Fuente del texto: Araya, Bernardo. Unidad
sindical y lucha ideologica, Partido Comunista de Chile, Santiago, 1959;
pags.39-56.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 2017.
Este Pleno del Comité Central de nuestro Partido va a tener una saludable trascendencia en el desarrollo del movimiento obrero y en la lucha de todas las fuerzas antiimperialistas y antifeudales en pro de la liberación del país.
La riqueza del movimiento sindical chileno y de la experiencia de nuestro Partido ha quedado de manifiesto en el Informe y en las intervenciones.
Encargado de hacer el resumen del debate, voy a referirme sólo a algunos aspectos del Informe'y de la discusión realizada. Pero, antes de entrar en materia me parece necesario decir algunas palabras más de las que ya se han dicho acerca de dos importantes acontecimientos internacionales. A.las 5,5 minutos de la tarde de hoy un cohete cósmico soviético, que viaja a una velocidad de 11,2 kilómetros por segundo, ha de llegar a la Luna cubriendo una distancia de 384 mil kilómetros.
Este será un día histórico que recordarán las generaciones del futuro. El hombre da hoy un nuevo y gran salto en el dominio de la naturaIeza, en la apertura de la era de los viajes interplanetarios. Y esta hazaña corresponde al hombre soviético. Ayer, el hombre soviético fue el primero en colocar en órbita un. satélite artificial de la tierra; luego, el primero en lanzar al espacio un Spútnik portando seres vivos; después, el primero en traspasar la estratósfera y crear un planeta artificial; enseguida, el primero en lanzar al espacio y hacer regresar a la tierra un cohete con animales; ahora, es el primero en llevar un aparato a la Luna.
¡Cómo no sentirnos conmovidos de alegría nosotros, comunistas, al saber que esta hazaña es obra de los científicos, técnicos y obreros de la Unión Soviética, el principal país del campo socialista, el primero que derribó al capitalismo, construyó el socialismo y hoy escala las cumbres del comunismo!
El Ianzamiento de este cohete a la Luna tiene una gran importancia científica. Tiene también una gran significación política. Realza todavía más el prestigio mundial del socialismo, reafirma la superioridad de este sistema sobre el capitalismo y, sobre esta base, refuerza la causa de la paz, en la cual están vitalmente interesados todos los pueblos de la tierra.
Mañana, el camarada Nikita Jruschov arribará a los Estados Unidos con este nuevo éxito en la mano.
Cierta prensa norteamericana lia pretendido hacer creer que la invitación al camarada Jruschov ha sido extendida para que éI conozca los EE. UU. y pueda imponerse allí de su poderío industrial y militar, pero resulta que el clmarada Jruschov no es precisamente un ignorante y, en esta época, no es indispensable viajar a un país dado para conocer su capacidad en cualquier sentido.
En verdad, el viaje del camarada Jruschov marca un cambio muy importante en la política mundial.
Dos líneas venían cliocando en las relaciones internacionales entre los Estados. Dos actitudes, dos políticas se hacían presentes en esta esfera. De una parte, la llamada política "desde las posiciones de fuerza", sostenida por los. círculos más agresivos de los EE. UU. De la otra parte, la política del entendimiento pacífico, de la solución amistosa de los litigios internacionales, de la coexistencia entre los Estados que tienen diversos sistemas, encabezada por la Unión So-. viética.
La política "desde las posiciones de fuerza" ha marchado a la tumba junto con su principal sostenedor, Foster Dulles, independientemente del hecho-físico de que Foster Dulles haya pasado a mejor vida.
Esa política era ya insostenible cuando Dulles estaba en su lecho de muerte. La Humanidad entera la ha rechazado porque con el desarrollo de las armas modernas de exterminio masivo representa una locura, envolvía un peligro de destrucción y de muerte de centenares de millones de seres humanos, no importa el país en que vivan. Además, en los propios países donde están las guaridas de los incendiarios de la guerra, hasta algunos gobernantes reaccionarios y no pocos capitalistas han tenido que comprender que esa política ponía en peligro su propio pellejo y no les aseguraba nada bueno, dado al hecho indiscutible de la superioridad de la Unión Soviética en el terreno de las armas modernas.
La invitación a Nikita Jruschov y el viaje que luego realizará Eisenhower a la URSS simbolizan el avance de la otra política, de la política de la coexistencia.
Quedan, es cierto, algunos recalcitrantes partidarios de la guerra fría y también de la guerra caliente. Ayer, en un noticiario radial se informaba que ciertos norteamericanos se aprestan a ponerse un brazalete negro durante los días de la visita del camarada Jruschov. Son las viudas de Foster Dulles que lloran por el golpe mortal que recibe su política "desde las posiciones de fuerza".
