Nadezhda Krupskaya

A LA MADRE DE LENIN, M. A. ULIÁNOVA

 


Escrito: Escrita el 27 de setiembre de 1898. Se publica de acuerdo con él manuscrito. Enviada de Shúshenskoie a Podolsk.
Publicado por primera vez: Publicada por primera vez en 1929 en la revista Proletárskaia Revoliutsia, núm. 4.
Fuente de esta edicion: Editorial Akal, Obras Completas, Tomo 41
Html: Marxists Internet Archive.


 

27 de setiembre.

Hoy vuelvo a escribir en lugar de Volodia, querida María Alexándrovna. Volodia llegó anteayer por la noche de Krasnoiarsk; lo esperaban aquí dos cartas de Manía, y hoy se proponía escribir a casa, pero desde la mañana vinieron Oskar y Prominski, y lo entusiasmaron a Volodia para que fuese de caza con ellos a un lugar llamado Islas Aganitov donde, según ellos, las liebres corren por miles y los urogallos y las perdices vuelan en bandadas. Volodia vaciló un momento, pero finalmente se entusiasmó, y además, como a propósito el día es espléndido. En general, el otoño es muy bueno; sólo hemos tenido una semana de frío.

Volodia volvió encantado de su viaje a Krasnoiarsk. Seguramente ya le habrá escrito que viajó a Krasnoiarsk con Elvira Ernéstovna y Tóniechka, pues E. E. se ha dado un golpe en el hígado y está muy enferma[1]. En un principio creyeron que tenía un cáncer o un absceso en el hígado, pero afortunadamente no era una cosa ni la otra; resultó simplemente un golpe y tiene que cuidarse mucho. Ellas volvieron junto con Volodia. En Krasnoiarsk E. E. estuvo internada en el hospital, Volodia se ajólo en lo de Krásikov. En Krasnoiarsk vio gente, charló de mil cosas y jugó 10 partidas de ajedrez. o Uno de los que viven ahora transitoriamente en Krasnoiarsk tal vez sea destinado a la aldea de Ermákovskoie, a cuarenta vertsas de aquí. Es ajedrecista y un interlocutor interesante. Volodia lo conoció en Krasnoiarsk. Me gustaría mucho que se confirmara ese traslado, porque en ese caso podría verse con Volodia, ya que cuarenta verstas no es una gran distancia.

Volodia fue hasta Minusinsk (¡ el barco demoró cinco días!) con Lepeshínskaia, esposa de un deportado que vive en Kazachinsk; ella consiguió empleo de enfermera en la aldea de Kuraguínsk, que tampoco está muy lejos de nuestra aldea y adonde será trasladado su marido. También es ajedrecista. La Lepeshínskaia nos contó algunas cosas de Lírochka. Dice que está muy nerviosa e irritable, que trabaja en la comuna y atiende la cocina semana por medio. Hay allí tres mujeres, una hace el pan y las otras se turnan para cocinar. Anteayer recibimos una carta de Lírochka, que al parecer se siente ya bastante aburrida de la vida de la colonia, porque dice que está contenta de quedarse sola para poder estudiar. Resultó que la muela que le sacaron a Volodia no era la que le dolía, y el otro día el dentista do Krasnoiarsk le extrajo la otra. El viaje de regreso le resultó moitalmente aburrido, a pesar de que se trajo de Krasnoiarsk gran cantidad de libros, además de los que se llevó de casa. No quiso detenerse en Minusinsk y ni siquiera presentó su permiso de viaje al jefe de policía del distrito. En Krasnoiarsk compró una pelliza que estaba destinada para mí, pero que en realidad es "de la familia", porque la usaremos ambos para los viajes. Le costó veinte rublos, y es tan suave que cuando uno se mete en ella ya no dan ganas de sacársela. En general, compró todo lo que le habíamos encargado, y hasta juguetes para los niños de Prominski y para el hijito de Mina, el vecino de al lado que hace botas de fieltro. El chico tiene cinco años y viene a casa con frecuencia. Por ]¡i mañana, en cuando supo que Volodia había llegado, agarró los zapatos de su madre y empezó a vestirse apresuradamente. La madre le preguntó: "¿Adonde vas?" "¡Pero si llegó Vladímir Ilich!"; "¡No vayas, que vas a molestar!..." "¡Oh, no! ¡VI. II. me quiere!" (Volodia realmente lo quiere). Cuando ayer le dimos el caballo que Volodia le trajo de Krasnoiarsk, se pegó de tal manera a Volodia, que ni siquiera quiso irse a dormir a su casa, y se echó en el suelo, junto a Jenny. ¡Qué chico gracioso!

Por fin tomamos una criada, una muchacha de quince años, por 2 y % rublos por mes + botas. Vendrá el martes; por lo tanto, se han acabado nuestras preocupaciones domésticas. Ya nos hemos preparado bien para el invierno; todavía nos falta calafatear las ventanas. ¡Es una lástima hacerlo mientras el tiempo está tan lindo! Mamá se ha ido acostumbrando poco a poco a la vida de aquí, no se enferma ni se aburre. Muchas gracias a Maniasha por su carta. ¡Naturalmente, le seguiré escribiendo cuando ella esté en el extranjero! ¿Cómo se instalará allí? Es una pena que no le convenga viajar con los Mescheriákov, porque son muy buena gente, en especial Ania. Recibimos el Zalá en alemán y vamos a comenzar a leerlo. Ahora recibiremos también Frankfurter Zettung, que nos enviarán de Petersburgo; Volodia se propone suscribirse asimismo a un periódico inglés. ¿Qué pasa que no se sabe nada del libro de Volodia? Nos daría mucha lástima si no saliera. El comentario sobre Kárishev habría que mandarlo a Petersburgo; tal vez no ocupe los 10 pliegos y la demora se deba a eso. Bueno, por hoy basta de charla. Volodia y yo las besamos fuertemente a usted y a Maniasha. Muchos saludos de mamá. ¿Cuándo llega Ania? ●

Suya, Nadia

La vez anterior me olvidé de decirle que recibirnos el BIos. ¿Hay que devolverlo? Es extraño que no haya tenido carta de Volodia junto con el comentario sobre Kárishev. Me parece recordar que entonces mandó una carta. [2]

* * *

[1] Véase el presente tomo, carta 55. (Ed.)

[2] Véase el presente tomo, carta 54. (Ed.)