cierto número de trabajadores. Consideramos absolutamente necesario y justo que sean condenados a la pena capital, por los tribunales populares y las autoridades democráticas, los mayores criminales que de manera activa y grave han combatido la revolución democrática popular y han saboteado la reforma agraria, es decir, los contrarrevolucionarios y tiranos locales culpables de los peores crímenes. Si así no se hiciera, no podría establecerse el orden democrático. Pero debemos prohibir que se dé muerte a los simples subordinados del Kuomintang que aún lo siguen, al común de los terratenientes y campesinos ricos y a los individuos cuya culpabilidad sea menos grave. Además, cuando los
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tribunales populares y las autoridades democráticas efectúan el interrogatorio de los criminales, se debe prohibir la violencia física. Se han corregido también las desviaciones de este tipo surgidas durante el año transcurrido en la región de Shansí-Suiyuán.
Ahora que se han corregido a conciencia todas las desviaciones arriba mencionadas, podemos decir con fundamento que todo el trabajo dirigido por el Subburó de Shansí-Suiyuán del Comité Central marcha ya por el camino de un sano desarrollo.
El método de trabajo fundamental que todos los comunistas deben tener muy presente es el de determinar nuestra línea de conducta de acuerdo con las condiciones reales. Si examinamos la causa de los errores cometidos, vemos que todos se deben al hecho de que nos apartamos de las condiciones reales existentes en un momento y lugar dados y determinamos de manera subjetiva nuestra línea de conducta. Esto debe servir de lección a todos los camaradas.
En cuanto a la consolidación de las organizaciones de base del Partido, habéis utilizado, en conformidad con la directiva del Comité Central sobre el trabajo de reforma agraria y de consolidación del Partido en las regiones liberadas antiguas y semiantiguas[1], la experiencia adquirida en el distrito de Pingshan, en la región liberada de Shansí-Chajar-Jopei; es decir, habéis invitado a activistas de las masas no pertenecientes al Partido a participar en las reuniones de célula y habéis desarrollado la crítica y la autocrítica para eliminar la impureza en la composición de clase y en el estilo de trabajo de las organizaciones del Partido, permitiendo a éstas estrechar sus vínculos con las masas populares. Al proceder así, podéis dar cima, de una manera sana, a todo el trabajo de consolidación de las organizaciones del Partido.
A los miembros del Partido y cuadros que hayan cometido errores, pero que aún puedan ser educados y se diferencien de los incorregibles, se los debe educar, cualquiera que sea su origen de clase, en vez de abandonarlos. Es asimismo correcto que hayáis aplicado este principio o estéis aplicándolo.
En la lucha contra el sistema feudal, es extremadamente valiosa la experiencia de constituir, sobre la base de las ligas de campesinos pobres y las asociaciones campesinas, asambleas de representantes populares en los niveles de territorio y de aldea (o cantón). Una verdadera asamblea de representantes populares sólo es la que se basa en la voluntad de masas populares realmente amplias. Ahora ya existe la posibilidad de que se constituyan asambleas de
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esta clase en todas las regiones liberadas. Tales asambleas, una vez establecidas, deben ser los órganos locales del Poder popular y, así como los consejos gubernamentales que elijan, deben quedar investidas de toda la autoridad debida. Las ligas de campesinos pobres y las asociaciones campesinas pasarán a ser entonces sus auxiliares. Habíamos pensado establecer asambleas de representantes populares en las zonas rurales sólo después de cumplir, en lo fundamental, la tarea de la reforma agraria. Ahora que vuestra experiencia y la de otras regiones liberadas han probado que es posible y necesario instaurar, en plena lucha por la reforma agraria, tales asambleas de territorio y de aldea y los respectivos consejos gubernamentales elegidos por ellas, debéis continuar haciéndolo así. Lo mismo debe hacerse en todas las regiones liberadas. Después que se generalice el establecimiento de asambleas de representantes populares de territorio y de aldea, podrán establecerse las de distrito. Cuando se establezcan las del nivel de distrito y las de los niveles inferiores, será fácil establecer las de los niveles superiores. Las asambleas de representantes populares en los distintos niveles deben incluir, hasta donde sea posible, representantes de todas las capas democráticas de la población: obreros, campesinos, artesanos independientes, profesionales, intelectuales, industriales y comerciantes de la burguesía nacional y shenshi sensatos. Por supuesto que no se debe completar la representación de manera mecánica; hay que distinguir entre las zonas rurales con poblados y las que no los tienen, entre los poblados grandes y pequeños y entre las ciudades y las zonas rurales, a fin de cumplir de manera natural, y no mecánica, la tarea de unir a todas las capas democráticas.
