De las
Obras Escogidas de Mao Tse-tung
EDICIONES EN LENGUAS EXTRANJERAS
PEKIN 1976
Primera edición 1962
Segunda edición 1963
(5a impresión 1976)
Tomo IV, págs. 51-62.
Digitalizado y preparado para el internet: Por el Movimiento
Popular Perú de Alemania, 1993.
Esta edición: Marxists Internet Archive, mayo de 2001.
SOBRE LAS NEGOCIACIONES DE CHUNGCHING[*]
17 de octubre de 1945
Hablemos de la situación actual, cuestión que preocupa a nuestros camaradas. Esta vez, las negociaciones en Chungching entre el Kuomintang y el Partido Comunista han durado 43 días. Sus resultados ya se han publicado en la prensa[1]. Continúan negociando los delegados de los dos partidos. Las negociaciones han dado frutos. El Kuomintang ha aceptado los principios de paz y de unidad, ha reconocido ciertos derechos democráticos del pueblo y ha admitido que hay que evitar la guerra civil y que los dos partidos deben cooperar en paz para construir una nueva China. Sobre estos puntos se ha llegado a un acuerdo. Hay otros puntos sobre los cuales no se ha logrado acuerdo. No se ha resuelto la cuestión de las regiones liberadas y, en realidad, tampoco se ha resuelto la de las fuerzas armadas. Los acuerdos concluidos están aún sólo en el papel. Lo que está en el papel no equivale a la realidad. Los hechos demuestran que aún queda por realizar un gran esfuerzo para que esto se convierta en realidad.
Por un lado, el Kuomintang mantiene negociaciones con nosotros; por el otro, ataca vigorosamente las regiones liberadas. Sin contar las fuerzas que rodean la región fronteriza de Shensí-Kansú-Ningsia, las tropas del Kuomintang empeñadas directamente en este ataque ascienden a 800.000 hombres. Dondequiera que haya regiones liberadas, se dan o se preparan combates. El mismo primer artículo del Acuerdo del 10 de Octubre habla de "paz y construcción nacional"; ¿estas palabras en el papel no se contradicen con la realidad? Sí, se contradicen. Por eso decimos que se requieren todavía esfuerzos de nuestra parte para convertir en realidad lo que está en el papel. ¿Por qué el Kuomintang moviliza tantas tropas para atacamos? Porque ya hace mucho tiempo que resolvió liquidar a las fuerzas populares, liquidamos a nosotros. Lo mejor para él sería liquidamos
* Informe presentado por el camarada Mao Tse-tung en una reunión de cuadros en Yenán, después de su regreso de Chungching.
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rápidamente; en caso de no lograrlo, tratará, por lo menos, de empeorar nuestra situación y mejorar la suya. La paz, aunque inscrita en el Acuerdo, no se ha realizado de hecho. Actualmente, los combates cobran proporciones considerables en algunos lugares, como en la región de Shangtang, provincia de Shansí. La región de Shangtang, bordeada por los montes Taijang, Taiyue y Chungtiao, se asemeja a una cubeta. En esta cubeta hay pescado y Carne, y Yen Si-shan envió 13 divisiones a arrebatárnosla. Nuestra política también fue establecida hace tiempo: responder medida por medida, luchar por cada pulgada de terreno. Esta vez respondimos y luchamos, y lo hicimos muy bien. En otras palabras, aniquilamos totalmente las 13 divisiones. Las fuerzas atacantes tenían 38.000 hombres, y nosotros les opusimos 31.000. De sus 38.000 hombres, 35.000 fueron liquidados, 2.000 huyeron y 1.000 se dispersaron[2]. Semejantes luchas continuarán. Los kuomintanistas tratan desesperadamente de arrebatamos las regiones liberadas. Esto parece inexplicable. ¿Por qué se empeñan tanto en arrebatárnoslas? ¿No es acaso bueno que las regiones liberadas estén en nuestras manos, en las manos del pueblo? Sí, pero eso es sólo lo que pensamos nosotros, lo que piensa el pueblo. Si los kuomintanistas también lo pensaran así, habría unidad y todos seríamos "camaradas". Pero no piensan de este modo; se nos oponen empecinadamente. No ven por qué no oponerse a nosotros. Es muy natural que nos ataquen. Por nuestra parte, tampoco vemos por qué hemos de permitirles que se apoderen de nuestras regiones liberadas. También es muy natural que contraataquemos. Cuando ambos no ven el porqué y se enfrentan, luchan entre sí. Puesto que ambos no ven el porqué, ¿cómo se explica que hayan mantenido negociaciones y concluido el Acuerdo del 10 de Octubre? En este mundo las cosas son complicadas y las deciden diversos factores. Debemos examinar los problemas desde diferentes aspectos y no desde uno solo. En Chungching, algunos estiman que Chiang Kai-shek es falaz e indigno de confianza, y que las negociaciones con él no pueden conducir a ningún resultado. Así me lo decía mucha gente con la que me encontraba, inclusive algunos miembros del Kuomintang. Yo les decía que su opinión era justificada y bien fundamentada, y que la experiencia de dieciocho años[3] nos había convencido profundamente que así eran las cosas. El Kuomintang y el Partido Comunista indudablemente no tendrán éxitos en sus negociaciones,
