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Ediciones Bandera Roja.
Esta edición: Marxists Internet Archive, Oct. de 2002.
Anotaciones a los Problemas Económicos del Socialismo en la URSS (1959) |
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Comentario del presidente Mao sobre el conjunto del segundo capítulo titulado: "De la producción mercantil en el régimen socialista" |
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Anotación del presidente Mao, escrita en la página
13 del libro en la edición china |
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Anotaciones a los Problemas Económicos del Socialismo en
la URSS
Del comienzo al fin de su libro, Stalin no habla en ninguna parte de la superestructura. No toma al hombre en consideración. El ve las cosas pero no al hombre. Tendría que decir si el sistema de la distribución gratuita es o no benéfico para el desarrollo económico. ¿Es bueno o no tener producción mercantil? Todo el mundo debe estudiar esta cuestión. Los puntos de vista expresados por Stalin en su última carta[2] son casi completamente erróneos. Su error fundamental proviene del hecho de que él no tenía confianza en el campesinado.
Se encuentran cosas justas en los tres primeros capítulos de este libro. Pero hay otras cosas que no son claras. No se ahonda en él, por ejemplo, en la consideración de la economía planificada. El ritmo de
1. Ver supra, p. 9, notas sobre los textos.
2. Se trata de una carta dirigida por Stalin a A. V. Sanina y a V. G. Venger y colocada como anexo en los Problemas económicos del socialismo en la URSS. Ver supra, p. 185.
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desarrollo económico no es suficientemente rápido en la Unión Soviética, aunque sea más rápido que el constatado en los países capitalistas. Las relaciones entre la industria y la agricultura y entre la industria pesada y la industria liviana no se tratan, en este libro, de manera clara.
Los soviéticos no han desarrollado suficientemente las relaciones entre los intereses a largo plazo y los intereses inmediatos. Aparentemente han tenido que sufrir las consecuencias de ello. Caminan con una sola pierna mientras nosotros, por nuestra parte, caminamos con ambas piernas. Para ellos la técnica decide sobre todo, los cuadros deciden sobre todo. Ponen el acento sobre el aspecto "experto" y no sobre el aspecto "rojo", sobre los cuadros y no sobre las masas. También aquí caminan con una sola pierna. En el dominio de la industria pesada no han encontrado cuáles son las principales contradicciones a resolver. Sostienen, por ejemplo, que el acero es la base, las máquinas el corazón y el carbón el alimento. . . Para nosotros la producción de acero es el principio director. Es la contradicción principal que hay que resolver en el dominio de la industria. En la agricultura, consideramos la producción de cereales como el principio director, desarrollándose la producción de otros productos agrícolas en proporciones variadas determinadas por la producción de cereales.
El primer capítulo de este libro trata del conocimiento de las leyes. Pero no se
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indica allí cómo dominar esas leyes. En este capítulo se trata de la producción mercantil y de la ley del valor. Con buena cantidad de los puntos de vista expresados allí estamos de acuerdo. Pero también hay problemas. No es cierto que la producción mercantil pueda limitarse únicamente a la producción de los medios de existencia. En cuanto a la tercera carta, colocada como anexo al libro, su posición fundamental es la desconfianza respecto a los campesinos. El problema esencial de esta carta es que Stalin no ha encontrado la vía que permita el paso del sistema de la propiedad colectiva al sistema de la propiedad de todo el pueblo. En lo que a nosotros concierne, hemos conservado la producción mercantil y el cambio de mercancías. En lo que respecta a la ley del valor propugnamos la planificación y la preeminencia de la política. Los soviéticos no se interesan más que en las relaciones de producción. Ignoran la superestructura, la política y el papel del pueblo. Si no hay movimiento comunista es imposible pasar al comunismo.
". . . Confunden visiblemente las leyes de la ciencia que reflejan los procesos objetivos de la naturaleza o de la sociedad, que se operan independientemente de ]a voluntad humana con las leyes dictadas por los gobiernos, creadas por la voluntad de los hombres y que sólo tienen una fuerza jurídica. Pero no está en absoluto permitido confundirlas" (p. 94).
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El punto de vista fundamental de este pasaje es correcto. Pero tiene dos defectos:
1.
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No pone suficientemente en claro el activismo subjetivo del Partido y de las masas; |
2.
