De las
Obras Escogidas de Mao Tsetung
EDICIONES EN LENGUAS EXTRANJERAS
PEKIN
Primera edición 1977
Tomo V, págs. 259-98.
Digitalizado y preparado para el internet: Por el Movimiento
Popular Perú de Alemania, 1993.
Esta edición: Marxists Internet Archive, mayo de 2001.
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NOTAS A EL AUGE SOCIALISTA
EN EL CAMPO CHINO [*]
Septiembre y diciembre de 1955
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Este trabajo está muy bien escrito; como tal, merece ir a la cabeza del libro y ser recomendado a los lectores. Como queda señalado al comienzo de este artículo, por todas partes son todavía bastante numerosos los que "le sacan el cuerpo a la cooperativa" porque, ignorantes en este asunto, tienen miedo a que se les hagan preguntas. La "resuelta contracción" por la cual se ordena disolver cooperativas masivamente, constituye otra manifestación de lo que se llama "sacarle el cuerpo a la cooperativa". Sólo que, en lugar de adoptar la pasiva actitud escurridiza, esta gente se conduce en forma muy dinámica al "abatir" (ésta es la palabra que ellos usan) de una cuchillada un montón de cooperativas. Cuchillo en mano, de un solo tajo se libran de todo problema engorroso. Hablan de lo difícil que es manejar una cooperativa, cosa que, según ellos, ofrece dificultades poco menos que inimaginables. Sin embargo, infinidad de casos en todo el país desmienten tal argumento. La experiencia vivida por el distrito de Tsunjua, provincia de Jopei, es tan sólo uno de esos casos. En el año 1952, nadie allí sabía cómo
manejar una cooperativa. La solución que encontraron fue ponerse a aprender. Formularon esta consigna: "Que el secretario del Partido ponga manos a la obra y todos los militantes se ocupen de la cooperativización." El resultado fue que "la gente pasó de la ignorancia al conocimiento", "el número de conocedores, que era pequeño, se hizo grande" y "la cooperativización, que era obra exclusiva de los cuadros de nivel territorial, pasó a ser obra de las masas". En tres años, de 1952 a 1954, los 11 cantones del Décimo Territorio del distrito de Tsunjua, provincia de Jopei, terminaron en lo fundamental la cooperativización semisocialista con el ingreso del 85 por ciento de sus 4.343 familias campesinas. En cuanto a la agricultura, la silvicultura y la ganadería de este territorio, tomando 1952 como punto de referencia, en 1954 la producción de cereales aumentó en un 76 por ciento, los árboles maderables en un 56,4 por ciento, los frutales en un 62,87 por ciento y los ovinos en un 463,1 por ciento.
Tenemos, pues, todo fundamento para preguntar: Si allí se ha podido lograr lo antedicho, ¿por qué en otros lugares no se ha de poder? Si ustedes afirman que es imposible, ¿cuáles son sus razones? Sólo veo una: el temor a las molestias o, para decirlo sin tapujos, el oportunismo de derecha. De ahí que "se le saque el cuerpo a la cooperativa", que el secretario del Partido no ponga manos a la obra y los militantes en su conjunto no se ocupen de la cooperativización, y que la gente permanezca en su ignorancia, los pocos conocedores sigan siendo pocos y la obra exclusiva de los cuadros de nivel territorial continúe siendo su obra exclusiva. 0, peor todavía, que alguien, cuchillo en mano, se ponga a abatir toda cooperativa que le traiga molestias. Basta que predomine la mencionada razón para que nada pueda realizarse. Hemos planteado consignas tales como "dirección activa y avance seguro" y "planificación global y fortalecimiento de la dirección"; además, estamos de acuerdo con esta consigna, totalmente acertada, de los camaradas del distrito de Tsunjua: "Que el secretario del Partido ponga
Durante el movimiento de cooperativización en el distrito de Tsunjua, se dio el caso de la cooperativa de Wang Kuo-fan, a la que la gente llamaba "cooperativa de pobretones" porque las veintitrés familias de campesinos pobres que la integraban no poseían más que "tres patas de un asno". Con sus propios esfuerzos, los miembros de esta cooperativa lograron en tres años "arrancar a las montañas" gran cantidad de medios de producción[1], hazaña que conmovió hasta las lágrimas a no pocos visitantes. He aquí, a mi juicio, la imagen de toda nuestra nación. ¿Por qué los seiscientos millones de "pobretones" no van a poder,
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mediante sus propios esfuerzos, convertir a China, dentro de unas décadas, en un próspero y poderoso país socialista? La riqueza de la sociedad la crean los obreros, los campesinos y los intelectuales trabajadores. Siempre que tomen en sus manos su propio destino, tengan una línea marxista-leninista y, en vez de eludir los problemas, asuman una actitud dinámica para resolverlos, podrán vencer cualquier dificultad que se les presente en el mundo.
Gracias queremos dar, por último, al autor anónimo de este artículo. Lleno de ardor y con un estilo vivaz, relata detalladamente el proceso de la cooperativización en un territorio, con lo cual hace una contribución nada pequeña a la empresa de la cooperativización a escala nacional. Esperamos que de cada provincia, prefectura o distrito salga uno o varios artículos con una calidad semejante.
Puede decirse que, en China, este año de 1955 ha sido para mucha gente un año de ruptura con los prejuicios. Si en la primera mitad del año muchos seguían aferrándose tercamente a lo que creían sobre ciertas cuestiones, en la segunda mitad ya no han podido mantener la misma actitud y han tenido que dar crédito a lo nuevo. Por ejemplo, según ellos, era una mera ilusión la consigna de "Realizar la cooperativización en tres años", formulada por las masas; la cooperativización podía realizarse a un ritmo acelerado en el Norte, pero no en el Sur; era imposible organizar cooperativas en los cantones atrasados, en las zonas montañosas, en las zonas de minorías nacionales, en las de población plurinacional y en los lugares azotados por calamidades naturales; era fácil crear una cooperativa, pero difícil consolidarla; los campesinos eran demasiado pobres para reunir fondos; los campesinos eran analfabetos y entre ellos no había manera de encontrar tenedores de libros; más cooperativas significarían más líos; el ritmo de la cooperativización había ido más allá del nivel de conciencia de las masas y rebasado el nivel de experiencia de los cuadros; la política de monopolio estatal de
A aquellos que no creen posible consumar en tres años la organización de cooperativas de tipo inferior en cada lugar individualmente considerado (realizar la cooperativización en tres años fue una consigna lanzada por las masas, pero criticada por los oportunistas), así como a quienes desconfían de que en las regiones liberadas más tarde se pueda realizar la cooperativización al mismo tiempo que en las regiones liberadas más temprano, les recomendamos echar una mirada al caso de este cantón del distrito de Kunshan, provincia de Chiangsú. Allí, para llevar a cabo la cooperativización, no se requirieron tres años sino solamente dos. Esta no es una región liberada antigua, sino ciento por ciento nueva, a pesar de lo cual se ha adelantado a muchas de las antiguas. ¿Qué
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hacer en este caso? ¿Tirar de ella para atrás? Claro que no. A los oportunistas no les queda otra alternativa que admitir su derrota. Existe, latente en las masas, un extraordinario entusiasmo por el socialismo. Los que sólo saben seguir los caminos rutinarios aun en los períodos de revolución, son absolutamente incapaces de percibir este entusiasmo. Están ciegos, todo es tinieblas delante de ellos. A veces llegan al colmo de señalar lo justo como erróneo y confundir lo negro con lo blanco. ¿Acaso son pocas las personas de este tipo con las que hemos tropezado? Ellas, que sólo saben seguir los caminos trillados, subestiman siempre el entusiasmo del pueblo. Toda vez que aparece una cosa nueva, la desaprueban y se precipitan a combatirla, sólo para admitir más tarde su derrota y hacerse un poco de autocrítica. Pero, ante otra cosa nueva, repiten de punta a cabo el mismo proceso. Esta es su manera de actuar frente a todo lo nuevo. Tales gentes se ven siempre en una situación pasiva, nunca avanzan en los momentos críticos y cada vez hay que darles un fuerte empujón para que adelanten un paso. ¿Cuándo se logrará que estas personas caminen por sí mismas y en forma aceptable? Existe un remedio contra ese mal: pasar algún tiempo entre las masas con el fin de conocer lo que piensan y hacen y, luego, extraer de ello las experiencias avanzadas y generalizarlas. He aquí un eficaz remedio contra esa enfermedad arraigada que se llama desviacionismo de derecha; a quienes la padecen les aconsejamos que lo prueben.
