De las
Obras Escogidas de Mao Tse-tung
EDICIONES EN LENGUAS EXTRANJERAS
PEKIN 1972
Primera edición 1968
(2a impresión 1972)
Tomo III, págs. 99-102.
Digitalizado y preparado para el internet: Por el Movimiento
Popular Perú de Alemania, 1993.
Esta edición: Marxists Internet Archive, mayo de 2001.
UNA POLITICA DE SUMA IMPORTANCIA[*]
7 de septiembre de 1942
Desde que el Comité Central del Partido planteó
la política de "menos pero mejores tropas y una administración
más simple", las organizaciones del Partido en muchas bases de apoyo
antijaponesas han elaborado planes para este trabajo y lo han iniciado
conforme a las instrucciones del Comité Central. Los camaradas dirigentes
de la Región Fronteriza de Shansí-Jopei-Shantung-Jonán
han tomado firmemente este trabajo en sus manos y han dado el ejemplo en
la aplicación de esta política. En algunas bases de apoyo,
sin embargo, los camaradas no se han esforzado con seriedad en aplicarla
porque no la comprenden suficientemente. No entienden aún su relación
con la actual situación y con las demás políticas
del Partido y no la consideran todavía de suma importancia. En el
Diario de la Liberación se ha discutido varias veces este
asunto, y ahora desearíamos explicarlo más.
Toda la política del Partido tiene por objetivo
vencer al invasor japonés. A partir del quinto año, la Guerra
de Resistencia ha entrado de hecho en su etapa final, la del logro de la
victoria. En esta etapa, la situación es diferente no sólo
de la del primer bienio de la guerra, sino también de la del segundo.
El quinto y sexto años de la guerra se caracterizan porque al mismo
tiempo que se aproxima la victoria, se presentan las mayores dificultades;
en otras palabras, estamos en las "tinieblas que preceden al alba". En
la etapa actual, esta situación existe en todos los países
antifascistas, así como en China entera; no se limita a las bases
de apoyo del VIII Ejército y del Nuevo 4.ƒ Cuerpo de Ejército,
aunque en ellas se manifiesta con particular agudeza. Debemos esforzarnos
por vencer en dos años al invasor japonés. Estos dos años
serán extremadamente difíciles y diferirán mucho de
los dos primeros años de la guerra y de los dos siguientes.
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Los dirigentes del partido y el ejército revolucionarios
deben prever esta situación particular. Si no son capaces de ello,
irán a la zaga de los acontecimientos; por más que se esfuercen,
no lograrán la victoria, e incluso existe el peligro de que perjudiquen
la causa de la revolución. Es cierto que en las bases de apoyo antijaponesas
situadas en la retaguardia enemiga las dificultades se han, pero todavía
no han llegado a una gravedad extrema. Desde luego, si no adoptamos multiplicado
ahora una política correcta, esas dificultades alcanzarán
un grado extremo. En general, la gente se deja fácilmente llevar
por la situación del pasado y el presente, y piensa que en el futuro
ésta se mantendrá casi igual. Es incapaz de prever que el
barco encontrará escollos y no sabe sortearlos gobernando serenamente
el timón. ¿Cuál es el escollo con que puede tropezar
el barco de la Resistencia? Son las dificultades materiales extremadamente
graves de la etapa final de la guerra. El Comité Central del Partido
las ha señalado y nos llama a estar vigilantes para sortear dicho
escollo. Muchos de nuestros camaradas ya han comprendido esto, pero otros
todavía no; tal es el primer obstáculo que debemos superar.
La Guerra de Resistencia exige la unidad, y la unidad implica dificultades.
Estas son de orden político; las ha habido en el pasado, y las puede
haber en el futuro. En los últimos cinco años, nuestro Partido
ha dedicado ingentes esfuerzos a superarlas gradualmente; nuestra consigna
es reforzar la unidad, y debemos seguir haciéndolo. Pero, existen
otras dificultades, las de orden material, las cuales no dejarán
de agravarse cada vez más. Aún hay algunos camaradas que
permanecen tranquilos y tienen escasa conciencia de ello; debemos, pues,
alertarlos. Todos los camaradas de las bases de apoyo antijaponesas deben
comprender que en adelante las dificultades materiales se agudizarán
inevitablemente, que debemos superarlas y que uno de los medios importantes
para lograrlo es el de "menos pero mejores tropas y una administración
más simple".
