Publicado por vez primera: Bolivia, 1984.
Fuente de la version digital: Partido Obrero
Revolucionario, Sección Boliviana del CERCI, http://www.masas.nu.
Esta edición: Marxists Internet Archive, febrero de
2011.
En los centros mineros la situación fue diferente, como consecuencia de que las masas anteriormente ya se venían moviendo de manera diferente con relación a las ciudades.
Los trabajadores del subsuelo estaban seguros que la victoria de la rosca-stalinismo pondría en serio riesgo el porvenir de las reivindicaciones logradas hasta ese momento. Instintivamente se replegaron hacia las banderas dejadas por el villarroelismo y la oposición al nacionalismo que había comenzado a dibujarse en los sectores de avanzada se transformó en el terco empeño por atribuir al presidente colgado nada menos que el programa radical que había sido aprobado en el tercer congreso de Ia Federación Sindical Trabajadores Mineros de Bolivia de Catavi-Siglo XX. El radicalismo proletario se encubrió en el tegumento del nacionalismo, lo que no pudo menos quo traducirse en confusión y contradicciones en las filas obreras.
Una de las consecuencias del golpe fue Ia erradicación de los cuadros de dirección del nacionalismo, particularmente del MNR, que, de manera oportunista, resultaron enarbolando Ia imagen de Villarroel. Si la oposición obrera al nacionalismo desapareció prácticamente, el choque franco que se había producido en la víspera entre RADEPA y el MNR también se esfumó. El 21 de julio tuvo como consecuencia el control momentáneo por la rosca, a través del PIR, de !as masas de las ciudades., pero en las minas impulsó hacia adelante Ia radicalización de los proletarios. Este aparente contradicción fue calificada como Ia nazificación de los mineros, por parte de los ideólogos del PIR y de Ia rosca. Los gobiernos de Ia restauración, no se interesaron en ganar u orientar a los mineros, sino que se esmeraron en reprimirlos, en destruirlos físicamente, esto porque los consideraban sus enemigos jurados. Excepcionalmente, los miembros de la CSTB convertidos en gobernantes intentaron atraer a sus posiciones a Lechin, que les pareció muy sugestiva su actitud pasiva frente al golpe.
Es en medio de estas circunstancias políticas que tuvo lugar el congreso extraordinario de la Federación de Mineros, convocado por sugerencia de los poristas, que consideraban que una clara definición revolucionaria de los mineros podria transformar profundamente todo el curso de la política boliviana.
El congreso minero de Pulacayo fue básicamente anti-gubernamental, pues tenía que traducir necesariamente, la descomunal resistencia al nuevo régimen que dominaba en las bases sindicales. A fines de 1946, la gran masa minera se había levantado prácticamente contra el gobierno restaurador.
El congreso tuvo lugar, como expresión de la extrema radicalización de los mineros, en medio de un palpable vacío de las direcciones políticas, si se exceptúa a la minoría trotskysta, que actuaba a travéz de los canales de la FSTMB, y que apareció como la dueña indiscutida de la situación.
Las deliberaciones del congreso permitieron un enfrentamiento frontal de la mayoría de los delegados contra el stalinismo y el gobierno rosquero. Las conclusiones del congreso, resumidas en la llamada “Tesis de Pulacayo”, no fueron más que la proyección y superación de lo que se había aprobado en el tercer congreso de Catavi-Siglo XX.
La novedad de la Tesis de Pulacayo consiste en que proporciona una fundamentación teórica de la política revolucionaria del proletariado y fija con claridad la finalidad estratégica de esta clase social. Por primera vez en toda la historia social boliviana se define al país como capitalista atrasado, sentando asi una clara diferenciación de las posiciones proletarias con las sustentadas por el stalinismo y el nacionalismo, que tipifican al país como feudal o semi-feudal. La caracterización hecha por la Tesis de Pulacayo tiene importantes implicaciones políticas. Se desahucia la posibilidad del desarrollo armónico e integral del país dentro del marco capitalista y que este solamente puede darse despues de la revolución proletaria.
Habiendo sido definida la clase obrera como la única revolucionaria por excelencia, tambien en la atrasada Bolivia, es claro que lleva en sí la tendencia de transformarse en caudillo nacional, de encabezar la rebelión anti-imperialista de la nación oprimida, marcando a fuego sus propias características en todo el proceso revolucionario. De esta manera la minoría proletaria se potencia y puede llegar al poder en hombros de la mayoria campesina. La finalidad estratégica de este proceso revolucionario no sería otra que la revolución y dictadura proletarias (gobierno obrero-campesino), directamente asentada en las organizaciones de masas, actuando como órganos de poder.
La clase obrera en el poder, apuntalada directa y activamente por la mayoría nacional (campesinos y clase media), cumplirá a plenitud las tareas democráticas para transformarlas en socialistas. La revolución. debiendo comenzar necesariamente dentro de las fronteras nacionales, no podrá menos, si quiere resolver los problemas emergentes del propio proceso de transformación, que entroncar en la revolución internacional, por lo menos en la latinoamericana.
