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Kim Il Sung

El poder de la República es genuino poder popular y bandera de unidad y cohesión de las masas populares

 

 


Pronunciado: El 9 de septiembre de 1983, en el banquete ofrecido en homenaje al 35 aniversario de la fundación de la RPDC.
Publicado: No consta.
Esta Edición: Marxists Internet Archive, diciembre de 2009.


Queridos camaradas;

Respetados huéspedes extranjeros:

Hoy, cuando en todo el país bulle un elevado fervor revolucionario, conmemoramos, con gran orgullo y dignidad nacional, y en medio de las calurosas felicitaciones de los pueblos del mundo, el aniversario 35 de la fundación de la República Popular Democrática de Corea.

Con motivo del aniversario 35 de la fundación de la RPDC, gloriosa Patria de nuestro pueblo, quisiera felicitar calurosamente a nuestra heroica clase obrera, los campesinos cooperativistas, los valerosos oficiales y soldados del Ejército Popular y la Guarnición Popular, los trabajadores intelectuales y demás sectores del pueblo, que, bajo la bandera de la idea Juche, vienen luchando con toda abnegación por el fortalecimiento y desarrollo de la Patria y la victoria de la revolución.

Asimismo, hago llegar mis saludos combativos a los patriotas, los jóvenes estudiantes y demás sectores de la población surcoreana, los que, pese a la cruel represión y persecución por parte de los imperialistas yanquis y sus lacayos, luchan valerosamente por la soberanía nacional, la democracia y la reunificación de la Patria bajo consignas contra los yanquis por la independencia y contra el fascismo por la democratización.

En ocasión de esta significativa fiesta nacional envío mis cálidos saludos a todos nuestros connacionales que residen en el extranjero, particularmente a los 700 mil en Japón, que con el honor y orgullo de ser ciudadanos de nuestra República llevan a cabo una dinámica lucha por la prosperidad y desarrollo de la nación y por la reunificación independiente y pacífica de la Patria.

Con motivo de este aniversario 35, de numerosos países han venido altos dirigentes, delegaciones de partidos y gobiernos, representantes de las organizaciones de amistad y eminentes personalidades, portadores de profundos sentimientos de fraternidad, para expresar sus cálidas felicitaciones a nuestro pueblo. Permítanme expresar mi calurosa bienvenida y gratitud a los integrantes de estas delegaciones y a todos los demás huéspedes extranjeros.

 

Camaradas:

La República Popular Democrática de Corea es una gran conquista de nuestra revolución.

Los verdaderos comunistas y patriotas de Corea, tras una larga y difícil lucha revolucionaria, realizaron la histórica tarea de la restauración de la Patria y sobre su tierra liberada erigieron la República Popular Democrática de Corea.

Con su fundación nuestro pueblo se convirtió, por primera vez en la historia, en un pueblo digno que forja su destino de manera independiente, como verdadero dueño del país y la sociedad, y nuestro país se presentó con plenos derechos en la arena internacional, como legítimo Estado soberano e independiente.

Durante los 35 años transcurridos, la RPDC ha recorrido un camino brillante, sembrado de victorias y gloria, y ha acumulado grandes proezas que resaltarán eternamente en los anales de la Patria.

Bajo la correcta dirección del Partido del Trabajo de Corea, el Gobierno de la República ha implantado, al realizar la revolución socialista, un régimen muy avanzado, libre de explotación y opresión, y dando un fuerte impulso a la construcción del socialismo, ha convertido a nuestra Patria en un poderoso Estado socialista con una sólida economía autosostenida, brillante cultura y capacidad autodefensiva.

La RPDC es cuna de felicidad para nuestro pueblo.

En su seno tiene asegurados toda la libertad y los derechos políticos, y disfruta plenamente de una vida dichosa en el plano material y cultural. Bajo su régimen socialista los obreros, los campesinos y demás sectores de la población participan libremente en la vida estatal y social con iguales derechos, y viven felices, libres de toda preocupación. A cada uno el Estado y la sociedad le aseguran, desde el mismo día de su nacimiento, el derecho a la alimentación y las condiciones necesarias de ropa y vivienda, y le permiten estudiar cuanto quiera y disfrutar de los servicios médicos sin pagar nada, mediante el sistema de enseñanza obligatoria general y asistencia médica gratuitas. Hoy, la vida material y cultural de nuestro pueblo ha alcanzado un nivel muy alto y en nuestro país el ideal comunista se está haciendo realidad en diferentes campos.