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indudablemente se combatirán y romperán uno con otro; pero eso es sólo un aspecto del asunto. Otro aspecto es que hay muchos otros factores que no pueden menos de despertar temor en Chiang Kai-shek. Entre estos factores los tres principales son: el poderío de las regiones liberadas, la oposición del pueblo de la gran retaguardia a la guerra civil y la situación internacional. En nuestras regiones liberadas hay 100.000.000 de habitantes, 1.000.000 de soldados y 2.000.000 de milicianos populares: una fuerza que nadie se atreve a subestimar. La posición de nuestro Partido en la vida política nacional ya no es la de 1927, ni la de 1937. El Kuomintang, que se ha negado siempre a reconocer el status de igualdad del Partido Comunista, ahora está obligado a hacerlo. Nuestro trabajo en las regiones liberadas ya ha influido sobre toda China y el mundo entero. el pueblo de la gran retaguardia desea la paz y necesita la democracia. Durante mi permanencia en Chungching sentí profundamente el cálido apoyo que nos dan las amplias masas populares, que están descontentas del gobierno del Kuomintang y cifran sus esperanzas en nosotros. También me encontré con muchos extranjeros, inclusive norteamericanos, que simpatizan mucho con nosotros. Las amplias masas populares de los países extranjeros están descontentas de las fuerzas reaccionarias de China y simpatizan con las fuerzas del pueblo chino. También desaprueban la política de Chiang Kai-shek. Tenemos muchos amigos en todas partes del país y del mundo; no estamos solos. Entre los que se oponen a la guerra civil en China y están por la paz y la democracia se incluye no sólo al pueblo de nuestras regiones liberadas, sino también a las amplias masas populares de la gran retaguardia y de todo el mundo. El deseo subjetivo de Chiang Kai-shek es mantener su dictadura y destruir al Partido Comunista, pero hay en su camino muchas dificultades objetivas. Por tanto, tiene que ser un poco realista. Lo está siendo, y nosotros también lo somos. Fue realista al invitamos y fuimos realistas al ir a negociar con él. Llegamos a Chungching el 28 de agosto. Dije en la tarde del 29 a los delegados del Kuomintang que el país necesitaba la paz y la unidad ya desde el Incidente del 18 de Septiembre[4]. Las habíamos exigido, pero no se habían materializado. La paz y la unidad se consiguieron sólo después del Incidente de Sían en 1936[5] y antes de la Guerra de resistencia iniciada el 7 de julio de 1937. Durante los ocho años de esta guerra combatimos juntos contra el Japón. Pero la guerra civil nunca cesó; hubo continuos roces, grandes y pequeños. Decir que no hubo guerra civil es un engaño y no
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corresponde a la realidad. En los últimos ocho años expresamos repetidamente nuestro deseo de negociar. En el VII Congreso de nuestro Partido declaramos que "estamos dispuestos a reanudar las negociaciones con las autoridades del Kuomintang, tan pronto como hayan manifestado éstas su deseo de renunciar a su actual política errónea y hayan accedido a realizar las reformas democráticas"[6]. En las negociaciones declaramos que, primero, China necesitaba paz y que, segundo, necesitaba democracia. Chiang Kai-shek no pudo encontrar razones que objetar y tuvo que ponerse de acuerdo. Por una parte, la política de paz y los acuerdos sobre la democracia publicados en el "Resumen de las negociaciones" son palabras en el papel y aún no representan la realidad; por otra parte, han sido determinados por diversas fuerzas. La fuerza del pueblo en las regiones liberadas, la fuerza del pueblo en la gran retaguardia, la situación internacional: la tendencia general ha obligado al Kuomintang a aceptar estas cosas.
