Primera vez publicado: En inglés, en
"Throughout the World of Labor", The Militant, Vol.
3 No. 13, 29 marzo 1930, pág. 5; más una fe de erratas, en The
Militant, Vol.
III No. 27, 26 julio 1930, pág. 5.
Traducción al castellano: Andrés Rucci.
Esta edición: Marxists Internet Archive, abril 2018.
(Los siguientes fragmentos tomados de una de las cartas del autor plantean preguntas que aún siguen siendo objeto al momento de esta edición, de discusión y de decisión por parte de la Liga comunista de Norteamérica. Sin duda, el contenido de dichos párrafos resultara de interés para nuestros lectores, y además serán también evidencia del avance que la oposición de izquierda está realizando en el resto del mundo. Los editores.)
Johannesburgo
The Militant
Para mí ha sido de mucho agrado recibir tu carta del 18 de enero, y más aún las copias de The Militant.
Quizá también resulte de interés saber que yo fui miembro del Partido Comunista (sección sudafricana de la Internacional Comunista) del cual fui miembro fundador. El partido como tal fue formado en 1921, pero yo ya tenía presencia como miembro activo y dirigente de Federación Socialista de la Industria la cual se transformó en la filial en Cape Town del partido. En el Partido Comunista tuve varios puestos en distintas ocupe varias puestos en ocasiones diversas, siendo estas la de tesorero, secretario adjunto, y miembro editor del órgano del partido, todo ellos siendo también al mismo tiempo miembro del Comité Ejecutivo. Además, fue dirigente de un Gran sindicato (Sindicato de Sastres Seccional Sierras de Aguas Blancas) y tesorero y miembro ejecutivo del Congreso de los Sindicatos Sud Africanos (sindicato exclusivamente europeo, que por ende excluía a los trabajadores nativos de sus filas.) puesto el cual deje hace cerca de dos años.
La razón por la cual deje el P.C. fue la nueva política que este adoptó, y que se confirmó y se extendió subsecuentemente por mandato de la I.C., que se centraba en la consigna de la autodeterminación de las minorías nacionales. En su momento me pareció un descarrilamiento claro respecto de los principios del marxismo y el leninismo. Permíteme hacerte un breve recuento de la posición que ocupamos en Sud África.
La clase obrera en Sudáfrica.
Nuestra clase obrera esta atravesada por un separación racial clara- europeos y no europeos. La hostilidad que estas secciones de la clase manifiestan entre sí y que surge en términos de superioridad de una respecto de la otra se refleja en todas esferas de la vida social casi sin excepción. Esta misma hostilidad se ve reafirmada en mayor medida por leyes discriminatorias y el accionar de los europeos mismos que acatan y hacen valer en sus actitudes una rígida separación racial. La mayoría de los Nativos están desafiliados, y son obligados a llevar pases (permisos para esta fuera de sus barrios) siendo en esto sujetos a todo tipo de maltratos y brutalidades diversas. El Nativo que logra instruirse y tener digamos un alto nivel educativo o de instrucción no deja por ello de ser tratado de mala manera. Los europeos se niegan a trabajan con los nativos en ciertas profesiones y los excluyen de la posibilidad de entrar en sus sindicatos, (de allí que los nativos hallan empezado a crear los suyos propios.)
La población blanca del Sudáfrica es de aproximada 1.7500.000 habitantes, la de los nativos llega a 6 millones. La mayoría de los nativos son obreros rurales, mientras que aquellos que son arrastrados, por el crecimiento de la industria, a la ciudad realizan mayormente labores poco calificadas. Los puestos clave en industria, comercio y comunicaciones, son ocupados por trabajadores blancos. En los que respecto a salarios cabe, los nativos ganan apenas un cuarto de os que los blancos ganan. Huelga decir que probablemente la diferencia que existen entre los sueldos de unos y de otros se debe a que los nativos ganan poco para que los blancos ganen más, así como sucedía en su día con los británicos y los indianos antes de la guerra. El capitalismo usa la dadiva de los altos salarios para mantener la lealtad de los blancos que en su debido momento podrán ser usados para contener el descontento masivo que pudiera surgir entre los trabajadores más pobres.