La gran lucha de masas por la reforma agraria y la consolidación del Partido ha educado y formado decenas de miles de activistas y cuadros. Ellos están vinculados con las masas y constituirán un tesoro muy precioso para la República Popular China. En adelante hay que intensificar su educación, de modo que hagan progresos constantes en su trabajo. Al mismo tiempo, es preciso prevenirlos contra el engreimiento y la presunción que pueden surgir de los éxitos y elogios.
En vista de todo esto, en vista de los éxitos
obtenidos en los terrenos arriba mencionados, podemos decir que la región
liberada de Shansí-Suiyuán está ahora mejor consolidada
que nunca. También se han consolidado las otras regiones liberadas
donde se ha trabajado de la misma manera.
Los éxitos conseguidos en la región liberada de Shansí-Suiyuán, en lo que concierne a la dirección, se deben principalmente a las siguientes causas:
1. Con la ayuda del camarada Kang Sheng, que trabajó en la aldea administrativa de Jaochiapo, distrito de Linsien, durante la primavera y el verano pasados, el Subburó de Shansí-Suiyuán celebró en junio último una conferencia de los secretarios de comité de prefectura del Partido. La conferencia criticó las desviaciones de derecha que existían en el trabajo anterior, puso radicalmente al descubierto los graves fenómenos de desviación de la línea del Partido y adoptó la política de iniciar a conciencia la reforma agraria y la consolidación del Partido. En lo fundamental, la conferencia fue un éxito. Sin ella, la reforma agraria y la consolidación del Partido, tareas de tan grande envergadura, no habrían podido tener éxito. Los defectos de la conferencia fueron los siguientes: no determinó distintas líneas de conducta según las distintas condiciones existentes en las regiones liberadas antiguas, semiantiguas y nuevas; adoptó una política ultraizquierdista en la determinación de la pertenencia de clase; dio excesiva importancia, en la cuestión de cómo destruir el sistema feudal, a la búsqueda de los bienes enterrados por los terratenientes; en la cuestión de cómo tratar las demandas de las masas, sin proceder a un análisis sereno, lanzó de manera demasiado general la consigna de "hacerlo todo como las masas lo quieran". Este último punto, que es la cuestión referente a las relaciones del Partido con las masas, hay que entenderlo así: el Partido debe dirigir a las masas, según las circunstancias, en la realización de todas las ideas correctas de éstas, y educarlas para que corrijan toda idea errónea que abriguen. La conferencia sólo subrayó que el Partido debía realizar las ideas de las masas, pero descuidó que el Partido debía también educar y dirigir a las masas, lo que ejerció más tarde una influencia negativa en los camaradas de algunos lugares y agravó sus errores seguidistas.
2. El Subburó de Shansí-Suiyuán tomó en enero de este año medidas adecuadas para corregir las desviaciones de "izquierda".
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Estas medidas se pusieron en práctica después del
regreso de los camaradas del Subburó que habían participado
en la reunión de diciembre del Comité Central[2].
Con tal objetivo el Subburó dio una directiva de cinco puntos [3].
Estas medidas correctivas correspondían de tal modo a los deseos
de las masas y fueron aplicadas tan rápida y radicalmente, que en
un corto lapso se rectificaron casi todas las desviaciones de "izquierda".
