F. Engels & K. Marx

LA SAGRADA FAMILIA

 

 

CAPÍTULO I

LA CRITICA CRITICA EN LA FIGURA DE UN MAESTRO ENCUADERNADOR, O LA CRITICA CRITICA BAJO LOS RASGOS DEL SEÑOR REICHARDT[1]

 

La crítica crítica, por superior que se sepa a la masa, experimenta, sin embargo, por esta masa, una piedad infinita. La crítica ha amado en tal forma a la masa, que le envió su único hijo, para que todos los que creen en él no se pierdan, para que tengan la vida crítica. La crítica se ha hecho masa y habita entre nosotros, y nosotros vemos su esplendor, el esplendor del hijo único del Padre. En otros términos, la crítica se ha hecho socialista y habla "de escritos sobre el socialismo". No considera una tramoya el ser igual a Dios, sino que ella misma se enajena y toma los rasgos de un maestro encuadernador, y se humilla hasta el absurdo, hasta el absurdo en varias lenguas. Ella -cuya celeste pureza virginal evita con horror todo contacto con la masa leprosa y pecadora-, ella condesciende en notar la existencia de "Bodz" y "todos los escritores documentales del pauperismo" y "en seguir, paso a paso, desde hace años, el gran mal de nuestra época". Desdeña escribir para los especialistas; escribe para el gran público; deja de lado todas las expresiones extrañas, todo "cálculo latino, toda jerga especialista". Todo esto lo borra de los escritos ajenos, pero verdaderamente sería pedirle demasiado el invitarla a que ella misma se someta "a este reglamento de administración". Y hasta esto, no lo hace más que parcialmente. Con admirable facilidad se desembaraza, si no es de los términos mismos, al menos de su sentido. ¿Y quién podría reprocharle, pues, el emplear "la gran masa de palabras extrañas" cuando, por una manifestación sistemática, prueba sobreabundantemente que también a ella esos vocablos le resultan ininteligibles? He aquí algunos especimenes de esta manifestación sistemática:

"Por esta razón ella siente horror por las instituciones de la mendicidad."

"Una doctrina de responsabilidad donde toda manifestación del pensamiento humano devenga una imagen de la mujer de Lot."

"La clave de este monumento de arte verdaderamente ingenioso."

"Esto, el contenido principal del testamento político de Stein, que el gran hombre de Estado remitió aún antes de abandonar el servicio activo, al gobierno y a todas sus relaciones."

"Ese pueblo no poseía aún, en esta época, las dimensiones requeridas para una libertad tan extensa."

"Al final de su trabajo de publicista, parlamenta con bastante certeza que lo único que falta es la confianza."

"La inteligencia viril que eleva el Estado, se eleva por encima de la rutina y del temor mezquino: la inteligencia que se ha formado por la historia y nutrido por la intuición viviente de la organización política extranjera."

"La educación de un bienestar nacional general."

"Bajo el control de las autoridades, la libertad permanece muerta en el pecho de la vocación del pueblo prusiano."

"La publicidad popular orgánica."

"El pueblo a quien el señor Bruggemann entrega el certificado de bautismo de su mayoría."

"En contradicción bastante viva con las demás precisiones enunciadas en la obra sobre las capacidades profesionales del pueblo."

"El funesto egoísmo disuelve todas las quimeras de la voluntad nacional."

"La pasión de adquirir mucho, etc., he aquí el espíritu que impregnaba todo el periodo de la restauración y que, con una cantidad bastante grande de indiferencia, hizo alianza con los tiempos modernos."

"La noción oscura de importancia política, que se encuentra en la nacionalidad campesina prusiana, descansa en el recuerdo de una gran historia."

"Desapareció la antipatía y dio lugar a un estado de exaltación absoluta."

"En esta transición caprichosa, todo hacía entrever todavía en cada uno, a su manera, un voto particular."

"Un catecismo en el lenguaje untuoso de Salomón, cuyas palabras, dulces como los arrullos de una paloma, se elevan en la región del pathos y cobran aspectos fulgurantes."

"Todo el dilettantismo de una negligencia de treinta y cinco años."

"La condena demasiado ruidosa de los ciudadanos de las ciudades por uno de sus antiguos jefes, hubiera podido aceptarse aún con la flema de nuestros representantes, si la concepción de Banda sobre el reglamento municipal de 1808 no sufriera de una afección moslemita en cuanto al sentido, la esencia y la aplicación práctica del reglamento municipal."

En el señor Reichardt la audacia de la exposición marcha ordinariamente a la par con la audacia del estilo. Hace transiciones del siguiente género: "El señor Brüggemann... en el año 1843... teoría del Estado... todo hombre honesto... la gran modestia de nuestros socialistas... los milagros naturales... reivindicaciones a presentar en Alemania... milagros sobrenaturales... Abraham... Filadelfia... maná...patrón panadero... y puesto que hablamos de milagros, digamos que Napoleón, etc."

¿Hay que asombrarse, después de todas estas citas, que la crítica crítica todavía dé la explicación de una frase que ella misma califica de locución popular? Pues ella "arma sus ojos de fuerza orgánica para penetrar el caos". Y hay que decirlo aquí: en este caso, la locución popular no puede resultar ininteligible para la crítica. Esta se da cuenta que el camino literario, forzosamente tiene meandros, si quien penetra en él no posee suficientes fuerzas para hacerlo recto; y, naturalmente, atribuye al escritor "operaciones matemáticas".

Lógicamente -y la historia que prueba todo lo que lógicamente se produce, igualmente prueba esto-, lógicamente la crítica no se transforma en masa para permanecer siendo masa, sino para libertar a la masa de la masa de su naturaleza de masa, es decir, dar a los giros populares de la masa los aires del lenguaje crítico de la crítica crítica. El colmo de la humillación gradual consiste en que la crítica aprenda el lenguaje popular de la masa y transforme esta jerga grosera en cálculo trascendente y trascendental de la dialéctica crítica.

 

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[1] El maestro-encuadernador Reichardt, era uno de los principales colaboradores de la Literaturzeitung. [N. de la Edit.]