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No es suficientemente completo. No indica que si las leyes dictadas por los gobiernos son justas, no es solamente porque estén conformes con la voluntad de la clase obrera, sino también porque reflejan fielmente las necesidades de las leyes económicas objetivas. |
". . . Si se hace abstracción de los procesos astronómicos, geológicos y algunos otros análogos, en los que los hombres, aún si conocen las leyes de su desarrollo, son verdaderamente impotentes para actuar sobre ellos. . ." (p. 94).
Este razonamiento es falso. La capacidad de los hombres para conocer y transformar la naturaleza no tiene límites. Stalin no enfoca el problema bajo el ángulo del desarrollo futuro. Lo que ahora no se es capaz de realizar puede lograrse en el futuro.
"Hay que decir otro tanto de las leyes del desarrollo económico, de las leyes de la economía política, trátese del período del capitalismo o del período del socialismo. Allí también, como en las ciencias de la naturaleza, las le-
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yes del desarrollo económico son leyes objetivas que reflejan los procesos del desarrollo económico que se operan independientemente de la voluntad de los hombres" (p. 95).
¿Cómo organizar una economía planificada? No se pone suficientemente el acento sobre la industria liviana y sobre la agricultura.
"Es por lo que Engels dice allí que: 'las leyes de su propia práctica social, que, hasta aquí, se levantaban frente a ellos como leyes naturales, exteriores y dominadoras, son leyes aplicadas por los hombres con pleno conocimiento de causa y por lo tanto dominadas'" (p. 96).
La libertad es la ley objetiva de la necesidad comprendida. Es independiente y se opone al hombre. Una vez comprendida puede ser dominada.
"El papel particular del poder de los Soviets se explica por dos hechos; en primer lugar, el poder de los Soviets no debía reemplazar una forma de explotación por otra, como fue el caso en las revoluciones anteriores, sino liquidar toda forma de explotación; en segundo lugar, vista la ausencia en el país de embriones a punto de la economía socialista, debía crear, por decirlo así, sobre un 'terreno virgen', formas nuevas, socialistas, de la economía" (p. 97).
Debemos estudiar el carácter inevitable de las leyes económicas del socialismo.
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En la Conferencia de Chengtú[ 3 ], dije ya: "El conjunto de medidas que hemos adoptado (producir más, más rápido, mejor y de manera más económica, desarrollar simultáneamente la industria pesada, la industria liviana y la agricultura, practicar una línea de masas) ¿sufrirá un fracaso o triunfará? Habrá que esperar algunos años, hasta diez años, para saberlo". En el pasado, también la ley de la revolución ha sido puesta en duda por algunos. Su exactitud ha sido ahora demostrada, pues el enemigo ha sido derrocado. Pero las gentes tienen aún dudas sobre el éxito de la construcción del socialismo. ¿Lo que hacemos en China convendrá con las leyes económicas que reinan en el país? Este problema merece estudiarse. En mi opinión, es suficiente que el modelo chino esté conforme en lo esencial con las leyes económicas chinas.
"Tarea seguramente difícil y compleja y que no tiene precedentes" (p. 97).
En el campo de la creación de una forma económica socialista, nos beneficiamos del precedente soviético. Por esto es por
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lo que debemos cumplir mejor que la URSS. Nuestro fracaso probaría que los marxistas chinos son unos incapaces. Nuestra tarea es difícil y compleja como la de la Unión Soviética.
"Se dice que la necesidad de un desarrollo armonioso (proporcionado) de nuestra economía nacional permite al poder de los Soviets abolir las leyes económicas existentes y crear unas nuevas. Esto es absolutamente falso. No hay que confundir nuestros planes anuales y nuestros planes quinquenales con la ley económica objetiva del desarrollo armonioso, proporcionado de la economía nacional" (p. 98).
Este párrafo es el centro del problema.
"Es decir, que la ley del desarrollo armonioso de la economía nacional ofrece a nuestros organismos de planificación la posibilidad de planificar correctamente la producción social. Pero no se debe confundir posibilidad y realidad. Son dos cosas diferentes. Para transformar esta posibilidad en realidad, hay que aprender a aplicarla con pleno conocimiento de causa hay que preparar planes que reflejen plenamente las exigencias de esta ley. No se podría decir que nuestros planes anuales y nuestros planes quinquenales reflejen plenamente las exigencias de esta ley económica" (p. 99).
