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RECLUTAR GRAN NUMERO DE
INTELECTUALES[*]
1. de diciembre de 1939
1. En la larga y encarnizada guerra de liberación
nacional y en la grandiosa lucha por forjar una nueva China, el Partido
Comunista debe saber reclutar intelectuales, porque sólo de este
modo estará en condiciones de organizar una gran fuerza para la
Guerra de Resistencia, organizar a los millones y millones de campesinos,
desarrollar el movimiento cultural revolucionario y extender el frente
único revolucionario. Sin la participación de los intelectuales,
es imposible la victoria de la revolución.
2. Durante los últimos tres años, nuestro
Partido y nuestro ejército han hecho considerables esfuerzos para
reclutar intelectuales, y han incorporado un gran número de intelectuales
revolucionarios al Partido, al ejército, a los organismos gubernamentales
y al trabajo en el movimiento cultural y en el movimiento de masas, ampliando
así el frente único; éste es un gran éxito.
Sin embargo, muchos de los cuadros del ejército no se dan cuenta
todavía de la importancia de los intelectuales, y aún los
miran con recelo e incluso tienden a rechazarlos. Muchas de nuestras escuelas
de cuadros no se atreven todavía a enrolar jóvenes estudiantes
en gran número. Muchas de las organizaciones locales de nuestro
Partido todavía son reacias a admitir intelectuales. Todo esto se
debe a que no comprenden la importancia de los intelectuales para la causa
revolucionaria, ni la diferencia entre los intelectuales de los países
coloniales y semicoloniales y los de los países capitalistas, ni
la diferencia entre los intelectuales que sirven a la clase terrateniente
y a la burguesía, y aquellos que sirven a la clase obrera y al campesinado,
ni tampoco la gravedad de la situación en que los partidos políticos
burgueses están contendiendo desesperadamente con
* Decisión del Comité Central del Partido Comunista de China,
redactada por el camarada Mao Tse-tung.
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nosotros por los intelectuales y en que los imperialistas japoneses
también tratan por todos los medios de comprar y adormecer a los
intelectuales chinos; en particular, se debe a que no comprenden la favorable
condición de que nuestro Partido y nuestro ejército ya han
formado una firme armazón de cuadros bien probados y están
así capacitados para dirigir a los intelectuales.
3. Por lo tanto, desde ahora debe prestarse atención
a lo siguiente:
1) Todas las organizaciones del Partido en las zonas
de guerra y todas las unidades militares dirigidas por el Partido deben
incorporar gran número de intelectuales a nuestro ejército,
escuelas de cuadros y organismos gubernamentales. Hay que reclutar por
diversos medios a cuantos intelectuales estén dispuestos a luchar
contra el Japón y sean relativamente leales, trabajadores y capaces
de soportar las privaciones, y darles educación política
para que puedan templarse en la guerra y el trabajo y servir al ejército,
al gobierno y a las masas; hay que admitir en el Partido, según
cada caso concreto, a los que cumplan con los requisitos de militante.
En cuanto a aquellos que no satisfagan esos requisitos o no deseen ingresar
en el Partido, es preciso establecer buenas relaciones con ellos y guiarlos
en el trabajo común.
2) Al aplicar la política de reclutar gran
número de intelectuales, debe tenerse, por supuesto, el máximo
cuidado para impedir la infiltración de elementos enviados por el
enemigo y por los partidos políticos burgueses así como de
elementos poco leales. A este respecto debemos ser muy estrictos. Los que
ya se hayan infiltrado en el Partido, el ejército o los organismos
gubernamentales, deben ser firme pero discriminadamente expulsados sobre
la base de pruebas concluyentes. Sin embargo, no por ello hay que sospechar
de los intelectuales relativamente leales; debemos mantener estricta vigilancia
ante las acusaciones falsas contra gente inocente hechas por contrarrevolucionarios.
3) Es necesario asignar trabajos apropiados a todos
los intelectuales relativamente leales y útiles, y darles a conciencia
educación política y guía, de modo que en el largo
curso de la lucha superen poco a poco sus deficiencias, se revolucionaricen,
se identifiquen con las masas y se fundan con los viejos militantes y cuadros
del Partido y con los militantes obreros y campesinos.
4) Es preciso realizar un efectivo trabajo de convencimiento
con los cuadros que se oponen a la participación de los intelectuales
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en nuestro trabajo, en particular con los de las fuerzas regulares,
para que comprendan la necesidad de reclutarlos. A la vez, hay que estimular
eficazmente a nuestros cuadros obreros y campesinos a estudiar con mayor
intensidad y a elevar su nivel cultural. Es necesario lograr que los cuadros
obreros y campesinos adquieran cultura general y, al mismo tiempo, que
los intelectuales se identifiquen con las masas obreras y campesinas.
5) Los principios arriba indicados también
son básicamente aplicables en las zonas dominadas por el Kuomintang
y en las ocupadas por el invasor japonés, pero, al admitir intelectuales
en el Partido, debe prestarse más atención a su grado de
lealtad, a fin de garantizar una mayor cohesión en las organizaciones
del Partido en esas zonas. Es imprescindible establecer vínculos
apropiados con los numerosos intelectuales no militantes del Partido que
simpatizan con nosotros, e incorporarlos a la gran lucha de resistencia
al Japón y por la democracia y al trabajo en el movimiento cultural
y el frente único.
4. Todos los camaradas de nuestro Partido deben comprender
que una política correcta con respecto a los intelectuales es una
de las condiciones importantes para la victoria de la revolución.
Es del todo inadmisible una repetición de la incorrecta actitud
que frente a los intelectuales adoptaron las organizaciones del Partido
de muchas localidades y unidades del ejército durante la Revolución
Agraria; el proletariado no puede formar sus propios intelectuales sin
la ayuda de los intelectuales existentes. El Comité Central espera
que los comités del Partido en los diversos niveles y todos los
militantes presten seria atención a este asunto.