Durante la Guerra de Resistencia contra el Japón, la línea rectora de la organización del Partido de la región de Shansí-Suiyuán era acertada en lo fundamental. Esto se manifestó en la reducción de los arriendos y de los intereses; en la restauración y el desarrollo considerable de la producción agrícola, del hilado y tejido domésticos, de la industria de guerra y de ciertas ramas de la industria ligera; en la cimentación de las organizaciones del Partido, y en la formación de un gobierno democrático y de un ejército popular de casi cien mil hombres. Toda esta labor constituyó la base sobre la cual pudimos hacer victoriosamente la Guerra de Resistencia y rechazar los ataques de Yen Si-shan y otros reaccionarios. Naturalmente, durante ese período el Partido y el gobierno también tuvieron sus deficiencias; éstas eran, como ahora vemos con toda claridad, cierto grado de impureza en la composición de clase y en el estilo de trabajo y los numerosos efectos consiguientes, indeseables para nuestra labor. Pero, en su conjunto, la labor realizada durante la Guerra de Resistencia fue fructífera. De ahí que contáramos con condiciones favorables para derrotar, después de la rendición japonesa, los ataques contrarrevolucionarios de Chiang Kai-shek. Las deficiencias o errores en la dirección de la organización del Partido en la región de Shansí-Suiyuán durante la Guerra de Resistencia consistían principalmente en no saber apoyarse en las más amplias masas para suprimir la impureza en la composición de clase y en el estilo de trabajo que existía en cierto grado en las organizaciones del Partido y los organismos gubernamentales y los efectos consiguientes, indeseables para el trabajo. Esta tarea la habéis cumplido ahora. Una de las causas de dicho estado de cosas era que algunos camaradas dirigentes de ese entonces de Shansí-Suiyuán no comprendieron bien las numerosas
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condiciones reales en que se encontraban el Partido y las masas.
Esto también debe servir de lección a nuestros camaradas.
A nuestros camaradas les preocupa la situación del país. Después que la Conferencia Agraria Nacional del Partido, reunida el año pasado, adoptó una política nueva para desarrollar el trabajo de reforma agraria y de consolidación del Partido, en casi todas las regiones liberadas se celebraron grandes conferencias de cuadros consagradas a la consolidación del Partido y a la reforma agraria. En estas conferencias se criticaron las ideas derechistas existentes en el
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Partido y se puso al desnudo el grave fenómeno de cierto grado de impureza en la composición de clase y en el estilo de trabajo del Partido. Después, en muchos lugares se tomaron medidas adecuadas y se han corregido o están corrigiendo las desviaciones de "izquierda". De este modo, frente a la nueva situación política y a las nuevas tareas políticas, nuestro Partido ha podido encauzar su trabajo en el país entero por el camino de un sano desarrollo. En los últimos meses, casi todas las unidades del Ejército Popular de Liberación han utilizado los intervalos entre las batallas para emprender una vasta labor de adiestramiento y consolidación. Esta labor se ha llevado a cabo de una manera bien dirigida, ordenada y democrática. Con ello se ha estimulado el fervor revolucionario de las grandes masas de mandos y combatientes, se les ha hecho comprender con claridad el objetivo de la guerra, se han eliminado las tendencias ideológicas incorrectas y fenómenos indeseables existentes en el ejército, se ha educado a los cuadros y combatientes y ha crecido enormemente la capacidad combativa del ejército. De ahora en adelante, debemos continuar realizando este nuevo tipo de movimiento democrático de masas para la educación ideológica en el ejército. Podéis daros bien cuenta de que nuestro enemigo, el Kuomintang, no es capaz de emprender ninguna de estas tareas de gran importancia histórica que realizamos: la consolidación del Partido, la educación ideológica en el ejército y la reforma agraria. De nuestro lado, nos hemos dedicado a corregir seriamente las deficiencias; hemos hecho que todo el Partido y todo el ejército estén unidos, por decirlo así, como un solo hombre; todo el Partido y todo el ejército han establecido vínculos estrechos con las masas populares; se han aplicado con eficacia todas las medidas políticas y todas las tácticas formuladas por el Comité Central de nuestro Partido, y se lleva victoriosamente la Guerra Popular de Liberación. Del lado de nuestro enemigo ocurre justamente todo lo contrario. Está tan corrompido, tan desgarrado por crecientes e irresolubles querellas intestinas, tan repudiado por el pueblo y relegado a un aislamiento tan completo, y ha sufrido tantas derrotas en los campos de batalla, que su ruina es inevitable. Este es el cuadro completo del contraste entre la revolución y la contrarrevolución en China.