No confundir la ley objetiva de la economía planificada y proporcionada y los planes económicos, he ahí el fondo del problema de este capítulo. En el pasado,
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también nosotros hemos elaborado planes que a menudo provocaban tempestades. Ora hacíamos demasiado ora bien no hacíamos lo suficiente. Avanzábamos a ciegas sin saber qué era necesario hacer. . . Después de haber conocido numerosas vicisitudes y retrocesos, después de habernos devanado los sesos y de haber buscado soluciones, encontramos al fin el Programa agrícola de cuarenta puntos [4] que actualmente se está aplicando. Actualmente estamos elaborando un nuevo programa de cuarenta puntos. Durante tres años [5] la lucha será encarnizada, pero el desarrollo deberá continuarse. Vamos a profundizar en las discusiones v de nuevo nos lanzaremos hacia adelante. El éxito dependerá de la práctica objetiva. Durante ocho años hemos tratado de desarrollar la industria, pero no sabíamos que era necesario considerar el acero como el prin-
4. Elaborado por Mao en enero de 1956, este programa se conoce igualmente con el nombre de Programa de doce años para el desarrollo de la agricultura. Preconiza una política de colectivización por lo demás relativamente modesta y pone el acento sobre la movilización social más bien que sobre el estímulo material.
5. Al comienzo del Gran Salto adelante, los dirigentes chinos creían poder obtener, gracias a una movilización ideológica permanente, una tasa anual extraordinaria del 25% de incremento de la producción industrial durante tres años.
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cipio director. Ahora bien, el acero constituye el aspecto principal de la contradicción en el dominio industrial. Se trata allí también de monismo. En el desarrollo de las empresas grandes, medianas y pequeñas, lo que debe considerarse como el principio director es el desarrollo de las grandes empresas. Entre el poder central y las regiones, es al poder central al que hay que tomar como el principio director. Toda contradicción posee dos aspectos de los cuales uno es el principal. Los resultados que hemos obtenido durante ocho años son evidentemente esenciales. Pero han sido obtenidos por tanteo. No podemos pretender que hemos planificado de un modo absolutamente correcto nuestra producción y que hemos reflejado perfectamente las leyes objetivas. La planificación debe ser preocupación en todo el Partido, en todos los niveles de organización, de todo el mundo y no sólo de la Comisión del Plan o en la Comisión Económica. Teóricamente lo que dijo Stalin en este párrafo es correcto. Pero no estudió el problema minuciosamente ni desarrolló sus ideas con claridad. En la Unión Soviética no hay desarrollo simultáneo de las grandes, de las medianas y de las pequeñas empresas, como tampoco hay desarrollo simultaneo de las regiones y del poder central, ni de la industria y de la agricultura. En todos estos campos los soviéticos no caminan con las dos piernas. Sus reglamentos y sus sistemas son coactivos para el hombre. Nosotros tampoco hemos estu-
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diado suficientemente las leyes objetivas para dominarlas, y nuestros planes no reflejan pues, tampoco perfectamente esas leyes.
"Analicemos la fórmula de Engels. No se la puede considerar como perfectamente clara y precisa, ya que no indica si se trata de la toma de posesión, por la sociedad, de todos los medios de producción o de una parte solamente, es decir si todos los medios de producción han sido entregados a la posesión del pueblo o sólo una parte. Así pues, esta fórmula de Engels puede comprenderse de dos maneras" (p. 101).
El análisis contenido en este párrafo es exacto. El problema es dividir los medios de producción en dos categorías. La afirmación según la cual los medios de producción no son mercancías merece estudiarse.
Comentario del presidente Mao
sobre el conjunto del segundo
capítulo titulado: "De la pro-
ducción mercantil en el
régimen socialista":
El segundo capítulo del libro no hace una exposición completa acerca de las condiciones de la existencia de las mercancías. La existencia de dos sistemas de propiedad constituye la principal premisa de
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la producción mercantil. Pero al fin de cuentas esta última tiene también lazos con las fuerzas productivas. Es por esto por lo que, incluso cuando en ciertas regiones, el sistema socialista de la propiedad de todo el pueblo haya sido íntegramente realizado, los cambios se harán aún por medio de las mercancías.
