Archivo Marx/Engels | Indice de la Correspondencia |
Primera edición: La colección de la correspondencia de Marx y Engels se publicó por vez primera en alemán en 1934 a cargo del
Instituto Marx-Engels-Lenin de Leningrado. La segunda edición, ampliada, se realizó en inglés en
1936.
Fuente de la versión castellana de la presente carta: C. Marx & F. Engels, Correspondencia, Ediciones Política, La Habana, s.f.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 2010.
Londres, 18 de enero de 1893
SE ha realizado en Bradford una Conferencia del Independent Labour Party[1], lo que usted sabrá por el Workman's Times. La SDF[2] por una arte, y los fabianos[3] por otra, no han sido capaces, por su actitud sectaria, de absorber la presión socialista que se ejerce en las provincias, de manera que la fundación de un tercer partido es beneficiosa. Pero la presión se ha vuelto ahora tan grande, especialmente en los distritos industriales del norte, que el nuevo partido es ya, en su primer congreso, más fuerte que la SDF o que los fabianos, si no más fuertes que los dos juntos. Y la masa de los afiliados es muy buena, ya que su centro de gravedad está en las provincias y no en Londres, reducto de las camarillas, y como el punto principal del programa es nuestro, Aveling hizo bien en afiliarse y en aceptar integrar el Ejecutivo. Si las minúsculas ambiciones privadas e intrigas de los seudograndes de Londres se mantienen levemente en jaque y la táctica no resulta demasiado terca, el Independent Labour Party puede lograr ganar la masa de la Social-Democratic Federation y también la de los fabianos de las provincias, reforzando así la unidad.
Los fabianos son un ambicioso grupo londinense que han comprendido lo bastante como para darse cuenta de la inevitabilidad de la revolución social, pero que posiblemente no podrían confiarle esta gigantesca tarea al rudo proletariado solamente, y que por ello tienen la amabilidad de ponerse a la cabeza. El principio fundamental de ellos es el temor por la revolución. Son los “cultos” por excelencia. Su socialismo municipal; no es la nación sino el municipio el que ha de convertirse, al menos por el momento, en propietario de los medios de producción. Este socialismo es luego presentado como una consecuencia extrema pero inevitable del liberalismo burgués, a consecuencia de lo cual siguen la táctica de no oponerse resueltamente a los liberales en cuanto adversarios, sino de empujarlos hacia conclusiones socialistas, y por tanto de intrigar con ellos; de penetrar de socialismo al liberalismo, de no presentar candidatos socialistas contra los liberales, sino de imponérselos a estos, obligándolos a aceptarlos o introducírselos de contrabando. Por supuesto que no se dan cuenta de que en este proceso se mienten y engañan a sí mismos o bien traicionan al socialismo.
En medio de toda clase de basura han producido algunos buenos escritos de propaganda, en realidad lo mejor en su tipo que han hecho los ingleses. Pero apenas ponen manos a su táctica específica de ocultar la lucha de clases, todo se torna podrido. De aquí también su odio fanático contra Marx y todos nosotros: a causa de la lucha de clases.
Esta gente tiene, por supuesto, muchos partidarios burgueses, y en consecuencia dinero, y tiene muchos obreros activos en las provincias que no tendrán nada que hacer con la SDF. Pero los cinco sextos de los afiliados de provincias concuerdan más o menos con nuestro punto de vista, y en el momento crítico seguramente se les irán. En Bradford, donde estuvieron representados, varias veces se declararon resueltamente en contra del Ejecutivo fabiano de Londres.
Usted ve que el movimiento de aquí está pasando por un momento crítico, y algo puede salir de esta nueva organización. Hubo un momento en que estuvo a punto de caer en las garras de Champion —quien consciente o inconscientemente trabaja tanto para los tories, como los fabianos para los liberales— y de su aliado Maltman Barry, a quien conoció usted en La Haya (¡Barry es ahora un notorio y permanente agente a sueldo de los tories y promotor del ala socialista de los conservadores!), como verá usted en el Workman's Times de noviembre y diciembre. Pero Champion terminó prefiriendo volver a publicar su Labour Elector, poniéndose así en oposición al Workman's Times y al nuevo partido.
Hardie lanzó un inteligente golpe al ponerse a la cabeza de este nuevo partido, mientras que John Burns, cuya total inactividad fuera de su distrito electoral le ha hecho ya mucho daño, cometió una nueva estupidez conteniéndose también aquí. Temo que marche derecho a una posición insostenible.
El hecho de que también aquí personas como Keir Hardie, Shaw-Maxwell y otros estén persiguiendo toda suerte de objetivos secundarios de ambición personal, es por supuesto obvio. Pero el peligro que esto comparta disminuye según el grado en que el partido mismo se fortalezca y adquiera más carácter de masa; y ya está disminuyendo por la necesidad de denunciar la debilidad de las sectas competidoras. En los últimos años, el socialismo ha penetrado enormemente en las masas de las regiones industriales, y cuento con esas masas para mantener en vereda a los dirigentes. Por supuesto que habrán bastantes estupideces, y también camarillas de toda clase, pero mientras sea posible hay que mantenerlos dentro de límites decentes.
Lo peor que pueda ocurrir con la fundación de la nueva organización es que tenga la ventaja de que será más fácil alcanzar la unidad entre estas sectas en competencias que entre dos diametralmente opuestas.
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[1] EL INDEPENDENT LABOUR PARTY realizó su Conferencia constituyente en Bradford, el 13 y 14 de enero de 1893. El 10 de noviembre de 1894 le escribía Engels a Sorge:
El Independent Labour Party es extremadamente impreciso en su táctica, y su líder, Keir Hardie, es un escocés superastuto. (N. Ed. Ingl.)
[2] Federación Socialdemócrata. (N. de marxists.org)
[3] La FABIAN SOCIETY fue fundada en 1884. El nombre “fabiano” está tomado de Fabius Cunctatur (Fabio el Contemporizador), nombrado dictador de Roma en la época de la segunda Guerra Púnica y que obtuvo éxitos en la lucha contra los cartagineses y Aníbal por su táctica lenta y contemporizadora.
Los fabianos se convirtieron en los teóricos del Partido Laborista, el que todavía no existía en tiempos de Engels. Figuraron entre los dirigentes de más extrema derecha de la socialdemocracia británica y apoyaron la línea del imperialismo británico en el campo de la clase obrera. (N. Ed. Ingl.)