De las
Obras Escogidas de Mao Tse-tung
EDICIONES EN LENGUAS EXTRANJERAS
PEKIN 1972
Primera edición 1968
(2a impresión 1972)
Tomo III, págs. 291-94.
EL DUO HURLEY-CHIANG KAI-SHEK,
UN FIASCO[*]
10 de julio de 1945
En 17 de julio, en Chungching, comenzó sus sesiones el IV Consejo Político Nacional, convocado para maquillar al régimen dictatorial de Chiang Kai-shek. La asistencia al Consejo Político nunca había sido tan reducida como en esta primera sesión. Estuvieron ausentes no sólo los representantes del Partido Comunista de China, sino también muchos representantes de otros sectores. De un total de 290 miembros, asistieron sólo 180. Perorando en esa sesión, Chiang Kai-shek dijo:
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norteamericano, para "reorganizar" las fuerzas armadas del Partido Comunista de China. Chiang Kai-shek incluso se atrevió a declarar que éste tenía que entregarle sus tropas antes de que le fuera concedida la "legalidad". En todo esto, el respaldo de Su Señoría Patrick J. Hurley fue decisivo. En su declaración hecha el 2 de abril en Washington, Hurley alabó a bombo y platillos la "Asamblea Nacional" y otras porquerías de Chiang Kai-shek, aparte de negar el papel del Partido Comunista de China, denigrar sus actividades, anunciar la no cooperación con él y entonar otros estribillos imperialistas de igual jaez. Así llegó a su punto más animado el dúo entonado por Hurley en Estados Unidos y Chiang Kai-shek en China, con el propósito común de sacrificar al pueblo chino. Pero, desde entonces, el espectáculo parece haber languidecido. Innumerables voces de protesta se han elevado en todas partes, tanto entre los chinos como entre los extranjeras, tanto dentro como fuera del Kuomintang, entre gente con afiliación política o sin ella. La razón es una sola: el juego de Hurley y Chiang Kai-shek, a pesar de la altisonante propaganda, pretende, en resumidas cuentas, sacrificar los intereses del pueblo chino, socavar aún más su unidad y colocar una mina destinada a provocar en China una guerra civil en gran escala, lo que perjudicaría igualmente los intereses comunes de los pueblos de los Estados Unidos y demás países aliados, ya se trate de la guerra contra el fascismo o de la coexistencia pacífica de postguerra. No se sabe qué está trajinando ahora Hurley, pero, en todo caso, parece que se ha escondido por el momento, así que Chiang Kai-shek no ha podido menos que hablar a tontas y a locas ante el Consejo Político Nacional. El 1.ƒ de marzo, Chiang Kai-shek dijo:
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del 1.ƒ de marzo y cometa un crimen de lesa majestad. Naturalmente, es todavía prematuro hacer comentarios sobre este Consejo, pues tenemos que esperar unos cuantos días para ver lo que va a hacer "escuchar" al Generalísimo. Sin embargo, una cosa es cierta: desde que el pueblo chino se levantó unánime contra la mencionada asamblea "nacional", hasta los fervientes partidarios de la "monarquía constitucional" están preocupados por nuestro monarca, y le aconsejan que no se eche al cuello la soga de un "Parlamento de Cerdos"[3] y que evite la triste suerte de Yuan Shi-kai. En consecuencia, puede que nuestro monarca desista. Pero él y su corte no permitirán en absoluto que el pueblo gane una pizca de poder, aunque esto no les cueste más que un pelo. La prueba palpable está en que este monarca ha tachado de "ataques desenfrenados" las justificadas críticas del pueblo. Según él,
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quieren, un "ataque desenfrenado", pero toda superchería
de esta calaña debe ser aplastada resuelta, definitiva, cabal y
totalmente, sin permitir que quede el menor rastro de ella, simplemente
porque se trata de una superchería. Que haya o no una asamblea nacional
es una cosa, y que se introduzca o no un mínimo de reformas democráticas
es otra. Puede dispensarse lo primero por el momento, pero no se puede
dejar de realizar sin demora lo segundo. Si es que Chiang Kai-shek y compañía
desean "devolver el Poder al pueblo" "antes del plazo previsto", ¿por
qué no quieren realizar siquiera algunas de estas reformas democráticas
mínimas "antes del plazo previsto"? ¡Señores del Kuomintang!
Estoy poniendo punto final a estas líneas, y tendrán ustedes
que admitir que los comunistas chinos no lanzamos "ataques desenfrenados"
contra ustedes, sino que les estamos formulando simplemente una pregunta.
¿Acaso no tenemos derecho? ¿Pueden ustedes dejar de responder?
La pregunta que tienen que contestar es: ¿Por qué no quieren
introducir reformas democráticas si están dispuestos a "devolver
el Poder al pueblo"?
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[1]Discurso radiofónico pronunciado por Chiang Kai-shek el 1.ƒ de enero de 1945. En él no decía siquiera una palabra sobre las ignominiosas derrotas que las tropas del Kuomintang habían sufrido el año anterior frente a la ofensiva de los invasores japoneses, pero en cambio difamaba a más no poder al pueblo y se oponía a la proposición de abolir la dictadura unipartidista del Kuomintang y establecer un gobierno de coalición y un mando supremo conjunto, proposición apoyada por todo el pueblo y por todos los partidos y grupos antijaponeses del país. Insistía en continuar la dictadura unipartidista del Kuomintang y esgrimía como escudo contra la crítica del pueblo la convocación de la "Asamblea Nacional" al servicio del Kuomintang, asamblea que había sido repudiada por la nación entera. [pág. 291]
[2]El 1.ƒ de marzo de 1945, Chiang Kai-shek pronunció un discurso en Chung-ching ante la Asociación para el Establecimiento del Régimen Constitucional. Aparte de empecinarse en los puntos de vista reaccionarios expuestos en su discurso de Año Nuevo, Chiang Kai-shek planteó la formación de una comisión de tres, incluido un representante norteamericano, para "reorganizar" el VIII Ejército y el Nuevo 4.ƒ Cuerpo de Ejército, invitando así desembozadamente a los imperialistas norteamericanos a intervenir en los asuntos internos de China. [pág. 291]
[3]En 1923, Tsao Kun, caudillo militar del Norte, se hizo elegir "Presidente de la República de China", pagando a los miembros del Parlamento de entonces cinco mil yuanes de plata por cabeza. Se hizo famoso como presidente elegido por cohecho, y los sobornados fueron conocidos con el nombre de "miembros del Parlamento de Cerdos". [pág. 293]