Este es un buen artículo; su lectura nos permite tener una idea del gran entusiasmo con que los campesinos uigures siguen el camino de la cooperativización. Ellos ya han formado cuadros para la cooperativización semisocialista. Hubo quienes afirmaban que no era posible realizar la cooperativización entre las minorías nacionales. Esto era incorrecto. Hemos visto cómo los mongoles, los jui, los uigures, los miao, los chuang y otras minorías nacionales han organizado un buen número de cooperativas, algunas de ellas integradas por gente de varias nacionalidades,
Tenemos aquí un excelente artículo, de gran fuerza convincente. La organización del Partido en esta localidad nunca vaciló en la cuestión de la cooperativización. Apoyó firmemente a los campesinos más necesitados en su demanda de fundar una cooperativa. De tal modo, éstos salieron vencedores en la competencia con los campesinos medios acomodados; su cooperativa, pequeña en un principio, se hizo grande; la producción aumentó anualmente, y toda la aldea se cooperativizó en menos de tres años. Los campesinos medios acomodados habían dicho: "¡Y esos pobretones pretenden establecer una cooperativa! Nunca se ha visto volar una pluma hasta el ciclo." Pero la pluma ha volado nada menos que hasta el cielo. Lo que está aquí presente es la lucha entre los dos caminos: el socialista y el capitalista. En China, la economía de campesino rico es muy débil (durante la reforma agraria se expropió a los campesinos ricos aquellas tierras que tenían bajo explotación semifeudal; los antiguos campesinos ricos, en su mayoría, ya no contratan mano de obra y están además muy desprestigiados ante toda la sociedad); en cambio, los campesinos medios acomodados y los relativamente acomodados poseen bastante fuerza y representan entre el 20 y el 30 por ciento de la población rural. Un aspecto importante de la lucha entre los dos caminos en el campo de China lo constituye la competencia pacífica entre los campesinos pobres y campesinos medios inferiores, por una parte, y los campesinos medios acomodados, por otra. Veamos si, en dos o tres años, los que logran aumentar la producción son los campesinos medios acomodados, que trabajan individualmente, o los campesinos pobres y campesinos medios inferiores organizados en cooperativas. Al principio, sólo una parte de los campesinos pobres y de los campesinos medios inferiores -- aquellos que están ya organizados en cooperativas -- compite con los campesinos medios acomoda-
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dos, que trabajan en forma individual, en tanto que la mayoría permanece a la expectativa. Se trata de una disputa entre las dos partes por ganarse a las masas. Detrás de los campesinos medios acomodados están los terratenientes y campesinos ricos, que los respaldan unas veces abiertamente y otras en forma disimulada. Del lado de las cooperativas está el Partido Comunista, cuyos militantes deben apoyarlas con la misma firmeza con que lo hicieron los comunistas de la aldea de Nantsuichuang, distrito de Anyang. Lamentablemente, no todas las células rurales del Partido han actuado de ese modo, y de ahí la confusión creada. En primer lugar, está de por medio un problema de opinión pública, cual es el de si una pluma puede o no volar hasta el cielo. Naturalmente, éste es un problema de gran importancia. ¿Quién, en miles de años, ha visto jamás una pluma volar hasta el cielo? Que esto fuera imposible parecía ser un axioma. De no haber sido criticado por el Partido, ese "axioma" habría desorientado a muchos campesinos pobres y campesinos medios inferiores. Por lo que respecta, en segundo lugar, a los cuadros y, en tercero, a recursos materiales como los préstamos, las cooperativas habrían tropezado con graves dificultades de no haber contado con el apoyo del Partido y del Estado. Que los campesinos medios acomodados se atrevieran a difundir vetustos axiomas tales como el de que "una pluma no puede volar hasta el cielo", se debió a que la producción de las cooperativas aún no se había incrementado, las cooperativas pobres distaban de haber alcanzado la prosperidad y las aisladas y escasas cooperativas existentes no se habían multiplicado hasta contarse por decenas y centenares de miles; se debió, finalmente, a que el Partido no había procedido aún a divulgar, en escala nacional y a tambor batiente, las ventajas de la cooperativización, ni había señalado en términos explícitos que, en la época del socialismo, ya no tiene validez el vetusto axioma de que "una pluma no puede volar hasta el ciclo". Los pobres se están librando de su antiguo estado. El viejo sistema se halla moribundo y otro nuevo nace ahora. En efecto, las plumas pueden volar hasta el cielo. Esto ya se ha hecho realidad en la Unión Soviética, está ocurriendo ahora en China y va a suceder en el resto del mundo. Si numerosas organizaciones locales de nuestro Partido no prestaron un decidido apoyo a los campesinos más necesitados, la culpa no fue exclusivamente de ellas, pues hasta entonces no se había propinado, al nivel máximo, un golpe mortal a las ideas oportunistas, no se había elaborado un plan global para la cooperativización ni reforzado la dirección del movimiento en todo el país. En el curso de este año
Los oportunistas de derecha dentro del Partido, que se hallan presentes casi en todas partes y que impiden a las grandes masas de campesinos pobres y campesinos medios inferiores seguir el camino de la cooperativización, actúan de concierto con las fuerzas capitalistas del ámbito social. Puede decirse que este artículo es un cuadro preciso de semejante situación. El autor condena con extrema indignación a los oportunistas y brinda su apoyo a los campesinos más necesitados. Algunas personas, no obstante llevar el título de comunistas, muestran muy poco interés por las tareas socialistas que se tienen hoy enfrente. Lejos de apoyar a las masas rebosantes de entusiasmo, les echan baldes de agua fría. En China, 1955 es un año decisivo para la lucha entre el socialismo y el capitalismo. Donde esta batalla decisiva se manifestó primero fue en las tres reuniones realizadas por el CC del PCCh en mayo, julio y octubre. En la primera mitad del año en curso, la atmósfera era sumamente mefítica y el ciclo estaba cargado de nubarrones.
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Pero, en la segunda mitad, la situación ha cambiado completamente y la atmósfera ya es otra; respondiendo al llamamiento del CC, decenas de millones de familias campesinas se han puesto en movimiento para llevar a cabo la cooperativización. Hasta el momento en que el redactor escribe estas líneas, más de sesenta millones de familias campesinas en todo el país se han incorporado a las cooperativas. Esto semeja una furiosa marejada que barre con todos los ogros y demonios. Toda clase de gente, en el contexto de la sociedad, se ha revelado con nitidez en sus verdaderos colores. Lo mismo ha sucedido en el Partido. Pasado este año, la victoria del socialismo estará considerablemente asegurada. Naturalmente, nos esperan muchas batallas y debemos redoblar nuestros esfuerzos en el combate.