Esta vara de color artificialmente inventada por los blancos últimamente también ha empezado a relajarse en cierto sentido y se ha empezado a ver qué medidas tales no pueden detener realmente la ola de trabajadores nativos baratos que ultimadamente surge en los sistemas capitalistas. Los estándares europeos fueron puestos en tela de juicio por decisión de corte, en la cual se declararon en el caso de la industria minero dejando excluidos de esta actividad a los nativos, fue declarado inaplicable por exceder el mandato constitucional. Fue solo entonces cuando los trabajadores europeos empezaron, por lo que claramente es un acto de egoísmo, a exigir iguales salarios para todos, con el fin de eliminar la competencia en el sector de los salarios bajos. Habiéndose tirado por la borda la prohibición y la vara doble, era más que natural que los trabajadores siguieran ese curso. Yendo incluso algunos sindicatos al punto de empezar a afiliar a trabajadores nativos.
La Política del Comintern
En este contexto es donde aparece la nueva consigna de la internacional para Sudáfrica: “Por una República Nativa Independiente, con autodeterminación para las minorías raciales”. Los europeos naturalmente al unísono se preguntaron, y ¿Qué paso con la dictadura revolucionaria de los obreros y campesinos? ¿Por qué es la clase obrera blanca, sin más y de manera tan brusca, excluida del programa de lucha y transformada en una minoría inferior? a estas preguntas jamás nada se respondió. El resultado de estas políticas en el P.C. fue el siguiente.
1) Los Miembros nativos comenzaron cada vez mas a odia a los miembros del mismo partido porque eran blancos, a puntos impensables y creyendo en esto que la consigna en cuestión implicaba su superioridad en relación con los blancos en general (comunistas incluidos.)
2) Desafiliaciones de miembros blancos que no iban a dejar de lado el credo marxista “trabajadores del mundo ¡uníos!” por una consigna fruto del más puro chauvinismo de color. El camarada S.P. Bunting, quien asistió al último congreso mundial, fue acusado de “Social Demócrata” cuando dijo que los trabajadores blancos de Sudáfrica debían ser tomados en cuenta en la formación del programa. (Estos camaradas, tanto el camarada Bunting como el camarada E. R. Roux votaron la expulsión de Trotsky de la Comintern en contra de sus propias convicciones al respecto.)
Estos han sido los resultados de la nueva política en nuestro partido. Si llevamos esto nivel de las masas trabadores en general, claro se verá cómo fue que el partido terminó siendo aislado por completo de la sección blanca del proletariado- la más avanzada, las inteligente, la más consciente de clase, y se logró revivir los viejos antagonismos en el corazón de varios miembros nativos del partido ganados por esta nueva política, que son nuevos sí, pero que se ganaron a costa de abandonar el marxismo en base a consignas claramente pequeñoburguesas.
Me parece que la estructura marxista leninista del Comintern ha sido comprometido, y sus principios fundamentes sencillamente se dejaron de lado. La discusión libre en las filas del partido se dejó de lado, ahora se trata de la así llamada “disciplina” que consiste en la virtuosidad de hablar con odio de los errores del trotskismo y prepararse entretanto para sacrificar a cualquier compañero con tal de alimentar el tercer periodo”. La sana crítica dentro del Partido está muerta (¡ecos de Lenin!). Lealtad a Stalin y compañía esa es la virtud suprema.
Hay varios adherentes a la oposición de izquierda en este país. Pero estamos dispersos aún. Estamos, sin embargo, deseosos de saber que acontece en otros países y por esto agradezco los periódicos, quiero saber de ustedes de vez en cuando.
Sinceramente suyo,
C. Frank Glass