De las
Obras Escogidas de Mao Tsetung
EDICIONES EN LENGUAS EXTRANJERAS
PEKIN
Primera edición 1977
Tomo V, págs. 91-93.
Digitalizado y preparado para el internet: Por el Movimiento
Popular Perú de Alemania, 1993.
Esta edición: Marxists Internet Archive, mayo de 2001.
RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS
"CINCO EXCESOS"[*]
19 de marzo de 1953
1. En el trabajo de nuestros organismos partidarios y gubernamentales en las zonas rurales existe un problema que los aleja seriamente de las masas campesinas y que lesiona los intereses del campesinado y de sus activistas; se trata de los "cinco excesos". Con este término se alude a lo siguiente: excesivas tareas, excesivas reuniones y cursillos, excesivo papeleo de informes y encuestas, excesivos organismos y excesivas funciones asignadas a los activistas. Estos fenómenos existen desde hace mucho y, para encarar algunos de ellos, el CC ya dio instrucciones a los comités del Partido a distintos niveles exigiendo que les pusieran serio cuidado y los solucionaran. Sin embargo, en vez de ser resuelto, el problema se ha tornado cada vez más grave. Esto se debe a que el problema en su conjunto no ha sido planteado en forma sistemática y, sobre todo, a que no se ha desplegado una lucha contra el dispersionismo y el burocratismo en los organismos dirigentes del Partido y el gobierno a los cinco niveles: central, regional, provincial (municipal), prefectural y distrital. Subrayamos esta última razón porque generalmente la presencia de los "cinco excesos" en los territorios y cantones no tiene su raíz allí mismo, sino en los organismos superiores, en el grave dispersionismo y burocratismo manifiestos en los organismos dirigentes partidarios y gubernamentales de instancia distrital para arriba; estos fenómenos son parcialmente producto, hasta hoy intacto, de los tiempos de la guerra revolucionaria y de la reforma agraria. De ahí que, en este año de 1953, en el curso de la ejecución las instrucciones del CC sobre la lucha contra el burocratismo, el autoritarismo y la violación de la ley y la disciplina, sea necesario
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poner el acento en la tarea de superar el burocratismo y el dispersionismo de los organismos dirigentes y de desechar las normas y procedimientos que con el tiempo se hayan hecho obsoletos; sólo de esta manera se podrá resolver el problema. En adelante, los principales camaradas dirigentes de los comités del Partido y el gobierno de nivel distrital para arriba deben establecer, a la luz de las condiciones reales, disposiciones apropiadas para que los organismos dirigentes de distintos niveles sepan cómo proceder cuando asignan tareas, convocan reuniones o congregan gente para cursillos, despachan formularios de encuestas o solicitan informes a los organismos inferiores, determinan la estructura organizativa de los territorios y cantones o hacen uso de los activistas del campo; algunas de las disposiciones al respecto deben ser determinadas, en forma unificada, por las autoridades centrales. Hay que descartar resueltamente las normas y procedimientos viejos e inadecuados que permiten a muchos departamentos de trabajo de distintos niveles del Partido, el gobierno y las organizaciones populares asignar, cada uno por su cuenta, tareas a los organismos inferiores, convocar a su antojo a cuadros de los niveles inferiores y a activistas del campo para reuniones o cursillos, despachar una profusa cantidad de formularios de encuestas y pedir arbitrariamente informes a los organismos inferiores o a las aldeas; todo eso debe ser reemplazado por normas y procedimientos que impliquen una acción dirigida, que estén unificados y correspondan a las condiciones reales. En cuanto a la presencia en cada cantón de un abigarrado aparato de comités y a la asignación de excesivas funciones a los activistas en las zonas rurales, también debemos eliminar resueltamente pero en forma metódica estos fenómenos, pues entorpecen la producción y nos divorcian de las masas.
2. En lo que respecto a los departamentos interesados del Partido del gobierno y de las organizaciones populares a nivel central, el Comité Central asigna a los camaradas de responsabilidad directa del Departamento de Organización del Comité Central, del Consejo Administrativo del Gobierno Popular Central y de las tres comisiones del mismo Consejo -- económico-financiera, cultural-educacional y político-jurídica -- la tarea de desenmarañar de inmediato los problemas que han dado origen a los "cinco excesos", establecer las normas y procedimientos adecuados e informar de todo ello al Comité Central.
3. En cuanto a las grandes regiones administrativas y provincias (municipios), los camaradas de responsabilidad directa de los burós y subburós regionales del CC, de los comités provinciales (municipales)
4. En cuanto a los organismos de niveles prefectural y distrital, los comités provinciales del Partido quedan con la responsabilidad de orientar la solución del problema de los "cinco excesos".
5. La producción agrícola es la tarea
de todas las tareas en el campo, y las demás labores que se desarrollan
allí deben girar en torno suyo y ponerse a su servicio. Es preciso
ahorrarse toda pretendida tarea y todo método de trabajo que obstaculicen
la producción de los campesinos. En la actualidad, la agricultura
china es fundamentalmente una dispersa economía pequeño-campesina,
en la que aún se utilizan aperos anticuados, y difiere mucho de
la agricultura colectivizada de la Unión Soviética, en que
se emplean máquinas. Por eso, en el presente período de transición,
todavía es imposible una producción unificada y planificada
en la agricultura, excepto las granjas estatales; no podemos intervenir
más de la cuenta en las actividades de los campesinos. En el presente
período sólo podemos guiar la producción agrícola
por medio de la política de precios y de determinados trabajos necesarios
y factibles en los terrenos económico y político, haciéndola
así entrar en coordinación con la producción industrial
y colocándola dentro de la órbita del plan económico
del Estado. Todo "plan" agrícola o "tarea" del campo que rebase
estos límites caerá en la inoperancia y provocará
la oposición de los campesinos, alejando, en consecuencia, a nuestro
Partido de las masas campesinas, que constituyen más del 80 por
ciento de la población del país, cosa que sería sumamente
peligrosa. Lo que se llama cinco excesos en el trabajo de los territorios
y cantones acusa, en alto porcentaje, una intervención excesiva
en las actividades de los campesinos (en un porcentaje menor es producto,
hasta hoy persistente, de las necesidades de la guerra revolucionaria y
de la reforma agraria). Este fenómeno, que ha producido descontento
entre los campesinos, debe ser eliminado.