También éste es un artículo muy interesante. Casi por todas partes se advierte la presencia de oportunistas, que tratan de detener la corriente. Pero ésta jamás podrá ser detenida; el socialismo avanza triunfalmente por doquier, dejando atrás todos los obstáculos. Es así como, diariamente, progresa la sociedad y se transforma la ideología de la gente, sobre todo cuando la revolución se encuentra en ascenso.
Este es un relato emocionante. Esperamos que todos lo lean detenidamente y, en particular, aquellos camaradas que no creen en el entusiasmo de las amplias masas campesinas por seguir el camino socialista, así como aquellos que, por el menor motivo, quieren "abatir" de una cuchillada las cooperativas. Actualmente, en todo el campo chino, los factores socialistas crecen cada día y cada hora; las grandes masas
La línea que sigue esta localidad es correcta. En el cantón se han establecido cinco cooperativas de producción agrícola, siete asociaciones de equipos de ayuda mutua, tres equipos permanentes de ayuda mutua y catorce temporales. Ellos envuelven a un 98,4 por ciento de las familias campesinas que deben ser organizadas. Hasta el mes de diciembre de 1954, la célula del Partido en este cantón no había centrado su trabajo de dirección en el movimiento de ayuda mutua y cooperación y sus miembros temían las dificultades que suponía dirigir los equipos de ayuda mutua. En vez de actuar según la consigna de "Que el secretario del Partido ponga manos a la obra y todos los militantes se ocupen de la cooperativización", la célula descargaba todo en el grupo de trabajo (enviado allí, seguramente, por una instancia superior). Ahora, en todo el país, siguen siendo bastante numerosas las células rurales que se encuentran en semejante estado de debilidad e incompetencia en cuanto se refiere a la cooperativización agrícola. Y no sólo se trata de células, sino posiblemente también de algunos comités del Partido situados más arriba. He aquí el meollo del problema. Que la transformación socialista de nuestra agricultura pueda marchar a la par de la industriali-
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zación del país y que el movimiento de cooperativización pueda desarrollarse sanamente, reduciendo al mínimo los desaciertos y asegurando el aumento de la producción, depende de si los comités locales del Partido a todos los niveles saben o no pasar, con rapidez y en forma correcta, a centrar en esta tarea su trabajo de dirección. El envío de grupos de trabajo es necesario, pero debe quedar claro que su misión consiste en ayudar a las organizaciones locales del Partido y no en ocupar su sitio ahorrándoles todo esfuerzo físico y mental y haciéndoles descargar todo en ellos. Este cantón de la provincia de Kuichou logró grandes éxitos en sólo algo más de cinco meses, contados a partir de diciembre de 1954, cuando allí se operó un cambio de actitud en el trabajo. Ahora, la célula del Partido, en lugar de descargar todo en el grupo de trabajo, ha puesto ella misma manos a la obra y sus miembros ya no temen las dificultades. Un cambio como éste depende, ante todo, de los secretarios de los comités del Partido a los diversos niveles -- de provincia y región autónoma, prefectura y prefectura autónoma, distrito y distrito autónomo y de territorio -- así como de los secretarios de célula. Ellos deben asumir toda la tarea de la cooperativización agrícola. No sólo no podrán cumplirla, sino que, además, provocarán muchos desbarajustes si andan con miedo a crearse molestias y dificultades y si, en vez de dedicarse en persona a una tarea tan grande como la que enfrentan, la confían exclusivamente a los departamentos de trabajo rural o a los grupos de trabajo.
El autor del presente artículo dice que, a raíz de la reunión conjunta de los directores de cooperativas convocada por el distrito, la cooperativa que es tema de este trabajo ha implantado, sobre la base del antiguo sistema de encargo de faenas agrícolas específicas, el nuevo sistema de encargo de faenas agrícolas para toda una temporada. Esto muestra la enorme importancia de la dirección a nivel de distrito. Esperamos que
Este material tiene una extraordinaria fuerza persuasiva. El sano cumplimiento de la cooperativización en un lugar dado depende de las políticas del Partido y de sus métodos de trabajo. No será muy difícil llevar a feliz término la cooperativización y lograr el incremento de la producción siempre que nuestro Partido adopte políticas correctas en lo tocante a la cooperativización y que, al movilizar a las masas para su ingreso en las cooperativas, no recurra a métodos autoritarios o simplistas, sino que les explique las razones, analice la situación para ellas y se base por entero en su libre consentimiento. La aldea de Tungchuankou, distrito de Singtai, provincia de Jopei, queda en una antigua zona liberada. Ya antes de 1952, todas sus setenta familias se habían organizado en equipos de ayuda mutua; la aldea contaba con una fuerte célula del Partido y con un dirigente de tanto prestigio entre las masas como Wang Chi-chi. Estaban dadas, pues, todas las condiciones. Fue por eso que en el año 1952 pudo construir su cooperativa en sólo un mes y unos días, dando así término a la cooperativización semisocialista. ¿Qué deben hacer aquellas aldeas que no tienen condiciones tan propicias? Preparar las condiciones, lo que puede hacerse en unos meses, en un año o un poco más. Las condiciones pueden prepararse en la marcha misma del trabajo. Crear algunas cooperativas pequeñas es preparar las condiciones para la cooperativización de toda una aldea, todo un cantón o
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todo un territorio. Este material sobre la aldea de Tungchuankou explica enfáticamente, además, cómo la célula del Partido debe realizar su labor de propaganda y educación entre las masas y cómo debe apoyarse en ellas para que creen cooperativas por iniciativa propia. En esta labor merece suma atención lo que se ha dado en llamar "propaganda de reverso"[2]. Respecto al problema de organización y supervisión del trabajo, este material relata todas las vicisitudes que dicha cooperativa experimentó, y muestra los inmensos logros obtenidos en el aumento anual de la producción. Los hechos han demostrado que esta cooperativa es sana. El principal criterio para juzgar si una cooperativa es sana consiste en ver si incrementa su producción y hasta qué punto lo consigue.