Tenemos pleno derecho a sentir un elevado orgullo y dignidad por que en estos 35 años que hemos vivido bajo la bandera de la República ejecutamos magnas transformaciones, de importancia secular, sin precedentes en la historia del país, y levantamos sobre el hermoso territorio patrio un Estado socialista soberano, un paraíso para la felicidad del pueblo.

La RPDC es un genuino poder popular y bandera de unidad y cohesión de las masas populares.

El Gobierno de la República, que considera principio fundamental de sus actividades proteger los intereses de las masas populares, les ha venido sirviendo con lealtad. Ha aplicado toda su política acorde con su voluntad y exigencias y se ha esforzado tesoneramente por asegurarles una vida feliz. Hoy disfruta del apoyo y confianza absolutos del pueblo coreano por el abnegado servicio que le presta.

Nuestro pueblo ha amado siempre con vehemencia a su República y la ha apoyado y defendido activamente haciendo todo por ella. Con su propia experiencia ha llegado a tener la inconmovible fe deque el Poder de la República es un genuino poder popular que lucha en aras de los intereses de las masas populares y de que sólo defendiéndola resueltamente y fortaleciéndola y desarrollándola sin cesar puede disfrutar de una vida dichosa y lograr una eterna prosperidad. Hoy todo su destino lo confía a nuestro Partido y al Gobierno de la República y está firmemente unido a ellos con una sola idea y voluntad.

El Poder de la República sirve al pueblo, quien apoya a la República, y éste, el Partido y el Gobierno están unidos férreamente con una sola ideología y voluntad, lo que constituye la fuente de nuestra invencible fuerza y una firme garantía para todas nuestras victorias.

La República Popular Democrática de Corea vive una época de gran prosperidad.

Su poderío político, económico y militar está creciendo extraordinariamente y la construcción del socialismo sigue avanzando a gran ritmo. En estos momentos todo el país arde en una gigantesca lucha laboral por alcanzar las diez metas perspectivas de la construcción económica socialista, señaladas en el VI Congreso de nuestro Partido. Todos los trabajadores impulsan con ahínco las magnas obras de transformación de la naturaleza, como la conversión de 300 mil hectáreas de marismas y la edificación del Complejo Hidráulico de Nampho, que cambiarán la fisonomía de la Patria, así como también ejecutan con vigor, en todas las ramas de la economía nacional, grandes construcciones destinadas a aumentar en elevada medida la capacidad productiva, y luchan para lograr un notable incremento de la producción.

Los constructores de Komdok, infinitamente fieles al Partido y la revolución, en cumplimiento de la resolución del histórico Pleno del Comité Central del Partido celebrado en Hamhung, realizaron el prodigio de terminar en el corto período de un año la vasta obra destinada a crear capacidades para tratar 10 millones de toneladas de minerales. Con la apertura de esta gigantesca planta de enriquecimiento en el Combinado Minero de Komdok, la mayor base de minerales no ferrosos del país, queda abierta una vía que permitirá alcanzar con éxito la meta de 1.5 millones de toneladas de esos metales, y se han registrado avances trascendentales en diversos sectores de la edificación económica.

Gracias a la acertada orientación de nuestro Partido y Gobierno, y a los heroicos esfuerzos de los trabajadores, surge en todo el país el “ritmo de la década 80”, un nuevo ritmo de edificación socialista, que asombra al mundo, y se está abriendo un amplio horizonte para poder conquistar con éxito las diez metas perspectivas.

Con motivo de la jubilosa fiesta nacional, permítanme expresar mi cálido agradecimiento a los heroicos constructores de Komdok, que como precursores son ejemplo en la batalla por el “ritmo de la década 80”, y a los demás trabajadores del país que realizan relevantes hazañas laborales en todos los frentes de la edificación del socialismo.

Dando continuo y fuerte impulso a la construcción socialista, sin aflojar en lo más mínimo el elevado ánimo actual, debemos incrementar todavía más el poderío de la República y lograr una ilimitada prosperidad de la Patria.

El Gobierno de la República, tomando la idea Juche como su inconmovible guía rectora, debe mantener firmemente la posición independiente y creadora en sus actividades y desarrollar con energía las tres revoluciones: la ideológica, la técnica y la cultural, a fin de adelantar la victoria completa del socialismo y llevar a feliz término la histórica obra de transformación de toda la sociedad según la idea Juche.

Una tarea importante que encaramos por el momento en la edificación económica socialista para transformar a toda la sociedad de acuerdo con la idea Juche, es la de cumplir el Segundo Plan Septenal y alcanzar las diez metas de largo alcance de la construcción económica socialista para la década de 1980.