Por qué es importante para superar las dificultades
materiales la política de "menos pero mejores tropas y una administración
más simple"? Es evidente que la situación actual de la guerra
en las bases de apoyo no nos permite, y menos aún lo permitirá
la situación futura, quedarnos en nuestros anteriores puntos de
vista. Nuestro enorme aparato de guerra responde a las condiciones del
pasado; entonces era permisible y necesario. Pero ahora el caso es diferente:
las bases de apoyo se han reducido y probablemente seguirán reduciéndose
durante cierto período; por lo tanto, de ningún modo podemos
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tener como antes un enorme aparato de guerra. Actualmente, entre
ese aparato y la situación de la guerra ya ha surgido una contradicción,
que debemos resolver. El enemigo trata de agravar esta contradicción;
de ahí su política de "incendiarlo todo, matar a todos y
saquearlo todo". Si continuamos manteniendo nuestro enorme aparato de guerra,
caeremos precisamente en su trampa. Si lo reducimos para tener "menos pero
mejores tropas y una administración más simple", ese aparato,
aunque reducido, permanecerá fuerte. Resolviendo esta contradicción,
la de "un pez grande en poca agua", es decir, adaptando nuestro aparato
de guerra a la situación de la guerra, nos haremos aún más
fuertes y, lejos de ser vencidos por el enemigo, finalmente lo venceremos.
Por eso decimos que la política de "menos pero mejores tropas y
una administración más simple", planteada por el Comité
Central del Partido, es de suma importancia.
Sin embargo, sucede con frecuencia que la mente
del hombre se deja fácilmente encadenar por las circunstancias del
momento y por la costumbre, de lo cual a veces ni siquiera los revolucionarios
pueden escapar. Hemos creado con nuestras propias manos este enorme aparato,
sin pensar que algún día nosotros mismos tendríamos
que reducirlo; y ahora que ha llegado el momento de reducirlo, no nos sentimos
en buena disposición y lo encontramos muy difícil. Cuando
el enemigo nos está acosando con su colosal aparato de guerra, ¿podemos
acaso reducir el nuestro? Y si lo reducimos, no tendremos suficientes fuerzas
para hacerle frente. He aquí lo que se llama estar encadenado por
las circunstancias del momento y por la costumbre. Cada vez que cambia
el tiempo, hay que cambiar de ropa. Esto ocurre cada año, al pasar
de la primavera al verano, del verano al otoño, del otoño
al invierno y de éste a la primavera. Y no obstante, por la fuerza
de la costumbre, la gente deja a veces de hacerlo en el momento adecuado
y se enferma. Las actuales condiciones en las bases de apoyo exigen que
nos quitemos la ropa de invierno y nos pongamos la de verano, a fin de
ganar agilidad para la lucha contra el enemigo; pero seguimos abultados,
tenemos la cabeza muy grande y los pies pequeños, lo que es completamente
inapropiado para el combate. Para la pregunta: ¿cómo enfrentar
el colosal aparato del enemigo?, tenemos el ejemplo de cómo el Rey
Mono hizo frente a la Princesa del Abanico de Hierro. La Princesa era un
demonio formidable, pero el Rey Mono, convirtiéndose en un diminuto
insecto, se le introdujo en el estómago y la
venció[1]. La descripción
que hace Liu Tsung-yuan en "Un asno en Kuichou"[2]
contiene igualmente una
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lección valiosa. Un asno fue llevado a Kuichou; un tigre
del lugar, pequeño en comparación, se asustó al verlo
tan grande. Pero el asno terminó siendo devorado por el tigre. Nuestro
VIII Ejército y nuestro Nuevo 4.ƒ Cuerpo de Ejército son
el Rey Mono o el pequeño tigre, y son plenamente capaces de hacer
frente a ese demonio o ese asno que es el Japón. Ahora es imperativo
que cambiemos un poco y nos volvamos pequeños, pero más fuertes;
entonces seremos invencibles.
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[1]Esta fábula está sacada de la novela mitológica china Peregrinación al Oeste, cap. LIX. [pág. 101]
[2]Liu Tsung-yuan (773-819) fue uno de los grandes escritores de la dinastía Tang. En su obra "Tres parábolas" se encuentra "Un asno en Kuichou", en que relata cómo un tigre de Kuichou se asustó al ver por primera vez un asno. Pero cuando descubrió que todo lo que éste podía hacer era rebuznar y cocear, se lanzó sobre él y lo devoro. [pág. 101]