Este material nos señala una verdad: Es posible poner en orden cualquier cooperativa que se encuentre en situación caótica. Como los integrantes de las cooperativas son todos campesinos trabajadores, llegarán finalmente a entenderse, sean cuales fueren las divergencias entre sus diversas capas. El caos en que, durante cierto tiempo, estuvieron sumidas algunas cooperativas, se debió exclusivamente a que el Partido no ejerció la dirección ni explicó a las masas sus políticas y métodos. "Ya sabemos que es bueno establecer una cooperativa. Pero lo que pasa es que, una vez establecida, nadie se preocupa de nosotros, ni el comité distrital del Partido, ni el territorial, ni la célula. No se dignan venir a nuestra cooperativa, tal vez porque les repugna la pobreza de nuestra aldea, donde no pueden comer bien ni alojarse cómodamente." Es ésta y no otra la razón por la cual se ha producido eso que se ha dado en llamar caos. La ausencia de dirección del Partido no puede sino dar origen al caos. Tan pronto como se hace presente esa dirección, el caos desaparece. Este material plantea, además, la pregunta de si se puede o no establecer cooperativas en las aldeas atrasadas. La respuesta que da es afirmativa. La cooperativa a que se refiere el autor se halla precisamente en una aldea de ese tipo. Existen en todo
Se trata de un problema grave y de carácter general, al que deben prestar gran atención los comités del Partido a todos los niveles y los camaradas enviados al campo para orientar el trabajo de cooperativización. Es preciso implantar, en los cuerpos dirigentes de las cooperativas, el predominio de los actuales campesinos pobres y nuevos campesinos medios inferiores, tomando como fuerza auxiliar a los antiguos campesinos medios inferiores y a los nuevos y antiguos campesinos medios superiores. Sólo así se podrá, en conformidad con la política del Partido, alcanzar la unidad entre los campesinos pobres y los campesinos medios, consolidar las cooperativas, desarrollar la producción y realizar correctamente la transformación socialista en todo el campo. En ausencia de esta condición, será imposible alcanzar la unidad entra los campesinos medios y los pobres, consolidar las cooperativas, desarrollar la producción y realizar la transformación socialista en todo el campo. Muchos camaradas todavía no comprenden esto. Según ellos, durante la reforma agraria fue imperativo asegurar el predominio de los campesinos pobres, porque éstos, que representaban el 50, el 60 e incluso el 70 por ciento de la población rural, todavía no habían ascendido a la condición de campesinos medios, mientras que los campesinos medios vacilaban Frente a la reforma agraria, de donde se desprendía la necesidad real de establecer dicho predominio. Pero ahora, dicen, nos hallamos en el período de la transformación socialista de la agricultura y la mayoría de los antiguos campesinos pobres ya se han convertido en nuevos campesinos medios; además, los antiguos campesinos medios poseen mayor cantidad de medios de producción, de suerte que la escasez de éstos en las cooperativas resultaría imposible de superar sin la participación de ellos. Por lo tanto, concluyen, no conviene lanzar ahora la consigna de cimentarse en los campesinos pobres, de implantar su predominio, pues tal con-
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signa redundaría en perjuicio de la cooperativización. Nosotros creemos que esta opinión es errónea. Si la clase obrera y el Partido Comunista se proponen transformar completamente, dentro del espíritu del socialismo y conforme al sistema socialista, la propiedad privada pequeño-campesina de los medios de producción en todo el campo, únicamente podrán lograrlo con relativa facilidad cimentándose en las grandes masas de campesinos pobres, que antes eran semiproletarios; de lo contrario, será muy difícil. Esto se explica porque los semiproletarios del campo son menos apegados a la propiedad privada pequeño-campesina de los medios de producción y más receptivos a la transformación socialista. La mayoría de ellos se han convertido en nuevos campesinos medios, pero los más de éstos -- excepto los acomodados -- tienen una conciencia política más alta que los antiguos campesinos medios y guardan frescas en la memoria las penurias del pasado. En cuanto a los antiguos campesinos medios inferiores, su posición económica y su actitud política son más o menos cercanas a las de los nuevos campesinos medios inferiores, pero diferentes de las de los nuevos y antiguos campesinos medios superiores, es decir, de los campesinos medios acomodados o relativamente acomodados. Por consiguiente, en el curso de la cooperativización debemos prestar la atención debida a los tres sectores más receptivos a la transformación socialista, a saber: 1) los campesinos pobres, que se hallan aún en dificultades, 2) los nuevos campesinos medios inferiores y 3) los antiguos campesinos medios inferiores; a todos ellos hay que conducirlos, antes que a otros, a ingresar en las cooperativas por grupos y etapas. Además, debemos seleccionar de entre ellos -- en particular, de entre los dos primeros sectores -- a cierto número de personas que tengan una conciencia política más elevada y una mayor capacidad de organización, para prepararlas como fuerza vertebral dirigente de las cooperativas. Esto no significa que haya que determinar de nuevo la pertenencia de clase en las zonas rurales; se trata de una orientación que deben observar cuidadosamente, en el curso de la cooperativización, las células del Partido y los camaradas enviados al campo para guiar el trabajo; esta orientación debe darse a conocer públicamente a las masas campesinas. No es que opinemos que los campesinos medios acomodados no puedan ingresar en las cooperativas; lo que sí sostenemos es que sólo se los admita cuando hayan elevado su conciencia socialista y estén dispuestos a ingresar en ellas y a aceptar la dirección de los campesinos pobres (de los actuales campesinos pobres y todos los nuevos campesinos medios inferiores que antes eran campesinos pobres); si no quieren ingresar, no
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convincente, que no se debe disolver las "cooperativas de tercera categoría", sino someterlas a una revisión. Mediante este trabajo es perfectamente posible transformarlas en cooperativas de primera categoría. Experiencias similares se han presentado en muchos lugares del país y no sólo en el cantón de Kaoshan, distrito de Changshá.
El problema del cual trata este texto tiene un significado general. Hay que unirse con los campesinos medios; es erróneo no hacerlo. Mas, ten quiénes deben apoyarse la clase obrera y el Partido Comunista en las zonas rurales para unirse con los campesinos medios y llevar a cabo la transformación socialista en todo el campo? Desde luego que en los campesinos pobres, únicamente. Esto fue así en el pasado, cuando se sostuvo la lucha contra los terratenientes para realizar la reforma agraria, y también es así hoy, cuando se desarrolla la lucha contra los campesinos ricos y demás factores de capitalismo para llevar a cabo la transformación socialista de la agricultura. En ambos períodos revolucionarios, los campesinos medios se muestran vacilantes en la etapa inicial. Sólo se pasan al lado de la revolución cuando ven con claridad la tendencia general de los acontecimientos, el inminente triunfo de la revolución. Los campesinos pobres deben realizar un trabajo con los campesinos medios y ganárselos, de modo que la revolución cobre cada día mayor amplitud hasta alcanzar la victoria final. En los actuales comités administrativos de las cooperativas de producción agrícola, tal como en las asociaciones campesinas del pasado, deben figurar antiguos campesinos medios inferiores y cierto número de nuevos y antiguos campesinos medios superiores que tengan representatividad y una conciencia política relativamente alta. Con todo, no conviene que sean muy numerosos, sino que constituyan sólo un tercio aproximadamente. Los dos tercios restantes deben corresponder a los campesinos pobres (los actuales campesinos pobres y los
Este material merece, por su utilidad, la atención de todos. Retrata el comportamiento de las diversas capas sociales del campo en la cooperativización. Los campesinos pobres son los más entusiastas. Muchos campesinos medios desean "esperar y ver qué pasa" y prefieren "quedarse afuera y sin amarras". Se preocupan, ante todo, por saber si saldrán perdiendo o no al aportar sus medios de producción a la cooperativa, para proceder en consecuencia. Muchos campesinos medios acomodados son sumamente reacios a la cooperativización; los peores de ellos venden sus medios de producción, transfieren furtivamente su dinero u organizan falsas cooperativas y unos pocos llegan a perpetrar fechorías en confabulación con los terratenientes y campesinos ricos. Esperamos que todos los camaradas que se dedican al trabajo rural se preocupen de observar y analizar, en sus respectivos lugares, el comportamiento de las diversas capas sociales a fin de adoptar las medidas políticas que aconsejen las circunstancias. Este texto hace notar la errónea tendencia a prestar atención sólo a las cooperativas descuidando los equipos de ayuda mutua y sugiere proceder con una visión de conjunto; esto es correcto. "Crear una red de ayuda mutua y
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cooperación" es una buena medida; conlleva la idea de tomar en consideración tanto las cooperativas como los equipos de ayuda mutua y la de que las cooperativas ayuden realmente a los equipos y a las explotaciones individuales a superar sus actuales dificultades en la producción. Hay que hacer llegar inmediatamente a las entidades de base el fondo de ayuda a los campesinos pobres. Es necesario anunciar a los campesinos pobres que aún no han ingresado en las cooperativas que podrán beneficiarse del fondo en el mismo momento en que se incorporen a ellas.