La manera de "responder medida por medida" depende de la situación. Algunas veces, no ir a negociar es responder medida por medida, y, otras veces, ir a negociar también es responder medida por medida. Tuvimos razón al no ir antes, también la tenemos al ir esta vez; en ambos casos hemos respondido medida por medida. Esta vez, hicimos bien en ir allá, porque deshicimos los falsos rumores difundidos por el Kuomintang de que el Partido Comunista no quería la paz ni la unidad. El Kuomintang envió tres telegramas sucesivos invitándonos, y fuimos. Pero no estaba preparado en absoluto, y todas las proposiciones las tuvimos que hacer nosotros. Como resultado de las negociaciones, el Kuomintang ha aceptado la política de paz y unidad. Eso está muy bien. Si el Kuomintang persiste en desencadenar la guerra civil, aparecerá carente de razón a los ojos de toda la nación y de todo el mundo, y tendremos aún mayor motivo para realizar una guerra en defensa propia a fin de derrotar sus ataques. Ahora que se ha concertado el Acuerdo del 10 de Octubre, nuestra tarea es sostener el Acuerdo, exigir que el Kuomintang lo haga efectivo y continuar la lucha por la paz. Si ellos combaten, los liquidaremos definitivamente. Así es la cosa: si nos atacan y los destruimos, se sentirán satisfechos; si los destruimos un poco, un poco satisfechos; si los destruimos más, más satisfechos; si los destruimos completamente, completamente satisfechos. Los problemas de China son complejos, y nuestros cerebros deben funcionar también con cierta complejidad. Si nos atacan, combatiremos en respuesta,
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combatiremos para conquistar la paz. La paz no llegará si no descargamos duros golpes sobre los reaccionarios que se atrevan a atacar las regiones liberadas.
Algunos camaradas han preguntado por qué tenemos que ceder ocho regiones liberadas[7]. Es una gran lástima ceder estas ocho regiones, pero es mejor hacerlo. ¿Por qué es una lástima? Porque estas regiones liberadas las ha creado el pueblo con su sudor y sangre, las ha levantado arduamente. Por tanto, en las regiones que vamos a ceder, debemos explicar el asunto claramente al pueblo y tomar las disposiciones convenientes. ¿Por qué tenemos que ceder esas regiones? Porque de otro modo el Kuomintang no se sentirá tranquilo. Va a regresar a Nankín, pero algunas regiones liberadas en el Sur están justamente al lado de su cama o en su corredor. Mientras estemos allí, no podrá dormir tranquilo y, por lo tanto, luchará por esas regiones a toda costa. Nuestra concesión en este punto nos ayudará a frustrar la maquinación del Kuomintang para desatar la guerra civil y a ganamos la simpatía de los numerosos elementos intermedios nacionales y extranjeros. Todos los órganos de propaganda del país, con excepción de la Agencia de Noticias Sinjua, están ahora controlados por el Kuomintang. Son todos fábricas de noticias falsas. Respecto a las negociaciones actuales, han difundido falsos rumores de que el Partido Comunista sólo quiere territorios y no hará ninguna concesión. Nuestra política consiste en proteger los intereses fundamentales del pueblo. Con sujeción al principio de no perjudicar los intereses fundamentales del pueblo, es permisible hacer ciertas concesiones para lograr la paz y la democracia que necesita todo el pueblo. En nuestros tratos anteriores con Chiang Kai-shek también le hicimos concesiones, y aun mayores. En 1937, para realizar la Guerra de Resistencia de amplitud nacional, renunciamos por nuestra propia iniciativa al nombre de "Gobierno Revolucionario de Obreros y Campesinos", cambiamos el nombre de nuestro Ejército Rojo por el de Ejército Revolucionario Nacional, y cambiamos nuestra política de confiscar la tierra de los terratenientes por la de reducir los arriendos y los intereses. Esta vez, cediendo ciertas regiones en el Sur, hemos deshecho totalmente los falsos rumores del Kuomintang ante todo el pueblo chino y los pueblos del mundo entero. Lo mismo ocurre con el problema de las fuerzas armadas. El Kuomintang ha dicho en su propaganda que el Partido Comunista simplemente se empeña en disputar las armas. Hemos dicho que estamos dispuestos a hacer concesiones. Primero, propusimos reducir nuestras actuales
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fuerzas a 48 divisiones. Como el Kuomintang tiene 263 divisiones, esto significa que nuestras fuerzas serían un sexto más o menos del total del país. Más tarde, propusimos una reducción a 43 divisiones, es decir, un séptimo del total. El Kuomintang dijo entonces que reduciría las suyas a 120 divisiones. Nosotros dijimos que podríamos reducir las nuestras, en la misma proporción, a 24 ó hasta 20 divisiones, lo que aún sería un séptimo del total. En el ejército del Kuomintang, la proporción de los oficiales, en relación con los soldados, es indebidamente grande, y cada división cuenta con menos de 6.000 hombres. Según esa pauta, nosotros, con nuestros 1.200.000 hombres, podríamos formar 200 divisiones. Pero no vamos a proceder así. De esta manera, el Kuomintang no puede alegar nada más y todos sus falsos rumores se desmienten. ¿Quiere decir esto que vamos a entregar nuestras armas al Kuomintang? Eso tampoco. Si le entregáramos nuestras armas, ¿no tendría demasiadas? Todas las armas del pueblo, cada fusil y cada bala, deben conservarse, no deben entregarse.