"En consecuencia, Engels tiene en mente los países en los que el capitalismo y la concentración de la producción están suficientemente desarrollados, no sólo en la industria, sino también en la agricultura, para hacer posible la expropiación de todos los medios de producción del país, y convertirlos en propiedad de todo el pueblo. Engels estima, pues, que en estos países, convendría, paralelamente a la socialización de todos los medios de producción, eliminar la producción mercantil. Es claro que esto es correcto" (pp. 101-102).
El análisis de Stalin de la fórmula de Engels es justo. Entre nosotros, actualmente, algunas personas tienen la tentación de eliminar completamente la producción mercantil. Se atormentan porque, para ellas, la producción mercantil es el capitalismo. Pero, para asegurar nuestra alianza con centenares de millones de campesinos, aún son necesarios un gran desarrollo de la producción mercantil y un incremento de la masa monetaria. Se trata aquí de un problema ideológico que interesa a centenares de miles de cuadros y de un problema que concierne a nuestra unión con
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500 millones de campesinos. Actualmente no tenemos a nuestra disposición sino una parte de los medios de producción. Pero hay ya gentes que quieren proclamar sin tardanza la aplicación del sistema de propiedad de todo el pueblo con el fin de expropiar a los pequeños productores sin siquiera precisar si la propiedad pertenecerá a la comuna popular o al distrito. La eliminación de las mercancías y de la producción mercantil y la aplicación del sistema de la propiedad de todo el pueblo no conducirán en condiciones semejantes más que a la expropiación de los campesinos.
A fines de 1955, la cantidad total de cereales que el Estado se procuró por impuestos y por compras no alcanzó los 90 mil millones de chin. En esta época, la situación era muy tensa. Todo el mundo hablaba de abastecimiento y en todas las familias las conversaciones giraban alrededor de la compra de los cereales por el Estado. Y se trataba entonces de compra y no de tributación en especie. Fue sólo cuando el Estado decidió no procurarse más que 83 mil millones de chin, cuando se calmó la situación. Pero no se sabe por qué ahora ciertas personas han olvidado de pronto esta experiencia.
"Hago abstracción aquí de la importancia que tiene para Inglaterra el comercio exterior con su enorme participación en la economía nacional británica. Pienso que es sólo después de haber estudiado la cuestión cuando se podrá decidir definitivamente acerca de la suerte de
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la producción mercantil en Gran Bretaña con posterioridad a la toma del poder por el proletariado y a la nacionalización de todos los medios de producción" (p. 102).
Aquí la suerte es la elección entre la eliminación o la no eliminación de la producción mercantil.
"Pero la cuestión se plantea: ¿Qué deben hacer el proletariado y su partido si en tal o cual país, y en particular en el nuestro, las condiciones son favorables para la toma del poder por el proletariado y la destrucción del capitalismo (. . .) (p. 102). . . .lanzaría por largo tiempo el campesinado al campo de los enemigos del proletariado" (p. 103).
En resumen la ley de la producción mercantil no ha sido comprendida. El marxismo-leninismo está presente por doquier en los libros de los economistas chinos. Pero en la práctica económica, se adopta un marxismo-leninismo rebajado. De allí una gran confusión en las ideas. Si cometemos errores, arriesgamos a arrojar el campesinado al campo de los enemigos.
"La respuesta de Lenin se refiere brevemente a esto:
a) No dejar escapar las condiciones favorables a la toma del poder: el proletariado debe tomar el poder sin esperar el momento en que el capitalismo haya llegado a arruinar los millones de pequeños y medianos productores individuales";
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El análisis contenido en este párrafo es correcto. China ha hecho progresos en estos dominios. Los cinco puntos elaborados por Lenin son justos.
"b) Expropiar los medios de producción en la industria y entregarlos a todo el pueblo";
En China, la política adoptada consiste en indemnizar la burguesía nacional.
"c) En lo que concierne a los pequeños y medianos productores individuales, agruparlos progresivamente en cooperativas de producción, es decir, en las grandes empresas agrícolas, los koljoses";
Las comunas populares chinas se desarrollan a una escala aún mayor.