La orientación que aplica esta cooperativa es acertada. Las demás deben seguir su ejemplo. En sus resoluciones y directivas para la cooperativización, las autoridades provinciales han de señalar el deber en que se hallan todas las cooperativas de ayudar a resolver las dificultades a las viudas, los huérfanos y los ancianos desamparados y otros miembros que carezcan de fuerza de trabajo (fue correcto admitirlos en las cooperativas), así como a aquellos que, contando con fuerza de trabajo, lleven de todos modos una vida muy difícil. En la actualidad, son muchas las cooperativas que están desprovistas del espíritu socialista de ayuda a las familias necesitadas y que, incluso, llegan a excluir a los campesinos pobres; esto es completamente erróneo. El gobierno acaba de crear un fondo de ayuda a los campesinos pobres, que contribuirá a remediar su escasez de animales de tiro y de aperos agrícolas; pero esto aún es poco para librar de dificultades a aquellas familias de campesinos pobres que carecen de brazos, así como para solucionar por entero la escasez de medios de subsistencia que algunos hogares campesinos soportan durante la temporada en que los cultivos están aún en ciernes. Estas dificultades sólo podrán ser resueltas apoyándose en la fuerza de las grandes masas de las cooperativas.
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Este es un relato muy interesante. El socialismo, este fenómeno nuevo, sólo puede nacer en medio de una seria lucha contra lo viejo. En un período determinado, un sector de personas de la sociedad muestra gran obstinación por seguir su viejo camino. Pero, en otro, ellas mismas pueden cambiar de actitud y dar su aprobación a lo nuevo. En el primer semestre de 1955, la gran mayoría de los campesinos medios acomodados se manifestó contraria a la cooperativización; sin embargo, en este semestre, una parte de ellos ha cambiado de actitud y manifestado el deseo de ingresar en las cooperativas, aunque algunos lo han hecho sólo con el propósito de escalar su dirección. Otra parte, sumamente vacilante, no está, en el fondo, muy dispuesta a ingresar, aunque de palabra manifiesta ese deseo. Y un tercer grupo se obstina en permanecer a la expectativa. Respecto al ingreso de los campesinos medios acomodados en las cooperativas, las organizaciones del Partido en el campo deben ser pacientes. A fin de implantar, en los cuerpos dirigentes, el predominio de los campesinos pobres y los nuevos campesinos medios inferiores, es más bien ventajoso que una parte de los campesinos medios acomodados tarde un poco en ingresar en las cooperativas.
El trabajo político es la arteria vital de todo trabajo económico. Esto es particularmente cierto en un período de transformación radical del sistema económico de la sociedad. El movimiento de cooperativización agrícola implica, desde su propio comienzo, una seria lucha ideológica y política. No se puede crear cooperativa alguna sin pasar por esta lucha. Para edificar un sistema social completamente nuevo en el mismo sitio del viejo sistema, hay que limpiar el terreno. Las supervivencias de la vieja ideología, reflejo del viejo sistema, forzosamente subsisten por largo tiempo en la mente de los hombres y no desaparecen
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con facilidad. Una cooperativa, aunque establecida ya, tiene que pasar por una serie de luchas para lograr su consolidación, e incluso luego de consolidada puede venirse abajo al menor relajamiento de sus esfuerzos. Es así corno la cooperativa de Sanlousi, distrito de Sieyu, provincia de Shansí, estuvo a punto de sucumbir, precisamente por haber aflojado los esfuerzos después de su consolidación. La cooperativa no pudo superar la crisis y retomar su avance sino cuando la organización local del Partido hizo la autocrítica de sus errores y procedió de nuevo a educar a los miembros de la cooperativa en el espíritu de lucha contra el capitalismo y por el fortalecimiento del socialismo, reemprendiendo así su trabajo político. Repudiar las espontáneas tendencias capitalistas, caracterizadas por el egoísmo, y promover el espíritu socialista según el cual toda palabra y toda acción deben guiarse por el principio de unidad de los intereses colectivos y los individuales, tales son las garantías ideológicas y políticas para la transición gradual de la dispersa economía pequeño-campesina a la gran economía cooperativa. Se trata de un duro trabajo que debe llevarse a cabo muy concreta y minuciosamente, de acuerdo a la experiencia vivida por los campesinos y no de un modo burdo y simplista. Debe realizarse en combinación con el trabajo económico y no aisladamente. Al respecto hemos adquirido a escala nacional una experiencia bastante rica. Casi todos los textos de la presente colección han puesto de manifiesto este rasgo particular de nuestro trabajo político.
El punto de vista que anima a este texto es correcto. Las cooperativas deben acentuar la necesidad de hacer bien el trabajo político. La tarea fundamental dentro de este trabajo consiste en inculcar constantemente a las masas campesinas las ideas socialistas y criticar la tendencia al capitalismo.
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Una situación como la que aquí se describe debe llamarnos la atención. Entre los campesinos acomodados se observa una grave tendencia al capitalismo. Ella se desbordará si aflojamos en lo más mínimo nuestro trabajo político entre los campesinos, ya sea en el curso del movimiento de cooperativización o durante un largo período posterior.
Este texto, magnífica exposición de una experiencia obtenida en la revisión de cooperativas, merece ser recomendado. El alumbramiento de un nuevo sistema social viene siempre acompañado de clamores y gritos; se trata de propagar la superioridad del nuevo sistema y condenar el carácter retrógrado del viejo. La transformación socialista, titánica empresa que abarca a más de quinientos millones de campesinos, no es posible realizarla en un ambiente de calma; exige de nosotros, los comunistas, un trabajo de propaganda y educación paciente, vivaz y accesible entre las grandes masas campesinas, que todavía cargan con los fardos del viejo sistema. Esta labor está realizándose ahora en todo el país, y muchos de los camaradas que se dedican al trabajo rural se han revelado como buenos propagandistas. Es excelente el método de "cuatro comparaciones y cinco cálculos"[3] descrito en este artículo, pues hace comprender de inmediato a los campesinos cuál de los dos sistemas sociales es el bueno y cuál el malo. Es un método muy convincente. No se parece en nada al que usan aquellos camaradas que, incompetentes en el trabajo de propaganda, no saben más que decir de manera simplista: "Ustedes, o siguen el camino del Partido Comunista o el de Chiang Kai-shek", recurriendo a espantajos para presionar al público, sin tener en sus manos nada que le despierte interés. Este método supone, por el contrario, analizar
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las cosas detalladamente, basándose en la experiencia de los campesinos de la localidad; de ahí su gran fuerza persuasiva.
El sabotaje de la cooperativización por parte de los contrarrevolucionarios es un fenómeno generalizado y de ninguna manera exclusivo del Quinto Territorio del distrito de Tuyun, provincia de Kuichou; sin embargo, rara vez hemos visto este fenómeno expresado en publicaciones análogas de otras provincias. En el curso de la cooperativización, todos los camaradas que se dedican al trabajo rural deben prestar plena atención a la lucha contra las actividades de zapa de los contrarrevolucionarios. Deben seguir el ejemplo de dicho territorio estableciendo en las cooperativas grupos de seguridad que tengan como núcleo a miembros del Partido y de la Liga de la Juventud. Es absolutamente indispensable que los comités territoriales del Partido, actuando bajo la dirección y supervisión de los comités distritales, hagan una investigación de los contrarrevolucionarios y otros elementos nocivos que se hayan infiltrado en los cuerpos dirigentes de las cooperativas, los expulsen y les apliquen las medidas punitivas del caso, a lo que se procederá luego de haber estudiado la situación, hecho una labor de propaganda y explicación dentro y fuera del Partido y logrado que las masas eleven su vigilancia contra las actividades de sabotaje de los contrarrevolucionarios. Sin embargo, sólo se debe expulsar a los contrarrevolucionarios y elementos nocivos comprobados y de ningún modo calificar de gentes malas a las que son buenas o adolecen de ciertos defectos. Sobre todo, las medidas punitivas deben ser apropiadas y estar sujetas a la ratificación de las autoridades distritales.