Lo anterior es lo que quería decir a los camaradas acerca de la situación actual. Su desarrollo presenta muchas contradicciones. En las negociaciones entre el Kuomintang y nuestro Partido, ¿por qué en algunos problemas ha sido posible lograr un acuerdo y en otros no? ¿Por qué el "Resumen de las negociaciones" habla de la paz y la unidad mientras que en realidad los combates continúan? Algunos camaradas no pueden entender tales contradicciones. Mi exposición tiene justamente por objetivo contestar esas preguntas. Algunos camaradas no pueden comprender por qué hemos accedido a mantener negociaciones con Chiang Kai-shek, que siempre ha luchado contra el Partido Comunista y el pueblo. ¿Tenía razón o no nuestro Partido al decidir, en su VII Congreso, que estaríamos dispuestos a entablar negociaciones con el Kuomintang, a condición de que éste introdujera cambios en su política? Tenía plena razón. La revolución china es larga y la victoria sólo se puede obtener paso a paso. el futuro de China depende de nuestros esfuerzos. La situación permanecerá inestable durante unos seis meses. Debemos redoblar nuestros esfuerzos para que se desarrolle en una dirección favorable a todo el pueblo.
Ahora, unas pocas palabras sobre nuestro trabajo. Algunos de los camaradas presentes marcharán al frente. Muchos camaradas, llenos de entusiasmo, disputan la oportunidad de ir a trabajar allá; este espíritu activo y ferviente es muy valioso. Pero también hay
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unos pocos camaradas que tienen ideas erróneas y que, en vez de pensar que en el frente habrá numerosas dificultades que vencer, creen que allí todo marchará viento en popa y que allí lo van a pasar mejor que en Yenán. ¿Hay gentes que piensan de ese modo? Creo que las hay. Aconsejo a esos camaradas que corrijan tales ideas. El que vaya irá a trabajar. ¿Qué significa trabajar? Trabajar significa luchar. En esos lugares, hay dificultades y problemas que debemos vencer y resolver. Vamos allí a trabajar y a luchar para vencer esas dificultades. Buen camarada es el que está más ansioso de ir allí donde las dificultades son mayores. En esos lugares el trabajo es muy duro. Un trabajo duro es como una carga colocada frente a nosotros, que nos desafía a echárnosla al hombro. Algunas cargas son livianas, otras son pesadas. Los hay que prefieren las livianas a las pesadas; escogen las livianas y dejan a otros las pesadas. Esa no es una buena actitud. Otros camaradas se comportan de manera diferente; dejan las comodidades a los otros y se echan sobre los hombros las cargas pesadas; son los primeros en soportar las penalidades y los últimos en disfrutar de las comodidades. Estos son buenos camaradas. Todos debemos aprender de su espíritu comunista.
Muchos cuadros locales abandonarán sus lugares nativos para ir al frente. Y muchos otros venidos a Yenán de sus tierras del Sur, van a partir también para el frente. Todos los camaradas que vayan al frente deben estar preparados moralmente para, una vez allí, arraigarse, florecer y dar frutos. Los comunistas somos como las semillas y el pueblo como la tierra. Dondequiera que vayamos, debemos unimos con el pueblo, echar raíces y florecer en el seno del pueblo. Dondequiera que vayan, nuestros camaradas deben establecer buenas relaciones con las masas, preocuparse por ellas y ayudarlas a vencer sus dificultades. Debemos unimos con las amplías masas populares; cuanto más numerosas sean las masas con las que nos unamos, tanto mejor. Movilizar sin reserva a las masas, desarrollar las fuerzas del pueblo y, bajo la dirección de nuestro Partido, derrotar al agresor y construir una nueva China: tal es la política establecida por el VII Congreso del Partido[8]. Debemos luchar por llevarla a cabo. Al Partido Comunista y al pueblo les incumbe resolver los asuntos de China. Tenemos la decisión y los medios para hacer realidad la paz y la democracia. Las cosas en China marcharán bien, a condición de que nos unamos aún más estrechamente con todo el pueblo.