Cierto es también que no se pueden descartar nuevas provocaciones guerreristas. Pero la verdad es que la paz se afirma, gracias a los cambios que se han operado en la correlacióri de fuerzas en favor del mundo socialista y de todos los pueblos que luchan por su independencia. Bajo el estímulo de estos cambios y de las nuevas perspectivas que ofrece la consolidación de la paz en el mundo, en América Latina avanzan nuestros pueblos y más y más fuerzas pugnan por seguir un camino progresista.
En nuestro país, las masas populares comprenden que estos cambios favorecen su larga lucha. Políticos burgueses inteligentes como el senador Faivovich y don Guillermo del Pedregal, incluso políticos anticomunistas como don Julio Durán y grandes industriales y comerciantes se dan cuenta que el mundo ha cambiado y que está cambiando vertiginosamente, y no quieren que Chile quede a la zaga de los nuevos acontecimientos, aislado sin beneficio alguno. Sólo unos pocos, cada vez más pocos y por lo general elementos venales y corrompidos se atreven a defender la suicida línea internacional que se viene siguiendo.
En cuanto al Sr. Alessandri, a ratos parece darse cuenta de lo que está pasando y de lo que conviene a Chile en materia de relaciones internacionales; a ratos se pone anteojeras y, como lo ha hecho en sus últimos discursos radiales, vuelve a identificarse con la política del imperialismo.
Pero sucede que la política del imperialismo está en crisis, no sólo en Chile sino que en toda América Latina. Hace algunas semanas, el camarada Blas Roca, Secretario General del Partido Socialista Popular de Cuba, decía con razón que en el panorama latinoamericano aparecen dos tipos de acontecimientos: uno, caracterizado por la revolución cubana, los avances democráticos en una serie de naciones y la lucha de los trabajadores en todas partes, y el otro, caracterizado por la traición de Frondizi y las violentas represiones en Argentina, Ecuador y otras naciones latinoamericanas. Luego -y esto es lo importante- el camarada Blas Roca agregaba que uno y otro tipo de acontecimiento tienen, no obstante su aspecto contradictorio, un denominador común: ambos reflejan la quiebra de la dominación imperialista norteamericana sobre nuestros paises.
En el cuadro latinoamericano de luchas tan agudas como las que se libran en Cuba y Argentina, Chile aparece ante algunos ojos como una excepción, como un .remanso en la marea de nuestros pueblos. El Gobierno del señor Alessandri llegó a ufanarse por el hecho que se eligió a Santiago como tranquila sede para la Conferencia de la OEA. En la propia Izquierda chilena se ha dicho que estamos viviendo en una calma chicha y, hasta en nuestro Pleno, algunos camaradas han hablado de pasividad en un tono que demuestra alguna dosis de desesperación pequeña burguesa.
Ciertamente, las luchas en nuestro país no tienen en este momento el carácter agudo que se observa en otras naciones latinoamericanas. Pero que haya luchas muy importantes, jcómo no verlo? El camarada Millas se refirió por ejemplo, a la reciente batalla contra la desnacionalización del petróleo. ¿No fue ésta una gran batalla? Se refirió también al hecho de que hasta los más grandes industriales y comerciantes luchaban sin reserva por el comercio con todos los países. Esta es también una lucha muy importante, como importante es también la campaña en defensa de la educación del Estado. La gran belga del carbón, el paro de los obreros de la seda, las huelgas en la pequeña minería y varias otras realizadas en la industria, los conflictos en marcha en el cobre y el salitre y las huelgas y paros en algunos lugares campesinps, en la provincia de O'Higgins, en la Hacienda Hospital, en el valle del Choapa, etc., demuestran que se combate.
Además, no hay que olvidar que el proceso de la lucha se desenvuelve también a través de ríos subterráneos. Por ejemplo, el camarada Hernández nos ha hablado del desarrollo de nuestro Partido, de la constitución en este año de 173 nuevas células industriales, 71 células de campesinos, 52 de mujeres y 155 de calles, lo cual representa un avance, un gran avance, una lucha victoriosa sobre nuestros enemigos.
Como dijo el camarada Lártiga, de Talca, en el proletariado no hay desesperación, no hay fatalismo, no hay espíritu de derrota. Y esto es también muy importante. No sólo, entonces, debemos mirar optimistas el mañana en virtud de los acontecimientos internacionales a los cuales se refirió tan correctamente el camarada Volodia, sino también mirar con ojos muy abiertos lo que estamos logrando en Chile.
Asimismo, tenemos que ver no sólo cómo están las cosas hoy, sino también cómo estarán probablemente mañana en sus líneas generales.
En Chile, cada vez que un nuevo equipo de Gobierno se establece y siempre que no se lance en picada contra las libertades públicas, vastos sectores se sitúan en una posición de espectadores. Esto explica en parte la relativa pasividad de que se habla. Pero resulta que el señor Alessandri con su política está creando las condiciones para luchas agudas.