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Con miras a construir una gran sociedad socialista, es de suma importancia movilizar a la gran masa de mujeres para que se incorpore a la actividad productiva. En la producción, hombres y mujeres deben recibir igual remuneración por igual trabajo. La auténtica igualdad entre uno y otro sexo sólo se podrá alcanzar en el proceso de la transformación socialista de la sociedad en su conjunto.
Es éste un material muy bueno, que puede servir de referencia para las distintas localidades. Los jóvenes constituyen la fuerza más activa y vigorosa de la sociedad. Son los más ansiosos de aprender y los menos contagiados de ideas conservadoras, lo cual es cierto sobre todo en la época del socialismo. Esperamos que las organizaciones del Partido en todos los lugares, en colaboración con las organizaciones de la Liga de la Juventud, se preocupen de cómo poner en juego particularmente las energías de los jóvenes, y que no los midan con el mismo rasero que a los demás, pasando por alto sus características peculiares. Desde luego, los jóvenes, a su vez, tienen que aprender de la gente de mayor edad y, en lo posible, asegurarse su aprobación antes de emprender diversas actividades útiles. La gente de mayor edad tiene más ideas conservadoras y con frecuencia obstruye las actividades progresistas de los jóvenes; sólo se convence cuando éstos han logrado éxitos. Este texto constituye un vívido retrato de semejante situación. Como, naturalmente, no hay que transigir con las ideas conservadoras, sometamos la cuestión a prueba; los éxitos de los jóvenes les valdrán la aprobación.
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Este es, igualmente, un buen artículo, que puede servir de referencia para las distintas localidades. Merece especial atención la práctica, aquí señalada, de organizar a los alumnos de escuelas secundarias y egresados de primaria para que participen en el trabajo de cooperativización. Todo joven que posea ese nivel de instrucción y que esté en condiciones de ir a trabajar al campo debe hacerlo con alegría. El campo es un vasto universo donde se puede realizar grandes hazañas.
Aquí tenemos un nuevo ejemplo: Chen Süe-meng. Héroes como él se cuentan en China más que por millares y millares, pero, lamentablemente, los escritores no se han tomado el trabajo de buscarlos, mientras que aquellos que van al campo para guiar el movimiento de cooperativización, aunque encuentran a esos héroes en gran número, escriben poco acerca de ellos.
Aquí Este texto está muy bien escrito; merece ser recomendado a todos los comités distritales y territoriales del Partido y de la Liga, así como a sus células cantonales, a fin de que todas las cooperativas procedan de acuerdo con lo allí señalado. El autor entiende bien la línea del Partido y da en el clavo con precisión. Además, su manera de escribir, libre del estilo de cliché del Partido, es agradable, lo que facilita su comprensión inmediata. Aquí quisiéramos llamar la atención de los lectores respecto al hecho de que muchos de nuestros camaradas se
La cooperativa que se presenta en este texto es la que se ha dado en llamar "cooperativa de pobretones", dirigida por Wang Kuo-fan. La laboriosidad y la economía debe ser la línea de conducta de todas las cooperativas de producción agrícola o, mejor, de toda nuestra actividad económica. Hay que practicar la laboriosidad y la economía en las fábricas y los establecimientos comerciales, en todas las empresas estatales y cooperativas y en las demás esferas de actividad; este principio debe aplicarse en todos los terrenos. El principio de economizar de que hablamos aquí es uno de los principios fundamentales de la economía socialista. China es un país grande, pero todavía muy pobre. Llevará décadas hacer de ella un país próspero. Aun al cabo de ese tiempo, tendremos que seguir aplicando el principio de laboriosidad y economía. Pero es durante las próximas décadas, o sea, durante los primeros planes quinquenales, cuando lo debemos preconizar con particular empeño, dedicando especial atención al régimen de economías.
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Muchas cooperativas descuidan ahora la práctica de economías, tendencia malsana que debe ser superada rápidamente. En toda provincia y distrito pueden encontrarse cooperativas que practican la laboriosidad y la economía; estos ejemplos deben ser popularizados para que los siga todo el mundo. Hay que premiar a aquellas cooperativas que se distingan en este sentido, logren los más altos rendimientos y funcionen bien en todos los aspectos y, al mismo tiempo, criticar a aquellas que incurran en el despilfarro, arrojen muy bajos rendimientos y funcionen mal en los diversos aspectos.
Tenemos aquí un plan de largo alcance, que cubre siete años, elaborado por una cooperativa grande que agrupa a las más de mil familias de un cantón (aunque la llaman granja colectiva, es, en realidad, una cooperativa). Este plan puede servir de referencia para otras localidades. Basta conocer su contenido para entender en seguida la necesidad de trazar un plan de largo alcance como éste. El desarrollo de la humanidad lleva ya centenares de miles de años, pero aquí, en China, es sólo en este momento cuando hemos creado condiciones para un desarrollo planificado de nuestra economía y nuestra cultura. Contando ya con estas condiciones, la fisonomía de nuestro país irá cambiando de año en año. Se producirá un cambio relativamente grande cada lustro y otro aún mayor al cabo de varios quinquenios.
Este es un excelente escrito, digno de ser leído por todos; puede servir de material de consulta para las cooperativas de otras localidades en la elaboración de sus planes a largo plazo. "Todo el proceso de elaboración de un plan de producción es un proceso de lucha entre las
Este cantón ha hecho un plan bienal para llevar adelante la cooperativización, incrementar la producción, construir obras hidráulicas, consolidar las organizaciones del Partido y de la Liga de la Juventud, fomentar la cultura, la educación, etc. Otro tanto deben hacer los demás cantones del país. Hay quienes afirman que es difícil elaborar planes; pero, ¿cómo es que este cantón ha podido hacerlo? En el año de 1956, todos los distritos, territorios y cantones deben elaborar planes globales en que figuren más renglones que en el plan del cantón mencionado, como, por ejemplo, ocupaciones secundarias, comercio, finanzas, reforestación y trabajo sanitario. No importa que esos planes sean un poco rudimentarios y no correspondan totalmente a las condiciones reales, pues esto es mejor que no tener nada. En cada provincia basta que uno o dos distritos, territorios o cantones tengan planes bien elaborados para que su ejemplo corra como un reguero de pólvora y sea seguido por los demás distritos, territorios y cantones. Se habla de lo difícil que es hacer planes, pero en realidad no lo es tanto.
Este texto es muy útil y puede servir de consulta a los diversos distritos. En su planificación global, cada distrito debe trazar un plan apropiado para la construcción de obras hidráulicas. Construirlas es una importante medida para garantizar el aumento de la producción
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agrícola. Todos los distritos, territorios, cantones y cooperativas están en condiciones de construir pequeñas obras hidráulicas; es imperativo que elaboren planes de ejecución escalonada para varios años a fin de proteger los campos contra sequías e inundaciones que no sean excepcionales e incontrolables. Esto es perfectamente realizable. Organizadas en cooperativas, las masas poseen un inmenso poderío. El problema de las sequías e inundaciones ordinarias, que ha sido imposible de resolver durante milenios, probablemente será solucionado en unos pocos años.