Frente a esta situación, todos los miembros del Partido deben atenerse firmemente a la línea general del Partido, que es la línea de la revolución de nueva democracia. La revolución de nueva democracia no es una revolución cualquiera; sólo puede y debe ser una revolución
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de las amplias masas populares, dirigida por el proletariado, contra el imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático. Esto significa que la dirección de esta revolución no la pueden ni deben asumir ninguna otra clase y ningún otro partido que el proletariado y el Partido Comunista de China. Esto significa que es muy amplio el frente único de quienes toman parte en esta revolución, el cual abarca a los obreros, campesinos, artesanos independientes, profesionales, intelectuales, la burguesía nacional y el sector de shenshi sensatos, que se ha desprendido de la clase de los terratenientes. A todos ellos nos referimos al hablar de las amplias masas populares. El Estado y el gobierno que han de fundar éstas, serán la República Popular China y el gobierno democrático de coalición asentado sobre la alianza de todas las clases democráticas y dirigido por el proletariado. Los enemigos a los que esta revolución se propone derrocar sólo son y deben ser el imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático. La expresión concentrada de todos estos enemigos es el reaccionario régimen del Kuomintang chiangkaishekista.
El feudalismo es el aliado del imperialismo y del capitalismo burocrático y sirve de base a su dominación. Por eso, la reforma del sistema agrario constituye el contenido principal de la revolución de nueva democracia en China. La línea general de la reforma agraria consiste en apoyarse en los campesinos pobres y unirse con los campesinos medios para abolir, de manera metódica y con diferencias en el trato, el sistema de explotación feudal y desarrollar la producción agrícola. La fuerza fundamental en que nos apoyamos durante la reforma agraria sólo pueden y deben ser los campesinos pobres. Esta capa de campesinos pobres constituye, junto con los asalariados agrícolas, alrededor del 70 por ciento de la población rural de China. La tarea principal e inmediata de la reforma agraria es satisfacer las reivindicaciones de las masas de campesinos pobres y asalariados agrícolas. En la reforma agraria es indispensable unirse con los campesinos medios; los campesinos pobres y los asalariados agrícolas deben formar un sólido frente único con los campesinos medios, que representan alrededor del 20 por ciento de la población rural. De otra manera se encontrarán aislados los campesinos pobres y los asalariados agrícolas y fracasará la reforma agraria. Una de las tareas de la reforma agraria es satisfacer las reivindicaciones de una parte de los campesinos medios. A un sector de los campesinos medios se les debe permitir poseer individualmente más tierras que las que reciben como promedio los campesinos pobres. Si apoyamos la reivin-
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dicación de los campesinos por una distribución por igual de la tierra, es para facilitar la movilización de las amplias masas campesinas a fin de abolir rápidamente el sistema de propiedad territorial de la clase terrateniente feudal, y no para preconizar un igualitarismo absoluto. Quienquiera que abogue por el igualitarismo absoluto, se equivoca. Hay una manera de pensar, en la actualidad corriente en el campo, que perjudica la industria y el comercio y preconiza el igualitarismo absoluto en la distribución de la tierra. Es de carácter reaccionario, atrasado y retrógrado. Debemos criticarla. El blanco de la reforma agraria sólo es y debe ser el sistema de explotación feudal ejercida por la clase terrateniente y por los campesinos ricos de viejo tipo, y no hay que perjudicar ni los intereses de la burguesía nacional ni las empresas industriales y comerciales de los terratenientes y campesinos ricos. Hay que guardarse, en particular, de lesionar a los intereses de los campesinos medios, artesanos independientes, profesionales y campesinos ricos de nuevo tipo, que no ejercen