El señor Alessandri ha dicho al país que el próximo año no habrá reajustes de salarios y sueldos. Pero que haya o no reajustes no depende del señor Presidente de la República. El camarada César Godoy Urrutia dijo que el magisterio de Santiago había tomado la firme decisión de no permitir el escamoteo del reajuste a que tiene derecho. No puede caber dudas que los demás trabajadores del Estado y, sobre todo, la clase obrera, van a poner todas sus fuerzas en tensión y van a triunfar en la lucha por mejores salarios y sueldos.
Esto es tanto más inevitable si se tiene presente que el costo de la vida sigue subiendo rápidamente. Este Gobierno ha emitido, como denunció el camarada Cademártori, 40 mil millones de pesos y, de otro lado, al mismo tiempo que se agudiza la miseria de las masas, continúa el enriquecimiento de los grandes capitalistas, el Banco Sudamericano ha ganado 256 millones en seis meses, el Banco Chile 778 millones en el mismo lapso, la Casa Grace mil millones en el Último año y Osvaldo de Castro recibe una "pensión de gracia" de 11 mil millones de pesos.
En el mejor de los casos con los empréstitos conseguidos el Estado se da sólo un respiro. Por ejemplo, con dichos empréstitos se puede dar por financiado el presupuesto de este año. Pero no se puede marchar indefinidamente por este camino. El país no puede seguir viviendo del oxígeno de los prestamistas extranjeros, pues estos terminan sacando más de lo que traen e imponiendo condiciones lesivas a los intereses nacionales. Según el Instituto de Economía de la Universidad de Chile, en 1958 salieron 137 millones de dólares y el año 1962 saldrían del país 241 millones de dólares, de no imponerse un cambio de rumbos. Mas, este cambio es inevitable. Todo conduce a ello.
Es, entonces, enteramente justo que en visperas de grandes combates de clase y de la agudización de la contradicción fundamental que se plantea entre la nación chilena y el imperialismo, en este Pleno pongamos el acento en la unidad, la organización y la lucha de la clase obrera, porque, como se ha dicho, del movimiento de los trabajadores depende en primer término la salida progresista que se necesita.
En el Informe del camarada Araya se han formulado críticas al movimiento sindical chileno. Algunos diarios titularon las informaciones sobre el Pleno haciéndonos aparecer disparando en contra de la Central Unica. Si con ello pretenden establecer una pugna entre nuestro Partido y la CUT, pierden su tiempo. Somos parte vital del movimiento obrero organizado. Las críticas al trabajo de la CUT son en buena parte y ante todo críticas a nuestro propio trabajo. Y las hacemos con espíritu constructivo, para contribuir a la corrección de los defectos. Hemos dado. nuestra palabra sobre las fallas que se observan y sobre las enmiendas que a nuestro juicio se precisan. Esperamos que todos los sectores que tienen influencia y responsabilidad en el movimiento sindical den también su palabra y que se haga pensar y opinar a la gran masa de trabajadores que no reconocen filiación política. Esto es necesario, saludable , e indispensable, sobre todo en vísperas del próximo Congreso de la CUT.
Vale la pena subrayar algunos de los planteamientos del Informe rendido por el camarada Araya. En primer lugar, los comunistas señalamos la necesidad suprema de custodiar, fortalecer y desarrollar la unidad de los trabajadores y de su Central Unica. Como han señalado algunos camaradas, esta es la mayor conquista, el más preciado bien del proletariado chileno. Si no fuera por la unidad sindical que existe en Chile, el enemigo le habría dado al proletariado golpes muy duros. En esta unidad, el proletariado puede cifrar sus mejores esperanzas. Acaso sea aleccionador mirar hacia Argentina. En el país hermano, los trabajadores han demostrado un espíritu de combate encomiable, muy grande, pero la excisión que allí aún no se supera, aunque sea dicho de paso va en camino de superarse, favorece en estos instantes la dictadura de los militares que han sometido a sus dictados al señor Frondizi.
Es de prever que en torno al Congreso de la CUT surjan maniobras o posiciones divisionistas. Llamamos la atención sobre este peligro y reafirmamos una vez más que, para nosotros los comunistas, la unidad de la clase obrera está por sobre todas las cosas. Por eso observamos con alarma algunas actitudes excluyentes que se observan en ciertos partidos de los que tienen influencias en el movimiento sindical. El camarada Bernardo Araya ha dicho en su Informe que la unidad socialista-comunista la estimamos como' un poderoso factor que contribuya a la unidad sindical y no a la exclusión de las demás fuerzas que actúan en el movimiento obrero. Es un hecho objetivo, por ejemplo, que los radicales tienen ciertas posiciones en algunos gremios, y en ciertos casos constituyen en ellos la corriente dominante. Esto sucede, por ejemplo, en profesores, en los empleados ferroviarios y en varias organizaciones de empleados fiscales. Una política de exclusión de los radicales o de unidad socialista-comunista contra los radicales o contra los demócratacristianos seria evidentemente suicida y divisionista. Si los socialistas y comunistas estamos convencidos de que representamos los intereses del proletariado mejor que otros sectores, es preciso que trabajemos para que de ello se convenzan los trabajadores. No hay otra forma de conquistar su confianza y de unidad consecuente.