La cría de cerdos constituye una cuestión de gran importancia para la provisión de abonos, el abastecimiento de carne y la obtención de divisas a través de la exportación. Cada cooperativa debe incluir la cría de cerdos en su plan y, naturalmente, lo mismo debe hacer cada provincia, prefectura, distrito o territorio. Es fácil obtener con qué alimentar a los cerdos. Pueden servir de alimento ciertas clases de hierbas y las hojas de algunos árboles, así como la batata y sus tallos; no es forzoso utilizar cereales, y menos aún en gran cantidad. Fuera de la cría colectiva por parte de las cooperativas, hay que aconsejar a cada familia campesina que críe uno o varios cerdos, meta ésta que debe ser alcanzada en varios años. Desde luego, esto no es válido para algunas minorías nacionales que prohiben a sus integrantes la cría de cerdos ni para aquellas familias que, por razones religiosas, son renuentes a ello. Hay que introducir una serie de recompensas para promover la cría del ganado porcino. La experiencia de la cooperativa de Shangjua, provincia de Chechiang, puede servir de referencia a las diversas localidades.
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Con anterioridad a la cooperativización, en muchos lugares del país se presentaba el problema del excedente de mano de obra. En cambio, después de ella, el que enfrentan muchas cooperativas es el de la escasez de mano de obra, caso éste en que sienten la necesidad de incorporar al frente laboral a la gran masa de mujeres, que en el pasado no trabajaban en los campos. Esto constituye un importante acontecimiento, para muchos inesperado. Antes se pensaba comúnmente que la cooperativización sin duda traería aparejado un excedente de mano de obra. Se decía: Existe ya un excedente, ¿qué hacer si sobreviene otro? En muchas partes, la práctica de la cooperativización ha venido a desvanecer tal recelo, pues la mano de obra, en vez de excesiva, ha resultado insuficiente. El exceso de brazos que a raíz de la cooperativización se deja sentir momentáneamente en algunos lugares, se debe a que allí aún no se ha ampliado la escala de la producción, no se ha diversificado la actividad económica ni emprendido el cultivo intensivo de la tierra. En muchos lugares se presenta escasez de mano de obra a medida que se expande la magnitud de la producción, que se diversifica la actividad económica, se amplía el alcance del trabajo hacia dominios más extensos y profundos de la naturaleza y se emprende el cultivo intensivo. Este fenómeno es todavía incipiente, pero cada año se hará más visible y perdurará incluso después de la mecanización de la agricultura. En el futuro, veremos aparecer todo tipo de actividades que nadie jamás había imaginado y un rendimiento de cultivos varias veces, una decena y hasta decenas de veces más alto que el actual. El desarrollo que registrarán la industria, las comunicaciones y el intercambio superará en mucho lo que imaginaban las generaciones pasadas. Otro tanto ocurrirá con la ciencia, la cultura, la educación, la salud pública, etc. La mujer china constituye una gran reserva de recursos humanos. Hay que hacer valer esta reserva en la lucha por la construcción de un gran país socialista. Con el fin de movilizar a las mujeres para que participen en el trabajo, es indispensable aplicar el principio de igual remuneración por igual trabajo para hombres y mu-
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jeres. Puede ser aprovechada en todas las cooperativas la experiencia del distrito de Chiente, provincia de Chechiang.
Aquí se trata de un problema generalizado. El caso de estas dos cooperativas demuestra que, en las actuales condiciones de producción, ya les está sobrando cerca de un tercio de su mano de obra. Después de la cooperativización, bastan dos personas para hacer lo que hacían tres, circunstancia que pone de manifiesto la superioridad del socialismo. ¿Dónde colocar este tercio o más de fuerza de trabajo excedente? Principalmente en el propio campo. El socialismo no sólo ha liberado de la vieja sociedad a los trabajadores y los medios de producción, sino también los inmensos recursos de la naturaleza, imposibles de aprovechar en aquella sociedad. Las masas poseen un ilimitado poder creador. Pueden organizarse para encauzar sus esfuerzos hacia todo lugar y toda esfera de actividad donde sea posible el despliegue de su energía y hacia dominios más extensos y profundos de la producción, creando así cada vez más obras en pro de su bienestar. Y esto, sin hablar todavía de la mecanización de la agricultura. ¿Habrá manera de absorber la mano de obra que, después de la mecanización, se ahorrará en medida aún mayor? Según la experiencia de algunas granjas mecanizadas, hay manera de absorberla ampliando la escala de la producción, diversificando las esferas de actividad y haciendo más minucioso el trabajo. Siendo así, no habrá motivo para temer que no haya dónde utilizar esa mano de obra.
Lo ocurrido en el referido distrito nos demuestra que la fuerza de trabajo excedente del campo puede encontrar aplicación en el campo
He aquí un buen escrito; lo que en él se presenta puede servir de modelo para las distintas localidades. "No hay tenedores de libros" es uno de los pretextos esgrimidos por aquellos que se oponen al rápido desarrollo de la cooperativización. ¿Dónde vamos a encontrar a los millones de tenedores de libros que requiere la cooperativización en todo el país? En realidad los tenemos a nuestra disposición. Podemos movilizar para este trabajo a gran número de egresados de primaria y del primer ciclo de secundaria. Lo que hace falta es entrenarlos rápidamente y ayudarles a elevar su nivel cultural y profesional en el curso del propio trabajo. Articular, en el ámbito de un territorio, una red de ayuda mutua compuesta por los tenedores de libros de las cooperativas de producción, las de abastecimiento y venta y las de crédito, es un buen método para elevar ese nivel. La red de ayuda mutua de los tenedores de libros del Tercer Territorio del distrito de Changwu no sólo ha contribuido a la elevación del nivel cultural y profesional de sus componentes, sino que ha realizado una amplia labor económica y política.
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Los organismos del Partido a nivel distrital y territorial deben dirigir con empeño este trabajo.
La experiencia señalada en el texto debe ser ampliamente divulgada. Lenin dijo: "En un país analfabeto es imposible construir una sociedad comunista."[4] En nuestro país hay actualmente muchos analfabetos, pero no se puede esperar a que el analfabetismo haya sido eliminado para empezar luego la construcción socialista; de ahí se desprende una aguda contradicción. Ahora en nuestro país faltan escuelas no solamente para muchos niños en edad escolar, sino también para un buen número de adolescentes y jóvenes, sin hablar ya de la gente de mayor edad. Este serio problema debe y sólo puede resolverse en el curso de la cooperativización agrícola. Después de organizarse en cooperativas, los campesinos, empujados por razones económicas, arden en deseos de aprender a leer y escribir. Una vez organizados en cooperativas, ellos disponen de una fuerza colectiva, lo que ha cambiado completamente la situación; ya están en condiciones de organizarse para aprender a leer y escribir. En una primera etapa, para poder anotar los puntos de trabajo, necesitan aprender a escribir nombres de personas y lugares de su propia aldea o cantón, nombres de aperos agrícolas y de diferentes faenas, así como otros términos necesarios, los que suman unos doscientos o trescientos caracteres. En una segunda etapa, necesitan aprender más caracteres y términos. Por eso, es necesario redactar manuales para las dos etapas. Los de la primera etapa deben ser redactados, de conformidad con los requerimientos específicos de las cooperativas de la localidad, por personas instruidas de allí, con la ayuda de camaradas encargados de guiar el trabajo de cooperativización. Cada localidad tiene que redactar su propio manual; no es conveniente un manual único. Los materiales de este tipo no necesitan ser examinados por las autoridades. La redacción de los manuales de la segunda etapa debe estar también a cargo de personas instruidas del lugar, quienes, con la ayuda de camaradas encargados de guiar el trabajo
Aquí se trata de la Cooperativa de Producción Agrícola, Silvícola y Ganadera "Estrella Dorada", dirigida por Li Shun-ta. A los tres
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años de fundada, es ya una gran cooperativa con 283 familias. A pesar de estar ubicada en un lugar árido de las montañas Taijang, ha empezado a cambiar de aspecto gracias a esos tres años de esfuerzos mancomunados de todos sus miembros. La utilización de la mano de obra es aquí un 110,6 por ciento más elevada que en los días anteriores a la Guerra de Resistencia contra el Japón, cuando el trabajo era individual, y un 74 por ciento superior a la del período de los equipos de ayuda mutua, anterior a la formación de esta cooperativa. La acumulación de la cooperativa ha aumentado de 120 yuanes, en su primer año, a más de 11.000 yuanes. En 1955, el ingreso promedio en grano por cada miembro ha llegado a ser de 884 jin, lo que significa un aumento del 77 por ciento con relación al período anterior a la Guerra de Resistencia y del 25,1 respecto del período precedente al establecimiento de la cooperativa. Esta cooperativa trazó un plan quinquenal y, al cabo de tres años de ejecución, consiguió que el valor global de la producción sobrepasase en un 0,6 por ciento la meta prevista para todo el quinquenio. Su experiencia nos plantea lo siguiente: Si se ha podido lograr un gran incremento de la producción en lugares de condiciones naturales relativamente desfavorables, ¿por qué no se ha de poder alcanzar mayores éxitos allí donde esas condiciones son más favorables?