Sólo cumpliendo estas metas planteadas por el VI Congreso del Partido, podremos afianzar más aún la base material y técnica del país y mejorar radicalmente la vida material y cultural del pueblo, abriendo así un ancho camino hacia la victoria total del socialismo.

En nuestros esfuerzos por alcanzar dichas metas debemos prestarle atención primordial a la tarea de resolver con mayor satisfacción el problema de los alimentos y la ropa, que es lo más importante y urgente para la vida de la población.

Aplicar la política comunista primero en cuanto a los alimentos y la ropa del pueblo es la firme decisión de nuestro Partido y del Gobierno de la República. Debemos impulsar con energía la conversión de 300 mil hectáreas de marismas y otras grandes obras de transformación de la naturaleza, cumplir hasta las últimas consecuencias las resoluciones del VII Pleno del VI Período del Comité Central del Partido, para conquistar con anticipación las metas de producción de 15 millones de toneladas de cereales y 1 500 millones de metros de tejidos, y dedicar mucha fuerza al desarrollo de la pesca para llegar a los 5 millones de toneladas de sus productos. De este modo quedarán satisfechas totalmente, y cuanto antes, las elevadas demandas del pueblo de alimentos y vestidos.

A fin de reforzar decididamente la base material y técnica del socialismo e imprimir un rápido desarrollo a todos los sectores de la economía nacional hay que realizar innovaciones en las ramas claves de la industria.

En esas ramas, sobre todo, la extractiva, la eléctrica y la metalúrgica, es preciso aumentar activamente la capacidad productiva de las fábricas y empresas existentes, modernizar sus instalaciones y levantar otras muchas con miras a alcanzar a todo precio las metas de producción de carbón, electricidad, acero, metales no ferrosos, cemento y abonos químicos.

La lucha por cumplir las diez metas antes mencionadas es una empresa honrosa y digna para escalar una cima más alta de la edificación del socialismo mediante el despliegue, a ritmo extraordinario, de la edificación económica.

Todos los militantes del Partido y demás trabajadores deben desarrollar continua y enérgicamente la lucha por crear el “ritmo de la década 80” dotándose firmemente de la idea Juche y desplegando en alto grado el espíritu revolucionario de apoyarse en sus propias fuerzas y de luchar sin doblegarse ante la dificultad, a fin de lograr un nuevo auge en todos los frentes de la construcción socialista.

Todos los dirigentes, a tenor con el elevado ánimo de los trabajadores, deben planear con audacia la obra de la edificación económica, dirigirla con habilidad y profundizar en la organización de la labor económica para llevar a buen término las vastas tareas de la construcción económica.

Fortalecer el Poder de la República, poderosa arma de la revolución y la construcción, y elevar sus funciones y su papel viene a ser una importante garantía para conducir al triunfo la causa de la transformación de toda la sociedad según la idea Juche.

El Gobierno de la República tendrá que materializar cabalmente la idea Juche y ejercer correctamente la democracia en sus actividades, así como mejorar sin cesar métodos y estilos de trabajo de los funcionarios de los órganos de poder, para cumplir su misión y su papel como arma de la revolución y servidor del pueblo. Todo el pueblo debe amar fervientemente al Poder de la República, defenderlo con celo y realizar abnegados esfuerzos por su fortalecimiento y desarrollo.

 

Camaradas:

La República Popular Democrática de Corea es un poder fundado según la voluntad unánime del pueblo del Norte y el Sur de Corea, y que lucha por los intereses de toda la nación coreana.

A lo largo de estos 35 años, después de su fundación, nuestra República ha luchado con vigor por la prosperidad y el desarrollo de la nación y por su reunificación. Pero, no hemos logrado aún la reintegración de la Patria, el anhelo nacional, a causa de la política de esclavización colonial de los imperialistas norteamericanos, que ocupan al Sur, y a sus maniobras para la división de nuestra nación. Ellos, pisoteando el sagrado derecho de nuestro pueblo a la autodeterminación nacional, han convertido, por completo, al Sur de Corea en su colonia y en su agresiva base militar, y realizan obstinadamente maniobras intrigantes para perpetuar la división de nuestro país mediante la creación de “dos Coreas”.

Impedir la perpetuación de la división del país y alcanzar su reunificación es la más imperiosa, noble y suprema tarea nacional a que se enfrentan el Gobierno de nuestra República y todo el pueblo coreano.

Esta tarea ha de ser lograda según los tres principios: la independencia, la reunificación pacífica y la gran unidad nacional, que expusieron comúnmente el Norte y el Sur en su histórica Declaración Conjunta en reflejo de la unánime voluntad y deseo de la totalidad del pueblo coreano.