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Después de la Segunda Guerra Mundial se abre ante el mundo un futuro brillante. Esta es la tendencia general. Ha fracasado la Conferencia de los Ministros de Relaciones Exteriores de las Cinco Potencias en Londres[9]; ¿significa esto que está a punto de estallar una tercera guerra mundial? No. Reflexionemos: ¿cómo es posible que estalle una tercera guerra mundial cuando acaba de terminar la Segunda? Los países capitalistas y los países socialistas llegarán finalmente a compromisos en muchos asuntos internacionales, porque el compromiso será ventajoso[10]. el proletariado y los pueblos de todo el mundo se oponen firmemente a una guerra antisoviética y anticomunista. En los últimos treinta años ha habido dos guerras mundiales. Entre la Primera Guerra Mundial y la Segunda hubo un intervalo de más de veinte años. En el transcurso del medio millón de años que tiene la historia de la humanidad, sólo en los últimos treinta años ha habido guerras mundiales. Después de la Primera Guerra Mundial el mundo realizó grandes progresos. Después de la Segunda realizará sin duda progresos aún más rápidos. Después de la Primera Guerra Mundial nació la Unión Soviética y se fundaron decenas de Partidos Comunistas, lo que constituye un hecho sin precedentes. Tras la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética se ha hecho aún más poderosa y próspera, la fisonomía de Europa ha cambiado, la conciencia política del proletariado y de los pueblos del mundo es más elevada y las fuerzas progresistas del mundo están unidas más estrechamente. Nuestra China también experimenta rápidos y drásticos cambios. La tendencia general del desarrollo de China va sin duda hacia lo mejor, no hacia lo peor. El mundo está progresando y el futuro es brillante; nadie puede cambiar esta tendencia general de la historia. Debemos realizar entre el pueblo una propaganda constante sobre los progresos del mundo y su futuro luminoso, para que tenga confianza en la victoria. Al mismo tiempo, debemos decir al pueblo y a nuestros camaradas que en nuestro camino habrá vueltas y revueltas. Hay todavía muchos obstáculos y dificultades a lo largo del camino de la revolución. El VII Congreso de nuestro Partido supuso que las dificultades serían muchas, porque preferimos suponer más dificultades que las que podían ser. A algunos camaradas no les gusta pensar mucho en las dificultades. Pero las dificultades son una realidad; debemos reconocer cuantas hay, y no adoptar una "política de no reconocimiento". Debemos reconocer las dificultades, analizarlas y combatirlas. No existen caminos rectos en el mundo; debemos estar preparados para seguir
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un camino de vueltas y revueltas y no tratar de conseguir las
cosas a precio de baratillo. No hay que imaginarse que una buena mañana
todos los reaccionarios se pondrán de rodillas por propia voluntad.
En una palabra, las perspectivas son brillantes, pero el camino tiene vueltas
y revueltas. Aún tenemos ante nosotros muchas dificultades que no
debemos pasar por alto. Uniéndonos con todo el pueblo en un esfuerzo
común, podremos sin duda vencer todas las dificultades y lograr
la victoria.
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[1]Se
refiere al "Resumen de las negociaciones", conocido también con
el nombre de Acuerdo del 10 de Octubre, firmado el 10 de octubre de 1945
por los delegados del Kuomintang y del Partido Comunista de China. En el
Resumen, Chiang Kai-shek tuvo que fingir conformidad con la "política
fundamental de paz y construcción nacional" planteada por el Partido
Comunista de China, acceder "a realizar la cooperación a largo plazo
. . . sobre la base de la paz, la democracia, la solidaridad y la unidad,
a evitar resueltamente la guerra civil y a edificar una nueva China independiente,
libre, próspera y poderosa" y reconocer "la democratización
política, la nacionalización de las tropas y la igualdad
y legalidad de los partidos políticos como caminos y medios absolutamente
indispensables para lograr la paz y la construcción nacional". También
tuvo que acceder a poner fin con prontitud a la tutela política
del Kuomintang, a convocar una conferencia consultiva política,
a "garantizar al pueblo las libertades personal, de conciencia, de palabra,
de prensa, de reunión y asociación, como las que disfrutan
en tiempos de paz los pueblos de todos los países democráticos,
y abrogar o enmendar las leyes y decretos existentes de acuerdo con este
principio", a suprimir los servicios secretos, a "prohibir estrictamente
a todos los organismos, excepto los judiciales y policiales, hacer detenciones,
efectuar interrogatorios e imponer castigos", a "poner en libertad a los
presos políticos", a "promover enérgicamente la autonomía
local", a "convocar a elecciones generales desde el nivel inferior hasta
los superiores", etc. el gobierno de Chiang Kai-shek, sin embargo, rehusó
empecinadamente reconocer la legalidad del ejército popular y de
los gobiernos democráticos de las regiones liberadas y, so pretexto
de "unificar el mando militar" y "unificar la dirección administrativa",
procuró en forma insolente eliminar totalmente el ejército
popular y las regiones liberadas, dirigidos por el Partido Comunista de
China; en consecuencia, no se pudo llegar a un acuerdo en esta cuestión.
