Escrito: Escrita el 9 de
marzo de 1912. Se publica de acuerdo con el manuscrito. Enviada de
París a Sarátov.
Publicado por primera vez: Publicada por primera
vez en 1929 en la revista Proletárskaia Revoliutsia,
núm. 4.
Fuente de esta edicion: Editorial Akal, Obras
Completas, Tomo 41
Html: Marxists Internet Archive.
9/III.
Querida Ania:
Este año parece como si hubiera perdido la costumbre de escribir. Es que la vida es tan monótona, que no sé qué contar. Este invierno me quedé en casa trabajando con empeño; durante meses enteros no me he movido de nuestro barrio. La continua lluvia no me permitió salir en bicicleta ni caminar. Leía poco, no asistía a las, conferencias. Seguramente por eso me ha cansado tanto este invierno. Estoy muy contenta con la primavera, que este año empezó muy temprano. Volodia y yo ya hicimos dos excursiones al campo. Es verdad que después de esos paseos no puedo moverme porque quedo rendida, ¡pero, en cambio, es tan agradable! Esta semana hemos salido mucho. Estuvimos en el teatro y vimos una obra estúpida, con unas francesas que lanzaban unos aullidos desesperados; pero en los entreactos había muy buena música: Chaikovski, Rimski-Kórsakov, Borodín. Hoy iremos a ver Electro de Sófocles... Todo ello con motivo de la primavera. (Cómo nos han mimado este año con las encomiendas! Debido a eso Volodia tomó la costumbre de abrir el armario y comer a cualquier hora, es decir, fuera de las comidas principales. En cuanto llega de algún sitio come algo. Ahora bebe leche (en lugar de vino) por las noches, y se desayuna con huevos.
El arenque lo puse en remojo, tal como me escribiste en tu carta, y resultó muy rico; parece salmón. En estos días pienso hacer panqueques.
Mamá no está del todo bien de salud. Aún no sé qué hará este verano; no sabe si irá o no a Rusia. Me pide que les trasmita muchos saludos a todos.
Ya escribí con respecto a mi sobrina.
Vemos muy de tarde en tarde a M. F.; está muy ocupado, porque le urge terminar una traducción (este año tradujo tres libros voluminosos), y ahora le encargaron la traducción de trabajos de medicina con carácter permanente. Kolia[1] está muy contento con la escuela, porque les hacen escuchar discos en gramófono, les relatan cuentos, les dan cruces y les enseñan. . . a escribir palotes. Está comenzando a charlar en francés.
Estas son todas las novedades. ¿Recibió Maniasha mi carta? ¿Por qué hace tanto tiempo que no escribe?
Te abrazo fuertemente a ti y también a María Alexándrovna y a Maniasha. Tenía pensado contarte muchas cosas de Volodia, para que la caita fuese más interesante, pero no me resultó. Otra vez será. Saludos a M. T. También todos ustedes escrib'n muy raramente. ●
Suya, Nadia
[1] Kolia: el hijo de M. F. Vladimirski. (Ed.)