Con ser muy importante el grado de unidad logrado en el campo de los trabajadores, hay todavia mucho más que hacer en este terreno. Nuestro Partido propicia la adopción de medidas prácticas y urgentes para avanzar en el camino de la unidad, hacia la formación de federaciones realmente únicas o sindicatos únicos por ramas de la producción.
Proponemos, por ejemplo, que se coordine toda la actividad de los trabajadores de la minería con miras a la creación de una sola Federación. Para llegar a ésta se requiere seguramente un tiempo. Por eso hablamos de coordinar primero, sin deshacer nada de lo que existe. ¿No sería conveniente, por ejemplo, que se estableciera un Comité de Enlace entre las diversas organizaciones de la minería (Federación. Minera, Confederación del Cobre, Federación del Cemento y Federación de la CACREMI), coordinando las luchas, desarrollando la solidaridad y rigiéndose en todo momento por el principio de la unanimidad en las resoluciones a fin de eliminar las suspicacias que pudieran surgir entre diversas tendencias?
Proponemos la creación de una sola Federación del Transporte, empezando, como en el caso anterior, por constituir comités coordinadores entre las diversas organizaciones existentes (ferroviarios, marítimos, movilización urbana, trans orte caminero y aéreo).
Y así en todos los otros gremios.
¡Qué inmensa fuerza se reuniría y qué grandes luchas victoriosas se podrían llevar a cabo si avanzáramos en la dirección señalada!
En segundo lugar, los comunistas señalamos la necesidad de marchar por el camino de la presentación de los pliegos únicos por ramas de la producción, toda vez que ya está claro que las luchas aisladas de pequeños y aún grandes sindicatos, sin coordinación con las de otros, no es suficiente para doblarle la mano a los patrones.
En los propios Estados Unidos ha habido recientemente un conflicto de 350 mil obreros metalúrgicos. Los comunistas decimos: ese es el camino.
En tercer lugar planteamos la necesidad de tomar medidas prácticas para la movilización de los cientos de miles de trabajadores inorganizados, creando en los pequeños talleres comités que formen parte de organizaciones más grandes.
En cuarto lugar, planteamos la necesidad de tener y actuar con un criterio de clase frente al Código del Trabajo, esto es, de utilizarlo en materia de organización y de conducción de los conflictos cuando convenga a los intereses de los trabajadores. Cuando, por el contrario, no sea conveniente -lo que ocurre en verdad en la mayoría de los casos- debemos guiarnos, como lo hacen los patrones, por el derecho constitucional a organizarse, a reunirse y a hacer peticiones y por el derecho supremo al trabajo y a la vida. En quinto lugar, los comunistas planteamos la necesidad de velar por la honestidad del movimiento obrero y de sus dirigentes, honestidad que, como dijo Bernardo Araya, es una tradición del movimiento sindical desde Recabarren a Clotario Blest.
En el informe se planteó este problema. En algunas intervenciones se han dado nuevos datos sobre el mismo. Aquí, en el Pleno, se ha dicho que, incluso, militantes comunistas han incurrido en actos deshonestos por lo cual han sido expulsados de nuestras filas, como sucedió con uii dirigente del Sindicato Madeco.
Desde esta tribuna le decimos a la clase obrera que seguiremos siendo inflexibles en este orden de cosas y la llamamos a establecer la vigilancia que corresponde sobre el manejo de sus fondos sindicales y sobre la actuación y la vida de sus dirigentes. Pensamos, por ejemplo, que los presupuestos de los sindicatos deben ser estudiados más detenidamente por las asambleas sindicales, y no aprobarlos casi a fardo cerrado, como se acostumbra, lo que da margen, entre otras cosas, a que por iniciativa de Inspectores del Trabajo, de los patrones o de dirigentes amarillos, se destinen fondos para escuelas articulares congregacionistas, para iglesias y otras finalidades ajenas a los intereses del Sindicato. Las asambleas sindicales deben pedir rendiciones periódicas de cuentas y designar comisiones revisoras de las mismas.
Este Pleno reafirma la resolución ya adoptada en el sentido de que los dirigentes sindicales comunistas, como lo están haciendo los compañeros del Sindicato Schwager, tienen que trabajar en la producción, en la mina, en el taller, donde les corresponda, por lo menos 15 días en el mes, destinando no más de los otros 15 días al "traqueteo" que exige la organización.