Damos a continuación pasajes del "Resumen de las negociaciones",
que se refieren al problema de las fuerzas armadas y del Poder de las regiones
liberadas; en el Resumen, "el Gobierno" indica al gobierno kuomintanista
de Chiang Kai-shek.
"Sobre el problema de la nacionalización
de las tropas. El Partido Comunista de China propuso que, con miras a unificar
el mando militar, el Gobierno debía efectuar una reorganización
equitativa y racional de las fuerzas armadas de todo el país, trazar
un programa para llevarla a cabo por etapas, y además, hacer una
nueva delimitación de las zonas militares y establecer un sistema
de reclutamiento
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y de reforzamiento de las filas. El Partido Comunista
de China declaró que, de existir este programa, estaría dispuesto
a reducir las tropas antijaponesas bajo su mando a veinticuatro divisiones,
o a un mínimo de veinte divisiones, a proceder rápidamente
a la desmovilización de sus tropas antijaponesas distribuidas ahora
en las ocho regiones de Kuangtung, Chechiang, el Sur de Chiangsú,
el Sur de Anjui, el centro de Anjui, Junán, Jupei y Jonán
(sin incluir el Norte de Jonán) y a retirar gradualmente de las
regiones mencionadas las tropas que debían reorganizarse para reunirlas
en las regiones liberadas al Norte del ferrocarril Lungjai y en el Norte
de Chiangsú y el Norte de Anjui. El Gobierno declaró que
el programa para la reorganización nacional de las tropas estaba
en curso de elaboración y que el Gobierno se encontraba dispuesto
a considerar la reducción de las tropas antijaponesas dirigidas
por el Partido Comunista de China a veinte divisiones si se lograban resolver
todos los problemas planteados en las presentes negociaciones. Añadió
que, en cuanto a los lugares de estacionamiento de estas tropas, el Partido
Comunista de China podía proponer planes para su discusión
y resolución. El Partido Comunista de China planteó que el
Partido Comunista y los representantes de sus tropas locales debían
participar en el trabajo del Consejo Militar y de sus diversos departamentos,
que el Gobierno debía garantizar la aplicación del sistema
de personal y nombrar al personal existente como oficiales de diversos
grados en las unidades reorganizadas, que los oficiales que no fueran nombrados
después de la reorganización debían ser destinados
a diversas regiones para su instrucción, y que se debía adoptar
un sistema equitativo y racional de abastecimiento, así como un
plan para la educación política. El Gobierno indicó
que no tenía objeción que hacer a estas proposiciones y estaba
dispuesto a discutir los detalles. El Partido Comunista de China propuso
que toda la milicia popular en las regiones liberadas se organizara como
cuerpos locales de defensa propia. El Gobierno indicó que tal organización
podía considerarse sólo cuando las condiciones locales lo
requirieran y lo permitieran: A fin de elaborar planes concretos con respecto
a todas las cuestiones arriba mencionadas, ambas partes acordaron formar
un subcomité de tres personas con sendos representantes del Departamento
de Operaciones Militares del Consejo Militar, el Ministerio de Guerra y
el XVIII Grupo de Ejércitos."
