De las
Obras Escogidas de Mao Tse-tung
EDICIONES EN LENGUAS EXTRANJERAS
PEKIN 1972
Primera edición 1968
(2a impresión 1972)
Tomo III, págs. 285-90.
Digitalizado y preparado para el internet: Por el Movimiento
Popular Perú de Alemania, 1993.
Esta edición: Marxists Internet Archive, mayo de 2001.
SOBRE LA PRODUCCION EN EL EJERCITO PARA
SU AUTOABASTECIMIENTO Y LA IMPORTANCIA
DE LAS DOS GRANDES CAMPAÑAS POR LA
RECTIFICACION DEL ESTILO DE TRABAJO Y
POR LA PRODUCCION[*]
27 de abril de 1945
En las actuales circunstancias, cuando nuestro ejército enfrenta dificultades materiales extremas y sus fuerzas operan en forma dispersa, es absolutamente inadmisible que los organismos dirigentes superiores asuman la total responsabilidad del abastecimiento del ejército, porque con ello atarían de pies y manos a la gran masa de soldados y oficiales de los niveles inferiores y, además, nunca podrían satisfacer las necesidades de éstos. Debemos decir: ¡Camaradas, actuemos todos para vencer nuestras dificultades! Basta que los organismos superiores planteen bien las tareas y den a los niveles inferiores la plena libertad de actuar basándose en sus propios esfuerzos, para que el problema sea solucionado, y de manera mucho mejor. Si, por el contrario; los organismos superiores insisten en hacerse cargo de todo el trabajo, lo que sobrepasa realmente sus posibilidades, si no se atreven a dejar plena libertad de acción a los niveles inferiores ni despiertan el entusiasmo de las amplias masas por vencer las dificultades mediante sus propios esfuerzos, el resultado será que, a pesar de todo su empeño, tanto ellos como los niveles inferiores se encontrarán en una situación difícil y jamás podrán solucionar el problema del abastecimiento en las condiciones actuales. Esto ha sido plenamente confirmado por la experiencia de los últimos años. Se ha demostrado que, en las circunstancias presentes, "dirección unificada y administra-
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ción descentralizada" es el principio correcto para organizar toda la vida económica de nuestras regiones liberadas.
Las tropas de las regiones liberadas ascienden ya a más de novecientos mil hombres. Para derrotar a los agresores japoneses, necesitamos aumentar sus efectivos en varias veces. Sin embargo, no hemos recibido hasta ahora ninguna ayuda exterior. E incluso suponiendo que la recibamos en el futuro, seguiremos siendo nosotros mismos los que tendremos que asegurar nuestra propia subsistencia; sobre esto no cabe hacerse ninguna ilusión. En un futuro próximo, tendremos que reunir las agrupaciones de fuerzas que sean necesarias, retirándolas de las zonas en que ahora operan en forma dispersa, para atacar objetivos determinados. Y esas grandes agrupaciones de tropas destinadas a operaciones concentradas no sólo estarán impedidas de dedicarse a la producción para autoabastecerse, sino que necesitarán de la retaguardia grandes cantidades de provisiones. Sólo las unidades locales y las agrupaciones de tropas locales que permanezcan en sus regiones (el número de estas tropas será grande) podrán, como antes, combatir y a la vez dedicarse a la producción. Según lo anterior, ¿se puede dudar acaso de que todas nuestras tropas, sin excepción, deban aprovechar la presente oportunidad, sin menoscabo del combate y el adiestramiento, para aprender a autoabastecerse parcialmente mediante la producción?
En nuestras condiciones, el autoabastecimiento del ejército por medio de la producción, aunque atrasado o regresivo por su forma, es, en esencia, progresista y de gran importancia histórica. En apariencia violamos el principio de división del trabajo. Pero en nuestras condiciones -- pobreza y desmembración del país (consecuencias de las criminales actividades de la principal camarilla gobernante del Kuomintang), y prolongada guerra popular de guerrillas sostenida en zonas separadas entre sí --, lo que estamos haciendo es progresista. ¡Vean lo pálidos y flacos que están los soldados del Kuomintang y lo fuertes y sanos que están los nuestros en las regiones liberadas! ¡Vean cuántas dificultades teníamos antes de emprender la producción para autoabastecernos y cómo ha mejorado la situación desde que la iniciamos! Tomemos dos unidades, dos compañías por ejemplo, y dejemos que elijan entre estos dos procedimientos: uno, abastecerse exclusivamente de los organismos superiores; el otro, recibir poco o nada, pero tener la posibilidad de dedicarse a la producción a fin de satisfacer la totalidad, la mayor parte, la mitad o sólo una pequeña
Las labores productivas realizadas por el ejército con miras a autoabastecerse no sólo han mejorado sus condiciones de vida, aliviado la carga del pueblo y posibilitado así el crecimiento del ejército, sino que han dado muchos otros resultados inmediatos:
Todos sabemos que de los que se incorporaron al Partido antes de 1937 sólo quedan unas decenas de miles; el Partido cuenta ahora con más de 1.200.000 afiliados, procedentes en su inmensa mayoría del campesinado y otros sectores de la pequeña burguesía. Estos camaradas tienen un fervor revolucionario admirable y quieren recibir una formación marxista, pero han traído consigo al Partido ideas que no concuerdan con el marxismo, o no concuerdan del todo. Estas ideas
El segundo eslabón es la campaña por la producción. La Guerra de Resistencia contra el Japón lleva ya ocho años. Cuando se inició, aún teníamos alimentos y ropas. Después, la situación fue empeorando y comenzaron a aparecer inmensas dificultades: insuficiencia de cereales, aceite comestible, sal, vestuario, mantas y dinero. Estas enormes dificultades, estas inmensas contradicciones, surgieron entre 1940 y 1943 a raíz de las amplias ofensivas del Japón y de los tres ataques en gran escala contra el pueblo ("campañas anticomunistas") desencadenados por el gobierno del Kuomintang. ¿Podría haber progresado nuestra lucha contra el Japón si no hubiéramos superado estas dificultades, si no hubiéramos solucionado estas contradicciones, si no hubiéramos agarrado firmemente este eslabón? Es evidente que no. Pero hemos aprendido y continuamos aprendiendo a producir, y gracias a ello, nos hallamos de nuevo llenos de energía y vitalidad. Sin temer a los enemigos, cualesquiera que sean, prevaleceremos sobre todos ellos, dentro de unos años.
No queda duda alguna, pues, de la importancia histórica que tienen las dos grandes campañas por la rectificación del estilo de trabajo y por la producción.
Desarrollemos y extendamos aún más estas dos grandes campañas, que sirven de base para el cumplimiento de las demás tareas en nuestra lucha. Si logramos hacerlo, la liberación total del pueblo chino estará asegurada.
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Ahora estamos en la temporada de la labranza de primavera;
esperamos que los camaradas dirigentes, el personal de los diversos organismos
y las masas populares de todas las regiones liberadas asirán, sin
dejar escapar la oportunidad, el eslabón de la producción
y obtendrán éxitos aún mayores que los del año
pasado. Especialmente en las regiones donde todavía no se ha aprendido
a desarrollar la producción, se deben realizar mayores esfuerzos
este año.