La presencia del proletariado como clase en el escenario político transforma toda la perspectiva de la revolución y empuja a la burguesía nacional o a su sucedánea pequeñoburguesa hacia las posiciones reaccionarias y proimperialistas.
La Tesis de Pulacayo justifica y enuncia con nítida claridad la perspectiva de la revolución y dictadura proletarias.
La Tesis de Pulacayo se convirtió rápidamente en el eje de la movilización de las masas que, siguiendo un camino contradictorio y lleno de altibajos, que se extiende durante todo el sexenio para desembocar en la revolución de abril de 1952.
Ganó casi de inmediato al grueso del proletariado, le obligó a adoptar posiciones radicales y a transformar profundamente su estructura sindical. En un comienzo la pequeña burguesía se alineó contra la Tesis de Pulacayo, no en vano aquella se convirtió en el último refugio del stalinismo.
El PIR, y más tarde el PCB, particularmente en su rama maoista, se declararon enemigos jurados del mensaje de Pulacayo y tenían mucha razón para ello. La perspectiva de la revolución proletaria constituye la negación misma del stalinismo.
Hubo necesidad de que se acentuase la movilización de masas, de que la historia probase la validez del programa de Pulacayo, para que universitarios y maestros se alineasen también detrás de los mineros.
Solo después de la revolución de 1952, tanto universitarios como educadores se sumaron a la Central Obrera Boliviana, lo que importa que concluyeron reconociendo como suyo el programa de la clase obrera.
No es suficiente un programa, hace todavia falta que estén en pie sus realizadores, es decir, que se llegue a un alto nivel de evolución de la conciencia de clase, que esté presente un vigoroso partido revolucionario. Durante este período de nuestra historia el partido de la clase obrera no pudo estructurarse totalmente, por eso pudo el MNR ver facilitado su propósito de capitalizar en su favor la rnovilización de masas verificado bajo el signo de la Tesis de Pulacayo.[1]
La Tesis de Pulacayo no perderá su vigencia hasta tanto la nación oprimida no consume la revolución proletaria y su actualización será permanente en consonancia con la agudización de la lucha de clases.
A pesar de todo, sus numerosas limitaciones han actuado contradictoriamente sobre las masas y sobre el mismo partido revolucionario. Se trata en verdad de un fenómeno normal e inherente a todo programa. Lo importante es que las limitaciones y equívocos no alcancen a desvirtuar los objetivos estratégicos. Algunas limitaciones entroncan en la manera equivocada en que el documento fue considerado por los revolucionarios.
La reacción feudal-burguesa, el gobierno, las agrupaciones izquierdistas, el Partido Obre-ro Revolucionario y los trotskystas de fuera del país, partieron del falso supuesto de que la adopción de la Tesis de Pulacayo debía Ilevar en línea directa hacia la toma del poder por el proletariado. En la base de la concepción errónea se encontraba una desvirtuación de la naturaleza del sindicato (organización de masas y frente único de clase) y su arbitraria identificación con el partido político. Las organizaciones de masas no son revolucionarias o reaccionarias por si mismas, sino que su orientación depende de la tendencia política qua llegue a los cargos directivos. La Tesis de Pulacayo precisa de revolucionarios que desde los sindicatos busquen materializarla. En la práctica, la burocracia laboral ha actuado desembozadamente contra la orientación revolucionaria de la Tesis de Pulacayo, sobre todo por su afán de imponer a la fuerza la política burguesa en los medios obreros
Constituye tambien un error la especie de que la vigencia de la Tesis ya asegura la preeminencia del Partido Obrero Revolucionario en las filas obreras. El que los trabajadores enarbolen determinadas consignas de dicha Tesis no quiere decir que se hayan convertido en militantes poristas y tampoco que las masas en general orienten sus pasos de acuerdo a lo que se sostiene a lo largo del documento. El programa sindical tiene gran importancia para el trabajo del Partido Obrero Revolucionario en el seno de las masas, como instrumento destinado a impulsar el desarrollo de la conciencia clasista, a estructurar la vanguardia de la clase y por este camino ganar las direcciones de las organizaciones laborales; Lo que tiene que rechazarse con toda energía es la especie de que la Tesis de Pulacayo realize por sí sola esta labor y tiene que tenerse presente que debe ser considerada como instrumento propagandístico y organizador en manos del partido político.
Pese a que la Tesis de Pulacayo coloca en la base de su estrategia a la alianza obrero-campesina y habla de la rebelión de todos los explotados, comete el grueso error de oponer a la unidad nacional rosco-stalinista el frente único proletario. La fórmula no correspondía a la realidad nacional y tampoco al trabajo que realizaban cotidianamente los militantes poristas. El frente de clase fue esbozado por la Tercera Internacional como táctica que corresponde a los países capitalistas altamente desarrollados, a fin de ganar para la revolución a las capas obreras atrapadas en las manos de la socialdemocracia reformista. En los paises atrasados se trataba y se trata aún de quitar a los movimientos nacionalistas el control de las masas, de convertir al proletariado en caudillo nacional, cosa que solamente puede lograrse aplicando la táctica del frente antiimperialista, táctica que corresponde a la revolución realizada por la nación oprimida. El autor de la Tesis de Pulacayo realizó la autocrítica del caso y superó el equívoco, mucho antes de que los corifeos de la izquierda nacional se percatasen de él.