"Sobre el problema de los gobiernos
locales en las regiones liberadas. El Partido Comunista de China propuso
que el Gobierno reconociera la legalidad de los gobiernos elegidos por
el pueblo en todos los niveles en las regiones liberadas. El Gobierno indicó
que, después de la rendición del Japón, el término
`región liberada' debía ser considerado como anticuado y
que debía unificarse la dirección administrativa en todo
el país. La Fórmula inicial propuesta por el Partido Comunista
de China era que se delimitaran de nuevo las provincias y regiones administrativas,
teniendo en cuenta la existencia de dieciocho regiones liberadas, y que,
con miras a unificar la dirección administrativa, se presentara
una lista de todos los componentes de los gobiernos locales elegidos por
el pueblo en los diversos niveles, para que el Gobierno central confirmara
su nombramiento: el Gobierno indicó que, conforme a lo que había
declarado el Presidente Chiang al señor Mao, el Gobierno central
tendría en cuenta, después de la unificación del mando
militar y de la dirección administrativa en todo el país,
a las personas propuestas por el Partido Comunista de China para cargos
administrativos. El Gobierno se propondría conservar, en una proporción
debida, al personal administrativo que trabajaba al servicio de la Guerra
de Resistencia en las regiones hoy recuperadas, teniendo en cuenta su capacidad
y servicios prestados, independientemente de su afiliación partidaria.
Por consiguiente, el Partido Comunista de China propuso una segunda fórmula,
en la que pedía al Gobierno central que nombrara a las personas
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mendadas por el Partido Comunista de China como presidentes y miembros de los gobiernos provinciales de la región fronteriza de Shensí-Kansú-Ningsia y de las cinco provincias de Yejé, Chajar, Jopei, Shantung y Shansí y nombrara a los recomendados por el Partido Comunista como vicepresidentes y miembros de los seis gobiernos provinciales de Suiyuán, Jonán, Chiangsú, Anjui, Jupei y Kuangtung (ya que en las once provincias mencionadas existían extensas regiones liberadas u otras de menor extensión). El Partido Comunista de China pidió también el nombramiento de sus recomendados como tenientes de alcalde de los cuatro municipios especiales de Peiping, Tientsín, Chingtao y Shanghai, y la admisión de sus recomendados en la administración de las provincias del Nordeste. Después de muchas discusiones sobre este asunto, el Partido Comunista de China introdujo ciertas modificaciones en su segunda fórmula y pidió que sus recomendados fuesen nombrados presidentes y miembros de los gobiernos provinciales de la región fronteriza de Shensí-Kansú-Ningsia y de las cuatro provincias de Yejé, Chajar, Jopei y Shantung, vicepresidentes y miembros de los dos gobiernos provinciales de Shansí y Suiyuán y tenientes de alcalde de los tres municipios especiales de Peiping, Tientsín y Chingtao: En respuesta, el Gobierno declaró que el Partido Comunista de China podía recomendar como candidatos a aquellos de sus miembros que habían prestado servicios distinguidos durante la Guerra de Resistencia y que poseían capacidad administrativa, para que el Gobierno decidiera su nombramiento; pero que el Partido Comunista no se mostraría sinceramente deseoso de unificar el mando militar y la dirección administrativa si insistía en el nombramiento de sus candidatos como presidente, vicepresidente o miembros de tal o cual gobierno provincial. El Partido Comunista de China declaró entonces que retiraría su segunda sugerencia y propuso una tercera fórmula. Sugirió que se celebraran elecciones generales bajo la responsabilidad de los gobiernos elegidos por el pueblo en todos los niveles de las regiones liberadas, y declaró que serían bien acogidos los miembros de todos los otros partidos políticos, así como las personalidades de los diferentes círculos sociales, que regresaran a sus lugares de nacimiento para tomar parte en las elecciones, las cuales se convocarían bajo la supervisión de las personas designadas por la Conferencia Consultiva Política. Se celebrarían elecciones populares en todo distrito donde más de la mitad de los territorios y cantones hubieran celebrado ya elecciones populares. Del mismo modo, se celebrarían elecciones populares en toda provincia o región administrativa donde más de la mitad de los distritos hubieran celebrado ya elecciones populares. En interés de la unificación de la dirección administrativa, todas las listas de los electos para los gobiernos de provincia, región administrativa y distrito serían sometidas al Gobierno central para que confirmara su nombramiento. El Gobierno replicó que esta fórmula, según la cual el Gobierno central confirmaría los nombramientos para las provincias y