"d) Desarrollar por todos los medios la industria y dar a los koljoses una base técnica moderna, la de la gran producción; por consiguiente, no expropiarlos sino, por el contrario, suministrarles abundantemente tractores y otras máquinas de primer orden";
Esto estamos haciendo nosotros.
"e) Para asegurar la alianza económica de la ciudad y el campo, de la industria y la agricultura, mantener por un tiempo la producción mercantil (cambio por medio de compra y venta) como la única forma aceptable -- para los campesinos -- de las relaciones económicas con la ciudad, y desarrollar a fondo el comercio soviético, el comercio del Estado y el
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comercio cooperativo y koljosiano, eliminando del circuito comercial a toda clase de capitalistas.
La historia de nuestra edificación socialista muestra que esta vía de desarrollo, trazada por Lenin, ha comprobado ser enteramente correcta".
Algunos no quieren la producción mercantil. Están equivocados. En lo que a este problema concierne, debemos aún referirnos a Stalin quien, por su parte, se ha referido a Lenin. Este último dijo que era necesario concentrar todos los esfuerzos en el desarrollo del comercio. En cuanto a nosotros, decimos que hay que desarrollar con todas nuestras fuerzas la industria, la agricultura y el comercio. El fondo del problema reside en el campesinado. Algunos van hasta a considerar a los campesinos como superiores a los obreros. Los cinco puntos mencionados aquí por Lenin o bien ya están realizados o bien están a punto de estarlo en China. En algunos puntos, hemos incluso ido más lejos. Por ejemplo: las comunas populares y el desarrollo simultáneo de la industria y de la agricultura.
No hay duda de que para todos los países capitalistas que poseen una clase más o me nos numerosa de pequeños y medianos productores, esta vía de desarrollo es la única posible y racional para la victoria del socialismo" (p. 104).
Lenin dijo igualmente lo mismo.
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"No se puede considerar la producción mercantil como algo que se basta a sí mismo, con independencia del ambiente económico. La producción mercantil es más vieja que la producción capitalista. Existía bajo el régimen feudal y le servía, sin desembocar en el capitalismo, aunque haya preparado ciertas condiciones para el advenimiento de la producción capitalista" (p. 105).
Esta afirmación es un poco forzada. La producción mercantil no lleva al capitalismo.
"Se plantea el problema: por qué la producción mercantil no puede de igual manera, por un tiempo, servir a nuestra sociedad socialista, sin desembocar en el capitalismo" (pp. 105-106).
Perfectamente justo. Estas situaciones y estas condiciones no existen más en China. Si, entre nosotros, algunas personas tienen miedo de las mercancías, es sólo porque tienen miedo del capitalismo. No comprenden que si se elimina a los capitalistas se puede desarrollar enormemente la producción de mercancías. La China es un país atrasado en lo que concierne a la producción de mercancías. En este aspecto se encuentra detrás del Brasil y la India. La producción de mercancías no es un fenómeno aislado. Todo depende de a qué esté asociada: al capitalismo o al socialismo. Si está ligada al capitalismo entonces es producción mercantil capitalista. Si está ligada al socialismo es entonces pro-
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ducción mercantil socialista. La producción de mercancías existe desde la antigüedad. En la historia de la China existe una dinastía denominada la dinastía de los Shang. Se la ha llamado así porque fue en aquella época cuando apareció el comercio [6], En los libros, el emperador Chou de la dinastía Yin es descrito como un gran letrado y un excelente soldado mientras que el primer emperador de la dinastía Chín[7] y T'sao T'sao[8] son pintados como personajes villanos, lo que es falso. Si se confía ciegamente en los libros, más vale no leer ninguno. En una sociedad capitalista, el socialismo como sistema social no existe, pero la clase obrera y la ideología socialista sí existen ya. ¿La producción de mercancías, que está determinada por las condiciones económicas circundantes, puede ser considerada como un instrumento útil para hacer progresar la producción socialista? En mi opinión, la producción de mercancías sirve dócilmente al socialismo.
6. En chino, la palabra Shang significa comercio. La dinastía de los Shang se remonta al período que va del siglo XVI al siglo XI a. J. C.
7. El primer emperador Chín, que ordenó la construcción de la Gran Muralla y la destrucción de los libros de la escuela confuciana, fue el primer unificador de la China.