Estas cinco cuestiones que señalamos no constituyen ningún invento. No son ideas sacadas de los cabellos. Surgen de la realidad misma, como necesidades vitales del movimiento obrero, a tal extremo que en algunos gremios se empieza a marchar por este camino. Los pasos que se dan en dirección a formar una sola Federación de Alimentación, la creación del Sindicato Unico de la Construcción, la formación del Sindicato Unico de la Seda, los métodos extralegales empleados en algunos recientes conflictos -la Africana, Pescadores de San Antonio, la Seda, la Compañía "Chilena" de Electricidad y otros- demuestran que lo que estamos haciendo no es otra cosa que sistematizar la experiencia acumulada por nuestra clase obrera y señalar rumbos de acuerdo con la vida.
Es necesario subrayar, por otra parte, algo que ya han dicho algunos camaradas y que se dice también en el Informe de Bernardo Araya. Me refiero al hecho de que lo decisivo es el trabajo del Partido.
Desde los tiempos de Recabarren nuestro Partido se ha caracterizado por estar al frente de los trabajadores. Esta es una verdad indiscutible. Pero ello no quita reconocer el hecho de que en ciertos períodos de nuestra vida política hemos tenido debilidades muy serias en este aspecto. Así sucedió, por ejemplo, en la época del Frente Popular, cuando lanzamos la consigna de no crearle dificultades al gobierno de don Pedro Aguirre Cerda. Y, ¿por qué no decirlo?, guiados por esa consigna, frenamos de hecho algunas huelgas. Más tarde, después de combatir con justificada razón la llamada política de la acción directa del traidor Reinoso, surgió cierta confusión en nuestras filas, muchos militantes no distinguieron bien la zona de la acción directa y por el temor de caer en ella, por temor a incurrir en métodos falsos, cayeron en actitudes pasivas. Durante algún tiempo la pasividad contaminó en cierto modo a todo el Partido en lo que se refiere a impulsar, con fuerza la lucha reivindicativa de la clase obrera. Más recientemente hemos tenido algunas actitudes que han resultado confusas. Me parece que fue confusa, por ejemplo, la posición que adoptamos hace algunos años objetando los paros generales y predicando en su reemplazo los llamados paros progresivos. Justo el planteamiento en sus líneas generales, no fue apropiado al momento, resultó incomprensible para mucha gente y aparecimos en esos instantes como paralizando la lucha. Más todavía, creo que fue errónea nuestra actitud frente a la gran huelga de septiembre de 1955 cuando, estando presos centenares de trabajadores de la Salud, apoyamos una vuelta al trabajo impuesta desde arriba.
¿Cuál es nuestra situación ahora?
El XI Congreso, el Pleno de enero y el de ahora son muy claros: ante todo, actuar al frente de la clase obrera, a la cabeza de sus luchas, desarrollando su unidad, su organización y sus combates, la alianza con los campesinos y, sobre esta base, la más amplia unidad de acción con todos los sectores susceptibles de ser atraídos al torrente de la lucha antiirnperialista y antifeudal, por la liberación de nuestra patria.
Este es el planteamiento y, conforme a él, dijimos en el Congreso y se ha repetido en este Pleno, que debemos dedicarle el 70 por ciento de nuestros esfuerzos al trabajo sindical.
Pero, ;estamos actuando prácticamente de acuerdo a este planteamiento? Hemos avanzado en esta dirección, pero todavía falta mucho. La vida de nuestras c&lulas, incluso de las células de empresa, sigue aún girando en torno a múltiples tareas internas del Partido en mengua de la atención y el trabajo en favor de la lucha de la clase obrera.
En el Informe del camarada Bernardo Araya se traza elcuadro dramático de la situación de miseria, cesantía y hambre que viven las masas trabajadoras de la ciudad y del campo. Varios camaradas han agregado otros datos. El camarada Carvajal, de Iquique, nos ha hablado del hecho de que los obreros y empleados de Nebraska no reciben sus salarios y sueldos desde hace varios meses. Montes y Torres, de Concepción, se han referido al drama de Lirquén donde todavía quedan 300 trabajadores cesantes desde hace 8 meses y que el día 16 de los corrientes organizarán una marcha hacia Concepción en demostración de protesta y en demanda de trabajo.
Muchos otros compañeros han relatado la miseria reinante. En el último número de la revista "Gente Joven" se publica una fotografía de "niños milicos", de numerosos pequeñuelos de la pampa de Antofagasta vestidos con ropas y desechos del Ejército. Todo esto es tremendo. Tremendo es, en especial, el drama de los 200 mil cesantes y de los chilenos que cada año, por efecto del aumento de la población, demandan alguna ocupación y, sin encontrarla, emigran hacia otros países o se incorporan al ya abultado y más que suficiente número de los que se dedican a actividades improductivas como comerciantes ambulantes y hasta se ven obligados a servir de fuerza de arrastre, tirando carretelas en reemplazo de los caballos.
