Escrito: Escrita el 2 de
febrero de 1901. Se publica de acuerdo con el manuscrito. Enviada de Ufa a
Moscú.
Publicado por primera vez: Publicada por primera
vez en 1931, ea la recopilación: V. I. Lenin, Cartas a los
familiares.
Fuente de esta edicion: Editorial Akal, Obras
Completas, Tomo 41
Html: Marxists Internet Archive.
2/II.
Querida Maniasha:
No respondí hasta ahora a tu última carta, porque cuando la recibí escribí a Astraján pidiendo que me enviaran cuanto antes la Anticrítica, hasta ahora no recibí respuesta y la espero en estos días. Mientras tanto, pide la traducción a Filíppov; ya le escribí una vez a pedido de Volodia, solicitándole que mandara todos los originales de Volodia a tu dirección. Seguramente no los ha mandado.
No sé por qué he descuidado mi correspondencia, pero ahora estoy más tranquila y por eso tengo ánimo para charlar, aunque en verdad no sé sobre qué; aquí todo sigue igual, aunque el sol brilla algunas veces como si fuera primavera, y yo sueño con la primavera, y de pronto vuelvo a mi idea de que falta un mes y medio, y después... me volveré completamente tonta de alegría, sobre todo cuando empiece a viajar para ir adonde está Volodia. Ahora no tengo tiempo para aburrirme; tengo muchísimo trabajo de todo tipo y me apresuro a cumplir con todo, pero a veces siento una pereza imperdonable. Empecé a sentir deseos de salir a caminar; algunas veces, en lugar de ponerme a trabajar, salvo a vagar por las calles, o si no me pongo a leer una novela por la mañana. Aunque en esta Ufa uno se aburre mortalmente, se puede acumular salud. Yo, por ejemplo, en estos últimos tiempos engordé tanto que es un horror. En cambio mamita no puede vanagloriarse de lo mismo, pues se enferma a menudo. Ya se está preparando para el viaje, cose y cuenta los días. ¿Sabes?, después de Ufa sólo Moscú y Petersburgo son excepcionales; al menos ha habido tres casos así. Además, hay que decirlo, la gente se apega al lugar: se quedan en Ufa porque aquí pueden ganar bien, o se van a Samara, ¡pero qué tiene de bueno Samara!
¡Y qué poco leo! Lo único que he leído en los últimos tiempos es Berdiáev. ¡Y qué poco progresa mi estudio de idiomas! Desde Navidad no asisto a los cursos de francés, porque nuestro grupo se deshizo; y el francés me enseña muy descuidadamente cuando estoy sola. Tomo lecciones de alemán muy de vez en cuando y los resultados dependen de mi estado de ánimo, algunas veces charlo bastante bien y otras digo las cosas más disparatadas.
En la actualidad todos los amigos colaboran con el periódico de Samara y escriben para él, y yo también[1]. Conio es algo a lo que no estoy habituada me da bastante trabajo. En general, este año he intentado entrar en el mundo literario, y en parte lo he logrado, pero desgraciadamente no logro escribir como quisiera y realmente aborrezco lo que escribo. Así son las cosas. ¿Por qué no me escribes nada sobre ti misma? ¿Cómo estás? ¿Cuándo terminará por fin tu asunto? ¡Adiós, mejor dicho, hasta pronto!
Te beso fuertemente. Abrazo y beso fuertemente a María Alexándiovna, y estoy terriblemente impaciente por estar con ustedes en Moscú. Mamá les envía saludos. Hasta pronto, querida Maniasha, y peí clon a que no te escriba puntualmente. ●
Tuya, N. U.
[1] En Samárskaia Gazeta, núm. 36, del 16 de febrero de 1901 se publicó el artículo de N. K. Krúpskaia "La escuela y la vida".(Ed.)