Para reunificar la Patria de manera independiente y pacífica, es insoslayable acabar con la ocupación militar y la dominación colonial del Sur por el imperialismo norteamericano, lograr la independencia de toda la nación coreana y aflojar la tensión creada en nuestro país por las maquinaciones del imperialismo norteamericano y sus lacayos para provocar una nueva guerra. Asimismo, crear condiciones reales para la reconciliación y la unidad nacionales, para lo cual es necesario ponerle fin, en el Sur de Corea, a la política de fascistización y la campaña anticomunista encaminadas a reprimir a la población y enemistar a los connacionales, y es preciso democratizar la sociedad.

La vía más racional para conseguirla conforme a los principios de la independencia, la reunificación pacífica y la gran unidad nacional, es implantar un sistema confederativo del Norte y el Sur.

El VI Congreso del Partido del Trabajo de Corea hizo la trascendental propuesta de reunificar la Patria mediante la creación de la República Confederal Democrática de Koryo, un Estado confederal que abarque todo el territorio de nuestro país. Esta propuesta prevé instituir, sobre la base de mantener sin alteración las ideologías y los regímenes existentes en ambas partes, una Asamblea Nacional Confederada Suprema con participación igualitaria del Norte y el Sur y su órgano permanente, el Comité Permanente Confederal, y bajo su autoridad permitir al Norte y el Sur ejercer la autonomía regional.

Sería racional que la Asamblea Nacional Confederada Suprema y el Comité Permanente Confederal, que constituirán el gobierno unificado del Estado confederativo, los dirigieran por turno los respectivos copresidentes del Norte y el Sur que se elijan en ellos.

Estamos seguros de que la propuesta de la creación de la República Confederal Democrática de Koryo es la más justa y realista para reunificar la Patria de manera independiente y pacífica, en vista de la actual realidad nuestra, y por eso sostenemos que el país ha de ser reunificado necesariamente y cuanto antes, de acuerdo con esta propuesta.

Si reunificamos la Patria mediante la fundación de la República Confederal Democrática de Koryo, nuestro pueblo podrá hacer realidad su anhelo de unión nacional, lograr el desarrollo uniforme del país y la prosperidad de la nación y hacer gala, en el plano internacional, de la dignidad y grandeza como una nación homogénea.

El Gobierno de la RPDC hará todo lo que esté a su alcance para lograr la auténtica unión de toda la nación coreana, que aspira a la reunificación, y fundar la República Confederal Democrática de Koryo.

 

Camaradas:

La República Popular Democrática de Corea es un país no alineado, independiente y amante de la paz.

El Gobierno de la RPDC ha venido aplicando invariablemente una política exterior independiente y amante de la paz y esforzándose con ahínco por fortalecer la amistad y la solidaridad con los pueblos progresistas del mundo que defienden la independencia. Nuestra República, como digno Estado soberano e independiente, contribuye activamente en la arena internacional a la sagrada causa común de la humanidad para alcanzar la independencia en todo el mundo y tiene numerosos simpatizantes e íntimos amigos en todos los continentes y regiones de la Tierra. Realmente, en los cinco milenios de historia de nuestra nación no hay época en que ella hubiera gozado de tan alto prestigio e influencia como ahora en el terreno internacional, enalteciendo ante el mundo entero su dignidad y honor. Esto es un gran orgullo y gloria para nuestro pueblo.

La causa revolucionaria de nuestro pueblo avanza con el activo apoyo y estímulo de los pueblos progresistas del orbe. Permítanme aprovechar esta oportunidad para expresar mi profundo reconocimiento y caluroso saludo a los gobiernos, partidos políticos y organizaciones sociales de los países socialistas, los no alineados y de otros diversos países del mundo, a las organizaciones democráticas y los organismos internacionales, y a todos los pueblos progresistas que apoyan y respaldan activamente la lucha de nuestro pueblo por la construcción socialista y la reunificación de la Patria.

Hoy en la palestra internacional se está llevando a cabo una lucha furiosa entre las fuerzas antimperialistas e independientes y las imperialistas y dominantes, y en este proceso se patentiza cada día más la aspiración de los pueblos del mundo a seguir el camino de la independencia. Aunque la situación mundial es muy tensa y compleja a causa de las maquinaciones de agresión y de guerra de los imperialistas acaudillados por los yanquis, la historia avanza invariable y vigorosamente por la ruta de la independencia.

Lograr la independencia en todo el mundo es la aspiración común de los pueblos progresistas y su sagrada tarea combativa.