De este Pleno debemos salir con la convicción más absoluta de que nuestra primera tarea de masas es la de organizar, impulsar y orientar la lucha por el derecho al trabajo.
La cesantía significa hambre, enfermedades y muerte en muchos hogares de nuestro pueblo. La cesantía significa bajos salarios y abusos de toda clase para los trabajadores ocupados.
La lucha contra la cesantía no es sólo un deber de los sin trabajo. . Es también obligación de los que están trabajando.
La cesantía afecta a la industria y al comercio nacionales y sólo beneficia a los sectores monopolistas, pues, al disminuir la demanda por la anulación o la restricción drástica del poder de compra de los trabajadores desocupados, paralizan las pequeñas industrias, disminuye la actividad de las medianas y así sólo se fortalecen y desarrollan los monopolios.
En estas condiciones, en la lucha por el derecho al trabajo y en general por elevar la capacidad de compra de las masas, se puede unir a la mayoría inmensa de los chilenos.
De las intervenciones hechas en este Pleno se desprende que en varias partes surgen la organización y la lucha de los cesantes. Celebramos estos hechos. Pero esto es todavía poco. Se necesita un esfuerzo más grande, nacional, de todo el Partido, de todo el movimiento obrero, de todos los hombres progresistas, para llevar esta lucha a un nivel muy alto, capaz de obligar al gobierno a abrir nuevas fuentes de trabajo.
El camarada Ahumada ha propuesto que se vaya a la organización de la olla común para los cesantes. Es una idea justa y recomendable. Pero conviene no aferrarse a una sola iniciativa, sino poner en práctica muchas otras, como la lucha por la construcción o el arreglo de tal o cual camino, la explotación de tal o cual industria, como exigen los trabajadores del norte, los de Pupunahue y otras partes.
De este Pleno tenemos que salir, insisto, con la firme decisión de mover al país entero contra el hambre y la cesantía, por trabajo y mejores remuneraciones.
Otra gran tarea exige nuestra atención cotidiana. Es el apoyo a la organización y las luchas de las masas populares del campo.
Ya se ha dicho en el Informe y en algunas iutervenciones que en el campo la situación de miseria es peor todavía, pues, allí no se paga ni siquiera los miserables salarios mínimos, se sigue robando la asignación familiar y, como denunció el camarada Ahumada, los terratenientes han empezado a eliminar a los inquilinos-medieros, reemplazándolos por arrendatarios, a fin de burlar el pago de las imposiciones al Seguro Social.
Todas estas múltiples tareas a que hago referencia son muy importantes, algunas adquieren urgencia suma, como la de las inscripciones electorales y la de mejorar las finanzas del Partido. Pero nuestra vida de Partido no se puede limitar a estas cuestiones.
Se precisa dar un vuelco en el estilo de trabajo. Acerca de las finanzas, par ejemplo, debemos hacer conciencia en todo el Partido, pero, para llevar a cabo las tareas financieras, se precisa el activo de finanzas. Lo mismo para las demás tareas internas, por así llamarlas. Necesitamos activo de finanzas, activo de propaganda, activo de educación, etc. Necesitamos incorporar a estos activos a nuevos y nuevos cuadros, a muchos militantes deseosos de dar su aporte al Partido. Hace pocos días, para tareas anexas de la dirección del Partido, hemos llamado a algunos cuadros. Todos ellos, camaradas, luego de explicarles para qué los llamábamos, empezaron por expresarnos sus agradecimientos por el hecho de que los invitáramos a colaborar en nuestro trabajo. Uno de ellos, un viejo y sacrificado militante, el camarada Eisinena, que muchos de ustedes conocen, nos dijo con palabras sencillas y llenas de emoción: "Camaradas, cuánto me alegro que se hayan acordado de mí".
Muchísimos son los camaradas que podemos llamar a trabajar en los activos del Partido, en la seguridad de que la mayoría acogerá nuestro llamado. Para eso es necesario que abandonemos otrb defecto. Hasta hace poco -y creo que todavía en algunas partes- al pensar en llamar a un cuadro para un trabajo determinado hemos empezado por la costumbre, la mala costumbre, de ver en primer término si tiene defectos y cuáles son esos defectos. Defectos tenemos todos, pero todos tenemos también cualidades y virtudes para el trabajo y hay que empezar, al revés, por ver primero éstos y no aquéllos.