8. T'sao T'sao (115-220), hombre de Estado, jefe militar y escritor de talento del período de los Tres Reinos es considerado generalmente como un personaje astuto y sin escrúpulos.
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Los cuadros pueden discutir este problema.
"Si se tiene en cuenta que la producción de mercancías no tiene entre nosotros la extensión ilimitada y universal que tiene en las condiciones capitalistas. . ." (p. 106).
El segundo pleno ha preconizado una política consistente en utilizar, en limitar y en transformar la producción de mercancías.
". . . que está colocada, entre nosotros, en un marco ri~uroso gracias a condiciones económicas tan decisivas como la propiedad social de los medios de producción, la liquidación del sistema salarial y del sistema de explotación?" (p. 106).
Esta condición se ha cumplido completamente en China.
"Se dice que una vez que la propiedad social de los medios de producción esté establecida en nuestro país y liquidados el sistema salarial y la explotación, la producción de mercancías no tiene más sentido y que en consecuencia habría que eliminarla" (p. 106).
Esta frase se hace muy interesante si se reemplaza "nuestro país" por "China".
'. . . En la hora actual, existen entre nosotros dos formas esenciales de producción socialista: la del Estado, es decir, de todo el pueblo,
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y la de los koljoses de la que no se puede decir que sea común a todo el pueblo" (p. 106).
En este párrafo, "en la hora actual" significa en el curso del año de 1952, es decir, treinta y cinco años después de la revolución de Octubre, mientras que la revolución china sólo tiene nueve años de edad.
Dos formas esenciales de producción socialista se mencionan aquí. En China, las comunas populares poseen no sólo la tierra y las máquinas, sino también el trabajo, las semillas y los otros medios de producción. Pero no hay que creer que los campesinos chinos hayan realizado progresos extraordinarios. En Honan, el secretario del Comité del Partido del distrito de Hsiuwu se ha planteado el problema de la aplicación del sistema de la propiedad de todo el pueblo. Después de la adopción del sistema de la distribución gratuita, ¿aceptará el Estado encargarse del pago de los salarios en caso de calamidades naturales? Cuando la cosecha es buena, el Estado retira los cereales públicos. El pago de salarios no puede tampoco asegurarse. Se tienen siempre preocupaciones, sea en períodos de calamidades naturales, sea en períodos de buenas cosechas. Los marxistas deben reflexionar acerca de estos problemas. Debemos desarrollar considerablemente nuestra producción mercantil y durante quince años o más debemos ser pacientes. Después de haber hecho la guerra durante varias de-
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cenas de años, debemos aún mostrarnos pacientes. La paciencia es necesaria para la liberación de Taiwan como para la edificación socialista. No hay que esperar una victoria rápida.
". . . Es esta otra pregunta que exige un examen separado" (p. 107).
Stalin evita responder a este problema. No ha encontrado solución apropiada. (Se trata del problema de la transformación del sistema de la propiedad colectiva en sistema de propiedad de todo el pueblo).
"En consecuencia, nuestra producción mercantil no es una producción de mercancías ordinaria, es de un género particular, es una producción de mercancías sin capitalistas, preocupándose en lo esencial de las mercancías que pertenecen a productores socialistas asociados (Estado, koljoses, cooperativas), y cuya esfera de acción está limitada a los artículos de consumo personal, que evidentemente no puede transformarse de ninguna manera en producción capitalista y que está destinada, con su economía monetaria', a ayudar al desarrollo y a la consolidación de la producción socialista" (p. 107).
La esfera de acción de la producción de mercancías no está limitada a los artículos de consumo personal. Algunos medios de producción pertenecen también a la categoría de mercancías. Si se considera los productos agrícolas como mercancías, pero no los productos industriales, ¿cómo
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pueden entonces cambiarse los unos por los otros? En este párrafo del libro, si se reemplazan las palabras "nuestro país" por "China", la lectura se hace aún más interesante.
En China debemos no sólo suministrar los productos de consumo, sino también los medios de producción destinados a la agricultura. Stalin, por su parte, no quería vender los medios de producción a los campesinos. Fue Kruschev quien modificó esta política.