Para cumplir esta tarea todos los pueblos del mundo tienen que desplegar una lucha sostenida contra el imperialismo y la dominación, rechazar cualquier tipo de intervención exterior y mantener con firmeza la soberanía, uniéndose activamente a la impetuosa corriente de la época de la independencia y el antimperialismo.

Un problema importante que se presenta hoy en la lucha por lograr la independencia en todo el mundo es que los países no alineados y los demás países en vías de desarrollo logren la autosuficiencia económica y consoliden la independencia nacional mediante la colaboración Sur-Sur.

Sólo cuando construyan una poderosa economía nacional autosuficiente, podrán desprenderse completamente de los lazos del neocolonialismo y consolidar la independencia nacional. Para edificar tal economía tienen que realizar el intercambio y la colaboración entre sí, ateniéndose al principio de apoyarse en sus esfuerzos colectivos. Los imperialistas y los países desarrollados del Occidente no les regalarán ningún nuevo orden económico internacional ni ninguna economía autosuficiente. Los países en vías de desarrollo no deben depositar esperanzas en la “colaboración Norte-Sur” en busca de los favores ajenos sino confiar en sus propias fuerzas y trabajar con tesón para realizar la colaboración Sur-Sur. Si la efectúan con éxito, partiendo del noble ideal de la independencia y la colaboración recíproca, podrán construir seguramente, y con sus propios esfuerzos, una economía nacional autosuficiente y lograr el fortalecimiento, el desarrollo y la prosperidad nacionales.

La República Popular Democrática de Corea, enarbolando la bandera de la independencia, la amistad y la paz, continuará, como hasta ahora, desplegando una lucha sostenida contra el imperialismo y en defensa de la paz y la seguridad en el mundo, y por el desarrollo de las relaciones de amistad y cooperación con los pueblos de los países socialistas, los no alineados y demás países del mundo.

El Gobierno de la República apoya resueltamente a los pueblos de Asia, África, América Latina, y de todos los otros países que luchan contra las maquinaciones de agresión y de guerra del imperialismo y que se esfuerzan por la paz, la independencia nacional y la construcción de una nueva sociedad, así como expresa su firme solidaridad con la lucha de la clase obrera y otros sectores populares de los países capitalistas contra la opresión y la explotación del capital.

El Gobierno de nuestra República y el pueblo coreano, unidos firmemente con el resto de los pueblos que defienden la soberanía, seguirán luchando con dedicación para lograr la independencia en el mundo.

Para la RPDC estos 35 años transcurridos son una historia de grandes cambios y creaciones, una historia de relevantes victorias.

Nuestra República vislumbra en su camino un horizonte todavía más espléndido, y el pueblo está repleto de un nuevo espíritu combativo y firme fe. Nuestro pueblo, que lucha por una causa justa bajo la dirección correcta del Partido del Trabajo de Corea, saldrá siempre victorioso.

Todos, enarbolando la bandera revolucionaria de la idea Juche y unidos estrechamente en torno al Comité Central del Partido y al Gobierno de la República, marchemos con pasos firmes para la prosperidad y el desarrollo de la RPDC y el triunfo definitivo de nuestra revolución.

 

Camaradas y amigos:

Permítanme aprovechar este significativo momento, cuando conmemoramos el aniversario 35 de la fundación de la RPDC, para proponer un brindis por la reunificación independiente y pacífica de la Patria y la prosperidad eterna de nuestra República; por la salud de los respetables dirigentes de alto rango y los miembros de las delegaciones de partidos y gobiernos de otros países, y todos los demás huéspedes extranjeros y misiones diplomáticas que nos honran con su presencia en nuestra fiesta nacional; por la salud de nuestros veteranos revolucionarios y todos los dirigentes que han venido consagrándose a la lucha por la soberanía y la independencia de la Patria y la felicidad del pueblo; por la salud de nuestros heroicos obreros, campesinos cooperativistas y trabajadores intelectuales que realizan hazañas laborales en todos los frentes de la construcción socialista; por la salud de nuestros valientes oficiales y soldados del Ejército Popular y de la Guarnición Popular, y los combatientes de la Seguridad Pública que defienden firmemente la seguridad de la República y los logros de la revolución; por la salud de los miembros de la delegación de felicitación del Partido Revolucionario por la Reunificación que comparten este lugar con nosotros para celebrar la fiesta nacional, y de todos los demás revolucionarios y patriotas del Sur de Corea; por la salud de los integrantes de las delegaciones de los coreanos residentes en Japón y en otros países que han venido a la Patria socialista para felicitarnos, así como de todos los compatriotas en el extranjero; y por la salud de todos los camaradas y amigos aquí presentes.