explotación o la ejercen en pequeña medida. el objetivo de la reforma agraria es abolir el sistema de explotación feudal, es decir, liquidar a los terratenientes feudales como clase y no como individuos. Por eso, a cada terrateniente hay que darle la misma cantidad de tierra y de bienes que a un campesino, hacerle aprender el trabajo productivo e incorporarlo a la vida económica nacional. Con excepción de los contrarrevolucionarios y tiranos locales culpables de los peores crímenes confirmados por pruebas concluyentes, quienes se han hecho acreedores del odio implacable de las amplias masas y a quienes, por lo tanto, se puede y debe castigar, hay que aplicar una política de clemencia para con todos; se prohibe en cualquier caso golpear o matar sin discriminación. El sistema de explotación feudal debe ser abolido de manera metódica, es decir, con arreglo a una táctica. Al desatar la lucha, debemos determinar nuestra táctica de acuerdo con las circunstancias y el grado de conciencia política y de organización de las masas campesinas; no hay que intentar liquidar de la noche a la mañana todo el sistema de explotación feudal. Dadas las condiciones reales del sistema de explotación feudal en las zonas rurales de China, el radio total de ataque en la reforma agraria no debe exceder, por lo general, de un e por ciento, más o menos, de las familias rurales, o sea, alrededor del 10 por ciento de la población rural. En las regiones liberadas antiguas y semiantiguas, el porcentaje debe ser aún menor. Es peligroso apartarse de las condiciones reales y ampliar erróneamente el radio de ataque. En las regiones liberadas
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nuevas es además necesario realizar la reforma agraria por zonas y por etapas. "Por zonas" significa que, en los lugares que podemos mantener sólidamente, debemos concentrar nuestros esfuerzos en realizar un adecuado trabajo de reforma agraria que responda a los deseos de las masas locales, mientras que en los lugares difíciles de conservar con solidez por el momento, no debemos, antes de un cambio en la situación, apresuramos a emprender la reforma agraria, sino limitamos a los trabajos factibles y beneficiosos para las masas en las circunstancias actuales. "Por etapas" significa que, en los lugares recién ocupados por el Ejército Popular de Liberación, debemos formular y aplicar la táctica de neutralizar a los campesinos ricos y a los terratenientes medios y pequeños, y disminuir el radio de ataque en tal medida que sólo destruyamos las fuerzas armadas reaccionarias del Kuomintang y asestemos golpes a los déspotas y tiranos locales. Debemos concentrar todos nuestros esfuerzos en cumplir esta tarea como la primera etapa del trabajo en las regiones liberadas nuevas. Después de lo cual, debemos avanzar gradualmente; conforme a la elevación del nivel de conciencia política y de organización de las masas, hacia la etapa de total abolición del sistema feudal. En las regiones liberadas nuevas debemos distribuir los bienes muebles y la tierra sólo cuando las condiciones se hayan vuelto relativamente estables y la abrumadora mayoría de las masas haya sido plenamente movilizada para la acción; actuar de otra manera sería aventurado e inseguro y sólo causaría perjuicios. En las regiones liberadas nuevas, hay que utilizar plenamente la experiencia obtenida durante la Guerra de Resistencia. Por abolición del feudalismo con diferencias en el trato, entendemos que debemos distinguir entre los terratenientes y los campesinos ricos, entre los terratenientes grandes, medios y pequeños, y entre los terratenientes y campesinos ricos que son tiranos locales y los que no lo son, y que, con sujeción al principio fundamental de la distribución por igual de la tierra y de la abolición del sistema feudal, no debemos tomar decisiones uniformes respecto a ellos; sino diferenciar el trato según las condiciones diferentes de cada cual. Si procedemos así, la gente verá que nuestro trabajo es enteramente racional. El desarrollo de la producción agrícola constituye el objetivo inmediato de la reforma agraria. Sólo la abolición del sistema feudal puede crear las condiciones para ese desarrollo. En cada región; tan pronto como sea liquidado el feudalismo y terminada la reforma agraria, el Partido y las autoridades democráticas deben plantear la tarea de restaurar y desarrollar la producción agrícola, consagrar a esta tarea
