Nadezhda Krupskaya

A LA MADRE DE LENIN, M. A. ULlANOVA

 


Escrito: Escrita el 12 de agosto de 1901. Se publica de acuerdo con el manuscrito. Enviada de Munich a Fodolsk.
Publicado por primera vez: Publicada por primera vez en 1929 en la revista Proletárskaia Revoliutsia, núm. 11.
Fuente de esta edicion: Editorial Akal, Obras Completas, Tomo 41
Html: Marxists Internet Archive.


 

2/VIII.

Querida María Alexándrovna: Ayer recibimos su carta para Volodia. Lamentablemente vemos por ella que nada ha cambiado, y yo no le escribí a Maniasha la última vez porque creía que pronto estaría con ustedes. Por lo demás, lo bueno viene siempre cuando menos se lo espera. Muchas veces, cuando estoy fuera de casa mucho rato y tengo el pensamiento ocupado en cosas completamente distintas, se me figura que a mi regreso encontraré un telegrama anunciando que todos los nuestros están ya en casa con ustedes. . . Por favor, querida mía, cuando vaya a visitar a Maniasha Irésela muy fuertemente de mi parte, y trasmita a M. T. mis saludos. Le escribiré a Maniasha.

Aquí todo sigue igual. Volodia trabaja bastante, de lo cual estoy muy contenta; cuando una ocupación cualquiera lo absorbe, se siente bien y animado: es una de sus particularidades; de salud está perfectamente, por lo que se ve, no le quedó ni rastro de su catarro, y tampoco sufre ya de insomnio. Todos los días se fricciona con agua fría y además vamos a bañarnos casi todos los días. Mamita, en cambio, nunca está bien; unas veces le molesta el reumatismo, otras se siente débil o se resfría.

Dentro de una semana Volodia y yo pensamos viajar a Suiza para ver a Aniuta. Me alegro de que Aniuta haya ido al lago Thun, en lugar de Rugen, como pensaba. Seguramente allí estará mejor. Iremos a pasar algunos días, y pienso con gran placer en ese viaje; primero, porque tengo muchas ganas de ver a Aniuta, y segundo, porque quiero ver cómo son esas montañas, que no conozco más/que por los cuadros. Mientras estemos afuera, uno de nuestros conocidos vivirá con mamá, para que ño le dé miedo quedarse sola. Mamá piensa viajar a Petersburgo en otoño; pero yo trato de convencerla de que pase el invierno con nosotros; no sé qué decidirá. El verano está terminando sin que me haya dado cuenta cómo pasó; en la ciudad el verano no es un verdadero verano.

Bueno, hasta la próxima, querida; la abrazo fuertemente y le deseo salud y firmeza. Saludos a D. I. y gracias por el libro, que recibí hace ya tiempo. Mamá manda saludos para todos. ●

Suya, Nadia.

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