Anotación
del presidente Mao,
escrita en la página 13 del libro
en la edición china:[9]
No hay que confundir la línea de demarcación entre el socialismo y el comunismo con la línea que separa el sistema de la propiedad colectiva y el sistema de la propiedad de todo el pueblo. Se trata de dos problemas diferentes. El mantenimiento de la producción de mercancías legada por el sistema de propiedad colectiva apunta a consolidar la alianza entre los obreros y los campesinos y a desarrollar la producción. Algunos dicen ahora que el movimiento experimenta un gran impulso en-
9. Este pasaje corresponde a la página 108 en el libro Ultimos escritos 1950-1953 de Stalin, publicado por las Ediciones Sociales.
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tre los campesinos chinos. Después de haber ido al campo una vez, estas gentes piensan que los campesinos son formidables, que avanzan tan rápido que llegarán pronto al cielo, que son más fuertes que los obreros. No han visto más que un fenómeno. Debemos tratar de saber si los campesinos tienen verdaderamente el espíritu comunista y de conocer los sistemas de la propiedad de las comunas populares, comprendido en ellos el sistema según el cual los medios de producción y los medios de existencia pertenecen colectivamente a la comuna popular. Hay que hacer como el secretario del Partido del distrito de Hsiuwu en Honan. Debemos todavía desarrollar la producción de mercancías. No debemos avanzar a ciegas.
"Es más, pienso que hay que renunciar también a ciertas otras nociones tomadas de El Capital, donde Marx se dedicaba al análisis del capitalismo, -- y artificialmente unidas a nuestras relaciones socialistas. . . Se comprende que Marx usa aquí conceptos (categorías) que corresponden perfectamente a las relaciones capitalistas. Pero sería más que extraño servirse actualmente de estos conceptos. . .".
Si desarrollamos sensiblemente la producción mercantil no es con miras a una ganancia sino en el interés del campesinado, de la alianza entre los obreros y los campesinos, del desarrollo de la producción.
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". . . mientras que la clase obrera, lejos dé estar privada del poder y de los medios de producción, mantiene por el contrario el poder y posee los medios de producción".
Particularmente los medios de producción de los sectores industriales.
"Las expresiones sobre la fuerza de trabajo como mercancía y sobre el sistema 'asalariado' de los obreros parecen bastante absurdas en nuestro régimen; como si la clase obrera, que posee los medios de producción, se asalariase a sí misma y se vendiese a sí misma su fuerza de trabajo" (p. 108).
Esto es particularmente cierto en China después de las campañas de rectificación. Desde las campañas de rectificación contra los derechistas, el trabajo no es ya una mercancía. No se trabaja ya para tener dinero sino para servir al pueblo. Esto no es posible sino si el trabajo no es ya una mercancía.
"Se pregunta a veces si la ley del valor existe y actúa entre nosotros, en nuestro régimen socialista" (p. 109).
La ley del valor no desempeña un papel regulador. Este papel lo desempeña la planificación y el principio que consiste en poner la política en el puesto de mando.
". . . La ley del valor no puede. en nuestro régimen, desempeñar un papel regulador en la producción" (p. 112).
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En la sociedad china, la ley del valor no desempeña un papel regulador, es decir un papel decisivo. . . Lo que desempeña un papel decisivo en la producción es la planificación. La producción de cerdos, de acero y de hierro, por ejemplo, no está regulada por la ley del valor sino por la planificación.
NOTA
[ . . .
Estas anotaciones se extraen del Wan-sui de 1967. No están fechadas. Pero su contenido muestra claramente que fueron redactadas por Mao en 1959. Una nota del editor precisa que se refieren al texto de la tercera edición china de la obra de Stalin, publicada en enero de 1958 por las Ediciones del Pueblo en Pekín.
Para hacer más fácil la lectura de este documento se ha juzgado preferible modificar ligeramente su presentación sin afectar su contenido. Se ha preferido igualmente no traducir del chino al francés los pasajes del libro de Stalin citados en el texto del documento y ya traducidos del ruso al chino, y más bien tomar la traducción de estos pasajes de los Ultimos escritos (1950-1953) de Stalin, publicados en 1953 en París por las Ediciones Sociales. La referencia de las páginas dada al fin de estos pasajes corresponde, pues, a esta edición francesa.
. . . ]