Creo que esto tiene alguna relación con la propuesta del camarada Neruda, la de estimular el trabajo y crear al efecto el Premio Luis Emilio Recabarren. Propongo que se apruebe esta iniciativa y que el primer premio -como también es la idea de Pablo- sea otorgado al Presidente del Partido, al camarada Elías Lafertte.
Sólo aumentando de más en más el activo del Partido y distribuyendo mejor sus fuerzas podremos cumplir el conjunto de las tareas y prestar la principal atención a las luchas reivindicativas, a la unidad y la organización de los trabajadores.
Precisado esto, es del caso subrayar nuestras más urgentes tareas en el terreno señalado.
Se han dado a conocer en el Pleno, por parte de Rondón, de O'Higgins; de Figueroa, de Chillán; de, Cerda y de otros camaradas, algunos nuevos éxitos del Partido en el trabajo campesino. Muy bien decimos. ¡Y adelante en este gran trabajo! El campesinado espera nuestra ayuda. El camarada Pino lo ha dicho: cuando él se ha presentado como comunista, el semblante del campesino ha cambiado, una esperanza, una luz ha asomado a sus ojos, la confianza en nosotros.
Aquella gran verdad leninista de que el campesinado es el mejor aliado de la clase obrera surge como un hecho luminoso y concreto.
En el campo hay. fuerzas frescas, incluso más frescas de las que existen en el proletariado urbano donde el veneno del imp,erialismo y la burguesía ha hecho cierta mella, como se ha constatado en el Pleno.
La mentalidad del campesino ha cambiado y está cambiando. Hace dos o tres meses, con el camarada Andrés Escobar, nos internamos cordillera adentro en una de las provincias centrales para ir a visitar a un agricultor amigo del Partido que todos los años aporta con una cuota a nuestras finanzas. Un tanto olvidados de la ubicación exacta de su predio, detuvimos la Citroneta en que viajamos para preguntarle a un muchachito campesino de unos doce años por el amigo que buscábamos. Fue sorprendente el diálogo con ese niño. Antes, los niños campesinos casi no hablaban o respondían con monosílabos. Este no. Luego de darnos la respuesta que necesitábamos, empezó a bombardearnos con preguntas: "¿Ustedes van a comprarle algo? ¿Son de la familia suya? ¿Vienen de Santiago? ¿Se regresan hoy mismo?"
Por mucho que los terratenientes se hayan esforzado por mantener la oscuridad en el campo, la luz avanza en todos los rincones de Chile. Los campesinos chilenos han visto los satélites artificiales y precisamente los satélites' soviéticos. Lo que pasa en el mundo no es del todo igriorado por ellos. Sin duda, que saben, por ejemplo, que la Reforma Agraria se abre paso en Cuba.
Lo que en el campo falta hoy es, más que conciencia, más que despertar político, organización de las fuerzas que despiertan. De ahí por qué en esta dirección debemos concentrarnos. Saludamos en este sentido la Conferencia Campesina que nos ha anunciado el camarada Salamanca, de Bio Bío, y el Congreso de la Asociación Indígena del cual nos habló el camarada Neira, de Temuco.
Rápidamente debemos marchar a la organización de los campesinos de todas las capas del campo, utilizando diversos métodos con vista a la organización Única trazada por el anterior Pleno y señalada una vez más en el Informe del camarada Bernardo Araya. El Secretariado de la Comisión Política se ha reunido con los Secretarios Regionales de varias provincias del centro del país para considerar las medidas prácticas a fin de cumplir con la resolución indicada. Debemos seguir en esto, es decir, tomando medidas concretas.
Si empujamos con fuerza este trabajo, vamos a cosechar pronto maravillosos frutos.
El dominio de los grandes terratenientes está en crisis al igual que el dominio de los imperialistas. Tan cierto es esto que incluso el partido radical ha presentado al Parlamento un Proyecto de Reforma Agraria. Sobre la base de impulsar la organización, la unidad y la lucha de estas dos grandes fuerzas -los trabajadores de la ciudad y las capas modestas del campo- haremos avanzar el movimiento de liberación nacional y atraeremos hacia él a los sectores progresistas de la burguesía en condiciones favorables a los intereses del pueblo.
Tal es la línea de nuestro Partido traducida a la presente situación en el Informe y las intervenciones de este Pleno.
Me restan algunas palabras sobre otros pocos asuntos. El camarada Hernández nos ha hablado de los progresos del Partido en materia de reclutamiento y ayer, en la tarde, se ha entregado los premios a los vencedores de la Promoción "Luis Emilio Recabarren".