Esta es una cooperativa muy bien administrada, de la cual se pueden extraer muchas experiencias provechosas. El distrito de Chüfu es la tierra natal de Confucio, donde ese anciano se dedicó a la enseñanza durante muchos años y formó gran número de discípulos capaces. Este antecedente es ampliamente conocido. Pero él casi no se interesó por la vida económica del pueblo. En una ocasión en que su discípulo Fan Chi le consultó acerca de cómo hacer el trabajo agrícola, no sólo lo dejó con la pregunta en el aire, sino que, a sus espaldas, lo tildó de "hombre del vulgo"[5]. Ahora, la población de su tierra natal ha establecido cooperativas socialistas. Bastaron tres años de cooperativización para que la vida económica y cultural de la población, que había permanecido
Este es un artículo muy bien escrito que vale la pena leer. Las cooperativas semisocialistas existentes son, en su mayoría, pequeñas, contando cada una con unas veinte o treinta familias, lo que facilita su organización y permite a los cuadros y a las masas adquirir experiencia en corto tiempo. Pero, como las cooperativas pequeñas tienen poca gente, reducida cantidad de tierra y escasos fondos, no pueden emprender una explotación en gran escala ni emplear máquinas. La pequeña dimensión de estas cooperativas obstruye, en una u otra forma, el desarrollo de las fuerzas productivas, razón por la cual no deben permanecer así mucho tiempo, sino ir fusionándose paso a paso. En algunos lugares una cooperativa puede abarcar todo un cantón y, en casos aislados, varios cantones, lo que, por supuesto, no excluye que pueda haber, en muchos otros lugares, varias cooperativas en un solo cantón. Es factible organizar cooperativas grandes no sólo en las llanuras, sino también en las zonas montañosas. Ejemplo de ello es el cantón donde se halla el embalse de Fotsiling, en la provincia de Anjui, que logró organizarse en una gran cooperativa de producción diversificada -- agrícola, silvícola y ganadera --, pese a que su superficie total, de varias decenas de li cuadrados, es montañosa. Huelga decir que la fusión de cooperativas debe realizarse metódicamente y que requiere el concurso de cuadros competentes y la aprobación de las masas.
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La experiencia de la cooperativa "Bandera Roja", en la isla de Jainán, ha confirmado nuevamente que es más ventajoso crear cooperativas grandes y cooperativas de tipo superior. Sólo un año después de fundada, esta cooperativa grande ya se aprestaba a pasar al tipo superior. Desde luego, lo dicho no significa que todas las demás cooperativas deban hacer lo mismo. Ellas deben considerar si sus condiciones están maduras y determinar el momento más oportuno para la fusión y el paso al tipo superior. Pero, en términos generales, bastan para tal fin unos tres años. Lo importante es establecer modelos para los campesinos. Ellos mismos exigirán la fusión y el paso al tipo superior cuando se convenzan de que las cooperativas grandes y las de tipo superior son más ventajosas que las pequeñas y las de tipo inferior.
En cuanto a aquellas cooperativas donde las condiciones ya estén maduras, se debe contemplar la posibilidad de hacerlas pasar del tipo inferior al superior, para que den un paso adelante en el desarrollo de sus fuerzas productivas y de su producción. Como el sistema de propiedad semiprivada[6] existente en la cooperativa de tipo inferior llegará, en cierto momento, a entorpecer el desarrollo de las Fuerzas productivas, la gente exigirá un cambio de este sistema de propiedad y convertirá la cooperativa en una entidad económica de manejo colectivo en la que todos los medios de producción sean de propiedad común. Una vez dado un nuevo paso en la liberación de las fuerzas productivas, la producción registrará progresos aún mayores. El ritmo con que se efectúe esta transformación variará de un lugar a otro. En general, una cooperativa de tipo inferior con unos tres años de existencia reúne básicamente los requisitos indispensables para ello. A las organizaciones
[1]En su inicio, la cooperativa dirigida por Wang Kuo-fan carecía de medios de producción, pero no quiso recurrir a los prestamos del Estado. La solución que halló fue enviar hombres a cortar leña montaña adentro, a quince kilómetros de distancia y, con el producto de su venta, adquirió gran cantidad de medios de producción. Es por esto que los miembros de la cooperativa solían decir que tales medios de producción habían sido "arrancados a las montañas". [pág. 261]
[2]Se refiere al hecho de que, cuando las masas, ya movilizadas plenamente, solicitaban en oleadas el ingreso en las cooperativas, se les explicaba, no sólo las ventajas de la cooperativa y las condiciones favorables, sino también y francamente, las dificultades y condiciones adversas con que se podía tropezar. Esto, con el propósito de que todos hicieran una buena reflexión y de que el ingreso se produjese por libre consentimiento. [pág. 272]
[3]Para que la gente estableciera cuál de los términos era el mejor en cada caso, se hacían estas "cuatro comparaciones":1) entre la cooperativa, el equipo de ayuda mutua y la explotación individual; 2) entre el socialismo y el capitalismo; 3) entre
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un sistema de explotación del hombre por el hombre y otro sin explotación, y 4) entre el enriquecimiento individual y la prosperidad del conjunto. Los "cinco cálculos" se referían a las siguientes cinco cuentas: 1) de las pérdidas causadas por calamidades; 2) del incremento del ingreso, derivado del desarrollo de las ocupaciones secundarias; 3) del aumento de los puntos de trabajo como resultado del entusiasmo aplicado en la labor; 4) del desarrollo de la producción conseguido gracias a la cooperación entre campesinos pobres y campesinos medios, con base en el beneficio mutuo, y 5) de la superación de dificultadas en la producción y en la vida diaria. [pág. 281]
[4]V. I. Lenin: " Tareas de las juventudes comunistas". [pág. 292]
[5]Véase Analectas de Confucio, libro XIII: "Tsi Lu". [pág. 294]
[6]La cooperativa de tipo Inferior era de naturaleza semisocialista y se caracterizaba por dos rasgos: el aporte de la tierra como cuota y la administración única. En ella se mantenía la propiedad privada de sus asociados sobre la tierra, los animales de tiro, los grandes aperos agrícolas y otros medios de producción. Por su uso, la cooperativa tenía que pagar "dividendos" a sus miembros, de acuerdo con lo aportado por cada uno. De ahí la afirmación de que en ella regía un sistema de propiedad semiprivada. [pág. 296]