regiones, no iba en favor de la unificación de la dirección administrativa. El Gobierno podría, sin embargo, considerar la celebración de las elecciones populares en el nivel de distrito; pero las elecciones populares en el nivel de provincia podrían celebrarse sólo después de la promulgación de una Constitución; cuando se hubiera definido el status de la provincia. Por el momento, sólo los funcionarios de los gobiernos provinciales nombrados por el Gobierno central irían a sus respectivas regiones a asumir la administración para restablecer allí rápidamente las condiciones normales. Al llegar a este punto, el Partido Comunista de China propuso una cuarta fórmula, a saber, que se mantuviera temporalmente el status quo en todas las regiones liberadas hasta que se hubieran adoptado y llevado a efecto disposiciones constitucionales para las elecciones populares de los gobiernos provinciales y que, por el momento, se formularan disposiciones provisionales a fin de garantizar el restablecimiento de la paz y del orden. Por otra parte, el Partido
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Comunista de China declaró que este problema podría ser sometido para su solución a la Conferencia Consultiva Política. El Gobierno insistió en que debía realizarse primero la unificación de la dirección administrativa, porque este problema, si se dejaba sin resolver, podría convertirse en un obstáculo para la paz y la construcción, y expresó la esperanza de que se pudiera llegar pronto a un acuerdo sobre una fórmula concreta con respecto a este asunto. El Partido Comunista de China accedió a continuar las negociaciones." [pág. 51]
[2]Shangtang era el antiguo nombre de la parte Sudeste de la provincia de Shansí, que tenía como centro a Changchi. Sus partes montañosas eran la base de apoyo de la 129a división del VIII Ejército durante la Guerra de Resistencia contra el Japón, y formaban parte de la región liberada de Shansí-Jopei-Shantung-Jonán. En septiembre de 1945, 13 divisiones, reunidas por Yen Si-shan, caudillo militar del Kuomintang, en coordinación con las tropas japonesas y las tropas títere, partieron sucesivamente de Linfen, Fushan y Yicheng y de Taiyuán y Yutsi e invadieron Siangyuan, Tunliu y Lucheng de la región liberada del Sudeste de Shansí. En octubre, el ejército y el pueblo de esta región liberada lanzaron un contraataque, causaron 35.000 bajas a las fuerzas invasoras e hicieron prisioneros a varios oficiales de alta graduación, incluidos jefes de cuerpo de ejército y de división. [pág. 52]
[3]Se refiere a la experiencia obtenida por el Partido Comunista de China en la lucha contra el Kuomintang desde 1927, cuando éste traicionó a la revolución; hasta 1945. [pág. 52]
[4]El 18 de septiembre de 1931, el Ejército de Kuantung de las fuerzas japonesas, acuartelado en el Nordeste de China, tomó por asalto a Shenyang. En cumplimiento de la orden de Chiang Kai-shek de "no resistir en absoluto", las tropas chinas en Shenyang y en otras partes del Nordeste (el Ejército del Nordeste) se retiraron al Sur de la Gran Muralla, y permitieron así a las fuerzas japonesas ocupar rápidamente las provincias de Liaoning, Chilin y Jeilungchiang. El pueblo chino llamó Incidente del 18 de Septiembre a este acto de agresión cometido por los invasores japoneses. [pág. 53]
[5]Véase el presente tomo, pág. 43 "Sobre la declaración de un vocero de Chiang Kai-shek", nota 5. [pág. 53]
[6]Citado de Obras Escogidas de Mao Tse-tung, t. III, "Sobre el gobierno de coalición", parte IV, capítulo "Nuestro programa concreto ", sec. 2. [pág. 54]
[7]Se refiere a las bases de apoyo del ejército popular que se encontraban en Kuangtung, Chechiang, el Sur de Chiangsú, el Sur de Anjui, el centro de Anjui, Junán, Jupei y Jonán (sin incluir el Norte de Jonán). [pág. 55]
[8]Véase Obras Escogidas de Mao Tse-tung, t. III, "Los dos destinos de China" y "El Viejo Tonto que removió las montañas". [pág. 57]
[9]Del 11 de septiembre al 2 de octubre de 1945, los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Soviética, China, EE.UU., Inglaterra y Francia se reunieron en Londres para discutir los tratados de paz con Italia, Rumania, Bulgaria, Hungría y Finlandia, países que habían participado en la guerra de agresión desencadenada por la Alemania fascista, y para discutir el destino de las colonias italianas. No se llegó a ningún acuerdo porque los EE.UU., Inglaterra y Francia, al persistir en su política imperialista de agresión y pretender vanamente derrocar el Poder popular instaurado en Rumania, Hungría y Bulgaria después de la victoria en la guerra antifascista, rechazaron las razonables proposiciones hechas por la Unión Soviética. [pág. 58]
[10]Véase el presente tomo, págs. 85-86, "Algunas apreciaciones acerca de la actual situación internacional". [pág. 58]