F. Engels

 

Saludo a los trabajadores franceses en el 20 aniversario de la Comuna de París

 

 


Escrito: En Londres, el 17 de marzo de 1891, en idioma francés. Publicado en Le Socialiste, No. 27, el 25 de marzo de 1891. 
Traducción: Del aleman al castellano por Juan Miguel Salinas Granados, en base a la traduccion del articulo al alemán, «[Grußadress an die französischen Arbeiter zun 20.Jahrestag der Pariser Kommune]», que aparece en Marx-Engels Werke, vol. 22,  Dietz Verlag Berlin, págs. 186-187.


 

 

 

 

[“Le Socialiste" Nr.27 del 25 de marzo de 1891]

 

Londres, 17 de marzo 1891

 

Ciudadanas y ciudadanos,

Hoy hace 20 años se alzaron los trabajadores de París, como un hombre contra el golpe criminal de la burguesía y la aristocracia terrateniente dirigida por Thiers. Ese enemigo del proletariado se estremeció al ver que los trabajadores de París se habían armaado y organizado, para defender sus derechos. Thiers quería privarlos de las armas, aquellas que tan gloriosamente habían utilizado contra la invasión extranjera, y de las cuales, más tarde, se habían servido, con una gloria aún mayor, contra el ataque de los soldados de Versalles. La aristocracia terrateniente y la burguesía rogaron ayuda a los prusianos, y la recibieron, para derrotar al Paris insurrecto. Después de una lucha heroica París fue aplastada y desarmada bajo el predominio de los enemigos.

Desde hace ya 20 años los trabajadores de París están sin armas, y así es en todas partes; en todos los grandes países civilizados el proletariado está desposeído de medios de defensa material. Por todas partes son los enemigos y los explotadores de la clase trabajadora, los que disponen sobre el conjunto de las fuerzas armadas.

Pero hacia dónde nos ha llevado esto?

A ese fin que hoy cada hombre apto se dirige hacia el ejército, ese ejército que refleja más o menos los sentimientos y la opinión del pueblo, la herramienta principal de opresión que de día a día se torna inestable. Ya ven los hombres con pavor desde la punta de todos los grandes Estados, el día más cerca, en el que los soldados parados en armas se negarán a masacrar a sus hermanos y a sus padres. Esto ya lo hemos visto en París, cuando Jules Ferry tuvo la osadía de reivindicar la presidencia de la república francesa; esto lo vemos hoy en Berlín, donde el sucesor de Bismark, Caprivi, requiere de la Dieta Imperial para consolidar el espíritu de obediencia en el ejército a través de los suboficiales, que son comprados con gratificaciones en metálico, y eso porque hay muchos Socialistas bajo los suboficiales![1]

Cuando suceden cosas de tal índole, cuando ya también el ejército despunta al alba, entonces no queda muy lejos el final del viejo mundo.

¡Hagamos cumplirse el destino! ¡Hagamos retirarse y hundirse en la decadencia a la burguesía existente y que viva el proletariado! ¡Viva la revolución social internacional!

 

F.Engels

 

 

 

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NOTA

[1] Durante las elecciones a la presidencia en Francia a principios de diciembre 1887 tuvieron lugar en Paris manifestaciones de masas y asambleas de los trabajadores y de las fuerzas democráticas contra la candidatura a la presidencia del anterior del ministro presidente Jules Ferry (apodado “Tongkinese" por motivo de las expediciones organizadas en los años 80 para la conquista colonial de Túnez, Madagascar y Tongking). Ferry había sido colocado como candidato a la presidencia por los republicanos burgueses moderados, los llamados oportunistas, y tenía el apoyo de la Monarquía. Bajo la presión de las masas populares tuvo que retirar su candidatura después de la primera vuelta electoral, en la que él había logrado una insignificante mayoría de votos. En una carta a Lafargue del 5 de diciembre de 1887, Engels calificó el fracaso de Ferry en las elecciones como una victoria del pueblo “sobre las monarquías unidas y los oportunistas".

El 27 y el 28 de febrero de 1891 fué consultado en la Dieta Imperial el artículo del Heeresetats sobre la llamada gratificaciones a los suboficiales. El canciller Caprivi los justificó para esto, medios demandados con la necesidad de consolidad a los cuerpos de suboficiales en el ejército, porque después de la derogación de la leyes “anti"socialistas había crecido la influencia de los socialdemócratas en el ejército. La Dieta Imperial aprobó para esto, con el voto del centro, los conservadores y los nacional liberales, el 62% de la suma que los documentos del Gobierno había previsto.