La concepción del frente antiimperialista asomó lentamente y éste apareció encubierto en el ropaje del frente único. En una tesis elaborada en esa época en Sucre se lee: “Nacido por oposición a los frentes de colaboración de clases propugnados por el stalinismo..., la consigna del FUP (Frente Unico Proletario) reivindica para el proletariado el papel primordial que le asigna la historia en la liberación de !as clases por el capitalismo. Y su realización práctica cobra vital importancia para las clases trabajadoras... No es ni puede ser, entonces, el Frente Union Proletarlo la conjunción exclusiva. de las fuerzas del proletariado. Por mandato imperativo de la historia y de la condición semicolonial del país su composición social se extiende a todos los sectores interesados en la lucha .por el sacudimiento del yugo imperialista y en la lucha contra la feudalburguesía boliviana. Por esta razón el Frente Unico Proletario es el único medio de lucha eficaz que tienen los oprimidos para oponerse al trente unido de sus explotadores”. Demás está decir que la confusión asoma por todos los poros y no podía esperarse otra cosa.
La Tesis de Pulacayo, como corresponde a un documento sindical, no plantea con nitidez ni resuelve el problema de la relación masas-partido con referencia a la conquista del poder. Esta tremenda e inevitable limitación corresponde a la limitación sindical. Como quiera que para muchos, menos para el Partido Obrero Revolucionario, la Tesis de Pulacayo fue convertida en programa político, esa limitación se trocó en un serio obstáculo para la mayor evolución de la conciencia de clase de los explotados: les impidió ver a su Partido político y fortalecerlo, esto cuando de tal actitud dependía el curso que debía seguir la historia.
Tampoco el Partido Obrero Revolucionario creyó necesario detenerse debidamente ante esta cuestión y resolverla en el seno de !as masas, de esta manera concluyó convertido en prisionero de su propia obra.
Hemos señalado que uno de los más importantes aportes de la Tesis de Pulacayo consiste en la caracterización del país como capitalista atrasado. Sin embargo, para el Partido Obrero Revolucionario resuItó contraproducente porque la superación programática siguió un camino extraviado, el sindical, y no el normal de la discusión partidista interna. De esta manera se tuvo por algún tiempo una yuxtaposición de viejas concepciones y de la nueva caracterización, lo que impedia el trabajo unitario del Partido y amenazaba con escindirlo. Posteriormente fue preciso pasar por largas discusiones internas a fin de lograr la superación programática.
En algunas discusiones partidistas internas, ciertas fracciones que se alejaban del trotskysmo enarbolaron como su programa a la Tesis de Pulacayo. ¿Contradicción? De ninguna manera: se trataba de un subterfugio para repudiar el programa partidista, que a travéz de luchas constantes ha Ilegado a un alto nivel de desarrollo. Se pretendió oponer al trotskysmo la misma Tesis de Pulacayo.
En su momento, la Tesis planteó posiciones revolucionarias que transformaron a la clase, al partido revolucionario y a toda la política. Esa formulación solamente puede ser comparada con la enunciación que actualmente se hace en sentido de que toda la evolución política nacional lleva a la consumación de la estrategia del proletariado, de la revolución y dictadura proletarias. ¿Ha Ilegado el momento de la materialización y superación de la Tesis de Pulacayo? Parece que si, pero esta tarea de gigantes, de probados revolucionarios y de campeones de la lucha por el comunismo, solamente podrán cumplirla las masas radicalizadas que tengan en sus entrañas a los militantes marxleninistas-trotskystas del Partido Obrero Revolucionario.
Las notas que preceden constituyen, en alguna forma, el homenaje del progenitor a su criatura que resultó ostentando tanto vigor y vitalidad que casi de inmediato se incorporó como un gigante y muy por encima del que atinó traerlo al mundo.
En fin, es un homenaje muy merecido a la clase obrera boliviana que tanto tiempo cobijó en sus entrañas el documento que vino al mundo bajo el marbete de “Tesis Central de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia”, rótulo modestísimo y casi inofensivo para tan osado y empecinado revolucionario.
Por último, rendimos merecido y sentido homenaje a las multitudes de explotados y oprimidos, que airadas se levantan y se identifican. con la proclama de los hieráticos luchadores del subsuelo.[2]
La Paz, noviembre de 1984.
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[1] OO.CC. [Obras Completas] T. XLV. Pag. 197. G. Lora.
[2] OO.CC. T. XLV. Pag. 137. G. Lora.