Redactado: Agosto de 1963.
Publicado por vez primera: En ell
folleto El stalinismo en los sindicatos, Ediciones Masas, La Paz -
Bolivia, 1963.
Fuente de la versión digital: Partido Obrero
Revolucionario, Sección Boliviana del CERCI, http://www.masas.nu.
Esta edición: Marxists Internet Archive, febrero de
2011.
En Oruro, a partir del día 29 de julio (1963), se reunió el Congreso Extraordinario de Mineros para estudiar las proposiciones hechas por la Corporación Minera de Bolivia acerca de una pretendida reorganización de la empresa Catavi. En dicha reunión dos fueron las tesis explanadas y alrededor de ellas se polarizaron las tendencias políticas y los delegados al evento.
El bloque Partido Comunista de Bolivia-Movimiento Nacionalista Revolucionario sostuvo la necesidad de entrar en entendimiento con la Corporación Minera de Bolivia y de utilizar todos los recursos para evitar una huelga general posible, que, según Guillermo Bedregal, importaría nada menos que proclamar la guerra civil y el consiguiente derrocamiento del actual gobierno pro-imperialista de Víctor Paz y Lechin.
Los militantes pazestenssoristas se limitaron a repetir y apuntalar la posición capituladora enunciada por los lechinistas. Se sabe que la dirección nacional de la izquierda movimientista ordenó a sus parciales apuntalar la tesis expuesta por el presidente de la COMIBOL.
El Partido Obrero Revolucionario planteó claramente la necesidad de recurrir a la acción directa de masas para rechazar el proyecto de convenio entregado al congreso por la Corporación Minera de Bolivia.
Esta posición se justifica si se tiene en cuenta que las autoridades pretenden consumar una descomunal masacre blanca y disminuir los salarios, mediante la sustitución de las remuneraciones a destajo por el salario fijo y el establecimiento de cupos de jornada, amén de la destrucción de una serie de conquistas sociales, del control obrero y de las minas organizaciones sindicales.
Aceptar la prosecución de las discusiones con la Corporación Minera de Bolivia significaría aceptar en principio las proposiciones de ésta. Nada se puede discutir cuando se trata del despido masivo de los trabajadores y de la disminución de los salarios.
El trotskysmo (POR) asestó un rudo golpe al bloque Partido Comunista de Bolivia-Movimiento Nacionalista Revolucionario y la propuesta de huelga general fue aprobada en definitiva, aunque no se pudo neutralizar del todo el sabotaje del bloque pro-oficialista en toda su amplitud.
Movimientistas y pecistas, ubicados en puntos claves de la burocracia sindical, seguirán saboteando la huelga minera, a pesar de que no tuvieron el valor suficiente para votar en contra de esa medida en el seno del congreso.
Hay que reconocer que constituye una verdadera desgracia que una huelga esté dirigida por connotados y confesos krumiros.
El stalinismo siempre ha servido a la Corporación Minera de Bolivia y al gobierno movimientista, sin embargo de esto, pueden alcanzarle también las medidas represivas que se pongan en ejecución en el futuro. Los amos casi nunca de preocupan de la suerte de sus sirvientes, toda vez que así conviene a sus intereses menguados.
Creemos oportuno señalar que una cosa son los cuadros dirigentes del stalinismo y otra muy distinta sus elementos de base. Abrigamos la esperanza de que estos últimos sabrán aplastar a los burócratas y unir al partido revolucionario.
Una serie de circunstancias han determinado que conocidos rompe huelgas hubiesen sido empujados hasta el Comité Nacional de Huelga. Esa es una de las mayores desgracias que ha podido ocurrirle al movimiento minero.
No en vano el gobierno está seguro de aislar y hasta derrotar fácilmente a la huelga minera de Siglo XX-Catavi, tiene confianza ilimitada en la capacidad de maniobra del bloque Partido Comunista de Bolivia-Movimiento Nacionalista Revolucionario.
Ya en el congreso minero de Oruro se delinearon con claridad las dos tendencias que dominan al movimiento obrero y que necesariamente configuran su porvenir.
Presentamos esas tendencias transcribiendo testimonios aparecidos en lá prensa diaria:
"En las deliberaciones sostenidas ayer (31 de julio), tomó la iniciativa el sector de César Lora, propugnando una política dura contra la Corporación Minera de Bolivia y el gobierno... Entre lo considerado en el congreso, se habló de una huelga general indefinida en las minas nacionalizadas, como un recurso del movimiento minero, tampoco se descartó la posibilidad de un congreso de la Central Obrera Boliviana, en apoyo de los trabajadores del subsuelo...
"A las 9 y 30 de ayer (31 de julio) se realizó la asamblea que tomó un giro inesperado. Mientras César Lora, encabezando al sector del Partido Obrero Revolucionario (POR), propugnaba una actitud de intransigencia frente a la Corporación Minera de Bolivia y al gobierno..." ("Presencia", 1º de agosto).
"Al frente tenemos al sector porista (siete de los delegados de Siglo XX pertenecen a este sector y entre ellos se cuenta a César Lora), que luchará abiertamente por la adopción de medidas radicales contra las proposiciones de COMIBOL". ("Prensa", Oruro, 31 de julio).
"Cesar Lora de Siglo XX dijo que ‘todos coinciden en que en las circunstancias actuales nuestras fuerzas están por debajo de las fuerzas preparadas por el gobierno minuto a minuto... La COMIBOL actuará inexorablemente sobre los puntos que plantea. Una asamblea general en Siglo XX nos ha pedido que se presione sobre la COB con una perspectiva sólida...’ Camacho, también de Siglo XX sostuvo que de acuerdo a la asamblea ‘sólo se puede hacer retroceder con un movimiento organizado del país. Ahora lo único que hacemos es humillarnos. No vayamos a la transacción...’ Aportó la tesis de la acción directa: ‘Tiene que plantearse la huelga general de la clase obrera, la huelga de la FSTMB no será suficiente para hacer retroceder al gobierno’. Se opuso, finalmente, al plazo de doce días". ("La Patria", lo. de agosto).
"César Lora, del POR, no estuvo de acuerdo con el plazo de doce días. Sugirió que la medida de la huelga se complemente con la designación de activistas que vayan a explicar a las minas ‘nuestro pensamiento’. Dijo que la huelga general minera se decretará con la perspectiva de que se entronque con un movimiento nacional". ("La Patria", 2 de agosto).
"Se tuvo la impresión de que Federico Escábar y adictos al Partido Comunista, habrían aceptado las sugerencias de la COMIBOL, puesto que aconsejaban no rechazar definitivamente al planteamiento de esa institución". ("Presencia", V de agosto).
Vásquez del Movimiento Nacionalista Revolucionario dijo que la COMIBOL está en falencia. "Creo que ha llegado la hora de dar un paso atrás". Torres (MNR) orientó que el rechazo del documento significaría el cierre de Catavi". "Reyes del Partido Comunista indicó que es una barbaridad plantear la huelga general". ("La Patria", 1º de agosto).
Los enemigos de la huelga, los defensores del plan de la COMIBOL se encuentran ahora, dada su calidad de burócratas sindicales, a la cabeza del movimiento huelguístico. Es claro para todos que estos elementos trabajarán activamente para estrangular dicho movimiento.
Si al final del congreso el bloque PCB-MNR no votó contra la huelga (esto debido a la presión de los delegados de base) se dio modos, sin embargo, para desvirtuar su verdadero sentido. No otra cosa significó el acuerdo de reiniciar los paros escalonados, cuya ineficacia ha sido suficientemente demostrada.
Agosto de 1963.