No se ha planteado ahora una nueva campaña de reclutamiento para no dispersar nuestros esfuerzos y asegurar el éxito de las otras dos campañas de estos meses: la de inscripciones electorales y la de finanzas, de las cuales han hablado los camaradas 'Pontigo y Zorrilla. Pero esto no significa que no debemos hacer nuevos esfuerzos por agrandar nuestras filas. De ninguna manera. Se necesita, de una parte, consolidar las posiciones ganadas, asimilando bien al Partido a todos los nuevos militantes, y seguir ganando a otros. De esto debemos tener conciencia.
Las propias campañas de inscripciones y finanzas deben tender al reclutamiento. Simpatizante o amigo que inscribamos para votar por los candidatos del Partido o descubramos como donantes de nuestras finanzas debemos considerarlos como futuros militantes y tratar desde ya que pasen a esta categoría.
Varios camaradas se han referido al problema ideológico. Ha quedado en claro -y en primer lugar el enemigo imperialista- ha redoblado su labor ideológica con sus grandes recursos de propaganda y de soborno.Como aquí se ha dicho. como ha expresado, entre otros, el camarada Alfaro, de Coquimbo, el adversario ha recurrido a nuevos métodos. La creciente atracción que ejercen las ideas socialistas lo obliga a ello. No voy a insistir en el problema desde el punto de vista ideológico porque ya desde este punto de vista la cosa se ha pleanteado claramente y con vigor en este Pleno. Pero debemos agregar que en esta materia, como en todo, a la claridad ideológica hay que agregar la actividad práctica, el cumplimiento de las tareas concretas. Acaba de editarse un libro muy importante, "El Problema Yugoslavo", el cual contiene ricos materiales en la lucha contra el veneno del revisionismo. Y está por aparecer otro libro sobre "El Capitalismo Popular", en el cual se pulveriza esta fábula. Pues bien, hay que estudiarlos y divulgarlos. Así hay que entender las tareas. O sea, aclarar las cosas, trazar la línea, señalar las perspectivas y aplicar las correspondientes medidas concretas, para luego analizar sus resultados, sacar experiencias del trabajo práctico, volver a trazar la línea, otra vez aplicarla y as1 ininterrumpidamente.
Tal es la labor que a todos nos corresponde desde el más alto dirigente hasta el militante más sencillo o más nuevo.
Ahora me voy a referir a las futuras luchas electorales. Hoy hemos elegido nuestros candidatos a Regidores y Parlamentarios. iCómo nos habría gustado que estas paredes fueran de vidrio para que nuestra clase obrera y Chile entero vieran cómo estos asuntos se ventilan en nuestro Partido! En todo el proceso de estudio de los candidatos y hoy en la elección de éstos no ha habido nada de lo que es frecuente en otros partidos, ninguna pugna intestina, ninguna ambición personal, ni mucho menos zancadillas y grupos. Sólo el interés de la clase obrera, la honestidad y la unidad del Partido.
Hemos sido el primer Partido en designar candidatos. Acostumbrados hasta ayer a ser los Últimos, hemos corregido también esto. Las contiendas electorales son importantes, ya están prácticamente planteadas, y es justo tomar la delantera. Mas, conviene insistir en algo que se dice en el Informe, en el hecho de que, con ser importantes las elecciones futuras, son secundarias para nosotros, comunistas. Lo central es la movilización, la organización, las luchas de las masas por sus reivindicaciones y los cambios de fondo que se precisan en Chile.
Hay que tener cuidado, entonces, con no perder el rumbo. Hay que evitar incluso algunas consignas falsas que han aparecido en otros tiempos. Es falsa, por ejemplo, -y no debemos por tanto hacer nuestra- la consigna aquella de "los Municipios para el Pueblo" o "el Parlamento para el Pueblo". La consigna de,los Municipios para el Pueblo pueblo puede ser justa y sera justa, sin duda en Lota o Tocopi- Ila, donde realmente los gobiernos comunales pueden y deben ser conquistados para el pueblo, pero sería y será seguramente erróneo agitarla en Requínoa o Calle Larga o en Providencia o Nuñoa. En cuanto al Parlamento, se puede aspirar y se debe trabajar por una gran representación para los partidos populares y de los comunistas en primer término. Es lo más probable además, que la composición del futuro Parlamento sea cargada hacia la izquierda. Pero para esto se necesita luchar fuerte y ello no justificaría todavía la consigna de un Parlamento para el Pueblo. En Chile hemos tenido mayoría de izquierda en ambas ramas del Congreso sin que éste haya sido jamás del pueblo. Para que sea del pueblo se requiere un vuelco muy grande en la correlación de fuerzas, una mayoría holgada de diputados y senadores que sigan una orientación revolucionaria, lo que de por si implicaría la toma del poder político. Y si bien todo marcha hacia allá, no aparece correcto señalar por ahora que este objetivo se vaya a.lograr ya en 1961 y por vía de las elecciones.
Camaradas:
Ahora, a trabajar, a seguir luchando más armados que ayer, con la firme orientación de este Pleno.