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todas las fuerzas disponibles del campo, organizar la cooperación y la ayuda mutua, mejorar la técnica agrícola, fomentar la selección de semillas y construir obras hidráulicas: todo a fin de asegurar el aumento de la producción. Las organizaciones del Partido en las zonas rurales deben dedicar la mayor parte de su energía a restaurar y desarrollar la producción agrícola, así como la producción industrial en los poblados. Con objeto de acelerar tal restauración y desarrollo, debemos, en el curso de nuestra lucha por la abolición del sistema feudal, esforzamos por preservar, hasta donde sea posible, todos los medios de producción y de subsistencia utilizables, tomar medidas enérgicas contra cualquiera que los destruya o malgaste, combatir los excesos en las comidas y observar una estricta economía. Para desarrollar la producción agrícola, debemos aconsejar a los campesinos que se organicen, sobre una base voluntaria y en forma gradual, en diversos tipos de cooperativas de producción y de consumo basadas en la propiedad privada y permisibles en las actuales condiciones económicas. La abolición del sistema feudal y el desarrollo de la producción agrícola asentarán las bases para el desarrollo de la producción industrial y la transformación de nuestro país agrícola en país industrial. Ese es el objetivo final de la revolución de nueva democracia.
Camaradas, sabéis que nuestro Partido ha formulado la línea general y la política general de la revolución china, así como diversas líneas de trabajo y medidas políticas concretas. Sin embargo, muchos camaradas a menudo tienen presentes sólo las líneas de trabajo y medidas políticas concretas, olvidando la línea general y la política general del Partido. Si efectivamente olvidamos la línea general y la política general del Partido, seremos revolucionarios ciegos, inmaturos y de ideas confusas, y al aplicar una línea concreta de trabajo y una medida política concreta, nos desorientaremos, oscilaremos de izquierda a derecha y perjudicaremos nuestro trabajo.
Permitidme repetir:
La revolución de las amplias masas populares, dirigida por el proletariado, contra el imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático: ésta es la revolución de nueva democracia en China, y ésta es la línea general y la política general del Partido Comunista de China en la actual etapa histórica.
Apoyarse en los campesinos pobres y unirse con los campesinos medios para abolir, de manera metódica y con diferencias en el trato, el sistema de explotación feudal y desarrollar la producción agrícola: tal es la línea general y la política general del Partido Comu-
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nista de China en el trabajo de reforma agraria durante el período
de la revolución de nueva democracia.
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[1]Esta directiva del Comité Central del Partido Comunista de China, dada el 22 de febrero de 1948, resumió la experiencia adquirida en el curso del trabajo de reforma agraria y de consolidación del Partido en las diversas regiones liberadas, formuló una serie de medidas políticas y de métodos para la reforma agraria y la consolidación del Partido y, en especial, corrigió las desviaciones de "izquierda" que habían surgido en algunas regiones durante la realización de estas dos tareas. [pág. 238]
[2]Véase el presente tomo, págs. 160-161, "La situación actual y nuestras tareas"; nota al título. [pág. 241]
[3]Se refiere a la "Directiva sobre la corrección de los errores cometidos en la determinación de la pertenencia de clase y sobre la unión con los campesinos medios"; dada el 13 de enero de 1948 por el Subburó de Shansí-Suiyuán del Comité Central del Partido Comunista de China. La Directiva está dividida en cinco puntos, que en lo esencial dicen:
[4]Se refiere a las cooperativas de suministro y venta. [pág. 242]